Constante Aguer
Milstein
Inés Laborde
Mercedes Flores

 

 


Si usted no puede ver este sitio, reclame actualización a
su proveedor
de software

Breve encuentro entre Kirchner y Bush.

MEXICO (DF).- En la ciudad de Monterrey, durante apenas veinte minutos se entrevistaron los presidentes de Argentina y Estados Unidos, Néstor Kirchner y George W. Bush respectivamente, a solo siete días de las destempladas declaraciones de un subsecretario de asuntos hemisféricos del gobierno norteamericano. La tensión generada pareció subsanarse en lo diplomático con la foto sonriente entre ambos, aunque subyacentemente empiezan a darse fuertes presiones de Washington hacia Buenos Aires.
Kirchner molesta en la Casa Blanca, porque dos mandatarios anteriores (Carlos Menem y Fernando De la Rúa) los acostumbraron a una relación mas que dulce. "Carnal" llegó a decir el ex Ministro menemista de Relaciones Exteriores Guido Di Tella, en lo que se convirtió en un símbolo de alineamiento automático con los intereses estadounidenses. Ya la presencia de Eduardo Duhalde en la Casa Rosada empezó a inquietar en el Departamento de Estado, pero la creencia de un retorno de Menem los contuvo. Hoy, la presencia del nuevo mandatario y con una derecha sin dirigentes potables para ganar ninguna elección democrática, reina la inquietud en la superpootencia en su relación con el vecino del sur. Las declaraciones de Roger Noriega (a la sazón un burócrata de segunda línea) no fueron desmentidas por Collin Powell, Secretario de Estado y suerte de "primer ministro" de la administración republicana y mucho menos por el belicoso Bush.
El hecho de que el gobierno de Buenos Aires no apoye la condena a Cuba en el tema de los derechos humanos molesta tanto a Washington como la camaradería innegable que existe entre Kirchner y el popular presidente Hugo Chávez de Venezuela o con el líder boliviano de la oposición Evo Morales. El factor de presión de los estadounidenses es la deuda externa abultada y el control que ellos ejercen sobre el Fondo Monetario Internacional. Muy casual resulta que al mismo tiempo que bloquean demandas de embargo de acreedores privados contra el Estado argentino, en la Casa Rosada anuncian la suspensión del viaje a Cuba. Quizás sea el comienzo de las presiones, que tarde o temprano iba a recibir un gobierno del que los norteños desconfían.

Enero 2004-01-15 ©