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         PROGRAMAS DE TV MUNDUS 
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Informe semanal conducido por Daniel do Campo Spada  | 
    
Deportes en la conducción de Jorge Eduardo López  | 
    
Cultura con Cristina Spada  | 
    
Fragmentos de la historia de la República Argentina.  | 
    
Fragmentos de la historia del continente.  | 
    
Documentales y programas dedicados  | 
    
Lectura del Nuevo Evangelio con las enseñanzas de Cristo.  | 
    
Conduce Monseñor Gabucci  | 
    
Programa cultural de Josefina Treviranus.  | 
    
Frases para ponerse a pensar.  | 
    
El mundo de la educación según Alejandro Gimelli  | 
    
Negocios en los consejos de Guillermo De Vega.  | 
    
El mundo del espectáculo por Natalia Fascetta.  | 
    
El otro lado de la actividad física, por María Belén Griecco.  | 
    
Momentos que quedarán guardados.  | 
    
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POLÍTICA  25 de Mayo |
    Discurso oficial de la Presidenta Cristina 
    Fernández

BUENOS AIRES (TV Mundus) Por Redacción.- La Presidenta Cristina Fernández 
    dirigió un mensaje a los casi 800 mil ciudadanos que asistieron a la 
    histórica Plaza de Mayo con motivo de otro aniversario de la Revolución 
    de 1810. Además se cumplían 12 años de la asunción 
    de Néstor Kirchner en 2003. Hizo un repaso de la gestión en 
    la década ganada y dejó mensajes para los próximos tiempos. 
    La multitud la escuchó con mucha emoción en uno de sus últimos 
    mensajes después de ocho años al frente del Gobierno de la República 
    Argentina.
    La oficina de prensa de la Casa Rosada hizo una desgrabación del mensaje 
    que nosotros republicamos a continuación.
    Muy buenas tardes a todos y a todas.
    ¿Me escuchan bien? ¿Están seguros que me escuchan bien? 
    Yo también los escucho siempre.
    Hace exactamente doce años, un 25 de Mayo como hoy, en una hermosa 
    mañana de sol, un hombre que había sido ungido como presidente 
    de la Nación apenas con el 22 por ciento de los votos, pronunció 
    un discurso ante la Asamblea Legislativa y el pueblo de la Nación, 
    que algunos creyeron que era solo eso, un discurso -es más, desde alguna 
    editorial se pronosticó, y fallaron como siempre, que ese gobierno 
    iba a durar apenas un año-, fue un discurso fundacional.
    Tal vez su concepto más recordado, su idea más difundida, haya 
    sido cuando dijo que no pensaba dejar sus convicciones en la puerta de la 
    Casa Rosada para gobernar el país.
    Esa frase tal vez sea la más recordada, pero después vino otro 
    concepto que también hoy, a doce años de aquel día, adquiere 
    una dimensión simbólica sin precedentes. Enrollen las banderas 
    por favor así todos pueden ver y los puedo ver a todos, por favor, 
    es un rato chicos, enrollen las banderas, así nos miramos todos la 
    cara. Tal vez una frase pasó un poco más desapercibida. Estaba 
    relacionada con lo que había pasado y lo que él pensaba que 
    tenía que ser su país. Él dijo que cambio era el nombre 
    del futuro, pero dijo además que el cambio no era solamente un cambio 
    económico, cultural o social.
    También se pronunció sobre la dirigencia política de 
    su país y dijo que desde ahora en más también iba a haber 
    un cambio por la dirigencia, ya esa dirigencia política no iba a ser 
    juzgada más por sus diagnósticos o por sus discursos. Veníamos 
    de la experiencia dolorosa de discursos maravillosos y gobiernos desastrosos.
    Dijo entonces que los dirigentes íbamos a ser juzgados por nuestras 
    conductas, por nuestras acciones, por nuestra eficiencia pero, fundamentalmente, 
    por los resultados de la política que aplicáramos en el país.
    Y aquí estamos, a doce años de que ese hombre, con el 22 por 
    ciento de los votos, les estaba contando y explicando a los argentinos cómo 
    iba a hacer para legitimar esa acción de gobierno.
    Cuando decía que no pensaba dejar las convicciones, algunos lo tacharon 
    de setentista e ideologizado, los que son verdaderamente setentistas e ideologizados 
    son los que quieren retornar a un pasado de los 90, a un pasado de los 70, 
    a un pasado de represión, a un pasado de gobierno sin pueblo, esos 
    son.
    Y nosotros somos el gobierno de la transformación y el cambio. En estos 
    doce años a él le tocó reconstruir y juntar los pedazos 
    de país que nos habían dejado. Porque no se encontró 
    con un país como me encontré yo en el 2007, él se encontró 
    con pedazos esparcidos, se encontró con desesperanza en la sociedad, 
    con escepticismo, con falta de autoestima y Dios sabe que a él lo que 
    le sobraba era voluntad, coraje y decisión para levantar la autoestima 
    de un pueblo que había sido humillado y pisoteado. Y lo hizo, dejando 
    cachos de su vida en el camino también.
    A él le tocó presidir en Mar del Plata la Cumbre de las Américas. 
    Quisiera ver cuántos presidentes se plantan como se plantó él 
    aquel 2005 en Mar del Plata para decir en nombre de su país y de la 
    región sudamericana y latinoamericana que en la integración 
    regional y no en la subordinación estaba el futuro.
    Él, contra todos los pronósticos, también se plantó 
    frente a un default que no había provocado ni declarado, pero se plantó 
    diciendo que íbamos a pagar de acuerdo con nuestras posibilidades y 
    encaró una negociación con firmeza, con la firmeza y la responsabilidad 
    que deben tener los gobernantes cuando manejan el dinero y los recursos que 
    no son de ellos sino que son del pueblo. Con esa firmeza y cuando arreciaban 
    las críticas, de afuera y de adentro, porque parece mentira, pero también 
    lo criticaron desde adentro por defender los intereses de los argentinos, 
    se plantó y obtuvo la reestructuración de deuda soberana más 
    importante en toda la historia del mundo.
    Y hoy, luego de esa reestructuración y la que me tocó completar 
    a mí en el 2010, el 93 por ciento prácticamente de nuestros 
    acreedores están dentro de esa reestructuración. Quedaron aleteando 
    afuera muchos buitres, más que muchos algunos pocos poderosos que manejan 
    medios de comunicación, que manejan organizaciones no gubernamentales, 
    de esas que proliferan por todos lados y que uno nunca sabe de dónde 
    sacan los fondos aunque lo imagina y atacan al país. No solamente al 
    país, decían que íbamos a arreglar porque tenían 
    secretos que iban a revelar no sé dónde, el 1° o el 2 de 
    enero, hasta algunos compañeros creían, si tenemos que 
    arreglar, arreglemos enseguida, decían y de buena fe, porque 
    pensaban que bueno, tanto bombardeo mediático llega un momento que 
    te llena la cabeza así. No tengan miedo, pueden difamar a mi hija, 
    pueden maltratar a mi hijo, pueden decir de mí cualquier cosa, pero 
    quédense tranquilos que mientras sea Presidenta voy a seguir defendiendo 
    los intereses del país y proponiendo pagarles a todos los acreedores 
    pero en forma justa, equitativa e igualitaria. No tengo nada de qué 
    avergonzarme, no tengo ninguna cuenta en el exterior que me puedan descubrir. 
    Al contrario, les descubrieron a otros miles de cuentas y, sin embargo no 
    salieron informes de investigación ni programas
 ¿Vieron 
    algún programa de investigación acerca de las cuentas, alguna 
    investigación profunda? Al contrario, esta es la realidad.
    Ese hombre que reestructuró la deuda, que le dijo no al ALCA, fue también 
    el que comenzó en su primera gestión de gobierno, en su primer 
    año, a contemplar a los olvidados, a los jubilados de la patria, que 
    durante décadas habían sido dejados de lado, todavía 
    no habían llegado las AFJP, todavía estábamos recogiendo 
    los pedazos. Y lo primero que hizo fue en educación: a los dos días 
    de asumir, se fue a la provincia de Entre Ríos que venía de 
    tres meses de huelga docente. Comenzó a rescatar las más de 
    diez monedas, papelitos que se repartían en las provincias; comenzó 
    a convocar al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil que 
    se ha reunido durante los doce años de gestión, a convocar a 
    paritarias libres, como ha habido en doce años de gestión.
    Espero que a partir del 10 de diciembre los mismos dirigentes sindicales pongan 
    la misma fuerza y la misma enjundia para obtener todos los aumentos y todos 
    los beneficios que los trabajadores argentinos han logrado en estos doce años.
    Y quiero dirigirme en especial a ellos, a los trabajadores, ¿porque 
    saben lo bueno que tienen? Un proyecto político, una forma de encarar 
    el rol del Estado, que hemos podido demostrar que no era un veranito. Si ustedes 
    recuerdan las crónicas periodísticas, siempre era un veranito 
    todo, veranito de consumo, veranito de sueldos, veranito
bueno, señores, 
    vamos por 12 veranos para la Argentina, así que por favor, queremos 
    también el verano número 13.
    Y les digo a los trabajadores, y lo digo aquí porque lo dije el otro 
    día cuando me reuní con mis compañeros de la Confederación 
    General del Trabajo, cuando junto con los empresarios vinieron acompañados 
    por el ministro de Economía y el ministro de Trabajo para anunciarnos 
    que numerosos e importantes gremios habían una vez más acordado 
    paritarias libres, se los dije en el Salón Eva Perón: espero 
    que sigan pidiendo y luchando como lo han hecho durante la gestión 
    de Néstor y la mía, porque si no, si no lo hacen yo les voy 
    a decir a los trabajadores que cambien de dirigentes para que sigan teniendo 
    los mismos derechos, los mismos beneficios que hemos tenido en estos años.
    Luego le tocó encarar el Plan de Infraestructura social y económica 
    más importante de que se tenga memoria. Hoy por la mañana, tal 
    vez como algo muy especial, como si fuera una casualidad, yo no creo en las 
    casualidades y menos en política, creo en las señales, ustedes 
    lo saben, la licitación pública número 1 que Néstor 
    Kirchner firmó como presidente, fue la reconstrucción y la restauración 
    de la basílica de Nuestra Señora de Luján, patrona de 
    los argentinos.
    Y hoy me tocó ir a verla, para los que no se acuerdan, para las fotos 
    que no se publican en ningún diario ni se publicarán, esa basílica 
    que jamás había sido restaurada desde su construcción, 
    como un símbolo, como una metáfora de la Argentina que vivíamos, 
    su cruz mayor, la cruz mayor de la basílica se había caído, 
    se había desplomado en junio del año 2000 y había quedado 
    clavada en la tierra. Tenemos las fotos, un fuerte símbolo de lo que 
    era la Argentina y así la encontramos cuando llegamos en el 2003, la 
    cruz clavada. Muchas otras cruces más encontramos y una por una la 
    fuimos levantando colocando en su lugar.
    Y cuando hoy estaba en la basílica de Luján totalmente restaurada 
    a nuevo, como el mismo día que se inauguró como lo dijo monseñor 
    Radrizzani, sentí que esto también es parte de la patria, ese 
    plan de infraestructura.
    No me voy a poner ahora a enumerar las miles de escuelas, las nuevas universidades, 
    las construcciones para las viejas universidades, los laboratorios, los espacios 
    para la ciencia, las viviendas sociales, los miles de kilómetros de 
    rutas, el satélite que tenemos, argentinos, primer satélite, 
    si hasta satélites hemos hecho, parece una canción de Fito Páez 
    Cuando los satélites no alcancen, kilómetros de 
    fibra óptica para conectar a los argentinos, computadoras.
    Es que no se trata de irse o de quedarse, quiero que lo entiendan, este es 
    un proyecto colectivo, no puede depender de una sola persona, depende de ustedes 
    para que sea ejecutado, profundizado y llevado adelante.
    Los derechos, la ampliación de derechos, luego cuando recuperamos de 
    las AFJP la administración de los recursos de los trabajadores que 
    nos permitieron generar programas, generar políticas públicas, 
    políticas de Estado como la Asignación Universal por Hijo, como 
    el Plan Progresar, como el Plan Procrear que hoy da cientos de miles de viviendas 
    a familias que no eran sujeto de crédito pero tampoco eran sujeto de 
    vivienda social.
    Nuestros jubilados con dos aumentos por año aprobados por ley del Parlamento, 
    luego de discutir la fórmula que había enviado el gobierno que 
    se comprobó que era la mejor, porque mientras todo esto pasaba, mientras 
    recuperábamos Aerolíneas Argentinas fundida, sin aviones, y 
    hoy tenemos una Aerolínea modelo competitiva y mejor que muchas privadas, 
    pese a quien le pese;
    cuando recuperábamos YPF para todos los argentinos, hoy la empresa 
    más importante de la República Argentina, y una de las 2.000 
    empresas más importantes del mundo, los argentinos hemos vuelto a conducir 
    nuestra empresa de bandera, a explorar, a perforar, a producir más 
    y a generar más trabajo. Y si de algo sé es de estas cosas porque 
    soy patagónica, y fue tal vez nuestra región la más castigada 
    cuando se desnacionalizó lo que nunca debió haberse desnacionalizado, 
    la energía. Podría seguir enumerando.
    Esta semana que pasó, esta Semana de Mayo que fue maravillosa, y argentinos 
    tenemos que acostumbrarnos a celebrar todos los años la Semana de Mayo 
    con orgullo, porque es la fecha de la patria; esta semana cuando comenzamos 
    la conmemoración de la Semana de Mayo e inauguramos en la ex ESMA el 
    Sitio de la Memoria, me vino a la mente y al corazón aquel 2004, 24 
    de marzo, cuando acompañados por una multitud y por las organizaciones 
    de Derechos Humanos, que nunca cejaron en la lucha por la memoria, la verdad 
    y la justicia, a ellos les debemos la memoria de los argentinos, a ellos y 
    a ellas, Madres, Abuelas, familiares.
    Y los derechos humanos, compatriotas, todos lo sabemos, no estaban en la agenda 
    del 2003. No estaban en ninguna encuesta, no daban puntos, pero él 
    se lanzó porque era necesario. Nosotros, y aquí quiero hablar 
    de nuestro movimiento en especial, de nuestro movimiento político, 
    teníamos una deuda, una deuda que al mismo tiempo era una paradoja, 
    porque parecía que a nuestros dirigentes no les importaban los derechos 
    humanos, y sin embargo las principales víctimas del terrorismo de Estado 
    habían sido jóvenes que se identificaban con Perón y 
    con Evita, había una contradicción insalvable que viene a nuestra 
    historia y nuestra conducta. Y él, que también ese 25 de Mayo 
    se reivindicaba como parte de esa generación diezmada, vino a saldar 
    esa deuda, porque también debemos decirlo, cuando perdimos las elecciones 
    en 1983, cuando la gente quería democracia y vida, no vio esa democracia 
    y esa vida reflejada en las caras de nuestros dirigentes, debemos hacernos 
    cargo.
    Y nosotros vinimos a saldar esa deuda que también era una deuda de 
    todos en la democracia y de todos los partidos políticos pero nosotros 
    teníamos mayores responsabilidades. No quiero agregar más, porque 
    voy a decir tal vez cosas que sean muy fuertes. Sí, lo voy a decir, 
    porque si no voy a reventar y no pienso reventar. Teníamos que hacernos 
    cargo nosotros, los peronistas, que muchas veces de un lado había una 
    víctima y entre los victimarios había también algunos 
    que se decían o que eran de nuestro movimiento. Tenemos que decirlo, 
    a la gente no se le puede mentir, a la gente hay que plantársele al 
    frente y reconocer, aunque haya sido otro, las cosas que nos pasaron. Por 
    eso decía que era una paradoja.
    Y el otro día, el martes, cuando por tercera vez recorría el 
    interior del Sitio de la Memoria, ahora sí preparado para que sea un 
    testimonio de la tragedia y del horror y para que nunca vuelva a ocurrir, 
    me impresionó una frase en especial que se repetía en dos o 
    tres lugares donde habían nacido bebés en cautiverio, no dónde 
    está Juan Cabandié, por ahí debe estar. Decía 
    cómo puede ser -era una piecita pequeña, había inclusive 
    una abajo de una escalera, tal vez ustedes la hayan visto- que acá 
    hayan nacido bebes. Y yo creo, y le sugiero al curador de ese Sitio de Memoria 
    tiene que estar sentado por allí- que al frente, al ingresar 
    debería haber otra frase: cómo puede ser que la prensa y los 
    medios de comunicación hayan ignorado lo que pasaba aquí y en 
    otros centros clandestinos de detención a lo largo y a lo ancho del 
    país. Esta es una pregunta que también debe estar en cada sitio 
    de la memoria.
    Creo sinceramente que hemos forjado una nueva identidad democrática, 
    ya no se es democrático únicamente porque se esté de 
    acuerdo con que haya elecciones libres y sin proscripciones y podamos votar 
    cada dos años; ya no se es democrático únicamente porque 
    pensamos que es bueno redistribuir el ingreso y que la gente tenga buen nivel 
    y calidad de vida, los derechos humanos se han incorporado definitivamente 
    a esta nueva identidad democrática de la que nadie puede renegar, forman 
    parte de nuestra identidad constitutiva. Y cuando hablo de nuestra no hablo 
    desde un espacio político, hablo desde mi condición de argentina, 
    porque es patrimonio de la Nación y orgullo de la patria.
    A veces me pasa también, muchas veces, porque es natural y es bueno 
    que haya oposición en un país y que por ahí las críticas 
    sean duras, sean fuertes, estoy acostumbrada porque siempre fue así, 
    en mi provincia, siempre la política argentina fue una política 
    fuerte, la oposición- oficialismo, peronismo-antiperonismo, siempre 
    fue una cosa así, pero cuando veo algunas expresiones aisladas pero 
    poderosas, yo antes pensaba: será por todos los derechos que han conquistado 
    o vuelto a conquistar los trabajadores, será porque de repente ahora 
    los de piel más oscura tienen los mismos derechos, será porque 
    hay matrimonio igualitario. Porque cuando uno ve y siente algunas expresiones, 
    yo estoy dura y curtida, pero cuando uno siente algunas expresiones o ve una 
    cara..., no me refiero a la crítica de los opositores, está 
    bien, la oposición debe criticar, debe proponer también, pero 
    bueno, debe criticar, es su función y está bien que así 
    sea, pero cuando escucho algunas expresiones, no de políticos opositores, 
    debo reconocerlo, cuando por ahí veo alguna manifestación exacerbada 
    por algún medio de comunicación y veo gente que dice cosas terribles, 
    y después aparece que siempre están identificados con algún 
    sector vinculado con violación a los derechos humanos, veo que está 
    allí el tema, que eso es lo que tal vez nunca nos vayan a perdonar. 
    ¿Y saben por qué? Porque alguien puede haber tenido políticas 
    económicas equivocadas o entreguistas, si les parece mejor; alguien 
    puede haber tenido un desastre económico y social, y bueno, no pudo, 
    no supo, no quiso, lo obligaron, lo presionaron, le convino, siempre hay mil 
    explicaciones, pero cómo explicar que justificaste la tortura, la desaparición, 
    la apropiación de bebés, o que tiraran gente de los aviones 
    al mar.
    Eso no es, por favor, abrir ningún abismo ni ninguna grieta, no, por 
    favor, los argentinos estamos reconciliados hace rato. Y si no miren lo que 
    pasó ayer cuando las calles se llenaron de banderas saludando el paso 
    del sable corvo del general San Martín, esa es la verdadera reconciliación 
    del pueblo con el ejército sanmartiniano, porque eso es lo que quieren. 
    Díganme argentinos, díganme compatriotas, a todos, a los 40 
    millones de argentinos, desde que tengan memoria, desde que volvió 
    la democracia aquel glorioso 30 de octubre de 1983, si recuerdan alguna vez 
    tanta gente en las calles vivando a los granaderos, si recuerdan tantos niños 
    vestidos con uniforme de San Martín y llevando el sable de San Martín 
    con orgullo, cuántas veces vieron ese fenómeno de recuperar 
    la patria y los símbolos para el pueblo y enarbolarlos con orgullo.
    Esta es la tarea de quienes gestionan el Estado, que nuestros chicos estén 
    orgullosos de vestir el uniforme de San Martín y que además 
    conozcan la historia. Porque miren todo lo que nos falta todavía por 
    hacer. Hemos hecho más de 2.000 escuelas, hemos repartido 5 millones 
    de computadoras, 80 ó 90 millones de libros, más de 2.000 bibliotecas 
    populares; hemos creado 14 nuevas universidades, hemos duplicado o quintuplicado 
    no sé cuánto más- los sueldos de los investigadores 
    y técnicos del CONICET, de las universidades, pero ayer, cuando difundíamos 
    en las redes y difundía la Televisión Pública, mientras 
    el sable corvo de San Martín recorría la ciudad para ir a su 
    destino final, donde había querido que estuviera, en el Museo Histórico, 
    ahí millones de argentinos recién se enteraron que el libertador 
    de medio continente había legado su sable en cláusula de testamento 
    al brigadier don Juan Manuel de Rosas, miren lo que nos falta argentinos todavía 
    en materia de educación y cultura. ¿Y saben por qué? 
    Porque la historiografía liberal, la que le contaban a los chicos en 
    los colegios, decía que Rosas era un tirano, y si Rosas era un tirano 
    entonces cómo un hombre como San Martín le iba a legar su sable. 
    ¿Y saben por qué se lo legó? Porque nos defendió 
    en la Vuelta de Obligado frente a la invasión extranjera, con valor 
    y coraje que pocos hombres han tenido.
    Por eso los argentinos tenemos la obligación de conocer la historia, 
    y falta mucho en educación porque -alguna vez lo dije- es mala la subordinación 
    política, es mala la subordinación económica, pero no 
    hay nada más perjudicial, no hay nada más nefasto que la subordinación 
    cultural, y lo que es peor, la desinformación educativa y cultural 
    que no nos permite decidir y elegir cuáles son los caminos correctos.
    Esta Semana de Mayo donde además anoche me dormí con el Himno 
    Nacional Argentino cantado por esa magnífica artista Elena Roger en 
    el nuevo Centro Cultural, que a algunos parece que les molesta que lleve el 
    nombre del ex presidente, aprobado por el Parlamento Argentino. Y por qué 
    no hacemos una cosa, si les molesta por qué no hacen uno mejor todavía, 
    más grande y le ponen el nombre que quieran. ¿O acaso creen 
    que me gustan algunos nombres de algunas calles, avenidas o plazas? Si es 
    por andar cambiando y proponiendo nuevos nombres, vamos a proponerles nuevos 
    nombres a todos, hacemos una encuesta con todos y todas. Por favor, la historia 
    pero sin beneficio de inventario.
    Y también cuando ingresé a ese Correo convertido hoy en el centro 
    cultural más importante de Latinoamérica y el tercer centro 
    cultural del mundo, sentí mucho orgullo como argentina, y la verdad, 
    qué pequeñez fijarse en el nombre, lo importante es que millones 
    de argentinos, todos los argentinos, van a poder acceder democráticamente, 
    todos en forma igualitaria, a un centro de cultura para que la cultura no 
    sea propiedad solamente de una elite, porque entonces no es cultura.
    Y quiero decirles que estos logros, esta alegría no ha sido fácil, 
    porque no la han hecho fácil. Pero yo no me quejo, ¿saben por 
    qué no me quejo? Porque son las reglas del juego. Cuando venís 
    a transformar el statu quo, cuando venís a cambiar la realidad en favor 
    de las grandes mayorías, no esperes caricias ni aplausos, solamente 
    palos, difamaciones, injurias, mentiras y calumnias. No importa, estamos preparados, 
    nos hemos preparado, tenemos la obligación como dirigentes políticos 
    democráticos, nacionales y populares, de saber que el camino de dirigir 
    un pueblo a una vida mejor tiene sus costos personales. No importa, esta Argentina 
    ya no tiene relaciones carnales con nadie, esta Argentina tiene relaciones 
    serias y maduras con todos los países del mundo, esta Argentina
, 
    les salió desafinado chicas me parece, pero están lindas igual, 
    ustedes son lo mejor de todo, los jóvenes, los cientos de miles de 
    jóvenes, los millones de jóvenes que se han incorporado a la 
    actividad política con alegría, con amor, con felicidad.
    Pero yo les decía, y les digo a todos los hombres y mujeres que tienen 
    legítimas aspiraciones de conducir el país, sus provincias y 
    municipios, que siempre piensen que va a ser difícil cuando intenten 
    defender los intereses de las mayorías y que, inclusive, muchas veces 
    sectores que han mejorado producto de esta transformación económica, 
    no entienden que son, al mismo tiempo, producto de esta transformación, 
    porque esto que vive la Argentina hoy no se pudo haber hecho en cuatro años; 
    estos proyectos requieren tiempo y esto no es ambición de poder, al 
    contrario. Quieren hacerle creer a la gente que es bueno que cada cuatro años 
    cambie todo. ¿Saben por qué? Porque cuando cada cuatro años 
    cambia todo es que todo sigue igual.
    Por eso este proceso de transformación de doce años debe ser 
    profundizado, debe continuar. Y no es continuidad o cambio, por Dios. Y los 
    que quieren cambios que nos expliquen a todos los argentinos qué cambios 
    quieren. Yo les pido a todos los hombres y mujeres de mi patria, a todos mis 
    compatriotas, que cuidemos lo logrado, que nos ayuden a corregir los errores 
    que sin lugar a dudas los hay, porque hemos trabajado mucho, porque nos hemos 
    roto el lomo trabajando y hemos perdido cosas en el camino irrecuperables, 
    pero quiero decirles que más allá de todas las cosas que hemos 
    construido y que sería largo enumerar y que algunas, solamente algunas 
    he dicho hoy, la más importante de todas es que hemos construido otra 
    vez la Patria, argentinos. Tenemos Patria y estamos orgullosos de ella.
    Y les pido que no tengan miedo, muchos me miran inquisidores a los ojos y 
    me dicen: ¿qué va a pasar? y yo les contesto: va 
    a pasar lo que ustedes quieran que pase. Porque ustedes son los que 
    están empoderados, ustedes son los titulares de los derechos, son los 
    millones y millones de jubilados; son los millones y millones de trabajadores; 
    son los millones de jóvenes que estudian en nuestras universidades 
    y nuestras escuelas; son los miles de científicos en nuestros institutos, 
    los que han vuelto y los que se quedaron; son las amas de casa; son los peones 
    rurales; son también las mujeres trabajadoras de las casas de familia, 
    que finalmente después de largas décadas tienen sus derechos 
    consagrados; son ustedes los jóvenes; son también los millones 
    de argentinos que han logrado un trabajo o los que teniéndolo han mejorado 
    sustancialmente sus ingresos y han podido comprarse un auto, una casita o 
    un terreno y están construyendo la familia. Ustedes son los verdaderos 
    dueños de su destino y lo más importante que hemos hecho en 
    estos doce años ha sido derrumbar uno por uno los mitos y las mentiras 
    que les decían de que si los trabajadores ganaban bien no iba a haber 
    inversiones o no iba a haber trabajo o la mentira que decía que no 
    se podían hacer más universidades, o la mentira de que no se 
    podía apartarse de lo que decía el Fondo Monetario Internacional. 
    Miren lo que está pasando en Europa, miren lo que está pasando 
    en el mundo.
    Hoy estaba leyendo -un poquito para distenderme- los resultados de las elecciones 
    en España, y leía que en las dos principales ciudades españolas, 
    en Barcelona y en Madrid, habían ganado dos mujeres. En Barcelona una 
    activista social y en Madrid está a punto de ganar parece ser una ex 
    jueza de 71 años. Sí, en España parece que se jubilan 
    un poquito antes que aquí en la Argentina. Una ex jueza de 71 años, 
    que miren ustedes qué impresionante, tenía una tienda que se 
    dedicaba a hacer ropa infantil, por parte de presas que salían de la 
    cárcel para luego conseguir ser incluidas. Hay un mundo nuevo, argentinos, 
    hay actores nuevos, hay realidades diferentes, que no nos vuelvan a poner 
    anteojeras como al caballo y nos hagan tirar del carro porque no, no tiramos 
    de ningún carro, nos queremos subir al carro para conducirlo nosotros, 
    los argentinos.
    Ese es el empoderamiento de este pueblo: el haber derribado los mitos de que 
    no se podía hacer nada porque cuando se llegaba al gobierno se debía 
    hacer lo contrario de lo que se había dicho en la campaña. Por 
    eso nadie podrá mentirles, nadie podrá engañarlos y eso 
    es lo más importante que se le puede dejar a un pueblo y también 
    a un hijo o a una hija, a un nieto o a una nieta, lo más importante 
    que se le puede dejar es la verdad, la memoria, la dignidad; lo más 
    importante que se le puede dejar a un pueblo es que ese pueblo finalmente, 
    como ha sucedido en estos años, pueda saber cuáles son sus derechos, 
    defender sus derechos, reclamarlos. Ya no es necesario emplear formas que 
    tal vez en algún momento vivimos, allá por el 2001, en forma 
    terrible, al contrario, ahora cuando alguien hace una movilización 
    para protestar contra el gobierno, la policía tiene orden de cuidarlos 
    y nadie lleva un arma de fuego, porque no queremos que nadie quede sin el 
    derecho de la protesta, que nadie quede sin el derecho de la movilización, 
    que nadie quede sin el derecho de decir lo que piensa. Esta nueva Argentina 
    la hemos construido entre todos.
    Y también les digo que estemos atentos porque han pasado cosas, me 
    acuerdo cuando recién salí de mi operación y ¿dónde 
    está Coqui ? Ahí está, ¡bien por el 
    Chaco! Me acuerdo que  como lo dije el otro día, en El Chaco 
     allí vino el que era gobernador, vino también Axel a 
    ayudarme en el Ministerio de Economía, y yo me acuerdo de aquel diciembre 
    terrible, fue en este mismo escenario donde bailé, había habido 
    saqueos, había habido policías que encadenadamente provincia 
    por provincia se iban sublevando mágicamente. Algún día, 
    cuando se desclasifique algún archivo, sabremos qué pasó, 
    pero estemos atentos todos de lo que pasa porque tal vez  ojalá 
    Dios no lo quiera, Dios no lo permita  intenten hacer cosas para enojar 
    a la gente, para que la gente se asuste, para que se enojen con alguien o 
    contra alguien.
    En estos días vimos algún episodio de sospechosa e inusitada 
    violencia y yo les pido a todos, por favor, no nos dejemos llevar por eso 
    y le pido fundamentalmente también a quienes tienen la responsabilidad 
    de comunicar: por favor, no exacerben los ánimos y el enfrentamiento 
    entre argentinos. Necesitamos escucharnos y fundamentalmente los argentinos 
    necesitan escuchar a los hombres y mujeres que van a conducirlos a partir 
    del 10 de diciembre. No hagan tanto ruido ni tanto lío para que ellos 
    puedan decidir libremente el rumbo que tomará la patria, que no tengo 
    ninguna duda seguirá siendo el rumbo del cambio y la transformación 
    que hemos venido realizando en estos 12 años de gobierno.
    ¿Y saben por qué tengo esa certeza? Porque nadie vota para atrás, 
    porque la gente vota para adelante, para futuro, para mejora.
    Y ahora que escucho que todos están de acuerdo con todos, ahora que 
    escucho que, de repente, la Asignación Universal por Hijo está 
    muy bien, que no van a privatizar Aerolíneas, que tampoco van a privatizar 
    YPF. Por favor, que busquen algún registro, hace dos años decían 
    otras cosas y además, compatriotas, cada vez que votamos una de esas 
    leyes en el Congreso lo hicimos en absoluta soledad. También debemos 
    recordarlo, porque las cosas no se hicieron por arte de magia, se hicieron 
    democráticamente.
    Y ojalá también podamos, finalmente, poder aplicar esa Ley de 
    Medios Audiovisuales que fuera apoyada  debo reconocerlo  no solamente 
    por nuestro movimiento político, sino también por amplias mayorías.
    Por eso quiero decirles que tengo mucha fe en Dios, tengo mucha fe en el pueblo 
    y quiero agradecerles, finalmente quiero eso: darles las gracias a todos y 
    cada uno de los argentinos, a todos y a cada uno de ellos, a los que me quieren 
    como ustedes y que me votaron, también a los otros que no tienen por 
    qué quererme, no es obligación querer a nadie, ni tampoco mucho 
    menos votarlo, quiero darle las gracias a los 40 millones de argentinos porque 
    yo sé que aún en el fondo, en un pedacito saben que las cosas 
    que hicimos, que las decisiones políticas que tomamos eran las más 
    importantes, sí, eran importantes para todos porque a todos, con una 
    mano en el corazón, argentinos, piensen cómo estaban en mayo 
    del año 2003, a todos se los pido a todos, con una mano en el corazón: 
    piensen cómo estaban en el 2003. Olvídense, yo sé que 
    soy por ahí medio antipaticona, y digo cosas que por ahí no 
    les gustan y alguno puede decir: mira que soberbia y qué poco 
    humilde. Sí, por ahí son defectos que tengo, pero con 
    una mano en el corazón, le pido a todos los argentinos que se pongan 
    una mano en el corazón y piensen: ¿están un poco mejor 
    que en el 2003 o están peor que en el 2003? Y esto va para todos: trabajadores, 
    empresarios, comerciantes, estudiantes, investigadores, intelectuales, artistas.
    Nuestros artistas, que no están acompañándonos por un 
    centro cultural, porque también hemos dado derechos, hemos reconocido 
    el derecho de los actores, de los directores de cine, hemos ampliado derechos 
    y garantías a todos los sectores. Por eso también les pido a 
    los hombres y mujeres que conforman nuestro espacio político, que den 
    lo mejor de sí para que estos 40 millones de argentinos podamos seguir 
    creciendo y viendo en paz, con nuestras diferencias, con nuestra diversidad, 
    con nuestra pluralidad, pero en paz para poder caminar, no como sucede en 
    otras regiones del mundo.
    Hoy por la mañana escuchaba a los representantes de las distintas iglesias 
    reconocer y valorar que tu país, la Argentina, nuestro país, 
    la Argentina, es una nación donde no hay diferencias de credos ni de 
    religiones ni de razas, en la que todos nos sentimos hermanos, más 
    allá de las diferencias. Ese es el mejor patrimonio que debemos conservar 
    y defender. Por eso este 25 de Mayo no lo vivas con tristeza ni nostalgia, 
    vívanlo con alegría porque van a venir muchos 25 de Mayo más 
    en que el que el pueblo se volcará a la Plaza, en el que el pueblo 
    estará feliz y en el que todos podremos, más allá de 
    las diferencias, reconocer que por sobre todas las cosas somos, argentinos, 
    el mejor legado que le podemos dar a nuestros hijos: el orgullo de país, 
    el orgullo de tener Patria.
    Yo quiero agradecerles todos estos años que han sido por momentos los 
    más felices y tal vez en algún momento el más triste 
    e imposible de remontar. Pero Dios siempre manda consuelo, Dios siempre se 
    acuerda, partió el compañero, pero llegaron los nietos y aquí 
    estamos parados, firmes como siempre enarbolando la bandera argentina con 
    la escarapela en el pecho, y lo que es más importante en el corazón, 
    de donde nunca me la saco, cuando tomo las decisiones que tomo.
    Gracias a todos, muchas gracias a todos los argentinos y a todas las argentinas 
    por esta maravillosa Plaza, por este maravilloso 25 de Mayo. Los quiero y 
    los abrazo con todo mi corazón. Muchas gracias.
    ¡Viva la Patria, argentinos! ¡Viva la Patria!
    
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