|  
         PROGRAMAS DE TV MUNDUS 
       | 
    
Informe semanal conducido por Daniel do Campo Spada  | 
    
Deportes en la conducción de Jorge Eduardo López  | 
    
Cultura con Cristina Spada  | 
    
Fragmentos de la historia de la República Argentina.  | 
    
Fragmentos de la historia del continente.  | 
    
Documentales y programas dedicados  | 
    
Lectura del Nuevo Evangelio con las enseñanzas de Cristo.  | 
    
Conduce Monseñor Gabucci  | 
    
Programa cultural de Josefina Treviranus.  | 
    
Frases para ponerse a pensar.  | 
    
El mundo de la educación según Alejandro Gimelli  | 
    
Negocios en los consejos de Guillermo De Vega.  | 
    
El mundo del espectáculo por Natalia Fascetta.  | 
    
El otro lado de la actividad física, por María Belén Griecco.  | 
    
Momentos que quedarán guardados.  | 
    
Medios recomendados.
Correo 
    del Orinoco (Venezuela) | Co 
    Latino (El Salvador) |
    El Telégrafo (Ecuador) | 
    Granma (Cuba) | Juventud 
    Rebelde (Cuba) | 
    La Juventud (Uruguay) | El Peruano 
    (Perú) | Prensa Latina (Cuba) 
    | AVN (Venezuela) | ABI 
    (Bolivia) | Andes (Ecuador) | 
    ULAN (Latinoamérica) | Portaldel 
    Sur (Latinoamérica) | Xinua 
    (China) | HispanTV (Irán) | Sana 
    (Siria) |Novosti (Rusia) | TTXVN 
    (Vietnam) | Radio Centenario (Uruguay) 
    | FM Flores (Argentina) |
    Multinoticias (Nicaragua) 
POLÍTICA  UCR |
    Leopoldo Moreau impulsa el retorno al alfonsinismo.
BUENOS 
    AIRES (TV Mundus) Por Daniel do Campo Spada.- Los procesos político 
    no son puros ni lineales. Por ello se pueden ver más coincidencias 
    entre el actual gobierno peronista de Cristina Fernández y el del radical 
    Raúl Alfonsín (Derechos Humanos, inclusión cultural, 
    latinoamericanismo, etc) que entre los pertenecientes a sus mismos partidos. 
    La UCR de Morales o Sanz hoy están más cerca de Menem que el 
    propio Frente para la Victoria por ejemplo. Por ello es rescatable el intento 
    del dirigente radical histórico Leopoldo Moreau que relanzó 
    el alfonsinismo (de Raúl, por supuesto). Por ello dio a conocer un 
    manifiesto invitando a refundar el partido de Hipólito Yrigoyen que 
    hoy parece tan alejado de sus principios originales.
    En el sitio web http://www.leopoldomoreau.com.ar/movimiento_nacional_alfonsinista 
    se pueden adherir todos aquellos (y que no son pocos) que quieren recuperar 
    la dignidad radical. A continuación transcribimos los lineamientos 
    propuestos:
DEMOCRACIA PARA SIEMPRE. PATRIA PARA TODOS
    Movimiento Nacional Alfonsinista
    MANIFIESTO FUNDACIONAL del MNA

En su libro Fundamentos de una República democrática, Raúl 
    Alfonsín sostenía: La democracia está siempre vinculada 
    a la pretensión de lograr la transformación del poder entendido 
    como forma de dominación.
    Los treinta años de estabilidad democrática constituyen un período 
    lo suficientemente extenso para haber superado problemas del pasado y, a la 
    vez, encontrarnos con nuevos desafíos. Pero particularmente han significado 
    el recorrido de un camino de experiencias que deben dejarnos enseñanzas.
    Una de ellas es que, a pesar de la mutación de las relaciones de poder 
    que le ha dado supremacía a la soberanía popular y, precisamente 
    por esa razón, los poderes fácticos dejaron de lado, felizmente, 
    la pretensión de voltear los regímenes democráticos pero 
    no su aspiración de tutelarlos o restringirlos.
    Desde el primer minuto del 10 de diciembre de 1983 en adelante esta puja entre 
    el poder democrático y los poderes corporativos estuvo presente en 
    cada paso que se iba dando. La estabilidad institucional de la que hoy gozamos 
    fue ganada trabajosamente por el gobierno de la transición, que no 
    sólo supo resistir los ataques de los sectores autoritarios y retrógrados 
    que se sintieron desplazados sino que, además, avanzó sobre 
    ellos con las políticas de memoria, verdad y justicia y la ampliación 
    de derechos civiles que el oscurantismo negó durante décadas 
    a los argentinos.
    Mucho más tiempo se tardó en hacer lo propio con las corporaciones 
    económicas y mediáticas. Por el contrario, en este caso fueron 
    ellos los que obtuvieron triunfos coyunturales pero con duras y devastadoras 
    consecuencias para el tejido social de la Argentina que nos llevaron al borde 
    de la dolarización de la economía y de la disolución 
    del Estado nacional; un riesgo que estuvo a la vuelta de la esquina en el 
    2001. Pero en este caso también la democracia y su instrumento más 
    poderoso, la política, reaccionaron y nos alejaron de esos peligros.
    Lo que no se pudo evitar fue pagar y, en alguna medida, seguir haciéndolo- 
    las consecuencias de lo que se dio en llamar el neoliberalismo. A pesar de 
    los logros alcanzados, sus efectos todavía se sienten en materia de 
    exclusión y seguridad ciudadana. Herencia que nos dejó la antipolítica 
    y de la que hoy debemos hacernos cargo desde la política.
    Sabemos que transitamos una democracia todavía imperfecta pero también 
    sabemos de dónde venimos. Por eso jamás confundimos el escenario 
    de las dificultades que aún subsisten con lo que nos tocó vivir 
    en la etapa negra de las dictaduras militares o en la década menemista 
    de la entrega del patrimonio económico, social y cultural de nuestra 
    patria.
    La mayoría de nosotros nos sentimos identificados, incluso continuadores, 
    de las corrientes del pensamiento nacional, popular y progresista: el Yrigoyenismo 
    primero y el Alfonsinismo después.
    No por ello excluímos, sino más bien, convocamos e incluímos 
    a hombres y mujeres provenientes de otras corrientes históricas populares 
    o del progresismo nacional, porque sabemos que no todo está ganado 
    y, por el contrario, que la batalla por la consolidación y la profundización 
    de la democracia y una equitativa distribución del ingreso continúa.
    La experiencia que hemos acumulado nos enseña que hay que reunir mucho 
    apoyo y masa crítica para seguir ampliando los derechos de los ciudadanos 
    en detrimento de los privilegios de las minorías, que siempre están 
    al acecho para volver a imponer sus condiciones. No es una conclusión 
    que nazca de una mirada conspirativa de la historia sino de la historia misma.
    Queremos construir sobre lo hecho. No nos confundimos. Nada ni nadie nos moverá 
    de al lado del pueblo, ni de la defensa de los objetivos nacionales. Pretendemos 
    representar la ética de la solidaridad y no los intereses de los grandes 
    grupos económicos de adentro y de afuera.
    Tenemos en claro que la disputa de ayer fue lograr la supremacía de 
    la soberanía popular sobre el autoritarismo y que el eje de las tensiones 
    de hoy es el modo de la distribución del ingreso.
    Para nosotros las políticas públicas son la herramienta para 
    dirimir, en favor de los sectores postergados, esa tensión. La mayor 
    deuda de la democracia es la desigualdad estructural de la sociedad. Falta 
    camino por recorrer. Tenemos que alcanzar un seguro nacional de salud que 
    termine con el despilfarro en un área esencial que hace a la calidad 
    de vida de las mayorías. Tenemos que recuperar el significado y la 
    jerarquía de la educación pública. Tenemos que ampliar 
    y reforzar las políticas de la seguridad social. Tenemos que promover 
    una política de tierras que permita el acceso de los sectores populares 
    a la vivienda. Tenemos que reconstruir y perfeccionar nuestra infraestructura 
    básica.
    Tenemos que repensar el territorio nacional generando una regionalización 
    que encause las energías de los ciudadanos, las organizaciones intermedias 
    y los gobiernos locales, impulsando un diálogo en la dinámica 
    Estado-Sociedad que promueva la participación ciudadana. Poniendo de 
    acuerdo los actores sociales en la base territorial del país podremos 
    alinear políticas sociales, económicas, ambientales y productivas 
    y encausar todas las demandas de la sociedad.
    Pero el pase del crecimiento al desarrollo, que requiere planeamiento e inversión, 
    sólo pueden asegurarlo las fuerzas populares, nacionales, democráticas 
    y progresistas. Sobre todo si queremos que los resultados de la política 
    económica se midan por los resultados en la calidad del desarrollo 
    humano de nuestros compatriotas.
    Consolidar un país industrial, soberano y solidario implica tomar partido, 
    sin vacilaciones, en los dilemas políticos que nos plantea la puja 
    distributiva.
    Ponemos en marcha el MOVIMIENTO NACIONAL ALFONSINISTA con el objetivo de recuperar 
    y reavivar las mejores tradiciones de nuestra cultura política, que 
    supo hacer historia grande cuando no se apartó de los intereses nacionales 
    y populares. Nos organizamos para no ser rehenes del sensacionalismo, la superficialidad 
    y el vacío político al que quieren empujar a la sociedad. Por 
    eso convocamos a comprometerse en este esfuerzo a los jóvenes que sueñan 
    con el cambio, a los argentinos que estudian, trabajan, producen, crean e 
    invierten. Pero también a todos nuestros compatriotas que, empujados 
    a la exclusión, algunos pretenden dejar cristalizados en la pobreza 
    estructural manteniéndolos marginados de la sociedad, estigmatizándolos 
    por su piel, por su origen o por su condición.
    Tenemos en claro que disociar la política de la economía y la 
    cuestión social es un ejercicio voluntarista que nos transformaría 
    en una fuerza testimonial o simplemente electoral, sin vocación ni 
    proyecto de poder.
    Y nosotros no queremos ser nada de eso. No tenemos derecho ni a la resignación 
    ni a la mediocridad ni al oportunismo ni, mucho menos, a la claudicación. 
    Porque nuestra raíz proviene de luchas populares, que no pueden ser 
    bastardeadas ni ignoradas al momento de decidir de qué lado estamos 
    hoy.
    Por supuesto que le damos a la política una dimensión ética 
    pero no sólo de moral individual sino también de moral colectiva. 
    Y eso significa trabajar por los que menos tienen.
    Sabemos desde siempre que el contexto para sostener nuestra autonomía 
    nacional es la integración con nuestros países hermanos de América 
    Latina y el Caribe. Y por esa razón saludamos con esperanza y alegría 
    los enormes avances que en los mejores momentos de nuestra democracia iniciamos 
    desde el Mercosur, continuamos desde la Unasur, culminando en la Celac. Muchos 
    tal vez creyeron que el alfonsinismo era una corriente de pensamiento y acción 
    destinada a los recuerdos o a la nostalgia sin advertir que su vigencia está 
    en sus aciertos y su coherencia, que hoy le permite volver a irrumpir en la 
    escena política para construir y no para destruir, para articular y 
    no para desunir, para fortalecer y no para debilitar la democracia que entre 
    todos fundamos hace treinta años atrás.
    La consigna con la que convocamos es sencilla. Pero irrenunciable: Democracia 
    para siempre y Patria para todos.
  
    
    TV Mundus 
    Noticias por Daniel 
    do Campo Spada se distribuye bajo una Licencia 
    Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
    Basada en una obra en http://www.tvmundus.com.ar.
    Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse 
    en http://www.tvmundus.com.ar 
  
 Seguir 
    a @tvmundus 
    
    |Twittear 
    
    | ![]()

    
    do Campo Spada, 2014 (C)
    Redaccion@tvmundus.com.ar 
    | www.tvmundus.com.ar 
    www.ECOInformativo.com.ar 
    | www.Komunicacion.com.ar 
    www.tvmundus.wordpress.com 
    | www.youtube.com/tvmundus
    www.facebook.com/tvmundus | 
    www.twitter.com/tvmundus 
    www.issuu.com/mundus | www.notascristianas.wordpress.com 
    
    www.fmflores.tvmundus.com.ar 
    
OCTUBRE 2014-10-12
    TECUM  NOVO MundusNET Televisión
    Permitida su reproducción con mención de la fuente.

    Home |TV a la Carta 
    | Tv en Línea | Tv 
    a Demanda 
    Director: Lic. Daniel do Campo Spada (2000-2014)