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BUENOS 
      AIRES.- Con un verdadero escándalo se suspendió por tiempo 
      indeterminado la audiencia pública en la que se buscaba debatir el 
      aumento de las tarifas de los servicios relacionados con la energía. 
      A los pocos minutos de comenzada, presuntos integrantes de asociaciones 
      de defensa del consumidor buscaron la suspensión a raíz de 
      declaraciones hechas por el Presidente Néstor Kirchner en Estados 
      Unidos.
      El mandatario había admitido que una empresa petrolera (que podría 
      ser Repsol) habría apelado a maniobras de presión al cerrar 
      algunos pozos en funcionamiento disminuyendo de esa forma el suministro 
      en busca de un aumento de tarifas.
      Una persona no identificada entre los asistentes, arrojó el contenido 
      de botellas de agua mineral sobre los directivos de empresas prestadoras 
      del servicio que se hallaban presentes. Esto creó una batahola que 
      no se detuvo en toda jornada en la sede del Enargas (Ente Nacional Regulador 
      del Gas), donde se optó a instancias del Ministro Julio De Vido por 
      postegar una audiencia que el Presidente Kirchner quería completar 
      a toda costa. Desde Estados Unidos autorizó telefónicamente 
      el cierre de sus intenciones.
      De esta manera, contra la voluntad del Gobierno, sigue quedando abierto 
      un frente conflictivo en el que la Casa Rosada es presionada por las empresas 
      que quieren aumentos y una población que protesta por los duros aumentos 
      pero que mas le criticaría si el sistema colapsa en forma total (interrupción 
      del suministro). Aunque la audiencia no es vinculante, desde el punto de 
      vista político es importante.
Mayo 2004-05-09 ©