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Discursos de los Diputados en el histórico día
en que YPF volvió a ser argentina
.

BUENOS AIRES.- La historia volverá a futuro sobre estos dos días en los que la Cámara de Diputados convirtió en ley la expropiación de la petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). A continuación transcribimos la versión oficial de los taquígrafos del Congreso de la Nación correspondiente al día 3 de mayo de 2003.

Debate del día 2 de Mayo

_______________________________________

- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los tres días del mes de mayo de 2012, a la hora 10 y 10:

- 1 -
expropación de la tenencia accionaria de repsol ypf s.a. en ypf sociedad anónima
(Continuación)

Sr. Presidente (Domínguez).- Continúa la sesión.

Prosigue la consideración en general del dictamen de mayoría recaído en el proyecto de ley venido en revisión del Honorable Senado, por el que se declara de interés público nacional y objetivo prioritario de la República Argentina el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, así como la exploración, explotación, industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos. (Orden del Día Nº 288, expediente 29-S.-2012)

Aquí ORDEN DEL DÍA Nº 288

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Jujuy.

Sra. Bernal.- Señor presidente: el presente proyecto de ley instala dos cuestiones de relevancia geopolítica: el concepto de soberanía hidrocarburífera y el interés nacional sobre el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, su explotación, industrialización, transporte y comercialización. Esta decisión, además de ser acertada en términos económicos, financieros, técnicos y de soberanía, promueve en clave política la protección en todos los frentes de nuestro destino nacional, y particularmente en el de la explotación hidrocarburífera, para evitar que se lleven todo aquello que genuinamente nos pertenece, porque se llevaron, y mucho.

Es bueno construir ciudadanía, y además tenemos la obligación de entender parte de nuestra historia, que no sólo la produce Repsol sino la cadena de decisiones que se adoptaron en distintos tiempos y gobiernos y que impactaron directamente sobre el tema.

Por eso, es bueno recordar los primeros gobiernos de facto que iniciaron la política de adicionar compañías contratistas y cambiaron la esencia de la YPF original, y la teoría del autoabastecimiento de petróleo que tiraron.

Estos gobiernos no estuvieron a la altura de la historia ni del entendimiento del concepto de Perón sobre la patria industrial, ni de Yrigoyen ni mucho menos de Mosconi. Recordemos la batalla de Frondizi y los decretos derogados por Illia.

No sólo Repsol fue sinónimo de vaciamiento, sino también las dictaduras, particularmente la de Onganía, con la entrega de cuatro áreas petroleras.

Recordemos la crisis energética de 1989, y –por qué no citar lo que ya se expresó todo el día de ayer- las auditorías fraudulentas de los 90 y la venta.

Pero quiero responder a quienes denostaron al compañero Néstor Carlos Kirchner. Desde 2003, Kirchner vio el horizonte de recuperación de políticas energéticas, que fue parte del fenómeno de expansión de la industria automotriz y creador del modelo de reparto industrial en la región, acordado con otros países, entre ellos Brasil.

Hay que entender lo que pasó Néstor Carlos Kirchner. Seguramente fue tremendo y difícil revertir las conductas empresariales acostumbradas a sacar petróleo a precio vil y provocar vaciamientos.

En este nuevo escenario, con nuestra presidenta ynuevos socios regionales ante el intento de dar contragolpes a la política energética del país Cristina dijo “basta” a los nuevos precios internacionales, a la desinversión probada, y salió a defender nuestros recursos con un concepto actual, con una forma acorde a los tiempos que corren, lo que implica el 51 por ciento del control empresarial, actuando en asociación con el capital privado y con la mirada puesta en darle valor agregado, que es investigar, profesionalizar, en suma, dar calidad institucional y tecnología apropiada para expandir la producción.

Tranquilos todos aquellos que temen a Cristina, nuestra presidenta; le toca trabajar sobre nuevas políticas exploratorias sobre el llamado Shale oil o Shale gas. Por lo tanto, Formosa, Jujuy, Salta, Mendoza, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego formarán parte de este nuevo Estado productor y de un nuevo modelo de desarrollo energético basado en la cooperación pública y privada.

Jujuy tiene petróleo, por eso está en estas provincias. Jujuy tiene petróleo, quiere esta ley, necesita esta ley, apoya esta ley, tenemos áreas petroleras y cuencas todavía por explotar.

Por eso cuando en España se habla, yo pregunto qué le debemos a España, si nos pegaron por izquierda y por derecha. En respuesta a esto tenemos esta ley que como ninguna otra marca el cambio de tiempos. Esta ley asesta al modelo neoliberal el golpe de gracia, y nos dice que se impone definitivamente el modelo iniciado por el compañero Néstor Carlos Kirchner, continuado y liderado por Cristina Fernández de Kirchner, que es el modelo de proyecto nacional, de reconocimiento de derechos y, en suma, de crecimiento con inclusión social.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Río Negro.

Sr. Avoscan.- Señor presidente: el proyecto de expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF tiene un alto valor simbólico para todos los argentinos, similar a cuando se privatizó y se desnacionalizó. Incluso un periodista llegó a titular una nota de la transferencia de las acciones a Repsol como la segunda colonización española.

Tiene mucho sentido hablar de colonización cuando los números nos demuestran que la lógica de Repsol para gerenciar YPF fue la de una empresa colonial, o si se prefiere, la de una economía de enclave, concentración de una única actividad económica sin transferencia de recursos ni tecnologías mientras duren las condiciones de privilegio, con escasa inversión y giro de ganancias extraordinarias a las casas matrices.

Ayer se citó un caso puntual, el caso de La Forestal, un ejemplo de lo que ocurre cuando se maneja una empresa con el concepto de economía de enclave.

Y así como fue alto el valor simbólico de esa privatización también es alto el valor de esta recuperación. Estamos dando un paso enorme en el procesoanunciado por nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 1º de marzo de este año cuando en esta Cámara destacó la necesidad de desmontar los mecanismos que venían de la Argentina de la convertibilidad.

La recuperación del control de YPF para el Estado nacional tiene quizás el mismo peso que la transformación del Banco Central que hemos aprobado en este período, pero su valor simbólico para el pueblo argentino es mucho mayor.

Por la historia, por el significado y por las expectativas que despierta esta nueva YPF, esta situación se visualiza como el paso más firme en la definitiva consolidación de una nueva independencia económica con soberanía política y justicia social.

La nueva YPF que estamos gestando a partir de esta discusión tiene algunas características diferenciadoras de experiencias pasadas que nos permitirán salvar algunas polémicas que terminaron paralizando el accionar concreto.

En primer lugar, debo destacar la posibilidad de la participación del capital privado en la actividad petrolera. La nueva YPF contará en su composición accionaria con capital privado, que va a permanecer si se sienten en condiciones de realizar las inversiones necesarias para desarrollar la actividad petrolera.

Esta es una actividad de largo plazo, y no de rentabilidad inmediata, pero hay que tener en cuenta fundamentalmente que la conducción estratégica, el establecimiento de los objetivos y el funcionamiento de la empresa estarán a cargo del sector estatal.

Existe otro paradigma inherente a esta nueva formulación de YPF que debemos resaltar: la inclusión del federalismo dentro de la definición de la política petrolera mediante dos vías. Por un lado, la creación del Consejo Federal de Hidrocarburos, donde estarán representadas todas las provincias del Estado nacional y, por otro, la participación del 25 por ciento del total de las acciones de YPF para las provincias productoras.

Quiero resaltar dos aspectos de este principio federal. En primer lugar, el reconocimiento a los Estados provinciales como protagonistas de la explotación de un recurso no renovable. En segundo término, la búsqueda del equilibrio entre el interés de la Nación como totalidad y el de las provincias productoras.

Hay quienes insisten con que el Estado nacional debe volver a la propiedad absoluta de los recursos del subsuelo, y en este sentido defienden lo preceptuado en la Constitución de 1949. Otros van más allá y dicen que las provincias productoras con apenas el 15 por ciento de la población deben controlar la política petrolera de este país.

En este sentido, deberíamos ser más precisos en los términos al reconocer que existen diferentes modelos de federalismo. Tenemos un nacionalismo popular y un nacionalismo autoritario. Esta es una verdad, pero son antitéticos. Tenemos un federalismo popular y un federalismo de las élites, y también un federalismo vivo que nace y se desarrolla en las prácticas políticas del pueblo.

Asimismo, existe el federalismo de cartón de algunas dirigencias conservadoras, que lo toman como excusa para aferrarse al poder.

Buen ejemplo de ese federalismo popular es el de Facundo Quiroga, quien en 1826 se levantó contra el atropello del gobierno central de Bernardino Rivadavia defendiendo la propiedad provincial de la mina de plata del cerro Famatina.

Digno ejemplo del federalismo de cartón es la posición que adoptó el gobierno conservador de la provincia de Salta en 1920 cuando, para no sumarse a YPF, hicieron pactos con Standard Oil, y ellos mismos fueron los que impulsaron el golpe contra Yrigoyen en 1930, golpe con olor a petróleo.

Finalmente, para no excederme, solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Salta.

Sr. Biella Calvet.- Señor presidente: estamos hablando de un tema trascendente para el futuro energético de la República Argentina. En ese sentido, debemos tener en cuenta que contamos con una herramienta importante que puede ayudarnos: YPF.

Distintos ministros y legisladores nacionales han manifestado que hay que tratar de no mirar tanto al pasado y sí apostar al crecimiento en el futuro, pero no mirar elpasado no significa olvidar la historia. Por eso vamos a hablar un poco de historia y del Quijote del petróleo, que fue don Francisco Tobar, quien en Salta –un año antes que en Comodoro Rivadavia- exploró, encontró y explotó petróleo en la Quebrada de Galarza, en un pozo que llamó República Argentina, con la anuencia del gobierno de la provincia de Salta.

Cuando hablamos de la historia del petróleo no sólo nos referimos a hombres, sino también a mujeres, ya que Lola Mora, la eximia artista, también incursionó en esta área, encontrando gas y petróleo en el Departamento de San Martín. Por eso, los salteños estamos emparentados con la historia misma del petróleo.

Asimismo, si hablamos de historia, debemos recordar que el próximo 19 de octubre se cumplen 90 años de la designación, por el anterior presidente Hipólito Yrigoyen, de Enrique Mosconi como director de Yacimientos Petrolíferos Fiscales.

La fiebre por el petróleo o el oro negro, que llevaba en su corazón, se expandió por todo el territorio de la República Argentina, trascendiendo las fronteras y llegando a México, Uruguay, Bolivia y Colombia.

Recién en 1938 Brasil comienza a desarrollar una política energética seria mediante su Consejo Nacional de Petróleo. Digo esto porque en la década de 1990, cuando YPF fue tasada junto con Petrobras, ambas empresas costaban 19 mil millones de dólares, aproximadamente.

Luego Petrobras, con cerebros argentinos que se fueron en la década de 1990 y con una política de Estado seria en energía, no sólo consiguió el autoabastecimiento, sino que ahora está tasada en más de 200 mil millones de dólares, mientras que la empresa nuestra no alcanza ni a la vigésima parte.

Esta improvisación en materia de desarrollo energético, junto con el crecimiento demográfico, industrial y del parque automotor, han llevado a que nuestros poliductos, mediante los cuales exportábamos hidrocarburos a nuestros países vecinos, los utilicemos para importar.

Además, no tenemos que olvidarnos de lo más importante, que son las familias del Norte salteño, de Aguará, de Mosconi, de Tartagal y de Campo Durán, que vivían del petróleo y eran ciudades florecientes. Después de la década de 1990, algunas de ellas pasaron a ser casi pueblos fantasmas, donde abundan los planes sociales y el trabajo digno es una utopía.

Allí, en Mosconi, junto con Cutral-Có, nacieron los piquetes, como una forma de reclamo digno de búsqueda del trabajo genuino. Lamentablemente, este espíritu se fue desvirtuando con el correr del tiempo.

Recordando que estamos aquí para dar soluciones, proponemos exigir a la empresa YPF que invierta recursos a mediano y largo plazo para explorar y desarrollar programas de recursos alternativos.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia solicita silencio a los señores diputados a fin de poder escuchar al orador.

Sr. Biella Calvet.- Muchas gracias, señor presidente.

Estos recursos alternativos deberían desarrollarse en los lugares donde hoy se exploran y explotan hidrocarburos. Así, dentro de medio siglo, cuando se acaben los recursos energéticos de Salta y del mundo, tendremos la posibilidad paradigmática de generar nuevas fuentes de empleo y evitar nuevos pueblos fantasma.

Habiendo escuchado ayer la alocución del señor diputado “ypefiano”, recuerdo el artículo 31 de la disidencia parcial, que habla de una participación del 10 por ciento de los empleados de YPF. Esto puede servir como la llave marco para la tan ansiada propiedad participada de las más de 3.500 familias del Norte argentino y otras tantas de la República Argentina.

Para terminar, estamos absolutamente de acuerdo con que hablar de la argentinización de YPF es hablar del pasado, presente y futuro en materia energética. Sin energía, no hay crecimiento ni desarrollo. Por eso, anticipo mi voto por la afirmativa para la estatización de YPF, que no sólo servirá para tener nuevos puestos de trabajo, sino para conseguir…

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señor diputado.

Tiene la palabra la señora diputada por Corrientes.

No encontrándose en el recinto la señora diputada Ferreyra, tiene la palabra la señora diputada por Santiago del Estero.

Sra. Pastoriza.- Señor presidente: quiero referirme a la importancia estratégica de YPF, la empresa energética insignia de nuestro país, y reflexionar acerca de su recuperación en el marco de un cambio de paradigma que ya se extiende por toda América Latina; cambio en el que participa activamente el Frente Cívico por Santiago conducido por nuestro gobernador el doctor Gerardo Zamora.

Hoy nos proponemos recuperar YPF reiniciando el camino hacia la soberanía energética. En los últimos años, la contracción de la producción de gas y petróleo ha implicado la reversión del superávit energético, y esto ha comprometido la soberanía de nuestro país, obligándonos a importar, cuestión inadmisible en un país que cuenta con recursos naturales para garantizar el autoabastecimiento.

En el marco de una economía en crecimiento es necesario asegurar la disponibilidad de aquellos recursos que resultan estratégicos para sostener la expansión de la producción en condiciones de sustentabilidad y previsibilidad.

La explotación de hidrocarburos debe contemplar el respeto del medioambiente. Por ello, estoy convencida de que la participación de la administración pública en la empresa líder del sector procurará la inversión en el desarrollo de tecnologías que faciliten la extracción en las mejores condiciones posibles.

Este proyecto que hoy acompañamos no se trata de un regreso al viejo modelo de YPF sino que apunta a construir una sociedad en la que los argentinos, a través del Estado, seamos dueños de nuestra política energética. Así podremos complementar e integrar una red de producción, exploración y explotación de hidrocarburos con los países que integran la UNASUR.

Se inaugura una nueva etapa, se habilitan nuevas posibilidades para la exploración de hidrocarburos en territorios vírgenes. Tener el control de YPF permitirá a las provincias no petroleras contar con aspiraciones para la exploración. Nuestro gobernador, el doctor Gerardo Zamora, advirtió la intención de que se exploren yacimientos en mi querida provincia de Santiago del Estero.

YPF es de todos, cualquiera sea su pertenencia política. Es de los radicales, que bajo la gestión de Hipólito Yrigoyen la crearon; es de los peronistas, que en la Constitución de Sampay declararon el carácter inalienable de los derechos soberanos de la Nación sobre sus recursos naturales; también es de los socialistas, que la han defendido y trabajado para su engrandecimiento, desde el propio Alfredo Palacios.

Con estas palabras también deseo homenajear a miles de militantes políticos de todos los partidos que han luchado en distintos ámbitos por la recuperación de un Estado que defienda solidariamente sus recursos estratégicos.

Finalmente, termino con las palabras que pronunciara don Arturo Illia, en 1964, cuando su gobierno anulaba los contratos petroleros. Decía: “No hay país soberano que resigne el control de sus recursos energéticos a manos de las leyes del mercado, a sabiendas de que ello significa hipotecar su crecimiento y desproteger a sus futuras generaciones”. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba.

Sr. Faustinelli.- Señor presidente: somos muchos quienes desde la Unión Cívica Radical no queremos ser prisioneros del pensamiento oficial. El oficialismo no asume la responsabilidad de que fracasó en la política energética en la Argentina, y se trata de los mismos actores y del mismo partido político que hace veinte años privatizó YPF. Ellos son los cómplices del vaciamiento de Repsol; los inventores de los nuevos petroleros del país, como el caso de Eskenazi; los responsables del manejo de la empresa estatal Aerolíneas Argentinas, una de las más deficitarias del mundo; los que trajeron a la vida pública a los hermanos Schoklender dándoles el manejo indirecto de fondos.

Algunos aluden a que se trata de la defensa de una política de Estado, pero esta política no es de Estado; estamos frente a un proyecto de la mayoría que será aprobado a libro cerrado. Está bien, lo imponen porque tienen mayoría legislativa.

Sin embargo, una verdadera política de Estado es aquella en la que participan todas las fuerzas políticas opinando todos y cada uno de los partidos representados en el Congreso; pero aquí no fueron capaces de modificar ni una sola coma de la iniciativa oficial. La oposición no tiene garantías de que exista transparencia en el proyecto.

Sin perjuicio de ello, estoy convencido de que YPF debe ser nacional, y pregunto: ¿por qué no fueron por las acciones de Eskenazi? Señor presidente: para defender la soberanía hay que explorar, explotar y dejar de importar combustibles pagando sobreprecios.

Ojalá que la Argentina, gracias a una verdadera política de Estado en el tema energético, pueda hacer cierto lo que no hace mucho tiempo predijo Moreno en el sentido de que en el país iba a llover gasoil. Y también esperamos que los valores del INDEC sean ciertos alguna vez, para poder significar que realmente no hay pobres en la Argentina.

La realidad nos dice que el gobierno necesita una nueva caja, y van por la de YPF para manejarla discrecionalmente. Yo juré respetar la Constitución Nacional, pero este proyecto es inconstitucional, de acuerdo con lo que claramente estipula el artículo 17 de la Carta Magna.

Quiero honrar a Hipólito Yrigoyen porque estoy convencido de que aquella YPF que se creó en los años 20, conjuntamente con la administración de Mosconi, nada tiene que ver con la YPF de De Vido.

Tampoco renunciaré a mi responsabilidad social a futuro. No creo en esto; se trata de los mismos actores que manejan las políticas públicas hoy en la Argentina.

Señor presidente: adelanto que en el momento de la votación voy a levantarme, por conducta partidaria, porque absolutamente nada comparto de la metodología llevada a cabo por el gobierno nacional para reestatizar la YPF de De Vido. Considero que todo país serio debe tener una empresa nacional para poder trabajar responsablemente en un proyecto energético que tenga bandera argentina, pero entiendo que no es ésta la forma de hacerlo. Por eso, reitero, me retiraré del recinto en el momento de la votación. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Córdoba.

Sra. Bedano.- Señor presidente: en primer lugar, solicito autorización para insertar en el Diario de Sesiones la mayor parte de la exposición que pensaba realizar.

Quiero dejar asentado aquí lo más sencillo de mi experiencia como diputada nacional en relación con mi trabajo junto a las pequeñas estaciones de servicio de la provincia de Córdoba, que desesperadamente desde hace unosaños, no podían conseguir que Repsol les renovara los contratos anualmente para poder surtirlos de combustible, que no sólo cumple la función de hacer marchar un vehículo -como comúnmente se cree- sino que además cumple una función social. En pequeñas localidades de no más de 3 o 4 mil habitantes, con una sola estación de servicio, cada vez que llegaba noviembre o diciembre sus propietarios -pequeños y humildes comerciantes, pequeñísimas pymes familiares de esas localidades- debían recurrir al despacho de una diputada o de funcionarios rogando y pidiendo por favor la gestión ante Repsol para que les renovara los contratos.
Creo que estamos en un momento histórico, no sólo por lo que significa recuperar YPF y que quienes la administren sean argentinos, sino también porque como peronista siento un profundo orgullo que sea un gobierno de este partido el que vuelva a traer YPF a manos del Estado nacional, y es una manera soberana de reafirmar el federalismo.

No quiero tener que volver a comunicarme con los funcionarios de Repsol, que tardaban meses en atender un indigno teléfono, para rogarles por una estación de servicio de una localidad, que era la única que proveía de combustible a la autobomba de los bomberos o a la ambulancia del hospital.

Por eso, no sólo estoy sumamente orgullosa de poder formar parte de este momento sino que creo que con mi sencillísimo voto voy a aportar un granito de arena para que el federalismo en la Argentina, de la mano de nuestra presidenta, pueda ser ratificado una vez más. Lo hago en nombre de todas las pequeñas estaciones de servicio, de todos esos pobladores de los pequeñísimos pueblos que cada vez que tenían que cargar combustible para la ambulancia tenían que mandarla a 70 kilómetros de distancia a los centros de abastecimiento para tener el suministro necesario.

Muchísimas gracias por permitirme hacer uso de la palabra y dejo sentado mi voto afirmativo. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Entre Ríos.

Sra. Cremer de Busti.- Señor presidente: voy a pedir permiso para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones.

Anticipo mi voto afirmativo en general a este proyecto de ley sobre el petróleo y la estatización de YPF.

Como peronista de toda la vida no puedo hacer otra cosa que decidirme de esta manera, ya que desde el peronismo y a pesar de todas las dudas que rondan en mi cabeza, distingo lo principal de lo secundario. Ante estas dudas sobre el proyecto a las que hago referencia, quiero una mejor solución y la mejor propuesta para mi país. Más allá de las diferencias políticas entre quienes cohabitamos en este recinto, veo la necesidad de un mayor federalismo, un mayor diálogo y una mayor tolerancia. Ya no podemos quedarnos en el recuerdo de la privatización de 1992 ni tampoco ofendernos con la llamada argentinización cuando fue incorporado el grupo Eskenazi a YPF en 2007 y 2008, terminando el proceso en 2009.

Como muchos diputados, tengo dudas sobre cómo se va a instrumentar la ley, si no cambiaremos a los empresarios españoles incumplidores –que tampoco fueron demasiado controlados en sus inversiones- por otros inversores también incumplidores, o si van a ser buenas empresas que van a realizar las inversiones necesarias para el autoabastecimiento de la Argentina.

Otra duda es si realmente YPF será una verdadera empresa del Estado nacional, con una conducción profesionalizada y responsable, que lleve a un desarrollo pleno a nuestra Argentina en lo que respecta…

Sr. Presidente (Domínguez).- Disculpe que la interrumpa, señora diputada, pero debo pedir a los señores legisladores que guarden silencio a fin de poder escuchar a los distintos oradores.

Continúa en el uso de la palabra la señora diputada por Entre Ríos.

Sra. Cremer de Busti.- Señor presidente: como decía, todas esas dudas llenan mi cabeza de preguntas, pero llega el momento en el que debemos decidir. Aclaro que voy a tomar mi decisión en nombre de la representación que ejerzo por el partido peronista, en el que he militado desde muy joven, desde los dieciocho años.

En ese sentido, adelanto que mi voto será por la afirmativa en general al proyecto en consideración, porque yo también quiero una Argentina plena y desarrollada, que logre el salto de equidad que necesitamos para que todos tengamos una mejor calidad de vida.

No puedo dejar de señalar que todas esas dudas que tenía se fueron dilucidando poco a poco al leer al general Perón, quien nos decía que todos los recursos naturales de la Argentina corresponden a los argentinos.

Además, en la Constitución de 1949 los constitucionalistas, como Arturo Enrique Sampay, buscaron en todo momento mayor justicia y mejores derechos para los trabajadores. Recordemos que esa Constitución fue derogada por el gobierno que asumió con el golpe de 1955.

Todas esas son ideas y mensajes que nos dejó el general Perón, a través de los cuales intentó advertirnos sobre los tiempos que nos tocarían vivir.

Por ello, reitero mi apoyo en general al proyecto de ley en consideración. Creo que a pesar de las diferencias, con que tengamos sólo algunos puntos de coincidencia, podemos lograr una norma que nos contenga a todos e impulse el desarrollo energético de la República Argentina.

Para finalizar, quiero citar el artículo 40 de la Constitución de 1949 –a la que me he referido permanentemente en mi discurso-, que señala que todos los minerales…

Sr. Presidente (Domínguez).- Señora diputada: ha finalizado el tiempo del que disponía para hacer uso de la palabra. El resto de su exposición se insertará luego en el Diario de Sesiones.

Tiene la palabra la señora diputada por Corrientes.

Sra. Ferreyra.- Señor presidente: en primer lugar, debo pedir disculpas por la demora, pero estaba fuera de este recinto con los ex trabajadores de YPF, que han venido para acompañarnos en esta sesión. La verdad es que pude compartir con ellos la emoción y alegría por la recuperación de esta empresa.

En segundo término, pido autorización para insertar en el Diario de Sesiones las resoluciones sancionadas por los concejos deliberantes de Goya y Corrientes Capital, como así también la de la Legislatura provincial, que de manera unánime apoya la aprobación de la iniciativa en consideración.

Quiero iniciar mi exposición rindiendo homenaje a todos aquellos luchadores que se rebelaron contra el neoliberalismo de los años noventa y sus secuelas de exclusión. Por lo tanto, vaya mi reconocimiento a todos aquellos que empezaron sus movilizaciones que luego se convirtieron en protestas a través de piquetes y puebladas, dejando en claro que no aceptaban la entrega del patrimonio nacional.

Es mentira que la privatización de YPF contó con consenso social. Aquí hubo centenares de miles de argentinos que nos opusimos a esa medida con todas nuestras fuerzas, porque no aceptábamos como destino el fin de la historia.

Como bien dijo el señor diputado Pino Solanas, protestar en los noventa era muy difícil, porque muchos tuvieron que pagar con sus propias vidas. Recuerdo aquellas marchas federales, que al llegar a la Capital se encontraban con que estaba sitiada y ocupada por las fuerzas policiales y de seguridad, a pesar de que veníamos del interior a traer nuestro reclamo por el dolor enorme que nos provocaban las políticas neoliberales, que se sentían con más intensidad en las provincias más pobres y desprotegidas. Por lo tanto, vaya nuestro homenaje y reconocimiento a todos y cada uno de los que resistieron en aquella época, porque a partir de ese momento se empezó a gestar este protagonismo y este nivel de participación popular que hoy celebra la decisión que vamos a tomar en este Congreso de la Nación para la recuperación de YPF. También vaya mi apoyo, mi reconocimiento y mi solidaridad al hermano pueblo español, que del mismo modo que nosotros en los años 90 hoy está protestando por las mismas políticas neoliberales que también a ellos les ha dejado un universo de desesperanza y desocupación.

Repsol no es España, sino los indignados, los jóvenes, los que se levantan contra las políticas de la derecha franquista, que tienen en Rajoy no un gobernante para resolver sus problemas, sino a un gerente de esta empresa multinacional, depredadora de nuestros recursos naturales. Por eso nuestro reconocimiento y un abrazo solidario a todo el pueblo español.

Esa derecha franquista tiene voces cipayas como las del PRO, porque el franquismo de Macri no proviene sólo de tomarse francos y vacaciones VIP en lugar de gobernar. (Aplausos.)

El franquismo de Macri deviene de compartir un proyecto neoliberal, donde a la Argentina le toca ser reservorio de los recursos naturales mientras se llevan nuestra plata a raudales para atesorar riquezas para esos grupos poderosos. A dichos grupos venimos a enfrentar y tenemos la valentía de transformar en ley un proyecto que tiene una demanda de veinte años en el seno de la sociedad argentina.

Voy a votar con la evocación de tres personas. Una de ellas es mi abuelo Ismael Ferreyra, un hombre justo, íntegro, digno y, por sobre todas las cosas, radical hasta el tuétano. Me alegra poder compartir con el partido de sus amores este voto conjunto de todas las fuerzas democráticas.

Digo que va a ser un voto unánime de todas las fuerzas democráticas que apoyamos a los proyectos nacionales y populares, a diferencia de los cipayos que vienen a hablar acá como si fueran gerentes de Repsol. Hablan de confiscación y de seguridades jurídicas, pero se olvidan cuando a nosotros nos esquilmaban y nos rompían el principal contrato, que es el trabajo como ordenador de la sociedad. Esos cipayos no levantaban su voz cuando Repsol echaba a decenas de argentinos a la calle. (Aplausos.)

Abuelo Ismael: estamos todos acá votando juntos.

También votaré en memoria del general Artigas, porque el acto de soberanía que hoy vamos a realizar se puede producir porque existe una América Latina unida y solidaria. Todos estamos reclamando. Incluso el propio Evo ha propiciado otra nacionalización en materia energética. Por eso hoy podemos tomar medidas importantes como esta.

Finalmente, la evocación a Néstor Kirchner, el que permitió que se puedan llevar adelante políticas como esta, porque cuando asumió en 2003 y nos prometió pasar del infierno al purgatorio...

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señora diputada. (Aplausos.)

Se insertará el resto de su exposición en el Diario de Sesiones.

Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Peralta.- Señor presidente: la posición del Frente Amplio Progresista quedó sustentada y fundada por lo que ha dicho el señor diputado Lozano.

Solamente quiero decir que no vamos a ser hipócritas: hace veinte años por las calles de Rosario juntábamos firmas para impedir que se privatizara la empresa. El día que YPF dejó de ser estatal lo sentimos como una derrota del campo popular.

- Ocupa la Presidencia la señora Vicepresidenta 1ª de la Honorable Cámara, doña Norma Amanda Abdala de Matarazzo.

Sr. Peralta.- Se decía en ese momento que ni siquiera la dictadura había privatizado YPF, pero lo hacía el gobierno justicialista de Carlos Menem.

Sosteníamos que solamente se explicaba esa privatización dictadura mediante. Hicieron falta 30 mil desaparecidos, exiliados, perseguidos y la destrucción de organizaciones políticas, sindicales y gremiales para poder privatizar YPF.

Por eso vamos a acompañar en general la recuperación de esta empresa para el Estado nacional, siempre con la filosofía de tener un Estado nacional partícipe y activo que discipline los intereses de las corporaciones.

En estos días se han mostrado muchas encuestas. Nosotros tenemos un relevamiento de la ciudad de Rosario. Efectivamente, el 70,3 por ciento de los rosarinos y las rosarinas están a favor de la expropiación de las acciones de YPF, pero también es cierto que el 78,7 por ciento

-ocho de cada diez- cree que la política energética de estos últimos nueve años fue regular o mala. Por eso me parece que algún apunte habrá que tomar de parte del gobierno nacional.

El gobierno tiene una extraña virtud: todos los días son el primer día de gobierno. Lo hicieron cuando se dieron cuenta de que estaban dando subsidios a grupos concentrados y a sectores acomodados. Lo hicieron cuando fue la tragedia de Once y se dieron cuenta de que la empresa no invertía, que no tenía los niveles de seguridad sobre los que tantos legisladores en esta misma Cámara y los organismos de control habían alertado. Y lo hacen ahora con YPF.

Teniendo en cuenta la escasez de tiempo del que dispongo quiero retomar muy brevemente un punto que estuvo rondando en estos dos días de debate. Se trata de la coherencia ideológica.

Algún señor diputado dijo ayer que el mismo había cambiado y por eso había cambiado la forma de votar. Cuando discutimos la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central otro señor diputado dijo que las circunstancias del país cambiaron.

El ministro de Planificación, De Vido, sostuvo en el Senado que el gobierno de Santa Cruz hizo lo que hizo por una situación de caja, por una situación fiscal. Nosotros creemos que la coherencia es un valor fundamental, que los resortes estratégicos para el desarrollo de una República eran los mismos hace veinte años que ahora, es decir la energía, el petróleo, la comunicación, la banca pública, los ferrocarriles. Reitero: eran los mismos hace veinte años que ahora.

Muchas veces mi comprovinciano, el diputado Rossi, hace una defensa de la actividad política, de la militancia política, y la hace desde el lugar de que la política debe ser la que disciplina las desigualdades sociales, las concentraciones económicas.

Comparto esa visión. Es más, creo que la actividad política es la única herramienta que tienen los que nada tienen. Los grandes grupos mediáticos, concentrados, económicos, las multinacionales, los banqueros tienen muchas formas de defenderse.

El pueblo en su conjunto es el que necesita el poder democrático para defender sus intereses y la coherencia a través de los años en un proyecto político, en una visión filosófica e ideológica, que es fundamental para nutrir ese poder democrático.

Nosotros, siempre desde el Frente Amplio Progresista vamos a acompañar las iniciativas que tengan que ver con una mejor presencia del Estado, con un Estado más fuerte, dinámico, disciplinador y planificador, pero con esa misma convicción y con esa misma vehemencia vamos a pedir que el gobierno se haga cargo de sus errores y de sus contradicciones, que se haga cargo de los nueve años de gobierno y que por favor dejen de presentar todos los días como el primer día de gobierno. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes.

Sr. Fernández.- Señora presidenta: la República Argentina ha experimentado cambios sustantivos en el terreno político, económico, social e institucional a partir de la crisis del 2001, dejando atrás el sobreendeudamiento con exclusión social y ausencia del Estado.

Las malas ventas o concesiones de empresas del Estado –hoy algunas todavía son deficientes- es una cuestión que ocurrió con la principal empresa de los argentinos: YPF. Volvimos a retroceder en este caso, con el tema hidrocarburos.

Voy a dar lectura a un artículo periodístico que dice: “El país debe batallar para suministrar electricidad suficiente, para iluminar sus casas y alimentar su industria. En años presentes el gobierno y el sector privado buscaron atenuar esta situación, construyendo plantas eléctricas. Sin embargo esa campaña se ve dificultada por el hecho de que el país no consigue suficiente combustible para alimentar las plantas.

“Políticas torpes, manejos deficientes y preocupaciones ecológicas han frenado los esfuerzos del país para extraer el combustible con la velocidad suficiente como para dar abasto a su creciente necesidad energética”.

No estoy hablando de nuestro país. Es un artículo del New York Times sobre la India. Lo menciono porque es hora de que los argentinos dejemos de alabar a los de afuera y nos juntemos para solucionar nuestros problemas aquí en nuestro país. Es que el hito del descubrimientooficial de petróleo en la localidad de Comodoro Rivadavia, ocurrido en 1907, y que condujo a la creación de la empresa estatal YPF por parte del presidente Hipólito Yrigoyen, buscando el autoabastecimiento en combustibles fósiles, sin dudas se convirtió en un factor clave para el desarrollo económico. Esto es lo que hoy volvemos a necesitar los argentinos, porque el desarrollo económico trae además el desarrollo humano y la calidad de vida. El general Mosconi lo reconocía como un insumo estratégico al señalar que “con la experiencia de lo ocurrido en nuestros países debemos, desde ya, prevenirnos para evitar futuras perturbaciones en nuestro porvenir económico y hasta en nuestra política internacional. La importancia para la industria y las ventajas que implica su posesión dan un claro motivo a las luchas establecidas en los últimos tiempos entre las más poderosas naciones por la propiedad de los yacimientos petrolíferos del mundo.” ¡Qué razón tenía!

Ejemplos de esto es lo que hoy vemos en Irak, Irán y Libia. Ojalá logremos las exploraciones y las explotaciones, no solo en nuestro continente sino también en nuestro Mar Argentino –Malvinas mediante-, y podamos defender nuestros recursos naturales. Por eso también alguna vez deberemos discutir en esta Cámara si nuestras fuerzas armadas están en condiciones de defender nuestros recursos naturales y al pueblo argentino.

Lamentablemente los argentinos no cumplimos con el legado del general Mosconi. En 1992 YPF fue convertida en sociedad anónima y en 1997 se desnacionalizó. En 1999 casi la totalidad del paquete accionario fue adquirido por Repsol, con compromisos de explotación, exploración, producción, autoabastecimiento.

Hoy sabemos que YPF fue desmantelada y vaciada como en su momento sucedió con Aerolíneas Argentinas. No corresponde ahora preguntar qué pasó o si fallaron los controles; tenemos que mirar para adelante porque en todo caso, si algún funcionario incumplió con su deber, la Justicia es la única que lo debe juzgar.

Sabemos que cayeron la producción y las reservas y que la empresa perdió supremacía en el mercado interno, pero lo importante es que la situación se está revirtiendo. Por eso, por convicción, votaremos en general por la afirmativa, y está bien que coincidamos con el gobierno nacional.

Repsol dice que es una confiscación: no es cierto. Pagaron 13 mil millones de dólares y se llevaron 21 mil millones. Por eso es necesario hacer una auditoría de los bienes de YPF y sus cuentas...

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Ha concluido su término, señor diputado; puede insertar en el Diario de Sesiones el resto de su discurso.

Tiene la palabra la señora diputada por Córdoba.

Sra. Nebreda.- Señora presidenta: no hablaré en términos técnicos de lo que significa este proyecto, sino primero en nombre de la CGT Regional Córdoba, que me encomendó hacerlo, y de cuyo secretariado formo parte, y segundo, para dar lugar a los borbollones de emociones y sentimientos que me embargan por estar hoy en este recinto.

Deseo expresar mi orgullo por ser una de las protagonistas de esta sesión en la que se sancionará el proyecto de ley por el que se expropia el 51 por ciento de las acciones de Repsol, y sobre todo, se declara de interés público nacional y como objetivo prioritario de la República Argentina el autoabastecimiento de hidrocarburos, su exploración, explotación, comercialización e industrialización.

Por nuestra lucha permanente contra la venta y la entrega de nuestro patrimonio nacional, del cual YPF fue un símbolo y un emblema, quiero reconocer públicamente a los miembros de los bloques opositores que distinguiendo con claridad la importancia del tema, nos acompañan con su voto y no se valen de argumentos coyunturales para esconder sus verdaderos intereses, que los llevan siempre a apoyar lo que va en contra de las mayorías y de la Nación.

La decisión política de nuestra presidentaCristina Fernández de Kirchner es la de un gobierno que asume su responsabilidad histórica y da continuidad a un proceso que se inició con nuestro compañero Néstor Kirchner, con el desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, la recuperación de las AFJP y la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, entre otras cosas. Marca un camino de cambio de paradigma que se va consolidando día a día, que se caracteriza por más trabajo, más industrialización, más consumo, más igualdad.

Es por eso que hoy se necesita más energía. ¿Para qué se iba a necesitar energía si se cerraban las fábricas, si todo era desempleo y marginalidad?

Este pararse en el mundo con independencia, lejos de aislar a la Argentina la pone hoy en la Unasur, en el Mercosur, en el Grupo de los 20, en el BRIC y en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Contra la opinión de los monopolios interesados, emitida por los consultores internacionales, nuestro pueblo entendió inmediatamente y apoyó cada paso de este proceso.

YPF no es solo una herramienta para la consolidación de un modelo, sino que es un modo de reafirmar la identidad de un Estado independiente y soberano, cumpliendo el pensamiento del general San Martín: “El enemigo es mucho más grande y temido si se lo mira de rodillas”.

Con Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner Argentina se puso de pie. Y vamos por más: más soberanía, más libertad, más independencia, más industria y más igualdad. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza.

Sr. Pradines.- Señora presidenta: nuevamente hoy este Congreso de la Nación debate leyes importantes para la República Argentina. Hace apenas un mes estaba debatiendo sin modificaciones, como ahora, el proyecto de reforma a la Carta Orgánica al Banco Central, y hoy está en la misma sintonía.

Sobre todo los legisladores que provenimos de provincias petroleras quisiéramos poder hacer incorporaciones a este proyecto de ley, y acá no estamos discutiendo si la empresa es pública, privada o mixta. En todo el mundo hay empresas de una u otra entidad que son deficitarias o eficientes.

Nuestro país no es una nación petrolera; tiene petróleo, y por lo tanto es importantísimo la forma en que se lo va a explotar, explorar, vender, comercializar, industrializar y sobre todo controlar.

Me preocupa muchísimo como argentino y sobre todo como mendocino que nada menos que el control de este recurso estratégico vaya a estar en manos de los mismos que provocaron el mayor desastre energético en la República Argentina.

Solamente me voy a referir a dos o tres aspectos que considero que faltan en este proyecto de ley. Si la decisión política ha sido avanzar con respecto a la expropiación, la pregunta que surge naturalmente es por qué no avanzamos sobre el ciento por ciento de las acciones, o al menos sobre el 25 por ciento de esta empresa disfrazada, australiana, que tiene una familia argentina y seguramente debe de haber algunos otros accionistas escondidos.

La compra de esas acciones se permitió por la autorización otorgada por este gobierno para que estasmismas empresas a través de sus propias utilidades compraran esas acciones.

Nada dice la ley acerca de que ningún directivo de la empresa puede ser a su vez funcionario público. Esto es realmente una barbaridad. Sin embargo, nada dice la ley en ese sentido.

Tampoco se dice nada con respecto a qué va a pasar con los trabajadores de la empresa, y ni siquiera se ha levantado una sola voz al respecto.

Quiero destacar algo importante: no se ha determinado puntualmente algún elemento que realice un control específico por parte del Estado. Entonces, la pregunta surge claramente: si durante estos últimos ocho o nueve años el Estado no supo controlar a la empresa, y además se dio autorización para firmar los balances, ¿ustedes creen que el Estado se va a autocontrolar a sí mismo? Esto es una barbaridad.

Lo que más me preocupa es el precio al que van a liquidar las regalías. Sabemos que las provincias son las dueñas de los hidrocarburos, tal cual lo establece la Constitución Nacional en su artículo 124, pero el artículo 9º de esta ley señala que solamente vamos a tener una participación de alrededor del 25 por ciento del 51 por ciento.

¿Saben qué está pasando? Estamos entregando la potestad que tienen las provincias productoras de hidrocarburos. Esto es una traición a nuestras provincias.

Por lo tanto, invito al menos a los legisladores de las provincias hidrocarburíferas a votar en contra de esta iniciativa porque se están entregando lisa y llanamente todos aquellos recursos que precisamente interesan a las provincias productoras de petróleo.

En el caso de Mendoza, una de las provincias que más crudo aporta, tenemos una destilería que proporciona aproximadamente el 18 por ciento de todo lo que se destina...

Sra. Presidenta (Abdala de Mattarazzo).- Gracias, señor diputado. Se terminó su tiempo.

Tiene la palabra la señora diputada por Tucumán.

Sra. Gallardo.- Señora presidenta: voy a tratar de ser lo más breve posible, por lo que solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones.

Pero no quiero dejar de destacar, adentrándome un poco en la historia de nuestro país, la lucha que inició el general Mosconi entre 1922 y 1930 y la política petrolera implementada por el general Juan Domingo Perón durante sus primeras dos presidencias.

Estos acontecimientos constituyeron un temprano ejemplo de nacionalismo y también confirman el componente pragmático y firme que orientaron las políticas de aquella época.

Ya el 21 de octubre de 1946, cuando el general Perón expuso ante el Congreso el plan quinquenal, se hablaba de tareas que abarcaban construcciones y proyectos sobre petróleo, minería, gas, energía eléctrica, obras sanitarias, navegación y puertos. En otras palabras, Perón ya manifestaba su interés por la explotación del recurso estratégico que estaba potencialmente disponible en nuestro territorio argentino tanto en el suelo como en el mar.

En aquella época también se preguntaba si el Estado realmente sería capaz de administrar eficientemente la exploración y explotación de ese recurso.

A lo largo de toda la jornada de ayer hemos escuchado muchísimas opiniones acerca del tema YPF. Simplemente quisiera resumir todo lo que se ha dicho en cuanto a Repsol ya que es el principal responsable del desastre que hoy estamos viviendo.

Repsol vació los pozos que ya estaban descubiertos, giró utilidades al exterior y utilizó la renta del subsuelo nacional para invertir en otras regiones mientras se endeudaba por más de 9 mil millones de dólares, efectivizándose con esa política una verdadera apropiación de nuestro patrimonio petrolero y gasífero.

Justamente ayer también he escuchado muchos discursos relativos a la eficacia del Estado a la hora de hacerse cargo de la administración de empresas de gran envergadura. Inevitablemente es necesario destacar laexperiencias que tuvimos con la recuperación de las AFJP y de la aerolínea de bandera, representada por Aerolíneas Argentinas y Austral, que ha modernizado su flota de aviones, incorporándolos a la red aerocomercial internacional y cubriendo destinos en el país que otros privados no quieren explotar. Otro ejemplo para destacar es el de Aysa, Agua y Saneamientos Argentinos, que desde su creación ha incorporado a más de 1.800.000 habitantes a la red de agua potable y a más de un millón de habitantes a la red de cloacas. Creo que huelgan los ejemplos.

También he escuchado mucho y quiero hacer hincapié en lo mencionado sobre la falta de políticas en inversiones en otras energías, las llamadas limpias o alternativas. El desarrollo de las energías renovables y limpias en la Argentina se sustenta, no sólo en la extraordinaria dotación de recursos naturales y en la importante tradición industrial que tiene la Argentina, sino también en la disponibilidad de recursos humanos altamente capacitados en ingeniería y biotecnología, fortaleza que el gobierno kirchnerista ha sabido valorar y aprovechar.

Finalmente, me podría explayar sobre las políticas que han posicionado a la Argentina como primer exportador mundial de biodiesel, sobre la producción de bioetanol, que se desarrolla en los ingenios del NOA y sobre la energía eólica, donde la Argentina es pionera en América latina, ya que cuenta con 15 parques eólicos.

Para dar otro ejemplo, la Argentina también está trabajando en el potencial de la energía geotérmica. Así ocurre en distintas provincias de nuestro país, habiendo once de ellas que tiene un alto potencial para la instalación de paneles… (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Gracias, señora diputada.

Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes.

Sr. Portela.- Señora presidenta: se dice mucho que esta es una sesión histórica. En verdad, esta sesión nunca se debería haber celebrado, porque nunca se tendría que haber privatizado YPF.

Entonces, automáticamente hay que hacer un racconto de por qué estamos acá. Nos trajo a esta problemática un pensamiento o teoría política del gobierno peronista en su versión menemista, pero lo historia no termina ahí, sino que comienza y se profundiza.

Los distintos gobiernos peronistas, en sus versiones kirchneristas, tuvieron las herramientas suficientes como para corregir estos defectos que hoy estamos sufriendo. Contaron con todo el apoyo necesario para evitar esta circunstancia.

Nosotros lo hemos advertido hace más de dos años en el recinto, cuando hablábamos de la falta de política energética. Se siguió avanzando, y el gobierno peronista, en su versión cristinista, tampoco hizo nada, con el agravante de que la situación estalló y hoy tenemos que salir a apagar el incendio.

Esto no es producto de una política de Estado con respecto a la energía hidrocarburífera. Hoy estamos remendando o emparchando un error político gravísimo, que se cometió en el anterior gobierno justicialista. Así observamos a la empresa Repsol, que parece ser el diablo, y lo es, pero este diablo tiene cómplices, que le permitieron vaciar la empresa. Hay responsabilidades políticas y administrativas. Entonces, quiero ver a mi presidenta denunciando al co-responsable, a De Vido, yapartándolo de la función, que sería lo correcto en un Estado de derecho. El problema es que este Estado de derecho también tiene falencias gravísimas, porque en nuestro país, lamentablemente, la vigencia plena de la Constitución no se da, y la vigencia de la ley, tampoco. Los jueces están preocupados por garantizar impunidades en lugar de corregir los errores o defender los derechos.

Nos encontramos con un federalismo a la carta; un federalismo que de acuerdo al beneficiario, da o quita. En el caso de la provincia de Corrientes, no nos dan los 700 millones de regalías de Yacyretá y Salto Grande. Otro federalismo que también padecemos los correntinos es que si bien la Constitución dice que Yacyretá es nuestra, el delegado que tiene que defender la voz de la provincia en ese emprendimiento lo designa De Vido.

La distorsión de este federalismo a la carta se basa fundamentalmente en los hechos y en las circunstancias. Menem dijo que las circunstancias son distintas. Pareciera que las políticas de Estado deben ser manejadas por las circunstancias. Por esta razón, nosotros padecemos los errores que cometieron estos gobiernos.

En términos generales, vamos a acompañar la iniciativa en consideración, pero advierto que no somos idiotas útiles; somos coherentes y creemos –la historia lo demuestra- que todos los países deben hacerse cargo de sus políticas energéticas. No pido que se hagan cargo, porque no lo harán; pero voy a hablar al pueblo argentino. Es necesario que entre todos, de una vez por todas, garanticemos la vigencia plena de la Constitución y de las leyes. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza.

Sr. Albarracín.- Señora presidenta: en primer término quiero aclarar que voy a votar junto con mi bloque, aunque no comparto que este proyecto de ley signifique un cambio de paradigma y de política petrolera. Al contrario, creo que va a significar una profundización de los males e inconvenientes que tenemos hasta el momento.

En segundo término, al analizar la situación hay un punto que es favorable: el gobierno, mal, tarde y sin ganas ha reconocido que hay graves inconvenientes en la política petrolera y debe revertirse esa realidad. Lo que hay que considerar es si el instrumento que elige para ello es el apropiado.

Al observar brevemente la ley, advertimos que el Estado nacional se queda con el 51 por ciento de las acciones y el 49 por ciento restante se las da a las provincias participantes del OFEPHI. Estas acciones se van a sindicar por cincuenta años. ¿Qué significa esto? Más centralismo; es una utopía que las provincias dispondremos de los recursos hidrocarburíferos. Lo que haremos es aportar al capital que habrá que pagar por YPF y eventualmente por la explotación. Repito: es una utopía que vayamos a manejar, aunque sea en parte, esta empresa. En virtud de este artículo, el gobierno nacional será el que maneje este tema, por eso implica más centralismo.

Por otro lado, también representa menor control, porque aunque expresamente no hacía falta, se establece que no será aplicable ninguna legislación o norma que reglamente la administración, gestión, etcétera. En consecuencia, es menos control. Tenemos más centralismo y menos control.

Por otra parte, se expande casi al infinito la posibilidad de financiarse y asociarse con empresas nacionales o extranjeras, es decir que no hay límite. Esto, de acuerdo con el artículo 17. En consecuencia, estamos frente a centralismo, falta de control y discrecionalidad.

Por si hiciera falta decir algo más en el sentido de que la decisión que va a adoptarse no significa un cambio de política, vemos que el interventor de la empresa es quien ha llevado adelante la política energética del país durante los últimos ocho años. Entonces, este combo ya tiende a cerrarse, por lo que no estamos en presencia de un cambio sino de una continuidad. Por eso, tampoco está claro ni se explicita el plan de inversión.

Antes de concluir con mi exposición, quisiera dedicar un párrafo a mi provincia, Mendoza. Muchos están contentos porque ella tendrá participación en esta empresa; sin embargo, no se trata de esta cuestión –que en sí es positiva- sino de cuánto costará a la provincia tal participación.

Sé que no se pagará ahora sino más adelante. Si esta expropiación se hubiera hecho siguiendo el criterio de la Constitución Nacional, al menos podríamos saber cuánto y cómo vamos a poder pagar, pero ni de eso tendremos conocimiento.

Sin perjuicio de las consideraciones expuestas, señora presidenta, votaré a favor junto con mi bloque. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por La Pampa.

Sra. Regazzoli.- Señora presidenta: hoy, estamos dando vuelta otra página de la historia argentina en una decisión fundamental para consolidar la independencia económica y el fortalecimiento de la soberanía nacional.

Hoy, podemos decir con orgullo de país que estamos recuperando las decisiones estratégicas de YPF, que volverá a manos de los argentinos.

No se trata, entonces, de un simple cambio de manos respecto de las acciones, sino de recuperar una herramienta en la regulación y la gestión de la riqueza generada por los hidrocarburos, para direccionar los grandes lineamientos al servicio de un proyecto económico con inclusión social, con autoabastecimiento –que requiere cada vez mayor energía para alimentar el crecimiento récord logrado-, destinando tales recursos a políticas sociales, generación de nuevas tecnologías, investigación, educación, salud, así como también al agregado de valor, a las riquezas nacionales y a la promoción de políticas de pleno empleo.

Reitero: se trata no sólo de un cambio de manos respecto de las acciones, sino de modificar el presente para mejorar el futuro, seguramente, con nuevas obligaciones, responsabilidades y urgencias.

Algunos sectores sostienen la idea de que nuestro país se vincule con el mercado mundial en forma subordinada. Señora presidenta: el proceso de transformación se inició en 2003 con el presidente Kirchner y lo continúa y profundiza Cristina, poniendo la economía bajo la conducción política, y al hombre, como centro del proyecto nacional.

Como dijera el general Perón, la independencia económica debe estar sustentada sobre los valores de la producción, y es el Estado quien debe organizar las riquezas de la Nación porque si él no lo hace, lo harán los consorcios capitalistas. La única diferencia reside en que el Estado actúa en beneficio de todos los argentinos, y el consorcio, a favor de extranjeros que están a 8.000 kilómetros de nuestra patria.

Por lo expuesto, adelanto mi voto afirmativo y mi pleno acompañamiento a esta iniciativa que reivindica las banderas históricas de la nacionalidad argentina. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Chaco.

Sra. Terada.- Señora presidenta: en primer lugar, voy a manifestar mi adhesión al dictamen de la diputada Elisa Carrió por coincidir en su contenido y por la denuncia que desde el año 2006 viene haciendo este partido de la Coalición Cívica ARI y el bloque en relación al vaciamiento de la empresa YPF.

Cuando miramos el emblema de YPF nos surgen los mejores sentimientos, las añoranzas y los recuerdos, pero esa YPF, la de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, no es la que estamos por expropiar ahora.

La de hoy es una empresa vaciada, sobreexplotada, una empresa de la que existe un reconocimiento expreso por parte de la señora presidenta de la Nación en su discurso de presentación del proyecto y en la exposición de motivos de éste, como así también del ministro De Vido y del viceministro de Economía Alex Kicillof, de que se trata de una empresa vaciada.

Entonces, lo que estamos viendo en la realidad es que en definitiva nadie se hace cargo de este proceso de vaciamiento que lleva más de diez años.

¿En qué estamos entonces? Estamos en un juego perverso entre la nacionalización populista y demagógica y la realidad de que los recursos naturales y estratégicos siempre deben estar en manos del Estado. Esto lo venimos ratificando nosotros desde el año 2001.

Sin embargo, cuando hablamos de Estado, ¿a qué nos referimos? ¿A este gobierno? ¿Este gobierno que a sabiendas del vaciamiento de Repsol YPF permitió que se fueran del país entre el 90 y el 130 por ciento de las utilidades? Recordemos que en el período 2008-2011 se llevaron del país alrededor del 130 por ciento de las ganancias. ¿Qué implica eso? El incumplimiento de las obligaciones del contrato de concesión y una sobreextracción de pozos que en su momento YPF había descubierto.

Por eso, cuando hablamos de que YPF pasa a manos del Estado, nos preguntamos de qué Estado. ¿De este gobierno que en 2004 creó ENARSA, una empresa de la que solamente conocemos el nombre pero que no solucionó para nada todos los problemas que decía que iba a resolver? ¿De este gobierno que no utilizó la denominada acción de oro para impedir el vaciamiento de YPF?

Mi provincia del Chaco sufre las consecuencias porque pagamos el gas mucho más caro y tenemos que hacer grandes colas para acceder al combustible.

Lo que más nos preocupa en el análisis de esta ley es con qué dinero se va a pagar el precio. ¿Nuevamente con el dinero de los jubilados? Traigo a colación cuando en los 90 se decía que con YPF se iba a pagar el 82 por ciento móvil a los jubilados. Nada de esto es una realidad.

Me preocupa que en el artículo 17 del proyecto que seguramente hoy va a ser ley, se habla de acudir a las fuentes de financiamiento internas y externas, a la concertación de asociaciones estratégicas, joint ventures, uniones transitorias de empresas y todo tipo de acuerdo de asociación y colaboración empresaria con otras empresas públicas, privadas, mixtas, nacionales o extranjeras. Quiero saber cómo se va a hacer todo esto.

Por todos estos fundamentos es que nosotros no podemos votar ni a favor ni en contra y por ello pedimos autorización para abstenernos porque no queremos ser cómplices de ilícitos que se vienen produciendo desde hace más de diez años. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Santiago de Estero.

Sra. Ruiz.- Señora presidenta: la decisión de la presidenta de la Nación de devolver al pueblo argentino Yacimientos Petrolíferos Fiscales es una de las políticas más trascendentes de los últimos tiempos. De allí el reconocimiento de gran parte de la sociedad –que en este recinto se ha destacado- y de las distintas fuerzaspolíticas que la componen. Sin duda, hemos entendido que estamos ante una verdadera política de Estado.

A lo largo de la historia las guerras desatadas en el mundo por el control del gas y del petróleo dan cuenta de lo estratégico que es para el desarrollo de un país el manejo de estos recursos, pero también dan cuenta de la importancia que tiene para un país la decisión que ha tomado la señora presidenta. Hoy la Argentina le está diciendo al mundo que cada día es más soberana.

Por mi trayectoria gremial no puedo soslayar los efectos nocivos y catastróficos que tuvo en los noventa la privatización de YPF. Recordemos que esta empresa era el cuarto mayor empleador del país, y que más de cuarenta mil trabajadores quedaron sin su fuente de trabajo. Pueblos enteros perdieron su perfil y sufrieron la desarticulación social, económica y política.

Entonces, ¿cómo no voy a estar de acuerdo con esta decisión trascendental? ¿Cómo no voy a estar de acuerdo con declarar de interés público nacional el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos si el año pasado, como consecuencia de las maniobras especulativas de estos grupos económicos, la actividad agraria de mi provincia se vio prácticamente paralizada por la falta de combustible? Como todos saben, las maquinarias que se utilizan en el campo no se pueden poner en funcionamiento si no cuentan con un vital elemento, como lo es el gasoil.

Lo mismo ocurrió con la actividad turística. En ningún momento tuvieron en cuenta los esfuerzos que realizó mi provincia para fomentar la zona de Termas de Río Hondo y darle mayor protagonismo dentro de la actividad turística. Podíamos ver como postales a los micros con los contingentes turísticos parados en las estaciones de servicio a la espera del combustible. Como se caían las reservas en los hoteles los trabajadores que durante todo el año esperan la llegada de esos tres o cuatro meses de mayor actividad fueron los mayores perjudicados.

¿Cómo no voy a estar de acuerdo con que nuestro país, haciendo uso de sus facultades soberanas, recupere esta empresa petrolera de bandera? Seguramente esto nos permitirá inaugurar una etapa plena de desarrollo.

Sinceramente me siento orgullosa de ser protagonista de esta parte de la historia. Por ello, adelanto mi voto afirmativo al proyecto en consideración. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Santa Cruz.

Sra. Álvarez.- Señora presidenta: en primer término, solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones, porque es muy extenso todo lo que tenía para exponer.

Para no ahondar en referencias históricas que ya han sido mencionadas en este recinto en reiteradas oportunidades, sólo me permitiré hacer alusión a la histórica posición del radicalismo, cuando en 1922 el presidente Hipólito Yrigoyen creó la Dirección Nacional de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Lo hizo con la absoluta convicción de que las riquezas del subsuelo eran bienes para el enriquecimiento nacional y el beneficio del pueblo.

Posteriormente, durante la Presidencia de Marcelo T. de Alvear, se designó como director de la empresa al ingeniero Enrique Mosconi, quien supo traducir la idea de Yrigoyen en acciones concretas, que convirtieron a la empresa en un ejemplo de la acción petrolera nacional.

Con el permiso de la Presidencia y de los colegas legisladores, intentaré refrescar la memoria de quienes fueron protagonistas, partícipes directos y/o meros espectadores de una sesión histórica de la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de Santa Cruz, mi provincia.

El hecho es que el 17 de septiembre de 1992 se presentó un proyecto de declaración de autoría de la entonces diputada provincial y actual presidenta de todos los argentinos, doctora Cristina Fernández de Kirchner, quien a través de ese texto exigía a los entonces legisladores nacionales por el distrito de Santa Cruz que con su presencia en el recinto y su voto afirmativoposibilitaran el tratamiento del proyecto de ley de Federalización de Hidrocarburos y Privatización de YPF, ya que con ello se jugaba la perspectiva del futuro de Santa Cruz.

Los diputados nacionales que estuvieron en la sesión de privatización de YPF fueron los radicales Héctor Horacio Di Tulio -presente en este recinto-, Ángela Jerónima Sureda y los justicialistas Rafael Flores, Arturo Antonio Puricelli y Rita Drisaldi. El actual ministro de Defensa, doctor Arturo Puricelli, fue el único que aun sin estar enrolado en las filas kirchneristas votó afirmativamente el proyecto de privatización.

Como legisladora nacional electa por ese distrito me pregunto si la perspectiva de futuro a la que la presidenta hacía mención en su proyecto es la que hoy

-veinte años después- vive mi provincia de Santa Cruz, gobernada ininterrumpidamente por el kirchnerismo desde 1991 a la fecha. La realidad es la de una provincia quebrada, que no puede afrontar en tiempo y forma el pago de los salarios de los activos y pasivos desde el mes de diciembre de 2011. Además, tiene suspendido el pago de las obligaciones contraídas con los proveedores, presentando serias dificultades en materia de salud y seguridad.

La presidenta fundaba su pedido en que muchos legisladores de la Honorable Cámara venían obstruyendo la posibilidad de la ley de Federalización de Hidrocarburos y de privatización de YPF. Planteaba que “ninguna argucia reglamentaria debía ser puesta al servicio de retrasar las soluciones que nuestra provincia necesitaba.”

¿Es la misma persona a la que hoy le toca dirigir los destinos de nuestra Nación? ¿Será la misma que ordenó al hoy bloque oficialista no permitir la aprobación del proyecto del 82 por ciento móvil para nuestros jubilados, o la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias para todos los empleados?

Nosotros, como radicalismo, siempre tuvimos una posición coherente al respecto, ya que aquí mismo y en reiteradas ocasiones tuvimos que escuchar a legisladores oficialistas recordando los desaciertos cometidos por el gobierno de Alfonsín o de la Alianza.

¿Por qué no hacen un mea culpa y le dicen la verdad a la sociedad argentina? Díganle que fueron las políticas neoliberales de los 90, impulsadas por el menemismo y apoyadas por el actual oficialismo -que hoy parece olvidarlo-, las que sumieron a nuestro país en una profunda crisis, como la que desencadenó en 2001. En muchos casos no nos son ajenas, pero en su mayoría se debieron a las irresponsabilidades de políticas impulsadas por los que hoy dicen ser defensores del Estado.

Preocupan las declaraciones del embajador de la Unión Europea...

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Gracias, señora diputada. (Aplausos.)

Tiene la palabra el señor diputado por Entre Ríos.

Sr. Elorriaga.- Señora presidenta: para mí es un honor participar de esta sesión memorable, ya que vamos a recuperar parte de nuestra soberanía que habíamos entregado.

He seguido con atención todo lo actuado en elplenario de las comisiones de Energía y Combustibles, de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto y Hacienda y todo lo que los compañeros y colegas diputados han hablado hasta el momento.

En verdad, han surgido algunos conceptos interesantes y sobre algunos de ellos me voy a referir ahora. Pero quiero anticipar desde ya el total apoyo al proyecto en consideración.

En primer lugar, quiero destacar que el presente proyecto es en buena parte un reconocimiento a aquellos empleados de YPF que bajo distintos ardides o estratagemas, o como quieran llamarlos, han quedado afuera en aquellos años de los 90.

Basta recordar los retiros voluntarios con los que les decían que iban a poder vivir el resto de sus vidas y sus descendientes, el programa PPP, Programa de Propiedad Participada, que nunca se terminó de cumplir y la conformación de pequeñas empresas a las que teóricamente la nueva empresa les daría trabajo y no fue así, o en buena parte no fue así, ya que sólo tuvieron trabajo los amigos de la nueva YPF.

No vamos a hablar de todos aquellos que fueron directamente despedidos porque no tenían lugar en el nuevo orden que estaban implementando. Fueron prácticamente desechados.

Una compañera me contaba al ingresar al Congreso que se había demorado en la calle porque ex empleados de YPF la paraban para felicitarla. Eso mismo nos sucedió y la verdad es que estamos con ellos.

Creemos que este proyecto de ley es una luz de esperanza para todos ellos, ya que ven con una nueva perspectiva lo que va a pasar con su querida YPF y con la nuestra que nunca debimos haber abandonado.

He oído con agrado a distintos diputados decir que les gustaría ir por más en este proyecto de ley. Hubo otros que dijeron que esta YPF sobre la que estamos trabajando sólo representa nada más que un tercio de la producción o de las reservas y que les gustaría que este proyecto fuera más amplio y más profundo. Todo eso me parece bien pero creo que estamos ante una inmensa oportunidad de incrementar nuestra participación, incluso la participación de todos los argentinos, lo que se dará a partir de esta tarde cuando votemos esta ley y podamos trabajar sobre el 49 por ciento de las acciones que quedan en poder de otras manos. En síntesis, es una buena oportunidad y un buen punto de partida para poder trabajar de ahora en más.

En cuanto a los que criticaron duramente las políticas energéticas de los últimos años, sólo les escuché hablar del petróleo y del gas, con argumentos por lo menos dudosos, pero nada dijeron de todo lo que se trabajó en estos nueve años sobre las distintas energías, cómo se transportan y cómo se produce todo lo que se ha incrementado en los últimos tiempos.

También escuché a algunos que ayer y hoy, a treinta años de que una Nación colonialista dejara en el Atlántico a 323 argentinos, que se mostraron preocupados por lo que otra Nación colonialista opina de nosotros. Les pido que no nos preocupemos por lo que opinan los españoles y sintámonos orgullosos por lo que hacemos nosotros hoy. (Aplausos.)

Seguramente me va a faltar tiempo, por lo que quisiera insertar el resto del discurso que pensaba pronunciar, pero no quiero perder esta oportunidad para destacar que una de las actividades que en estos nueve años se ha desarrollado tremendamente ha sido el turismo, al que lo ha acompañado la actividad que yo desarrollo, que es la construcción de caminos.

Uno ve con inmensa alegría que este fin de semana no faltó nafta en los surtidores de YPF, y también...

(Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Gracias, señor diputado. Su tiempo ha concluido.

La Presidencia va a pedir a todos los señores diputados que por favor respeten los cinco minutos, como se ha convenido en la reunión de Labor Parlamentaria.

Si los señores diputados están de acuerdo, cuando les falte un minuto para concluir el término, la Presidencia les puede decir que vayan cerrando su discurso como para que no sientan que el corte se produce de repente.

Si existe asentimiento, así se procederá.

- Asentimiento.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Muchas gracias, señores diputados.

Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sra. Bertol.- Señora presidenta: solicito autorización para insertar el discurso que pensaba pronunciar y también para insertar la denuncia por incompatibilidad de funciones que hicimos ayer ante el fiscal del control administrativo de la Oficina Anticorrupción para expresar puntualmente lo que el señor miembro informante de nuestro bloque, Pablo Tonelli, refirió con respecto a la violación de la ley 25.188, de ética pública.

Además, estoy convencida de que hoy deberíamos estar debatiendo aquí una política pública. Deberíamos tener en cuenta que construir una política de Estado no es votar en forma unánime y mayoritaria una ley, sino que comodijo la senadora Morandini, una política de Estado es construir la política con los otros.

También me preguntaba sobre las paradojas de la vida. Ayer algunos decían: “No privatizamos, no vaciamos”, y yo recordaba cuando en 1992, sentada en una de las bandejas de este recinto, escuchaba a mi referente político Andrés Fescina –a quien quiero rendir homenaje, pues falleció el año pasado-, que con muchísimo dolor pronunció un discurso contrario a la privatización de YPF, sosteniendo que no hay federalismo sin sustento económico y no hay armonía entre las regiones si no se les reconoce lo que les pertenece.

Nuestro proyecto alternativo reconoce el federalismo, pero además, pretende dar un verdadero marco jurídico a las inversiones en nuestro país. Cuando el gobierno ha sido socio y parte de la caída de YPF, resulta difícil escuchar a sus representantes reivindicar esos derechos con tanta emoción y verdad.

Sin embargo, también me pregunto si no estaremos frente al fenómeno que describe Irving Janis, un psicólogo que desarrolla la teoría del pensamiento colectivo con respecto a Bahía de los Cochinos, a la que por lo menos yo adhiero. Él habla de que cuando en el grupo hay una ilusión de unanimidad, una noción de invulnerabilidad, se cree que todos tenemos que pensar de la misma manera.

También entiendo que se está haciendo uso y abuso de las emociones. La emoción es un impulso para actuar y es muy importante en nuestra vida. Pascal decía que a veces el corazón tiene razones que la razón desconoce. Sin embargo, considero que en el recinto de la Cámara de Diputados deberíamos hacer primar la razón por sobre la emoción. Me parece que deberíamos tener muchísimo cuidado, porque muchas veces esa dicotomía entre la emoción y la razón nos lleva a creer que lo que hacemos por emoción es correcto, y detrás de Yacimientos Petrolíferos Fiscales hay muchísimo más que una sigla.

Quiero decir que, si se trata de emoción, siento que la poseo casi toda y voy a explicar por qué. Mi padre trabajó 39 años como inspector de YPF, y este es el diploma que le entregaron, que dice: “A Waldemar Alejo Bertol, el inspector, cariñosamente, con motivo de su retiro de la familia YPF, sus hermanitos comodorenses del 40.”

De manera que en mi familia se mamó, se vivió y se sintió YPF. Tres mujeres crecimos y pudimos estudiar en la escuela pública y luego en la universidad pública.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- La Presidencia hace saber a la señora diputada que le resta un minuto para concluir con su tiempo.

Sra. Bertol.- Por eso digo que a veces hay que tener cuidado y la emoción no debe nublar la razón.

En la universidad pública, en la Facultad de Derecho, me enseñaron a respetar la Constitución y que hay que trabajar dentro de la ley y no fuera de ella. Allí también me enseñaron qué era una expropiación y qué era una confiscación.

Más allá de la emoción profunda que significa para mí, en lo personal, y para muchos de mis compañeros, que no son neoliberales, cipayos ni formaron parte de los que votaron la privatización de YPF, hoy decimos que no porque, en rigor, decimos que sí al estado de derecho, a la seguridad jurídica en nuestro país y a que se respeten las leyes por sobre las emociones. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por La Rioja.

Sra. Herrera.- Señora presidenta: en primer lugar, pido autorización para insertar el texto de mi discurso en el Diario de Sesiones, porque es mucho lo que podemos decir y lo que tengo para decir sobre este tema.

Iba a comenzar mi discurso desde otra visión, desde la visión histórica, desde la visión de una decisión política tomada por una mujer que conduce los destinos del país.

Ayer y hoy escuché los discursos de aquellos que sentados en una banca toman posiciones como Poncio Pilatos, lavándose las manos, como diciendo: “Háganse cargo”. Paraellos es una frase, tal vez conocida por pocos pero no desconocida para el peronismo. Porque hay que decir al resto de las bancadas que toda la vida el peronismo se hizo cargo de los aciertos y de los errores. Y por eso estamos acá, ante este hecho histórico, ante esta decisión política de recuperar no tan solo la base petrolífera, de hidrocarburos para la Argentina, sino la base fundamental, que es la fuente laboral para el pueblo argentino. Lo hizo una peronista y lo hacemos todos aquellos que estamos acompañando desde el convencimiento esta decisión.

Por eso no es bueno ver que en esta Cámara de Diputados quienes tienen la obligación, por supuesto, de disentir, de discrepar, etcétera, se escuden diciendo “no privatizamos, no entregamos”. El pueblo argentino nos elige para tomar las decisiones correctas. Esta debería ser una sesión en la que aquellos que dicen que no están convencidos sientan orgullo por la decisión que tomó la presidenta de la Nación.

Aquellos que tal vez desde la bisagra política parecerían cipayos en el accionar o en sus palabras, no deberían criticar estas acciones. Como mujer, como riojana, como argentina me siento orgullosa de formar parte de esta política de Estado, porque es una política de Estado la que hoy estamos llevando a cabo. Gracias a esta política –y muchos dicen que no la tenemos en el ámbito energético- en cada pueblo de mi Rioja ha llegado la electricidad, está llegando el gas, sobre la base de esas decisiones que desde 2003 se vienen adoptando en cada una de las provincias argentinas.

También confío en que cada uno de los que estamos compartiendo este proyecto instemos a que en la reglamentación de la ley –más allá de las provincias petrolíferas- se tenga la visión de abrir el juego para todas las provincias de la República Argentina.

Las palabras de la presidenta quedan grabadas en la memoria de la historia argentina: “Queremos una empresa nacional y profundamente federal; recuperamos la soberanía y tendremos una política de Estado en la que YPF forme parte de todas las provincias argentinas y del pueblo argentino. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.

Sr. Sacca.- Señora presidenta: solicito permiso para insertar parte de mi discurso y voy a hacer algunas reflexiones. En la inserción seguramente habrá datos estadísticos y números, con precios, costos, etcétera.

Voy a citar a Aristóteles, que decía que la realidad es la única verdad. Y cuando hablamos de realidad nos referimos a que en la historia del radicalismo no hubo dudas, no hubo fisuras ideológicas, reivindicando a Don Hipólito Yrigoyen y a Mosconi, desde la creación de YPF hasta la fecha, en todas las instancias. En todos los momentos históricos el radicalismo defendió la estatización.

Por otro lado, después de que se privatizó, tanto diputados como senadores radicales estuvieron presentando pedidos de informes y cuestionamientos que nunca fueron oídos por el gobierno.

La realidad es que el peronismo entregó YPF, nohay dudas. La realidad es que el peronismo entregó YPF y en estos últimos diez años fracasó la política energética. No hay dudas en este sentido.

La realidad es que los responsables de la política energética en los últimos diez años son los mismos que el gobierno pretende designar para controlar esta estatización. Esta es la pura realidad; no estoy inventando nada.

La realidad es que al oficialismo no le interesan las voces que puedan superar los proyectos presentados por la mayoría. Creo que uno viene a parlamentar a un Parlamento, y no a condicionar los tiempos.

Lamento que no se tomen las instancias totalmente superadoras propuestas por el radicalismo en este caso para exacerbar controles y obtener una mayor presencia de la Auditoría General de la Nación.

Inclusive, en lo personal he planteado la creación de una comisión bicameral para el seguimiento de esta estatización porque si el Congreso es el que estatiza debería ser él mismo quien la controle. Creo que los controles se deben profundizar. Ningún bien nacido puede estar en contra del control.

Cuando se habla de autoabastecimiento, y sigo hablando de la realidad –soy un atrevido al citar a Aristóteles-, hablamos de petróleo. Todos sabemos que nadie ha presentado ni comentado un plan estratégico claro en el corto, mediano y largo plazo relativo a los recursos energéticos, donde el petróleo es nada más que una pata. Las otras son las energías alternativas.

En el Congreso de la Nación hoy existe un proyecto presentado por el bloque de diputados radicales por el que se propicia la creación de una Instituto Nacional de Energía Renovable que tiende a sintetizar todos los esfuerzos aislados de algunas oficinas públicas, como así también de investigadores de universidades públicas y privadas y de diferentes ONGs. La idea es poner esta herramienta a disposición del gobierno actual. Quizás este sea el momento de que comiencen las investigaciones, y tal vez sea otro gobierno el que las finalice. No se trata de estar pensando solamente en el ahora, en el mañana o en la próxima elección; se trata de legislar para nuestro futuro.

Los aviones seguramente seguirán volando gracias a combustibles derivados del petróleo, pero tenemos que ver cómo contemplamos la posibilidad de forjar energías alternativas para el parque automotor. En este sentido, no existe un plan estratégico claro.

Para terminar, voy a hacer una reflexión final con respecto al ser radical. Yo soy radical: desde que pude afiliarme, a los dieciocho años, siempre lo fui. No tengo dudas de que las empresas del Estado deberían haber sido, deben ser y deberán ser argentinas.

Lo que hoy estamos haciendo es tomar un control mayoritario de algunas acciones; no estamos tomando el control total de YPF. Cuando entregamos la empresa cedimos el ciento por ciento de las acciones, y hoy nos vanagloriamos de una segunda oportunidad histórica por la que vamos a recuperar el 51 por ciento. Es decir que estamos 49 por ciento para atrás y tenemos veinte años de atraso.

Como radical, estoy muy contento de que el oficialismo por fin nos haya hecho caso al tomar una bandera radical para reivindicar y reconocer sus propios errores...

Sra. Presidenta (Abdala de Mattarazzo).- Gracias, señor diputado. Se terminó su tiempo.

Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Bidegain.- Señora presidenta: el proyecto de soberanía hidrocarburíferas que estamos debatiendo es de indudable trascendencia. Seguramente el final de la sesión nos encontrará con un importante grado de consenso, fundamental y necesario para la implantación y puesta en marcha de una política de Estado que represente de la mejor manera posible y en el contexto en que nos desenvolvemos el interés superior del pueblo y la Nación argentina.

Estoy convencida de que con la aprobación del proyecto remitido por el Poder Ejecutivo, que ya cuenta con la sanción del Senado, estaremos poniendo no sólo una bisagra más en la historia argentina sino que además estaremos enviando una fuerte señal a la comunidad internacional de que nuestro país, por voluntad soberana de las provincias que lo componen y del pueblo soberano que representamos, está decidido a abandonar definitivamente el camino del neoliberalismo responsable de la crisis económica, social y política más importante de nuestrahistoria. La intervención estatal en un área estratégica como la abordada por este proyecto, ha tenido a lo largo de nuestra historia la consideración favorable de todos los signos políticos que han llegado al gobierno de nuestro país. El descubrimiento estatal de yacimientos petrolíferos tuvo lugar el 13 de diciembre de 1907, bajo la presidencia de Figueroa Alcorta, y sólo un día después, el 14 de diciembre del mismo año, se decretó la reserva de las 200 mil hectáreas circundantes para la explotación estatal. En 1910, bajo la presidencia de Roque Sáenz Peña, se creó la primera protoorganización al mando del ingeniero Huergo, que concluyó por primera vez con un proceso de explotación, transporte y comercialización eficiente.

Hipólito Yrigoyen creó YPF, pero fue su sucesor, Marcelo Torcuato de Alvear, quien puso al frente de esa dirección al general Enrique Mosconi, quien la convirtió en una empresa moderna y pujante.

Como militar con fuerte orientación nacionalista, seguramente inspirado en Enrique Mosconi y Manuel Savio, el general Perón asignó una importancia trascendental no sólo a YPF, sino también a Gas del Estado; no obstante, es justo reconocerlo, siempre pensó en la necesaria complementariedad con las empresas portadoras de mayor desarrollo tecnológico, como lo demuestra la firma para la explotación conjunta de 40 pozos con la petrolera Drilexo el 11 de diciembre de 1947.

Este fue el pensamiento y acción de gobierno que, contrariando sus promesas de campaña, finalmente terminó implementando Arturo Frondizi, y así podríamos seguir analizando uno a uno, a excepción, claro está, del gobierno que la privatizó en la década de 1990.

De manera tal que el amplio consenso social y político alcanzado por la iniciativa gubernamental también se sustenta en el sólido consenso de la historia.

Señora presidenta: creo que es una buena oportunidad para que los argentinos en general, y esta Cámara en particular, comencemos a discutir más sobre hechos concretos que sobre intenciones poco o nada verificables.

Vivimos un momento singular de nuestra historia. Contemplamos la incipiente reconciliación de la política con el pueblo y de los jóvenes con la cosa pública. Esas reconciliaciones se fundan en que a lo largo de estos nueve años, la política, aun con sus limitaciones, pudo estar al servicio de un país más justo.

Primero, Néstor Kirchner, y ahora nuestra presidenta han demostrado que la política no sólo debe, sino puede, regir los destinos de la Nación, sin someterse a los designios de las corporaciones que impusieron por décadas sus condiciones y privilegios.

Lo hemos conseguido con decisión, vocación y convicción política, fortaleciendo el rol del Estado, reubicándolo al servicio de la sociedad y no del mercado, priorizando un modelo productivo de industrialización a la especulación financiera.

Tenemos la oportunidad única de reescribir las páginas de la historia en tiempo presente, como lo hacen los pueblos cuando se deciden a avanzar. Nunca lo hacen apoyados en la nostalgia de los tiempos idos, pues lo que los movilizan son sus esperanzas, sus utopías y la maravillosa sensación de percibir que el futuro está en sus manos.

Por eso, porque YPF siempre anidó en el corazón de los argentinos y vivió en nuestro imaginario colectivo, y porque como dijo Raúl Scalabrini Ortiz: “…hay un país que nos está esperando. Hay una esperanza que está requiriendo una acción. Hay una acción que está vacante y desde la que se hace historia.”, nuestro voto va a ser afirmativo.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Junio.- Señora presidenta: quiero comenzar planteando un concepto que se vincula con el día de hoy y con los próximos debates en nuestro país y en esta Cámara.

La vida y la historia reciente demuestran que en la gestión de servicios públicos estratégicos y la explotación de recursos naturales, el sector privado tiene una contradicción insalvable entre su propio interés y el interés público. Sus planes de negocio son absolutamente contradictorios con los objetivos sociales y políticos de un servicio para la comunidad y los intereses de la Nación.

Tanto las empresas multinacionales como las de origen local persiguen la maximización de sus ganancias, subestimando el interés público. Consecuentemente, con este rasgo inevitable, la corporación multinacional Repsol desplegó una estrategia de reducción de la producción y las reservas.

Entonces, resulta clarísimo que la producción se realizó a costa de las reservas descubiertas antes de que Repsol comprara la mayoría. O sea que la explotación se realizó con las reservas descubiertas por el Estadoargentino. Si se pierden las reservas, la empresa se descapitaliza. En consecuencia, cabe preguntarse: ¿Repsol iba hacia el abismo, estaba errando el rumbo, se equivocaba? Ciertamente no había error; era un plan deliberado, estratégico, de extracción de las reservas existentes, aprovechando el gran precio internacional para llevarse más utilidades a su matriz ultramarina; utilidades que representan la riqueza de nuestro suelo y los esfuerzos de los trabajadores argentinos.

De modo que practicaron el más clásico saqueo colonial; aplicaron una línea muy parecida a la del imperio durante el virreinato en relación con los minerales: extractivismo colonial y remisión a las metrópolis, muy parecido a lo que hicieron en el cerro Potosí y en Zacatecas durante el imperio. Por entonces, era el oro amarillo; ahora es el oro negro.

Con esta gran decisión política estamos generando un trascendente acto de reparación que rompe definitivamente con los nudos gordianos del dogma y del poder neoliberales. Entonces, se comprende por qué los neoliberales, conservadores de derecha, se oponen frontalmente a esta decisión.

Es justo agregar que no es éste un afán exclusivo de los españoles y sus actuales socios. También es el afán de otros grupos oligopólicos de los agronegocios, de la minería, de los grandes exportadores de nuestros granos, de las grandes corporaciones que controlan la producción de alimentos y de los monopolios comerciales que controlan gran parte del abastecimiento para el consumo de nuestro pueblo.

Es imposible no asociar a este planteo que involucra a los oligopolios el hecho de que esos mismos grupos concentrados sean los formadores de precio, que confiscan a nuestros trabajadores los ingresos que logran en paritarias o mediante los planes sociales que aporta el Estado. Son esos mismos grupos los verdaderos fabricantes de la inflación. Por eso, esta decisión nos fortalece para ir por más transformaciones.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, don Julián Andrés Domínguez.

Sr. Junio.- Quiero recordar un hecho que me parece tanto interesante como simbólico, y que data de cien años. Cuando se descubrió el petróleo se hicieron dos análisis, uno en Campana. En esa oportunidad la Standard Oil decía: “Se trata de un asfalto de calidad inferior, no sirviendo de combustible” y que “La explotación de esa materia prima por medio de la destilación y comercialización no será provechosa”. En cambio, el laboratorio del Estado señalaba: “Se trata de un excelente combustible mineral, tanto por su valor calórico como por la ausencia de sustancias nocivas”.

Como vemos, los oligopolios siempre mienten. No se trata de un problema moral sino que está en la naturaleza de su objeto lucrar y lucrar. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Iturraspe.- Señor presidente: Nosotros que formamos parte de un amplio sector de este pueblo que resistió la privatización en todos los ámbitos posibles, desde los debates, las denuncias, las bancas, las movilizaciones, los cortes, nos sentimos legítimamente parte de esta recuperación de la mayoría del paquete accionario de YPF.

Creemos que es un primer paso para recuperar la dirección correcta. Sin embargo, hay temas que nos preocupan. No somos ingenuos, pero sí coherentes en intentar expresar las voces de los que nos trajeron hasta aquí.

La descripción que hace el Ejecutivo sobre los incumplimientos de Repsol, el vaciamiento de nuestros pozos, el abandono de nuevas exploraciones, la falta absoluta de inversión en nuevas tecnologías, podríamos haberla hecho nosotros. Sin embargo, el partido que hace nueve años que gobierna la Argentina es el que tiene la responsabilidad de controlar, exigir y dar cuenta, no de transformarse hoy en denunciante.

El mismo proyecto aclara que no estamos frente a una estatización, pero nosotros quisiéramos que fuera así. Queremos una sociedad anónima con participación estatal mayoritaria, no una simple sociedad anónima abierta a capitales de amigos o de multinacionales; y vamos por más. Pretendemos socializar la conducción de esta empresa abriéndola a la participación, a la presencia de trabajadores, a las organizaciones de usuarios, de consumidores y ambientales.

Nuestro balance sobre lo que ha sido la política energética hasta ahora es negativo, no sólo por la negligencia de la iniciativa privada sino también por la falta de control y cuidado del patrimonio de todos los argentinos por parte de los ámbitos de contralor.

Teníamos treinta y cuatro años de reservas de gas y ahora menos de ocho; dieciocho años de reservas de petróleo y ahora menos de siete; ello con el agravante de que el 40 por ciento de nuestro pueblo sigue teniendo que consumir garrafas de gas licuado, pagando así cinco veces más el metro cúbico respecto del gas natural.

Tampoco nos hemos hecho cargo como país del daño ambiental. Tenemos más de ciento cincuenta generadores de 1, 2 o 5 megavatios diseminados en todo el país. Esto significa despilfarro, contaminación, ruido. Ello también implica consumir 500 litros de diesel por hora por cada equipo, así como también no cuidar nuestro ambiente y favorecer el negocio de algunos.

Este modelo, que ha llevado a la crisis energética de la Argentina, ha sido exitoso para los grupos multinacionales que extrajeron las riquezas de nuestro suelo obteniendo ganancias espectaculares.

También debemos aludir a Menem, quien privatizó y extranjerizó nuestros recursos, pasando por de la Rúa, que prorrogó la concesión de Loma de la Lata, y por el ex presidente Kirchner, que extendió el contrato a Yacimiento Cerro Dragón, con lo que el 23 por ciento de las reservas totales del país están en manos de la Panamerican Energy, cuya mayoría accionaria pertenece a la British Petroleum.

Se trata, entonces, de terminar un ciclo histórico de bastardeo, de considerar a nuestros recursos mercancía o moneda de cambio o negocio de algunos vivos.

Estamos frente a una oportunidad. Por eso decimos que queremos una empresa pública nacional, federal y socializada en su conducción. Decimos “federal” porque reconocemos la reforma del 94. Nuestra concepción de una Nación grande y solidaria nos hace poseedores de todas las riquezas de nuestra patria; si no, volveríamos a la tesis de las provincias inviables agitada durante la última dictadura militar, aquellas más desposeídas que no contaban con la cordillera para apropiarse de sus recursos mineros, ni las costas, para disponer de su riqueza ictícola, ni el petróleo, para percibir regalías. ¿Qué hacemos con ellas? ¿Las disolvemos, desconocemos su historia, sus características culturales por región? ¿Acaso las anexamos a las que gozan del privilegio de poseer alguna renta provincial?

Como decía el señor diputado Solanas, es hora de volver a las fuentes, al artículo 40 de la Constitución del 49. Entonces, la energía debe ser considerada como valor estratégico, tratada como bien social, y un derecho humano al que todos deben tener acceso.

Quiero terminar mi exposición rindiendo homenaje a todos los ex trabajadores “ypefianos”, con quienes esta Cámara todavía tiene una deuda, ya que nunca han cobrado su indemnización ni su cuota de las acciones de propiedad participada…

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señora diputada.

Sra. Iturraspe.- Un momento, señor presidente.

Como decía, ellos han peleado… (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Díaz Roig.- Señor presidente: en los mensajes del 4 y del 26 de junio, y un par de meses después, en ocasión del Primer Plan Quinquenal, Juan Domingo Perón señaló los dos ejes centrales de lo que, a su criterio, debía ser la política energética. Con su licencia, pasaré a dar lectura de las palabras del general.

Dice así: “En materia de energía se asignan dos objetivos fundamentales: acrecentar la disponibilidad nacional de energía…” –es decir, las reservas- “…y disminuir nuestra dependencia del exterior en orden a la importación de combustibles industriales.” Estos dos ejes están vigentes.

En razón de que se leyeron disposiciones de la Constitución de 1949, me permitiré leer el artículo 55 de la Constitución de la provincia de Formosa de 1991, queestablece lo siguiente: “La provincia ejercerá la plenitud del dominio exclusivo, imprescriptible e inalienable sobre los recursos minerales, incluyendo los hidrocarburíferos, las fuentes de energía hidráulica, solar, eólica, geotérmica, nuclear y toda otra que exista en su territorio, con excepción de la vegetal. El aprovechamiento podrá realizarlo por sí o por convenio con la Nación, con otros países, con empresas...”

Más adelante señala: “El Estado propiciará la industrialización y aprovechamiento más conveniente en territorio provincial...”

Y termina diciendo: “La política provincial de aprovechamiento de hidrocarburos y demás recursos naturales será coordinada con la de la Nación...”

Digo esto porque uno de los aspectos más interesantes del debate de ayer, y una de las pocas cosas que no comparto con algunos oradores, es una concepción que nos costó mucho en la Convención Constituyente de 1994, y cuando se discutió la ley corta y la ley larga en este mismo recinto: ¿los recursos naturales deben ser de la Nación o de de las provincias?

Si bien la cuestión está zanjada, no es menos importante –quiero llamar la atención a aquellos que insisten en este razonamiento- que algunos piensen que los Estados federales argentinos no tenemos la capacidad de enfrentar a las multinacionales. Toda la vida hemos tenido la capacidad de enfrentar las adversidades en nuestra marginación o las que nos ha impuesto la naturaleza en nuestros territorios y pueblos, y lo hemos hecho con un alto sentido de Nación, porque en un buen federalismo no puede haber contradicción entre la Nación y los Estados federales. Esta es la realidad, señor presidente.

Otro aspecto que ayer no se abordó en profundidad es la importancia internacional de esta cuestión. En la evolución a partir de la recuperación de sus recursos energéticos, la Argentina se podrá sentar en los ámbitos internacionales a discutir las políticas energéticas. No nos preocupemos tanto por lo que piense Europa. Sepamos que ya no hay desarrollo de la Argentina sola sino en el marco de América Latina. Preocupémonos porque nuestra política energética esté de acuerdo con la de Brasil, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y todos los países de Latinoamérica. Este es el camino, y de esto poco se habló en el recinto.

Para finalizar, estoy absolutamente seguro de que en este voto positivo por este proyecto está el voto de Mosconi, el voto de Yrigoyen, el voto de Estévez Boero, el voto de Palacios, el de caudillos como Sapag y otros de los partidos provinciales. Estoy absolutamente seguro de que está el voto de Perón, de Evita, de los treinta mil compañeros muertos o desaparecidos, el voto de los piqueteros de Cutral-Có, de Néstor y su memoria, el voto de Cristina. Pero sobre todo está el voto de todos los compañeros, de todas las ideas, que han sabido afrontar la lucha por la liberación nacional. Y agradezco el ejemplo que hoy da la oposición...

Sr. Presidente (Domínguez).- Su tiempo ha terminado, gracias, señor diputado. (Aplausos.)

Tiene la palabra el señor diputado por Tierra del Fuego.

Sr. Catalán Magni.- Señor presidente: pido permiso para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones y solamente haré dos breves comentarios.

Como fueguino y argentino, en estos pocos meses en que tengo la suerte de ocupar esta banca y vivir varios hechos históricos muy fuertes para mi vida personal y de mi provincia, como ha sido el tema Malvinas y el de YPF, siento un tremendo orgullo y un gran privilegio por formar parte de este momento histórico de mi país, de mi provincia y de este modelo nacional que hoy lidera Cristina Fernández. Creo que en este bloque hemos alcanzado un alto grado de consenso para que ella tenga las manos libres en la tarea que tiene de orientar al país en el rumbo que en su momento delineó Néstor, que hoy es continuado por Cristina. De este modo vamos a avanzar en la profunda transformación de la Argentina.

Antes de finalizar, quisiera hacer un comentario más. Como ustedes saben, provengo del ámbito del deporte. Por esa razón, me costó mucho tomar la decisión de insertarme en la política, por todo lo que ella representa. Pero en estos meses, gracias a que los fueguinos me otorgaron el privilegio de ocupar esta banca, me doy cuenta de que la decisión que tomé fue la más acertada y que el camino que seguí, acompañando a la compañera Cristina Fernández de Kirchner, es el correcto. Estoy convencido de que es necesario seguir acompañando este modelo, porque eso es lo que requiere nuestro país. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Ocaña.- Señor presidente: antes que nada solicito autorización a la Honorable Cámara para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones.

Tras diez horas de debate creo que ha quedado en claro que el déficit de hidrocarburos que afecta a la Argentina es consecuencia de un colapso generalizado, producto de la política energética que se implementó durante el proceso de desregulación y desnacionalización que se llevó adelante en la década del noventa, luego continuado e impulsado por muchos de los que hoy nos plantean esas políticas como un grave error.

Creo que todos podemos equivocarnos y rectificar los errores, pero con honestidad intelectual se debe reconocer lo que se hizo y cuáles fueron las equivocaciones. No vale justificar que en esa época no se podían resistir aquellas políticas. Muchos lo hicimos y peleamos para que no se produjera la entrega de los recursos argentinos; basta leer los periódicos de esos años o el propio Diario de Sesiones para comprobarlo.

También podemos recordar aquellos intentos de sesiones con las que nos querían llevar por delante. Había bloques -como el radical, el socialista y el del grupo de los ocho, entre otros-, que eran acusados de esconderse detrás de las cortinas, cuando en realidad lo que estaban haciendo era defender el interés nacional.

La verdad es que ninguna de las buenas intenciones que en aquella sesión de 1992 se expusieron como necesarias -como el autoabastecimiento, el impulso de las exportaciones, la necesidad de destinar divisas al pago de la deuda externa- justificaron la privatización de YPF.

Hoy hablamos de la importación de energía y de ampliar el horizonte de reservas a través de las tareas de exploración. En definitiva, estamos hablando de garantizar una riqueza –como la energía- que es central para el crecimiento del país.

Lo cierto es que a pesar de aquellas buenas intenciones se perdieron 50 mil puestos de trabajo en YPF, desaparecieron pueblos enteros y hoy nos encontramos ante esta crisis en las reservas.

Creo que este proyecto hay que analizarlo desde dos perspectivas: una de forma y otra de fondo. Personalmente no estoy de acuerdo con la forma en que se ha llevado adelante, principalmente por los procedimientos, las deficiencias en el tratamiento del proyecto y algunos antecedentes cuestionables, sobre todo de quienes en su momento fueron designados para llevar adelante estos cambios. Muchas de las personas que figuran en este nuevo proceso son las mismas que consintieron los hechos que llevaron al vaciamiento de la empresa.

El gobierno nos propone una discusión binaria, en la que uno debe estar de un lado o del otro. Lo cierto es que es el propio gobierno quien ha estado de ambos lados y el que debe explicar a la sociedad por qué se produjo este vaciamiento.

Por otra parte, está la cuestión personal, es decir, qué piensa cada uno de nosotros frente al dilema de nacionalizar o privatizar. Siempre me opuse a la privatización de YPF, porque estoy convencida de que los hidrocarburos son bienes nacionales. Además, como país debemos pensar en desarrollar estrategias de largo plazo en materia de exploración, explotación y producción, porque es imprescindible contar con una verdadera política de Estado en esta materia.

Seamos claros: el gobierno no promueve este proyecto de ley impulsado por la necesidad de proyectar una estrategia productiva para el país. Avanza sobre YPF por la crisis energética y los problemas fiscales que lo aquejan.

Siento que sería contradictorio que hoy me opusiera a que YPF volviera a ser parte del Estado, pero también estoy convencida de que la forma como se está llevando adelante este proceso -garantizando impunidad y corrupción para aquellos que no han controlado y han consentido la depredación de la riqueza nacional y el vaciamiento empresario- me impiden dar mi voto favorable.

La verdad es que la política es una ética de la convicción y una ética de la responsabilidad. Sigo con la convicción de que YPF debe ser estatal, pero mi responsabilidad como diputada y como representante de aquellos que luchan por construir una sociedad mejor, más justa y menos corrupta, no me permite apoyar esta iniciativa.

Tal vez, como algunos dicen, la corrupción sea algo estructural al Estado. El problema es que en la Argentina a la corrupción se le suma la impunidad, cosa que se garantiza desde el poder, como acontece con este proyecto. No me resigno a vivir con la impunidad y la corrupción.

Por lo tanto, solicito autorización a la Honorable Cámara para abstenerme en la votación. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del Estero.

Sr. Herrera.- Señor presidente: voy a solicitar autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones.

También quiero recordar que durante 2001, cuando el país vivía otra situación y quien les habla era intendente de su pueblo, teníamos que ser la primera contención social. Eso ocurría con los intendentes.

Pasó el tiempo y llegamos a 2003, donde un hombre como Néstor Carlos Kirchner vino a decirnos a todos los santiagueños que él iba a producir un cambio en la República Argentina; un cambio como el viento del sur fresco, que va para el norte. En aquella oportunidad los argentinos nos dimos cuenta de que con el correr del tiempo el proyecto político de Néstor Carlos Kirchner era el camino.

Luego vino la profundización de este modelo con la actual presidenta -Cristina Fernández de Kirchner-, que trajo como consecuencia la aprobación de innumerable cantidad de leyes que favorecieron a todos los argentinos en todos los estamentos.

Quiero decirles que no es casualidad que esta jornada histórica la estemos viviendo en el mes de mayo, tan caro a los sentimientos patrióticos. Como decimos en la jerga peronista, para un peronista no hay nada mejor que otro peronista. También me cabe decir que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino. Así es como vamos a aprobar este proyecto de estatización de YPF.

Vamos a festejar el 25 de Mayo, por los nueve años de este proyecto nacional y popular. También festejaremos por la recuperación de YPF. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia recuerda a los señores presidentes de bloque y a los demás señores diputados que hemos asumido el compromiso de efectuar una publicación con todas las inserciones de los señores diputados que hagan uso de la palabra y de quienes no lo hagan. De esta forma se garantizará la publicación de la totalidad de la sesión. Lo digo para recordarlo, para que los legisladores nos acerquen todas las inserciones a la Secretaría Legislativa.

Tiene la palabra la señora diputada por Neuquén.

Sra. Comelli.- Señor presidente: voy a coincidir con varios señores diputados en el sentido de que hoy es un día histórico.

Le agradezco al pueblo de mi provincia y a mi partido por la posibilidad que me han dado de representarlos en este debate, a diferencia de lo que ocurrió hace veinte años.

La actividad hidrocarburífera en mi provincia tiene un rol preponderante y determinó la conformación económica, social y cultural de nuestros pueblos. Me viene a la memoria lo ocurrido en Cutral-Có y Plaza Huincul, pueblos que fueron testigos de la privatización de YPF. Frente a esa crisis social, miró para otro lado el gobierno nacional en los años 90. Muy pocos se apersonaron a las rutas cuando estaba todo el pueblo en cierta forma desahuciado porque no conocía otra forma de vida que no fuera alrededor de la actividad hidrocarburífera, y todavía tenemos una gran deuda.

Pero en estos pocos minutos y continuando con la exposición que hiciera mi compañero Grillo no quiero detenerme en el pasado, pero sí con memoria agregar para la reflexión y para el futuro cuatro puntos importantes en materia de política energética. Primero: la mayor cantidad de energía a la que aspiramos no se soluciona ni con esta ley ni con una mayor exploración o explotación de los yacimientos ya maduros.

Nosotros necesitamos incrementar las reservas y para eso necesitamos inversiones; también un sendero de precios y compenetrarnos de lo que significan los yacimientos no convencionales.

Resulta una bendición la formación geológica de nuestra Patagonia, y particularmente de Neuquén, que en un noventa por ciento es desierto, y tal vez ahí entendamos la diferencia entre las provincias productoras de petróleo y la Pampa Húmeda. Se trata de un punto de inflexión en la recuperación de esas reservas, pero se necesitan fuertes inyecciones de inversión para revertir esta tendencia a la baja. Se necesita también una política de precios en boca de pozo que incentive estas fuertes inversiones.

En segundo lugar está el tema de los recursos no renovables. Hemos avanzado, pero las metas que nos impusimos como Nación a través de diversas leyes que sancionamos aquí no las hemos cumplido o los resultados fueron escasos. En materia de precios, las energías renovables están muy lejos de poder competir con las centrales térmicas.

Nos debemos todos un debate y un acompañamiento desde este Congreso en políticas que hagan al fortalecimiento del desarrollo de las energías renovables.

En tercer término, debemos mencionar el desarrollo sustentable, aunque hoy en el marco de lo que estamos discutiendo y del retorno al control del Estado nacional de YPF tenemos un gran desafío por delante que pasa por el supuesto de un desarrollo que tiene que ser sustentable, sostenible y con respeto al medio ambiente. Tiene que ser con respeto a nuestros acuíferos.

Hay leyes nacionales y provinciales que son celosos custodios de nuestros recursos naturales. Una política ambiental responsable en materia de explotación de estos recursos necesita tecnologías, regulación y transparencia. Y en eso el Congreso tiene mucho que aportar, remozando viejas leyes que nos pueden dar estas herramientas.

Por último, un tema no menos importante es el objetivo de equidad social y creación de empleo. Sin duda es trascendente y mucho más para estos pueblos como los de la Patagonia que han vivido y han desarrollado las cigüeñas.

Tenemos una gran deuda con los ex trabajadores de YPF, y cuando decimos que esa deuda nos pertenece a todos, debo señalar que en este recinto y en esta Cámara hay muchos proyectos desde hace años por los que venimos bregando, y no sólo el Programa de Propiedad Participada que se les debe sino también un régimen de retiro compensatorio solidario, porque hay quienes hicieron un gran aporte -a través de sus contribuciones previsionales-, y no pudieron jubilarse porque no les daba la edad cuando se produjo la privatización. Lo hicimos con SOMISA y también con HIPASAM. Me pregunto por qué dejamos a YPF y a Gas del Estado de lado.

Quiero reconocer a dirigentes sindicales como el de mi provincia, Guillermo Pereyra, quien recogió a tantos y tantos trabajadores del petróleo que se encontraron desocupados de la noche a la mañana. También hacer un reconocimiento al gobernador de mi provincia, que siempre estuvo al lado de los trabajadores, y nosotros a su lado. Mi provincia huele a petróleo, porque es con la riqueza del subsuelo como se paga la seguridad, la salud... (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Ha vencido su término, señora diputada.

Tiene la palabra el señor diputado por Chaco.

Sr. Maldonado.- Señor presidente: solicito la inserción en el Diario de Sesiones del texto de mi discurso y asimismo de la resolución que anoche aprobó por unanimidad la Legislatura de la provincia del Chaco.

En una breve síntesis intentaré dar mérito a quienes nos permiten participar de esta sesión, que muchos han definido como histórica: los convencidos, los pacientes y los que sufrieron el dolor haciendo resistencia.

Además, quiero expresar algo que en mi opinión debe quedar claro entre todos nosotros. La decisión que vamos a tomar no tiene que ver con un sector, un partido político ni mucho menos con alguna persona individual.

Bien se ha dicho aquí que se reunirá el número necesario para sancionar el proyecto de ley y que esta es una cuestión transversal, pero nos hubiese gustado poder incorporar algunas cuestiones al debate y al texto enviado por el Poder Ejecutivo.

Existe una lógica que no comprendemos: la de felicitar el acompañamiento a modo de seguimiento de pelotón sin habilitar la discusión de un tema tan trascendente a las visiones y posiciones que tenemos algunos que con autoridad decimos que pertenecemos al campo popular y nacional.

A lo largo de esta sesión, en las que algunas cuestiones se tocaron tangencialmente, se mencionaron muchos números. Yo quiero referirme a los 50 mil despedidos de YPF, que definí como los resistentes, atribuyendo la responsabilidad a Carlos Saúl Menem, a Estenssoro y al bloque Justicialista.

También quiero hablar de los 5 mil despedidos de Gas del Estado y de los 50 mil despedidos como consecuencia de las leyes de desregulación que provocaron el cierre de estaciones de servicio en toda la República Argentina. Son más de 100 mil personas, 100 mil familias; el peronismo tiene que reconocer su responsabilidad.

YPF fue grande cuando teníamos un Estado al servicio del bien común. Ese era un paradigma, y otro paradigma que tiene como responsable al peronismo es el de haber hecho de YPF una empresa de negocios particulares que dejó de lado el objetivo de construir la gran Nación.

En el breve tiempo que me resta quiero aprovechar para referirme a las provincias que en todos los procesos históricos de este país miramos desde afuera. Somos las provincias que en el caso que hoy nos ocupa quedamos de nuevo fuera de la posibilidad de discutir con seriedad la inclusión en un país, y quedamos fuera…

Sr. Presidente (Domínguez).- Ha vencido su término, señor diputado.

Tiene la palabra el señor diputado por Entre Ríos.

Sr. Solanas (J.R.).- Señora presidenta: en primer término deseo expresar mi agradecimiento al pueblo de la provincia de Entre Ríos porque con su voto me confirió el honor de poder hoy estar presente en esta jornada histórica para la Nación Argentina.

La emoción me embarga y comparo este hecho con lo que sucedió el 2 de septiembre de 2003, cuando en este Congreso anulábamos las leyes de obediencia debida y de punto final. Esta emoción tiene que ver con contribuir a hilvanar el cambio estructural que significa la recuperación de la matriz energética nacional, que tiene inicio en el proyecto del Poder Ejecutivo –con sanción de la Cámara de Senadores-, mediante el cual el Estado argentino vuelve a tener la conducción estratégica de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, sin dudas uno de los componentes más importantes de aquella matriz.

Siempre he compartido la idea de que los recursos naturales estratégicos deben ser patrimonio inalienable de la Nación, pues de su manejo depende su soberanía. Recuerdo aquella máxima del general Mosconi que expresaba: “Entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera”.

En similar sentido, pero en términos de la política petrolera, el general Perón expresaba: “La política petrolera argentina ha de basarse en los mismos principios que descansa toda la política económica, conservación absoluta de la soberanía sobre la riqueza de nuestro subsuelo y explotación racional y científica por parte del Estado, advirtiendo que cuando el Estado rescata la visión inmediata y directa de los bienes que la Nación posee, no debe despojarse del privilegio de seguir administrándolos sin competir con otros intereses que no sean los que corresponden a los argentinos”.

Como una reafirmación de tales principios, y vinculado a los recursos estratégicos, permítanme narrar una anécdota. Durante 1992, cuando fue privatizada YPF, quien habla era presidente municipal de la Ciudad de Paraná. En esa época había una fuerte presión para adueñarse de otro recurso estratégico, que era el agua. Por supuesto que nosotros no fuimos la excepción y también debimos soportar seductoras presiones que llegaban por todos lados. Sin embargo, no pudieron con nuestras convicciones. En virtud de ello, hoy el agua no solo sigue siendo administrada por el municipio sino que -respondiendo a una solicitud que le habíamos realizado aún antes de que fuera presidente- por decisión de Néstor Carlos Kirchner -en el segundo mandato en el que yo fuera presidente municipal, 2003/2007-, se construyó en la ciudad de Paraná una nueva planta potabilizadora de agua, que era la primera que se realizaba en nuestro país después de sesenta años, y cuyo proyecto ha servido como modelo para replicarse en otros lugares de la Argentina.

Por eso, el proyecto en debate resulta, en mi concepto, ser el hilo conductor de una nueva matriz energética. No solo significa la subordinación de un plan estratégico de explotación a los objetivos de una política nacional, sino la ampliación de las disponibilidades de los recursos en general, puesto que a tales disponibilidades se encuentra subordinada la posibilidad de crecimiento de la industria nacional.

La compañía minera y petrolera Repsol ha gozado de privilegios especiales, dado que el marco regulatorio ha sido permisivo, ya que aun en casos comprobados de daño al medioambiente, las concesiones no han tenido siquiera que pagar el valor de la reparación del daño ocasionado.

Sabemos que nuestro gobierno realizará las auditorías sobre las reservas comprobadas tanto en el campo del petróleo como en el del gas, y establecerá también restricciones en relación con las exportaciones y reservas, teniendo como prioridad el normal abastecimiento del mercado interno, cuestión ésta que nuestro gobierno ha venido manifestando reiteradamente, toda vez que apunta permanentemente al crecimiento de nuestra economía, siendo además necesario indicar que ello no sería posible si no tuviéramos disposición de los recursos energéticos.

Párrafo aparte merece el coraje de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que a sabiendas de las presiones de corporaciones internacionales y de opositores que lamentablemente hoy defendieron intereses privados y no de nuestro Estado nacional, no le tembló el pulso para mandar este proyecto al Congreso de la Nación.

Hago expreso mi voto afirmativo a favor de este proyecto de ley de recuperación de nuestra querida YPF, permitiéndome además expresar desde esta banca a nuestra excelentísima señora presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, que siga adelante, que está en el camino correcto y que como siempre cuente con el apoyo que necesite. Estuvimos, estamos y estaremos firmes en la defensa de los intereses del pueblo de nuestra Nación. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe.

Sra. Ciciliani.- Señor presidente: quiero aprovechar estos minutos para hacer algunas reflexiones políticas ya que voy a insertar mi discurso, que contiene las consideraciones técnicas del caso.

La reflexión que quiero hacer apunta a las personas que votaron por el Frente Amplio Progresista en las elecciones nacionales celebradas el año pasado. Algunos tenían dudas en cuanto a qué estábamos apoyando con nuestro voto afirmativo en general. En este sentido, quiero decir que estamos apoyando el rol trascendental del Estado en cuanto a los recursos estratégicos como el petróleo.

No estamos apoyando a un gobierno sino que actuamos con la coherencia de siempre. Nunca intercambiamos favores por el apoyo a algún proyecto que consideramos trascendente, y a través del tiempo la historia ha demostrado la coherencia del socialismo en este Congreso.

Pero queremos alertar que no alcanza con una ley por la que se reestatiza el 51 por ciento en manos del Estado. Tenemos que discutir cuál es el Estado, porque debemos recordar que esa ola privatizadora de los noventa no fue producto solamente de un grupo de personas que creía que, sacando al Estado, mágicamente la inversión privada derramaría beneficios para toda la sociedad.

Nosotros ya alertábamos que esto no iba a ser así, pero además tenemos que recordar que existía toda una sociedad que cuestionaba el rol del Estado, que era ineficiente y corrupto, y donde los beneficios de las empresas que manejaba no llegaban a todos los ciudadanos.

Nosotros no queremos volver a ese viejo Estado; queremos discutir uno nuevo que necesariamente sea transparente, participativo y eficiente. Este nuevo Estado estará manejado por los hombres y mujeres mejor preparados y serán controlados por los organismos respectivos.

Por eso, en cada una de las alocuciones del Frente Amplio Progresista hoy enfatizamos el tema de los controles administrativos que debe tener esta empresa reestatizada. No es menor el control de la Auditoría General de la Nación; esto está referido a ese nuevo Estado que propone el Frente Amplio Progresista para no repetir los errores del pasado.

No nos equivoquemos: esta venta le ha costado millones de pesos al Estado. Lo sabemos los santafesinos porque vivimos la venta del Banco de Santa Fe y de la empresa de aguas. De nuevo estamos poniendo recursos del Estado para reestatizar una empresa.

No tengamos dudas de que esos recursos los ponen los sectores de menores ingresos porque tenemos un sistema impositivo basado en ingresos públicos donde pagan más los que menos tienen. Además, cuando usamos estos recursos para comprar o vender estamos sacando fondos de partidas destinadas a la salud, la educación y el trabajo.

Este es el profundo debate político que quiere dar el FAP.

Anoche el taxista que me llevó de regreso a mi casa me dijo: “Señora: ¿por qué pierden tiempo hablando en el Congreso cuando ya todo está resuelto con los votos de la mayoría?” Tenemos que decir a la gente que hoy perdemos una nueva oportunidad histórica de implementar la política de concertación en políticas de Estado, donde cada uno de los diputados que estamos aquí sentados seguramente tenemos mucho para aportar y para mejorar los proyectos y políticas públicas, independientemente del partido que representen.

Estoy segura que los 140 legisladores del Frente para la Victoria también tienen muchas cosas nuevas para aportar y para mejorar el proyecto. Nosotros tambiénqueremos otro Congreso, donde cada uno de los legisladores que representamos a nuestros ciudadanos... (Aplausos.)

Sr. Presidente (Dominguez).- Gracias, señora diputada.

Dispondrán de diez minutos los señores diputados María Luz Alonso, Anabel Fernández Sagasti y Walter Marcelo Santillán, en ese orden.

Tiene la palabra la señora diputada por La Pampa.

Sra. Alonso (M.L.).- Señor presidente: hoy me permitiré hablar como diputada de una provincia con producción hidrocarburífera e integrante de la OFEPHI, como es La Pampa, y como una orgullosa diputada de la Nación Argentina que tiene absoluta convicción de que este proyecto de ley representa una política de Estado fundamental para profundizar la reconstrucción del Estado nacional y el crecimiento económico y social que empezó en el año 2003.

Mis compañeros ya han enumerado de forma muy correcta todos los logros económicos, culturales y sociales que hemos alcanzado desde 2003 a la fecha, pero permítanme mencionar dos cuestiones.

Allá, por 2006, Néstor Kirchner redactó el decreto 303, el que rescindía el contrato de concesión de Aguas Argentinas Sociedad Anónima, dejando bien en claro la matriz del problema: la concesionaria había priorizado su interés económico, proveyendo servicios en áreas rentables de la concesión y dejando a los sectores de la población más humildes desprovistos de agua potable, desconociendo el carácter de servicio público que posee el servicio que prestaba.

Esta misma situación se ponía de manifiesto en Aerolíneas Argentinas. Cuando la actual gestión de Aerolíneas asumió debió, así como Néstor allá por el año 2003, hacerse cargo de una pesada herencia y dedicarse a reconstruir una empresa estratégica que se encontraba absolutamente vaciada, con sus activos sobrevaluados y sus pasivos subvaluados.

Nuestra aerolínea de bandera, ícono nacional, había no sólo resignado su posición internacional, sino que también había limitado sus trayectos internos a los de mayor demanda, dejando sin servicio a muchos ciudadanos. Hoy Aerolíneas en muy poco tiempo ha trasformado su imagen con una gestión eficiente, renegociando todas las deudas heredadas, siendo ejemplo en el servicio, incorporando aviones nuevos a su flota y aumentando los destinos a los que conecta.

Tuvimos que llegar a la intervención estatal porque los intereses económicos de las empresas privadas fueron, tanto en Aguas Argentinas como en Aerolíneas Argentinas y Repsol-YPF, en contra del interés nacional y atacaron pilares fundamentales del crecimiento argentino con inclusión social, en sectores estratégicos de nuestra economía.

Yo he escuchado acá que dicen que falta mucho por hacer, y coinciden con la presidenta de la Nación, quien también señaló que faltan cosas por hacer, y una de ellas puede ser posible gracias a este proyecto que estamos por convertir en ley.

Es importante, entonces, entender la importancia de este proyecto para el crecimiento nacional. Mi provincia forma parte de la OFEPHI y es una de las pocas provincias en la que se pudo ver en los últimos años un aumento, tanto en la producción como en las reservas de petróleo y gas. Pero en la participación de la producción nacional de petróleo nuestra provincia representa alrededor del 4 por ciento y, casualmente, Repsol no tiene prácticamente participación.

La declaración de interés público nacional de toda la cadena de producción y distribución de hidrocarburos y la recuperación del control estratégico de YPF es fundamental para sostener el sector energético de la Argentina y ponerlo en sintonía con el modelo de crecimiento acelerado que tenemos desde hace nueve años. Porque a los hidrocarburos podríamos tomarlos como una commodity de exportación y hacer alarde de autoabastecimiento y de superávit comercial en el sector, pero sería bajo un modelo de país sin consumo, sin producción, sin crecimiento y sin inclusión, al que nosotros no queremos volver; no sé si todos piensan igual, pero nosotros no queremos volver.

Es por todo esto que acompañaré con absoluta convicción y con muchísima fe este proyecto de ley. Porque estoy orgullosa de la presidenta que tenemos, a la que no le tiembla el pulso al momento de tomar decisiones que son trascendentales para nuestro país, que no se arrodilla ante las presiones de las corporaciones y, muy por el contrario, lucha contra ellas.

Es una presidenta que tiene su propia agenda, formada de acuerdo a las necesidades del pueblo argentino y no una agenda armada por los medios concentrados de comunicación. Por ello voy a acompañar el proyecto, porque soy coherente con mis convicciones y mis ideales, pero porsobre todas las cosas voy a acompañar el proyecto, porque no tengo dudas de que de la mano de Cristina nos espera un destino mejor. Debemos estar más unidos y organizados que nunca para alcanzarlo. Así habremos cumplido con Perón, Evita, Néstor y, por encima de todo, con nuestro pueblo. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Mendoza. Le aclaro que comparte su tiempo con el señor diputado Santillán, y que le restan cinco minutos.

Sra. Fernández Sagasti.- Señor presidente: solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones, porque me temo que no podré finalizarlo.

Hay decisiones que toman nuestros gobernantes y representan un hito en la historia de un país; un antes y un después, y un punto de partida. El 16 de abril de 2012 va a quedar registrado como un día histórico en la recuperación de la Patria.

La recuperación de YPF es, ni más ni menos, la profundización de un modelo de país que comenzó el 25 de mayo de 2003, que viene a echar por tierra aquel modelo neoliberal que hoy está resquebrajado con esta medida histórica. Hace nueve años, este gobierno viene tomando decisiones para cambiar el país.

Como mendocina sé de la importancia de controlar los recursos estratégicos de la naturaleza. En mi provincia, el 20 por ciento del producto bruto geográfico es por los recursos hidrocarburíferos. Debido a la merma de la producción de YPF, nuestras finanzas se vieron muy afectadas.

Ésta no es una empresa más en la Argentina; está en el inconsciente colectivo de nuestro pueblo y a aquellos que quieren teñir esta medida con la macabra frase de que pretendemos manejar las emociones de los argentinos, les decimos que YPF emociona porque es parte de la historia argentina, significa la presencia del Estado en los más remotos rincones de nuestra patria, nos dio sentido de pertenencia, es sinónimo de progreso, nos da esperanza por un Estado grande, que incluye cada día más.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se agotó su tiempo, señora diputada.

Sra. Fernández Sagasti.- Ya termino, señor presidente.

Sólo me resta agradecer a Néstor Kirchner que permitió a la generación del bicentenario, a la que pertenezco, volver a la política y creer en ella. También agradezco a la señora presidenta de la Nación...

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán. La Presidencia recuerda que le restan tres minutos del tiempo del que disponían.

Sr. Santillán.- Señor presidente: quiero comenzar diciendo que estamos ante una decisión histórica que nos permitirá seguir trabajando en pos de una Argentina justa, libre y soberana. Una decisión que posibilitará contar con una herramienta estratégica muy importante para sostener el gran crecimiento que, año tras año, experimenta el país.

Nuestra presidenta, con su claridad ideológica y visión estratégica, adopta las medidas necesarias para construir una Argentina con inclusión social, trabajo, recuperación de nuestras industrias y creación de nuevas. Es decir, todo lo que incumbe a un país serio que pretende el bienestar general.

Esto es fundamental para nosotros, como jóvenes, porque no se trata de medidas coyunturales sino beneficiosas para el presente y el futuro de las generaciones de nuestros hijos, y de los que vienen atrás. A lo largo de la historia del descubrimiento de América,este continente sufrió el vaciamiento de sus recursos naturales en beneficio de las potencias invasoras, provocando el genocidio de los pueblos originarios y el hambre de sus descendientes, pero siempre hubo resistencia. En honor a estos mártires anónimos estamos luchando por una Latinoamérica libre.

Señor presidente: con una decisión como ésta fortalecemos el proyecto de nuevo país que comenzó a forjarse con la presidencia de Néstor Kirchner desde el plano no solo económico sino también político, productivo, social, cultural y educativo, que hoy –luego de nueve años de gestión- está más fuerte que nunca y es avalado por el 55 por ciento de los votos de nuestros compatriotas. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia advierte que será inflexible respecto del término del que disponen los señores diputados para hacer uso de la palabra.

Tiene la palabra la señora diputada por Córdoba.

Sra. Ferrari Rueda.- Señor presidente: sin perjuicio de que solicito la inserción de mi discurso en el Diario de Sesiones, deseo señalar algunos conceptos.

Vivimos tiempos complejos; época de verdades oficialistas, verdades parciales, verdades corporativas o verdades mediáticas. Una verdad a medias siempre es una forma de disfrazar la mentira. El debate no es racional, porque en realidad se monologa sobre el discurso del otro sordamente; no nos escuchamos.

En esta época de verdades a medias, los ciudadanos han sido forzados a vivir en un estado de alerta permanente tratando de desentrañar no sólo la verdad dentro de lo que los medios de comunicación dicen, sino también en relación con los discursos del Poder Ejecutivo, de la TV pública, de los ministerios del Estado, de la Justicia y del INDEC. Todos vivimos en estado de alerta permanente; estado de emergencia y de pérdida absoluta de la confianza interpersonal.

Antes que una cuestión epistemológica para sostener un debate racional, estamos ante un problema ontológico del ser argentino. YPF toca la médula del ser nacional, y la discusión por delante se inscribe en ese marco de pérdida de la palabra, de ausencia de parámetros para medir, pesar, comparar.

La discusión por YPF se da, entonces, en un marco signado por la mentira, la pérdida de la confianza y los parámetros necesarios para establecer criterios comunes a partir de los cuales medir la realidad; ello, en un estado de crisis y de alerta permanente que convierte a los ciudadanos en cínicos sociales. Hemos transformado a los componentes de la sociedad en tránsfugas, en acomodaticios ideológicos que bailan al ritmo del poder de turno. Y qué difícil es discutir sobre YPF en este marco. Nuevamente todos terminamos en el lodazal del nacionalismo oportunista manchando las nobles banderas de la soberanía energética.

¿Cómo analizar racionalmente, entonces, la oportunidad y la forma de recuperar para el Estado el manejo de la empresa de energía más importante del país? Empecemos por despejar mentiras. Así, es mentira que vamos a recuperar la capacidad de contar con una política energética, porque esto nunca dejó de ser una atribución del Estado. Éste, y el actual gobierno en particular, son los responsables primarios de la situación de déficit energético que vivimos.

Conozco las rutas del país y el faltante de gas y gasoil, que es una constante en todas las provincias argentinas. Estamos acostumbrados a un Estado de emergencia y crisis; no se trata de que ahora se dieron cuenta de que los españoles estaban haciendo mal las cosas. El gobierno peronista es responsable directo de esta política de vaciamiento y defraudación. La política energética es responsabilidad del Estado nacional y no de una empresa en particular.

Tampoco es necesario que YPF sea pública o tenga participación estatal para que el país cuente con una política energética. No nos dejemos engañar. Asimismo, es mentira que Repsol haya venido para saquear el país. Han sido cómplices locales quienes oportunamente se preocuparon de vender YPF y participar en todas las ganancias que generaron los españoles. No somos una Nación ultrajada por el neocolonialismo. El peronismo ha sido parte de ese saqueo: lo propició, lo ejecutó, lo avaló, lo aceptó y participó del ultraje. Sin embargo, hoy se embanderan de nacionalismo bobo cuando hasta hace un año mutuamente se prodigaban elogios.

Es mentira que a partir del año próximo tendremos resuelto el problema energético. Nos embarcamos en un proyecto sin garantías de control y conociendo de antemano la ética de los actores intervinientes. El ministro de Planificación Federal e Inversión Pública, Julio De Vido, responsable de la situación de crisis en que nos encontramos, fue nombrado director de YPF. Es decir que estamos poniendo a solucionar un problema al mismo que destruyó una política de décadas de inversiones.

Por más que a uno le toque votar junto a los mismos que levantaron la mano para vender YPF, son ellos quienes han cambiado, y no nosotros; los auténticos radicales siempre hemos defendido el principio de que solamente el Estado debía ser responsable de la mayor empresa petrolera del país. Es una herramienta básica para el desarrollo.

YPF como empresa del Estado es una bandera histórica del radicalismo. Decirle que no en general a la propuesta sería formar parte de lo mismo que hoy venimos a denunciar. Sería formar parte de la pérdida de la palabra, del oportunismo vacío y del travestismo ideológico. Estos son los verdaderos males de la República Argentina.

Voy a votar con el radicalismo esperando no contribuir en nada al nacionalismo fácil, al oportunismo estatista, a la pérdida de la palabra, al estado de crisis y de emergencia permanente. Voy a votar con el radicalismo para recuperar YPF en manos del Estado porque creo que es una herramienta básica para el desarrollo.

Voy a votar con el radicalismo en general para que YPF vuelva a ser de todos los argentinos, poniendo absolutamente todos los reparos para que no sea nuevamente un botín del partido gobernante.

Haciendo honor a la historia de la UCR, voto para que YPF nos vuelva a pertenecer. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Río Negro.

Sr. Cejas.- Señor presidente, señores legisladores: en un nuevo acto institucional en la República Argentina, el Poder Ejecutivo ha enviado el proyecto que involucra en sus objetivos la recuperación de los hidrocarburos para el país.

La sanción del Senado nos exime de mayores comentarios respecto de la voluntad popular. Sin duda el análisis histórico hecho por muchos legisladores del oficialismo y la oposición marca claramente el compromiso de cada uno de nosotros con este tema, el reconocimiento a quienes fueron creadores de esta gran empresa nacional, a don Hipólito Yrigoyen, la consecuencia desde el peronismo en el trabajo permanente desde 1946 a 1955 en lo que significaban las políticas energéticas para el desarrollo de la incipiente y creciente industria nacional, y la creación de la burguesía nacional.

- Ocupa la Presidencia la señora vicepresidenta 1ª de la Honorable Cámara, doña Norma Amanda Abdala de Matarazzo.

Sr. Cejas.- En este reconocimiento no puedo dejar de hablar de mi querido pueblo de Catriel, en la provincia de Río Negro, y del recuerdo permanente a quienes crecieron siendo sinónimo de YPF: los trabajadores que fueron a la boca de pozo y con su trabajo fecundo posibilitaron el crecimiento de esa comarca.

Creo necesario hacer un paneo y análisis de todos los discursos escuchados en la tarde de ayer y el día de hoy. Cada uno de nosotros sabe dónde se paró y dónde se para en la historia argentina, y puntualmente en el tema de YPF.

Nunca me gustó ponerme en fiscal de nadie. Permanentemente he sido coherente con mi partido y con la estrategia marcada por el compañero Kirchner y la compañera presidenta de la Nación.

Me parece que desde el oficialismo, con el compromiso que tenemos desde la posición mayoritaria y la historia que tenemos por delante, no tenemos por qué explicarle a la corporación mediática cuáles han sido nuestras actitudes, pero sí tenemos el compromiso de explicarle a nuestro pueblo y a las parcialidades políticas lo que hemos hecho en nuestra vida histórica política.

Lo que no podemos hacer –y esto nos iguala a todos- es rendirnos o claudicar ante las corporaciones mediáticas que están intentando medrar con las diferencias que podamos tener circunstancialmente en un tema esencial para la Nación.

Por supuesto, hay muchos desafíos por delante: los controles, las fiscalizaciones, la capacitación del personal, el abastecimiento, el precio de los combustibles. Pero yo quiero sintetizarlo con dos frases del Martín Fierro: “Cada lechón en su teta es el modo de mamar” y “Si entre hermanos se pelean, los devoran los de afuera.” Este es el concepto de la unidad nacional.

Este Congreso de la Nación va a votar esta tarde con una mayoría excepcional, en representación del pueblo de la Nación Argentina, que esta empresa vuelva a ser de nosotros, los argentinos.

En homenaje a quienes crearon la empresa y como ramo de olivos para aquellos que aun teniendo reticencias van a votar junto con nosotros, quiero terminar mi discurso con las palabras de aquel hombre hacedor de YPF, el ingeniero general Enrique Mosconi. Lo hago por dos razones: por la visión que tenía de la Argentina, y porque involucra a los jóvenes actuales y a los de las futuras generaciones.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Le recuerdo, señor diputado, que le resta un minuto del tiempo del que dispone para hacer uso de la palabra.

Sr. Cejas.- Decía Enrique Mosconi: “Inspírame el deseo de que cada argentino haga lo que deba y pueda para lograr nuestra independencia integral, y muéveme también el anhelo de que nuestra juventud se lance a la acción con todo el empuje de su voluntad tenaz con el propósito firme e imperturbable de no cejar ante cualquier obstáculo o momento de adversidad.

“Sí, no cejéis, jóvenes argentinos. Y si llegáis a encontrar vallas aparentemente insalvables...”.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Señor diputado: se ha agotado su tiempo.

Tiene la palabra la señora diputada por Entre Ríos.

Sra. Re.- Señora presidenta: escuchando a los diputados que han hablado en este recinto sobre la rica historia de YPF, pero sobre todo de su historia reciente, vienen recurrentemente a mi mente dos palabras: saqueo y corrupción.

Ese fue el modelo de los noventa. Su continuidad consiste en tomar como botín cosas que nos pertenecen a todos.

“El Estado soy yo”, parece decir este gobierno, confundiendo “Estado” con “gobierno”. En los noventa tenía una pátina neoliberal; en nuestros días, la pátina es nacionalista y estatista. ¿Todavía queda alguien que crea que Menem era neoliberal o que los Kirchner son estatistas? Fueron socios ayer y hoy están nuevamente juntos. Repitiendo la frase de Bill Clinton, podríamos decir “Es el negocio, estúpido”.

¿Expropiamos? No; confiscamos, si estamos por arriba de la Constitución y de las leyes.

¿Nacionalizamos? No. Si YPF representa el 30 por ciento del mercado de los hidrocarburos, nos apropiamos del 15 por ciento.

Entonces, ¿estatizamos? Tampoco. YPF es y sigue siendo una sociedad anónima privada, sin control del Estado ni de este Congreso Nacional.

Ayer se privatizó para hacer un negociado con los amigos. Hoy estatizamos para que el negociado sea con la familia y con los amigos.

¿Van a controlar quienes ayer la vaciaron? ¿Van a administrar los que antes no administraron nada, ni siquiera los trenes? Esta es una nueva mentira, porque el globo de Malvinas ya se desinfló, las encuestas preocupan y la caja ya está exhausta.

Mientras entretenemos a la gente con Malvinas y el petróleo, vamos por las tierras de los campesinos argentinos, cuyos títulos de propiedad son la mejor y última garantía de soberanía que nos queda; es la última barrera para la codicia de los de adentro y de los de afuera. Por eso, los perseguimos con trabas burocráticas, los empobrecemos con impuestos escandalosos e impagables, nos apoderamos de sus ingresos brutos –no de su renta- y los denostamos, discriminando e insultando, cuando con la soja –el famoso yuyito- son los grandes sostenedores del modelo.

La tierra está en manos de miles de campesinos argentinos, pero este gobierno quiere que esté en pocas manos: las suyas. Ese es el modelo Calafate.

Si esa concentración es exitosa, nos preguntamos quiénes serán los nuevos dueños de la tierra, del agua y de los minerales. Quizás sean unos pocos y nuevos oligarcas.

En un mundo que requiere cada vez más recursos naturales, cómo resistiremos la presión de los poderosos concentrando todo en pocas manos. La tierra y el agua, que es lo que quedó sin privatizar en los noventa, es lo que queda por vaciar y entregar.

No podemos ser parte de esta nueva farsa ni acompañar aplaudiendo un nuevo negociado con falsas banderas. No lo hicimos en los noventa, cuando como ciudadanos resistimos el discurso único privatizador, porque como país nos parecía suicida entregar nuestra energía y regalar nuestro petróleo, que es un recurso natural no renovable. Ningún país lo hizo, salvo el nuestro.

Durante la crisis del tequila los mexicanos resistieron y conservaron la mayoría estatal en su empresa petrolera. Los brasileños también lo hicieron. Cabe señalar –como lo hizo en el Senado nuestra compañera María Eugenia Estenssoro-, que en el momento de su venta por parte del menemismo YPF valía 18 mil millones de dólares; lo mismo que valía Petrobras. Hoy Petrobras, copiando el modelo impuesto por José Estenssoro, está valuada en 280 milmillones de dólares. ¡Qué diferencia, no! Hoy estamos repitiendo el discurso único. Como en los 90 dicen que la mayoría acompaña. En los 90 la mayoría aplaudía a Menem y su entrega. Hoy, los que ayer la privatizaron, dicen que la estatizan. ¿Qué estatizan? Parece…

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Le resta un minuto, señora diputada.

Sra. Re.- Señora presidenta: solicito autorización para insertar el resto de mi exposición en el Diario de Sesiones.

No podemos ser cómplices, como no lo fuimos ayer, con una nueva mentira o un nuevo negociado de esta nueva oligarquía y de los nuevos señores feudales que se adueñaron del patrimonio de todos sin respetar la Constitución y las leyes.

Por eso suscribo el dictamen de la señora diputada Carrió. Además, solicito autorización para abstenerme en la votación en general y en particular. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.

Sr. Dato.- Señora presidenta: he visto tratado en forma larvada, y solamente por los señores diputados Tunessi y Solanas, el tema de la jurisdicción y el dominio que a mi modo de ver es central en los términos que luego lo resuelve la ley.

Marienhoff dice que es muy difícil que la jurisdicción esté dividida en dominio, dando un ejemplo claro en los ríos navegables -o flotables, como lo decía el mismo código-, desde que la jurisdicción es nacional y el dominio provincial.

Existe un buen ejemplo en la historia argentina en cuanto al aislamiento de la Patagonia abonado por la posible hipótesis de conflicto con Brasil. Esa situación necesitó de dos ingeniosos gobernadores -Uranga y Sylvestre Begnis-, además de hacer un túnel subfluvial para evitar la interdicción nacional a dicha obra.

Dichas esas cosas, me parece que en los últimos sesenta años se ha producido un conjunto de situaciones que introducen un fuerte elemento de confusión acerca de quién es el que tiene el dominio y quién la jurisdicción.

El ejemplo más claro fue el artículo 40 de la Constitución de 1949, que al ser derogado por un bando de la revolución libertadora dejaba al garete el tema de los recursos naturales en general e hidrocarburiferos en particular.

Es así que a fines de 1958 la gestión del presidente Frondizi nacionaliza los recursos petroleros como una cuestión inalienable e imprescriptible de la Nación, compartiendo su producido con las provincias. Esta situación se produce en la ley 17.319, de hidrocarburos, cuyo artículo 1°, a la postre y luego de la Constitución de 1994, es reformado por la llamada ley corta, la 26.197.

¿Qué pasaba con esa cuestión del dominio y la jurisdicción, cuando el artículo 124 es expreso al hablar del dominio originario de los recursos naturales de las provincias? Que la misma comisión redactora de la Constitución no quiso agregar la jurisdicción. Por eso avizorábamos un conflicto frente a la constitucionalidad de la que había hablado la Corte de las viejas leyes 14.178 y 17.319. Además, esta disposición constitucional no daba la jurisdicción a los titulares del dominio de esos recursos.

Evidentemente, el Estado nacional tenía algunos ingredientes para poder manejar la política. Existe la ley de presupuestos ambientales mínimos y la cláusula del progreso. Sin embargo, queda latente el debate de quién puede manejar la política petrolera.

En ese sentido, me parece que la ley es sabia porque sale del conflicto por arriba, con tres disposiciones nítidas que hacen compartir la política petrolera entre la jurisdicción nacional y la provincial.

Lo primero tiene que ver con la declaración de interés público de la producción hidrocarburífera en la Argentina; el segundo, que el Poder Ejecutivo nacional fija esas políticas en consonancia con las provincias; y el tercero, tiene que ver con la creación de un Consejo Nacional de Hidrocarburos, con intervención de todas las provincias, que será el que fije la política energética, conforme a las consultas que efectúe el Poder Ejecutivo.

De manera que frente a este conflicto histórico, constitucional y legal, el proyecto de ley que estamos considerando determina la jurisdicción en manos de la Nación con la fuerte participación provincial acompañada por la sindicación de acciones por cincuenta años, con la petrolera con mayor despliegue territorial, es decir, que tengamos una extraordinaria solución nacional, con los mejores términos, con la posibilidad de afrontar las dificultades que tiene la producción hidrocarburífera no sólo en la Argentina sino en el mundo frente a las grandes empresas que la manejan. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Salta.

Sr. Kosiner.- Señora presidenta: quiero plantear el debate que quedó un poco pendiente en el trabajo en comisión. Allí recuerdo que algunos señores diputados plantearon que el petróleo no tiene ideología y que no le hacía falta al gobierno debatir la cuestión de la soberanía en materia de hidrocarburos porque eso estaba planteado claramente en la soberanía en materia de hidrocarburos y en la Constitución Nacional.

Quiero señalar el sentido de mi voto, que pasa por la definición ideológica y soberana que hace el gobierno nacional, de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en este proyecto. Es una cuestión de ideología reconocer a este país como un país y un mundo distintos del de la década del 90.

Más allá de la cuestión de la adjudicación de responsabilidades es necio negar que no es lo mismo vivir en un país industrializado que en uno desindustrializado. No es lo mismo vivir en un país donde el salario era tomado como un costo que vivir como ahora en un país que ha potenciado el mercado interno y que ha potenciado las exportaciones, que ha buscado una mejora en la calidad de vida, que ha tomado el salario como parte de una demanda y donde la reactivación del salario nos ha permitido mayor inclusión social.

Sería necio agregar también por una cuestión ideológica y de visión de nuestro país y de la integración latinoamericana que vivimos en un país que pasó de una inversión del 11,9 del PBI a un 24,4. Aquél era un país en el que el desarrollo de la industria nacional era casi nulo, durante la década del 90, y hoy pasó al 9,5 del PBI. Nuestras reservas cercanas a los 50.000 millones de dólares eran cuatro veces menos en aquella década.

La YPF del modelo de los 90 representaba la síntesis del Consenso de Washington y en ese momento los hidrocarburos eran considerados como commodities. Hoy los hidrocarburos pretenden ser base nuevamente del desarrollo nacional. También hoy son un recurso estratégico y la declaración de utilidad pública no es nada más ni nada menos que algo que se utiliza en otros lugares del mundo, como los Estados Unidos, para los que les gusta mirar mucho al norte, la Unión Europea, a pesar de lo que diga hoy España, y asimismo, México, Bolivia y Venezuela.

La búsqueda del autoabastecimiento no es una frase menor sino el ejercicio mismo de la soberanía. Vengo de una provincia donde no es suficiente que la Constitución Nacional en su artículo 124 diga que los hidrocarburos son dominio originario de las provincias o que lo diga la misma Constitución provincial.

Esta visión rentística de YPF a provincias como la nuestra por los costos de la profundidad donde se encuentran los hidrocarburos ha impedido las inversiones porque éstas fueron a los lugares con menores costos. Esa era la visión rentística, es decir, obtener mejor precio internacional al menor costo.

Por eso vamos a votar esta visión soberana, ya que soberanía es poder disponer de los hidrocarburos. No se trata sólo de una visión declamativa que pueda estar establecida en algún texto. Ese vaciamiento de YPF nos ha impedido ejercer ese derecho soberano.

“¿Por qué ahora y no antes?” se han preguntado varios señores diputados. Se da nada más ni nada menos que ahora porque es el mandato del pueblo. Muchos dijeron que el peronismo tiene un discurso sin autoridad moral, hipócrita, sin convicciones, y que nos debemos hacer cargo de ello. Claro que nos hacemos cargo.El peronismo se ha hecho cargo de toda su historia, de sus aciertos y sus errores. Por eso nos ha votado el 54 por ciento de la gente. ¿O acaso creen que ese 54 por ciento viene por arte de magia?

Así como nos hacemos cargo, también decimos que cuando no fuimos gobierno fue por el voto de la gente o porque nos sacó la dictadura; nunca abandonamos un gobierno a mitad de camino. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Barbieri.- Señora presidenta: lo primero que quiero decir es que creo profundamente en el ejercicio democrático, en el fortalecimiento institucional a través de los partidos políticos y en el rol de los dirigentes políticos. Por eso, a pesar de tener algunas dudas y de estar en contra de este proyecto, voy a acompañar la postura de mi partido y la decisión mayoritaria de mi bloque.

Tengo dudas y estoy en contra porque no es riguroso denominar “estatización” o “nacionalización” a la expropiación del 51 por ciento que manejaba Antonio, como lo llamaba el gobierno hasta hace algunos meses.

Estoy en duda y tengo contradicciones porque el archivo no perdona: en 1992 privatizaron, Parrilli fue el miembro informante, para la liberación nacional los asesora Dromi y hasta hace un año y medio De Vido sostenía que teníamos combustible para noventa años.

Tengo dudas también porque el autoabastecimiento, utilizado como un dogma, sirvió para justificar conductas, para privatizar y para estatizar.

Desde Yrigoyen hasta la actualidad hemos tenido conductas pendulares, permanentes cambios en lo que debería ser una política de Estado, pero lo que votamos hoy no es una política de Estado, tal como lo evidencia el hecho de que el oficialismo no permitió modificar siquiera una coma del texto.

También tengo dudas porque el país vive hoy encandilado por un mar de ilusiones, embelezado por la seducción de epopéyicas mentiras. Hoy el verbo clave es recuperar lo que entregamos. Ciertamente esto es propio de una conducta esquizoide.

Vivimos en un estado de contradicción y confusión que no nos permite recordar que ya existe una empresa estatal llamada ENARSA que nada resolvió de la política energética en la Argentina. Esa confusión nos impide ver que el intento de nacionalización con la entrada de una farsa de compra por el Grupo Petersen exhibió al mundo a las claras el capitalismo de amigos.

También tengo dudas porque aquí y en cualquier país del mundo distribuir riquezas subsidiadas pagando sumas siderales por energía es un fracaso del diseño de una política energética, y asimismo, una irresponsabilidad e improvisación.

Tengo dudas porque las contradicciones flagrantes y el pésimo manejo de la política energética no exculpa a los actores centrales en la toma de decisiones de su responsabilidad en la política energética de la Argentina.

Para finalizar, como argentino bien nacido, como seguramente somos todos los que estamos en este recinto, fervientemente, con el corazón, deseo que se me demuestre que este es un nuevo comienzo y por fin YPF puede ser lo que alguna vez fue: un orgullo para todos los argentinos. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Formosa.

Sr. Donkin.- Señora presidenta: con alegría, y orgulloso de pertenecer al Frente para la Victoria, vengo a decir presente y a elevar mi voto por la recuperación y la nacionalización del 51 por ciento de las acciones de YPF.Han pasado veinte años y nuevamente se anuncia el retorno de YPF a manos nacionales.

Como si fuera un símbolo, la compañera presidenta levantó un tubo para hacer alusión al petróleo de la Patagonia. Nos quería hacer entender que eso era parte de nuestra soberanía; ahí aplaudimos y nos sentimos orgullosos.

No quiero olvidarme de que en el año 90 un señor de apellido Neustadt participaba en esta fiesta y blandía delante de la cámara de televisión un aparato telefónico preguntando en qué parte de ese aparato estaba la soberanía. Muchos sonreían, muchos fueron cómplices, y era el camino al precipicio.

El mandato de la compañera Cristina tiene una impronta que no la puede negar nadie; se trata de recuperar la soberanía. Sí no, que me digan qué es la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central para ponerlo al servicio del trabajo. Si no, que me digan qué es hablar de la soberanía de las Islas Malvinas, como lo estamos haciendo en paz y en democracia.

Este modelo lleva muchos años tratando de romper esta madeja tenebrosa que nos dejó el neoliberalismo y ató a todos los gobiernos para seguir cumpliendo los intereses de los monopolios. Yo sé que falta mucho y todos lo sabemos, pero con este paso falta menos.

Este es un modelo nacional y se refugia en la historia, pero se hace presente en los hechos. Cuando la presidenta anunciaba la nacionalización de YPF muchos recordaban las etapas por las que pasó, relacionando el presente y el pasado como si fueran uno solo, sin hacer un inventario de los hechos que han acaecido.

En este caso, uno se tiene que preguntar si San Martín, que fue un combatiente realista y luego se convirtió en un general de los hombres libres, por haber participado en España es menos héroe de la Patria. Yo sé que crecer es duro como también lo es ser libres, pero recordar que somos un país soberano, libre e independiente cuesta mucho más. Parece que hay algunos que no se enteraron de que no pertenecemos más al Virreinato del Río de La Plata.

Provengo de una de las provincias más olvidadas de la historia, de Formosa; tenemos limitaciones y necesidades, por supuesto, pero a partir del compañero Néstor Kirchner empezamos a tener participación en la historia argentina. Ya dejamos solamente de aplaudir, y hoy podemos decir que tenemos conexiones energéticas como nunca las tuvimos, pero para esto tuvimos que tener energía. Por eso el crecimiento del 8 por ciento que tuvo este país durante todos estos años.

A nosotros nos enorgullece sobre todo la nacionalización del gas porque somos una de las provincias que no tiene gas natural. En diciembre de 2011 Repsol se negó a seguir con la política de la garrafa social, que es usada por nuestro pueblo para los quehaceres diarios. Como un guiño de la historia hoy volvemos a recuperar YPF, poniendo nuevamente la celeste y blanca. Este guiño de la historia nos dice que Yrigoyen, Perón y Fernández pertenecieron a un pueblo ya que YPF es nuevamente del pueblo. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por San Luis.

Sr. Pérez.- Señora presidenta: según la versión oficial este proyecto de ley tiene como principal objetivo recuperar el autoabastecimiento energético. Su logro es imprescindible para dejar de importar combustible debido a que cada vez es mayor el déficit energético nacional.

El año pasado este déficit fue de 3 mil millones de dólares y este año se estima en 7 mil. Para el año 2013 se estima en 11 mil millones de dólares. El año pasadose importaron 10 mil millones de dólares. Este año se estiman 13 mil millones y el año que viene, 17 mil millones de dólares.

Con este proyecto la composición accionaria de YPF pasará a ser la siguiente: Estado, 51,2 por ciento. Este índice se divide en: Nación, 26,03 por ciento; provincias, 24,99 por ciento; el mercado 17,09 por ciento; Grupo Petersen, 25,46 por ciento, y Repsol el 6,43 por ciento.

A mi entender uno de los mayores problemas que enfrenta el gobierno es la actual matriz energética argentina que depende en forma creciente de los hidrocarburos. Actualmente, en la provisión de energía del país el petróleo representa el 37 por ciento y el gas el 52 por ciento, lo que arroja un total del 89 por ciento. Los bajos niveles de inversión son la principal causa del desabastecimiento.

La inversión necesita un marco macroeconómico normativo y regulatorio estable que brinde previsibilidad al sector, con un sistema de precios transparente que conduzca a una asignación eficiente de recursos.

A partir de 2003 hubo una fuerte regulación de precios y una mayor carga impositiva que desalentaron la inversión y es lo que el Estado –ahora como empresario- deberá rever para poder atraer inversiones nuevamente.

De acuerdo con todo lo expresado por mis compañeros de bloque, y para no ser reiterativo, debo decir que el gobierno es actor responsable y partícipe de los bajos niveles de inversión que tuvieron YPF y el sector de hidrocarburos durante los últimos años, lo cual nos llevó a la desaparición del autoabastecimiento energético.

Su último fracaso fue la creación de ENARSA, hoy convertida en una oficina de importación y considerada como un nicho de corrupción importante.

Entonces, la falta de inversión y la pérdida de autoabastecimiento es una situación que excede a YPF, que sólo tiene el 30 por ciento de la producción de hidrocarburos y abarca todo el sector hidrocarburífero.

Vale decir que no solucionamos el problema cambiando la composición del paquete accionario de YPF. A los inversores no los vamos a atraer de esa forma y menos actuando como lo hemos hecho en este caso.

La soberanía energética no está en peligro; está en poder de los estados provinciales. Entonces, estamos de acuerdo con la idea pero no con el procedimiento ni con el proyecto.

Esta iniciativa no resuelve el problema del autoabastecimiento de combustibles. Es inconstitucional porque no cumple con los procedimientos fijados para la expropiación de bienes por la Constitución Nacional y la ley 21.499. Es ilegal porque no cumple con los procedimientos para la intervención fijados por la Ley de Sociedades 19.550. No establece controles suficientes por parte de los organismos de control del Estado creados por la ley 24.156. Margina de la participación del capital de YPF discriminando a 14 provincias que antes aportaron para su funcionamiento, exploración y explotación, y ahora aportarán fondos para pagar su expropiación. Viola convenios internacionales con consecuencias negativas para el país.

San Luis, la provincia que represento, exporta carnes y alimentos a la Unión Europea, y se va a ver perjudicada.

Estas son las razones por las cuales no voy a apoyar el dictamen de mayoría pero sí el de minoría suscripto por diputados del Frente Peronista. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Mattarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Mouillerón.- Señora presidenta: en esta maratón parlamentaria es muy difícil agregar algo nuevo u original. Tampoco pretendo ser original, pero voy a usar el tiempo para hablar de algo que subyace en este recinto, y que fue mencionado por algunos diputados, pero no ha sido profundizado.

Me parece que esta es una excelente oportunidad para tener en cuenta el espíritu ypefiano que está en cada una de las bancas, en algunos casos para sostener el proyecto que elevara el Poder Ejecutivo y en otros para sostener que están de acuerdo con el proyecto de ley pero,como lo acaba de decir el diputado Pérez, no coinciden con las formas ni con la circunstancias. Otros también dicen que ellos no entregaron a YPF y que por eso van a trabajar para que YPF sea una realidad. En todos subyace un espíritu ypefiano, que es bueno aprovechar para reivindicar –pero no como se lo ha hecho hasta ahora- a los ex trabajadores de YPF.

Desde hace muchos años en esta Cámara hay proyectos reivindicatorios. Incluso, se pronunciaron palabras elogiosas y ayer hubo una orquesta formada por hijos y familiares de ex trabajadores ypefianos. Felicito al presidente por esa iniciativa, que me pareció no sólo simpática, sino una manera de reconocer el esfuerzo de los trabajadores que hicieron grande a la YPF que todos conocimos.

Lamentablemente, en esta Cámara hubo muchos proyectos y nosotros hemos intentado hace ya más de un año sancionar un proyecto que involucrara a todos. Logró la firma de representantes de casi todos los bloques, incluidos aquellos que no estaban totalmente de acuerdo con la iniciativa, pero coincidían con el reconocimiento que el Estado nacional le debía a esos trabajadores.

Si vamos a recuperar a YPF y si es cierto que los peronistas ponemos al hombre como el centro de las cosas, no lo podemos dejar pasar. Inmediatamente después de votar esta iniciativa, debemos ponernos a considerar el proyecto que no sólo reivindique desde las palabras, sino también desde el bolsillo, a los ex ypefianos, haciendo que las acciones que se les entregaron por el programa de propiedad participada de la privatización de YPF hoy se hagan realidad.

Hubo acciones, que podían llegar hasta el 10 por ciento de la totalidad de la empresa, en manos de los trabajadores, pero ese programa de propiedad participada encerraba algo que no favorecía a los trabajadores. Finalmente, las acciones fueron confiscadas y sólo les quedaron a quienes seguían trabajando en YPF. El resto de los 30 mil trabajadores quedaron afuera. Hubo reclamos y una disposición judicial que reconoció la participación a esos trabajadores.

Así se sancionó en el Congreso la llamada ley Fayad de 2002, donde se reconocía el pago de esas acciones. Luego esas acciones no se abonaron y no llegaron al bolsillo de los trabajadores. Algunos lograron cobrar mediante una acción judicial. Otros transaron los montos que fijaba la ley y cobraron una parte, pero la gran mayoría no terminó de cobrar o no cobró nada.

El proyecto de ley al que me refiero pretende reivindicar esa situación. Por eso solicito que el Congreso lo trate rápidamente.

Dicho esto, sobre la iniciativa en consideración poco tengo que agregar a lo ya mencionado por el señor diputado Solá. Lo que hoy votemos seguramente será motivo de discusión en la Cámara…

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Gracias, señor diputado.

Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Puiggrós.- Señora presidenta: voy a solicitar la inserción completa de mi intervención, donde fundamento en el carácter soberano y estratégico de los hidrocarburos la necesidad de la renacionalización del autoabastecimiento, explotación, industrialización, transporte y comercialización del petróleo.

Hay que cuidar nuestras reservas, volcarlas al desarrollo nacional y al bienestar del pueblo y explotar intensamente energías alternativas para garantizar que la tierra sea habitable.

Hipólito Yrigoyen fundó YPF y se enfrentó a la Standard Oil. Todos los partidos existentes deberían reflexionar sobre su postura favorable al golpe de Uriburu. Luego por suerte vinieron Mosconi; Perón, con el artículo 40 de la nueva Constitución, y Getulio Vargas, creando Petrobras.

No puedo dejar de recordar –porque el archivo de la memoria no se pierde- una escena que presencié en mi casa siendo adolescente, en la que se reunieron el entonces militante en campaña de la Unión Cívica Radical, Arturo Frondizi, con el confesor de Eva Perón, padre Benítez, por encargo de Perón, para programar la primera reunión a fin de hacer un pacto que tenía como uno de los temas centrales la defensa del petróleo, que era de la Nación. Frondizi, como sabemos, lo entregó. Luego vino Illia, quien nacionalizó el petróleo, pero justamente lo derrocaron por eso.

Después siguieron la dictadura cívico militar, el plan de convertibilidad, Menem, el FMI y finalmente Repsol. Así, la Argentina perdió aceleradamente sus reservas disponibles, sus saberes acumulados por técnicos y trabajadores, y no desarrolló fuentes de energía alternativas.

Recordemos también los genocidios y las usurpaciones por parte de los países agrupados en la OTAN, la intervención de Estados Unidos en Medio Oriente y Libia, la usurpación y la explotación petrolera por parte de Inglaterra en las Islas Malvinas, el colonialismo. Vámonos al BRIC, apoyemos la UNASUR y el Mercosur; luchemos por las fuentes energéticas de América Latina.

Qué hubiera sido de América Latina si Cárdenas no nacionalizaba el petróleo, trazando el límite con el imperio que hoy tanto cuesta sostener a México.

Podemos decir con orgullo que la señora presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y seguramente dentro de pocas horas este Congreso, han tomado esa bandera y trazado el límite de la usurpación de las riquezas latinoamericanas, desde la Argentina, aquí, en el Sur.

Señora presidenta: diga a los compañeros de la oposición que no acompañen este proyecto de manera sacrificada; que lo hagan con alegría, porque estamos coincidiendo en la defensa de lo nuestro. Mejor. Mejor para la Nación, el pueblo y América Latina. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Entre Ríos.

Sr. Benedetti.- Señora presidenta: como integrante del bloque de la Unión Cívica Radical adelanto mi voto afirmativo en general al proyecto en consideración, acompañando las disidencias planteadas por los miembros informantes de nuestro bloque.

También anticipo, como diputado representante de Entre Ríos, una provincia que no forma parte de la OFEPHI, la intención de proponer la participación de todas las provincias argentinas en el paquete accionario.

No es justo que con el esfuerzo de todos los argentinos se capitalicen sólo algunas provincias. Para que quede claro, advierto que ni siquiera estamos discutiendo el tema de las regalías; si siguieran el mismo criterio que el Fondo Solidario de la Soja, deberían distribuirse entre todas las jurisdicciones.

Como integrante de la conducción nacional del radicalismo deseo hacer unas breves consideraciones sobre el intenso debate para unificar nuestro voto. No hubo dudas –digo esto porque es un tema que ha tomado estado público- de cuál es nuestra posición histórica. No existen dudas respecto de reivindicar todas las acciones de gobierno que llevaron a cabo Yrigoyen, Alvear, Illia y Alfonsín. No haydudas de que la Unión Cívica Radical, a lo largo de su historia, ha considerado la soberanía hidrocarburífera como estratégica para el desarrollo nacional. Sí existían dudas acerca de cómo expresar nuestros principios, nuestra historia y nuestras convicciones sin avalar las políticas llevadas a cabo, hasta el presente en temas productivos centrales para el país, por el Frente para la Victoria.

Orgánicamente, hemos decidido hacer lo que debíamos, con coherencia, como siempre procedimos. Por ello, votaremos en general a favor de la nacionalización de YPF. Sin embargo, queremos decir con claridad que este voto no significa aval ni aceptación de las acciones llevadas adelante por este gobierno. No resulta razonable aceptar que necesitaron casi nueve años para darse cuenta de que estaban en un camino totalmente equivocado.

Tampoco avalamos las acciones llevadas adelante bajo títulos grandilocuentes. Nos preocupa todo aquello que se instrumente bajo el eslogan “soberanía popular y nacional para los hidrocarburos”, pues al respecto ya conocemos los resultados de las acciones realizadas bajo otro slogan: “la mesa de los argentinos”.

No parece serio que a fines de 2010 la presidenta haya calificado de “empresarios patriotas” a Brufau y Eskenazi, habiéndose registrado –a solo dos meses de comenzar el ejercicio económico- el mayor déficit de hidrocarburos en la historia argentina, que alcanzó los 9.300 millones de dólares. Raya en el agravio del sentido común el hecho de acusar de “vaciadores” sólo al grupo Repsol. Debe quedar en claro que ello no importa defensa alguna de la empresa, pues en realidad este vaciamiento de dividendos fue condición necesaria para que el grupo Petersen, prohijado por el entonces presidente Kirchner, pudiera hacerse cargo del 25 por ciento de la empresa, sin plata.

Permítaseme volver sobre dos producciones distintivas de la Argentina, que por acción de este gobierno se han puesto en crisis. Con las políticas activas del secretario de Comercio Interior perdimos más del 15 por ciento del stock ganadero, y hoy, en cualquier carnicería del interior del país, los precios son comparables a los de Europa.

Finalmente, si es que esto llegara a oídos de la presidenta, quisiera decirle: podrá usted tener...

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Muchas gracias, señor diputado.

Sr. Benedetti.- ...el respaldo reciente de las urnas... (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Misiones.

Sra. Perié.- Señora presidenta: quiero permitirme rendir un pequeño homenaje a alguien que podría haber estado acá; una persona con quien compartí largas charlas sobre la política nacional, la historia, la soberanía, que me decía: cuándo será el día que volvamos a tener esta empresa nuevamente en manos del Estado. Señora presidenta: mi querido hermano Turi está presente aquí. (Aplausos.)

No voy a cansarme de manifestar algo que muchos han dicho en este día histórico que estamos viviendo. Nos sentimos emocionados, y al decir del señor diputado Recalde, acongojados. Cómo no sentirnos así en este histórico día en que los argentinos empezamos a recuperar esto que ha sido y volverá a ser patrimonio de los argentinos. YPF volverá a manos del Estado.

Este es un día en el que comenzamos a recuperar nuestros recursos, así como también esta parte de la historia; una historia de grandeza, de logros, de audacia y desarrollo económico soberano. Por eso, no nos cansamos de decir que hoy es un día histórico.

La decisión de la presidenta de expropiar lasacciones de esta multinacional Repsol para recuperar el control de YPF ha suscitado innumerables críticas y réplicas de un sector en algunos casos importante de un periodismo opositor, que increíblemente ha llevado la virulencia, el resentimiento y la intransigencia opositora hacia este gobierno a tal punto de colocarse en defensa de intereses ajenos al país. Y replicaban hasta el cansancio esos editoriales de los medios españoles, de lobbistas del establishment, profetizando catástrofes de toda índole para nuestra Nación por el hecho de haber tomado esta decisión soberana.

Esta decisión la adoptamos dentro de los márgenes de las leyes argentinas e internacionales. Quiero leer la resolución 1803 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Soberanía permanente sobre los recursos naturales” que dice: “La nacionalización, la expropiación y la requisación de empresas deberá fundarse en razones o motivos de utilidad pública, de seguridad o de interés nacional, los cuales reconocen como superiores al interés particular o privado, tanto nacional como extranjero.”

Este argumento fue utilizado cuando en 1977 Kuwait expropió la American Oil Company y el Tribunal de ese país reconoció la legitimidad de esa medida y otorgó al inversor estadounidense una compensación menor a la reclamada. En eso estamos; también este es nuestro reclamo.

Un dato no menor que ya hemos señalado pero no nos cansaremos de repetir, aunque algunos lo quieran subestimar, es el altísimo apoyo popular a esta decisión.

Quiero invitarlos a reflexionar acerca de la naturaleza de las acciones políticas y sus beneficiarios. Mientras quienes ya mencioné, los lobbistas del establishment, periodistas altamente opositores, empleados de los multimedios, critican a rabiar la medida, los sectores populares y el pueblo en general la apoyan de manera abrumadora. Se podría decir que se trata de toda una caracterización política.

Pido permiso para insertar en el Diario de Sesiones el resto de mi discurso. Y termino señalando que provengo de una provincia que no tiene este recurso. Por eso tengo este sueño y el anhelo de recuperar YPF y que los dividendos sean repartidos entre todas las provincias. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza.

Sr. Carmona.- Señora presidenta: pido autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones, y antes de avanzar en mi exposición quiero hacer referencia a una situación que se dio ayer.

El diputado de mi provincia, Omar De Marchi, tuvo conceptos despectivos e irrespetuosos hacia la investidura presidencial, que además menoscaban la condición de mujer.

Como mendocino quiero compartir con ustedes el espíritu de respeto con que intentamos dirigirnos en este Congreso y quiero decirle a la señora presidenta de la Nación que no se deben confundir las expresiones personales de un diputado –que lamento que no esté aquí para decírselo en la cara, pero espero que el diputado Pradines se lo transmita- que omitió decir que su estudio jurídico es apoderado de las empresas petroleras Argenta y Apache. (Aplausos.) Además su familia política tiene una de las principales distribuidoras de Repsol YPF en la provincia de Mendoza.

Me parece un gesto de honestidad decir desde dónde se habla, sobre todo cuando se está dispuesto a menoscabar la figura de la presidenta de la Nación. Con la presidenta no, diputado De Marchi.

En segundo lugar, quiero hacer referencia a las críticas que han sido vertidas a nuestro bloque desde distintos sectores de la oposición, que asumimos porque no tenemos problemas en ser autocríticos, pero creemos quesufren de algún tipo de amnesia parcial. Digo esto porque hasta el momento aquí no se ha mencionado a la dictadura militar –que se inició en 1976 poniendo en marcha un proyecto desindustrializador-, que generó endeudamiento y corrupción en una YPF que terminó siendo una de las principales receptoras del endeudamiento externo.

También debo decir que la Unión Cívica Radical –a la que le reconocemos el gesto de acompañar este proyecto y el carácter de partido político que cobijó al general Mosconi- en su momento no pudo, no supo o no quiso reencauzar a esa YPF que venía desarrollándose en un marco de extrema corrupción y en un proceso de vaciamiento desde la dictadura militar.

De esa gestión radical debemos recordar también el Plan Houston, que hasta ahora nadie mencionó en esta sesión. Ese plan fue un intento de incorporación de capitales privados en las tareas de exploración, pero no tuvo mayor impacto. Se efectuaron cinco rondas de licitaciones entre 1985 y 1990, se concursaron 175 áreas, se adjudicaron 67 y se firmaron 61 contratos con inversores privados por 951 millones de dólares. Ese fracaso fue enorme y no fue protagonizado por el peronismo y, mucho menos, por el kirchnerismo.

Somos autocríticos cuando nos plantean la situación de nuestra gestión, pero no debemos olvidar que Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner vinieron a dar por terminado el proceso menemista de los noventa. Me refiero al menemismo que tomó la decisión aberrante, vergonzosa y destructiva sobre YPF; al menemismo que en la década del noventa combatimos la mayoría de los diputados del Frente para la Victoria que hoy estamos aquí sentados…

- Varios señores diputados hablan a la vez.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- La Presidencia solicita a los señores legisladores que guarden silencio.

Además, informo al señor diputado que le resta un minuto para hacer uso de la palabra.

Sr. Carmona.- Como decía, señora presidenta, el menemismo fue el que generó el proceso vergonzoso de transmisión de esta empresa a capitales transnacionales. Pero quienes formamos parte del Frente para la Victoria tenemos capacidad de autocrítica y cobijamos a quienes también la tienen.

Por otro lado, quiero alertar sobre el juego perverso de los lobistas que ayer eran agentes de Repsol y hoy son fervientes defensores de esta nacionalización, seguramente interesados en seguir con su juego. Por ello, hago un llamado de atención sobre las empresas vinculadas con Repsol que son contratistas o subcontratistas…

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Ha finalizado su tiempo, señor diputado.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Asseff.- Señora presidenta: en primer término, solicito autorización para hacer una inserción en el Diario de Sesiones.

En segundo lugar, y a efectos de aprovechar el tiempo del que dispongo y poder hacer algunas consideraciones, adhiero a las exposiciones de los señores diputados Germano, Fadul y Pérez, porque ellas interpretan claramente la posición que yo también defiendo.

Creo que mi postura ha sido clara a lo largo de toda mi trayectoria política. Siempre defendí lo nuestro y los intereses de nuestra Nación; siempre me mantuve en la misma línea. El dolor que me causó la privatización de YPF en 1992 y la posterior enajenación de la acción de oro es inenarrable. Pero no voy a hacer referencia a esto más allá de lo que acabo de señalar.

Me preocupan varias cosas, que intentaré resumir en un supremo esfuerzo de síntesis. Me preocupa que estemos volviendo hacia atrás sobre una cuestión que se resolvió en 1994: el dominio de las provincias argentinas sobre sus recursos, porque la sumatoria de ellas representa el dominio de la Nación Argentina sobre recursos que son estratégicos.

Por lo tanto, me parece una falacia a lo mejorbien intencionada, pero falacia al fin- hablar de la recuperación de una soberanía que ya tenemos en virtud de lo establecido en la Constitución Nacional.

En cambio, este paso atrás significa que una vez más las provincias delegarán en la Nación la administración de ese recurso que posee. Eso es lo que en definitiva va a suceder. Esta es una solución unitaria en contraposición a otra de carácter federal que simplemente hubiera consistido en ir quitando a Repsol y a todas las compañías concesionarias incumplidoras cada una de las concesiones, recuperando de esa manera la posesión de ellas y adjudicarlas, según corresponda, a los intereses de la Nación.

También quiero señalar, quizás en contraposición con muchos señores diputados, que yo no creo que aquí haya patriotas y antipatriotas, salvo aquellos casos que siempre constituyen la excepción a la regla. Aquí todos somos patriotas y queremos defender los intereses de la Nación. Lo que pasa es que muchas veces nos confundimos y creemos que esos intereses únicamente pueden ser defendidos por una empresa estatal. Esta última ya la tenemos con ENARSA. ¿Por qué ENARSA no salió a ocupar el Mar Argentino que se le concedió y asignó cuando fue creada? ¿Qué estamos esperando para hacerlo? ¿Acaso necesitábamos este proceso de estatización del 51 por ciento de las acciones para acceder al mar? Así como podríamos acceder o volver a las áreas concedidas a partir de la quita por incumplimientos, también podíamos, desde hace mucho tiempo, ocupar nuestro mar para desarrollar tareas de exploración y explotación.

Por lo tanto, quiero llamar la atención señalando que las cosas no están bien encaminadas.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Le resta un minuto para finalizar su exposición, señor diputado.

Sr. Asseff.- Los dogmatismos son malos. Así como es perverso el dogmatismo neoliberal o como se lo quiera llamar, también es absolutamente inconveniente para los intereses nacionales -90 años después y luego de haber pasado tanta agua por debajo del puente- volver al dogmatismo estatista.

Sí se debe volver a un estado que controle, a un estado funcional, pero no a un país estatizado.

Esta es mi posición. Por eso comparto la disidencia de mi bloque y lamentablemente me veo obligado a no acompañar este proyecto de ley que no me convence para nada. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por La Pampa.

Sr. Forte.- Señora presidenta: quiero pedir autorización para apartarme del tema en tratamiento pues tengo la difícil y triste misión de comunicar a esta Honorable Cámara que en horas de la noche del día de ayer ha fallecido quien durante 25 años se desempeñara como presidente de la Federación Agraria Argentina y fuera también diputado nacional. Me estoy refiriendo al compañero –así lo llamábamos nosotros- don Gerardo Humberto Volando.

Por lo tanto, solicito a la presidencia que esta Honorable Cámara rinda guarde un minuto de silencio en su memoria y que en el momento oportuno se le rinda el homenaje que corresponde.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Invito a los señores diputados y al público asistente a ponerse de pie a los efectos de guardar un minuto de silencio en memoria del ex diputado nacional don Gerardo Humberto Volando.

-Puestos de pie los señores diputados y el público asistente, guardan un minuto de silencio en homenaje a la memoria del ex diputado nacional, don Gerardo Humberto Volando. (Aplausos prolongados)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Muchas gracias.

Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por La Pampa.

Sr. Forte.- Señora presidenta: quiero expresar mi agradecimiento a todos los señores diputados porque don Humberto también fue un luchador para que YPF no se privatizara.

Sin duda estamos apoyando este proyecto porquefue un debate muy profundo de nuestra partido, fue una decisión orgánica de nuestro bloque; y estamos dando el apoyo desde lo orgánico, en realidad desde la convicción mucho más que desde lo orgánico, porque indudablemente pertenecemos a esa histórica Unión Cívica Radical, que desde que fue reconocida –no hace falta ampliarlo y dar más vueltas al respecto-, desde Yrigoyen hasta Alfonsín, siempre ha tenido una conducta homogénea, una total claridad, una coincidencia ideológica y ninguna contradicción.

Por ahí se escuchó recientemente –pido permiso para insertar el discurso que pensaba pronunciar, porque no me va a alcanzar el tiempo- decir que el gobierno de Alfonsín no fue capaz de terminar con la corrupción de YPF. Ese fue el discurso de la corrupción para terminar con YPF, para terminar con los ferrocarriles y, en fin, para terminar con todo.

El que se tiene que hacer cargo es el justicialismo de la época, y si realmente están hablando de que el gobierno de Alfonsín fue corrupto, vayan a la Justicia.

Tengo el orgullo de pertenecer al partido del gobierno más honesto de la historia de la democracia argentina. (Aplausos.)

Ustedes no pueden decir lo mismo con las valijas de Antonini Wilson o con la bolsa de Miceli. Así que por favor antes de acusar pido que se fijen muy bien cuando se trata del honor de las personas.

Estamos apoyando este proyecto porque sin duda somos un poco nostálgicos de YPF. Parece que lo que vamos a decir hace acordar a ese viejo abuelito que le hablaba a sus nietos. Pero eso pasó hace veinte años, cuando éramos militantes de la juventud radical, una juventud que perseguía principios y no contratos.

Íbamos hasta el pueblo más chiquito, hasta el pueblo más desaparecido del mapa, como decimos en el campo, y había un surtidor de YPF. En cada pueblito había gasoil, nafta y queroseno, más allá de si era negocio tenerlo o no tenerlo.

Puedo nombrar por ejemplo un pequeño pueblo al que me unen muchos sentimientos, como es Agustoni, en el norte de La Pampa, al este de General Pico, en el límite con la provincia de Buenos Aires, en el que existían como figura emblemática el surtidor de YPF, la estación del ferrocarril, la posta del correo y la cabina telefónica de ENTEL.

Resulta que hace veinte años convirtieron en taperas las cabinas telefónicas, al ferrocarril lo convirtieron en recuerdos y casi de museo resultan esos surtidores. Ahora la gente de ese pueblo para comunicarse por teléfono tiene que subirse a la torre del molino porque no tiene señal, teniendo en cuenta que los privatizados no proporcionan señal. De eso tiene que hacerse cargo el Partido Justicialista.

Y hablando de esos pueblos recuerdo que cuando llegábamos encontrábamos dos chacareros discutiendo si era conveniente o no sembrar trigo porque la Junta Nacional de Granos había fijado el precio mínimo sostén, que no a todos conformaba. Ahora se discute si se siembra o no el trigo porque hay dos cosechas guardadas, ya que Moreno no permite la venta. Observen la diferencia.

También se discutía si sembrábamos trigo o alfalfa; ahora se discute si lo siembran ellos o si se lo dan a los pooles de siembra que se quedan con los campos, a partir de la plata de la ANSES. Esta es la gran diferencia.

Habría mucho más para decir, mucho más para insertar, pero el minuto que me queda lo quiero usar para decir que por supuesto votaremos en general favorablemente, aunque no en particular, porque tenemos disidencias.

A los amigos justicialistas, a la señora presidenta, les digo que tienen una oportunidad histórica, cuentan con la comodidad en el Congreso de una mayoría automática, que legítimamente consiguieron con los votos.

Además, tienen una oposición suficientemente responsable a la que no le tiembla el pulso para acompañar las políticas de Estado.

Entonces, acepten el desafío. Encaremos realmente una política de hidrocarburos mucho más avanzada de la que se está ejecutando ahora. Discutamos el comercio de granos, el uso y la tenencia de la tierra, discutamos la recuperación del teléfono, de las rutas, de los ferrocarriles.

Si realmente pertenecemos al campo nacional y popular concretemos políticas... (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Muchas gracias, señor diputado.

Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza.

Sr. Félix.- Señora presidenta: celebro que hoy podamos dar este debate trascendental e histórico para nuestro país; en lo personal siento un profundo orgullo.

Estamos claramente ante un acto soberano del Estado argentino, tomado con mucho coraje por nuestra presidenta. Pero no se trata de un acto aislado, sino parte de una secuencia de actos que comenzaron en 2003, con el ex presidente Néstor Kirchner. Hablo de una secuencia inspirada en una misma filosofía, en un modo de pensar y entender a nuestro país desde una concepción nacional y popular. Es la misma que inició el proceso de desendeudamiento de nuestro país; es la que no acepta recetas de ajuste de los organismos multilaterales de crédito y la que permitió que comenzara la recuperación del aparato productivo argentino. También es la misma que inspiró la inversión en obras públicas de carácter social, como es la vivienda y aquella obra pública de carácter estratégico como son las de generación y transporte eléctrico, que gracias a Dios han impedido que, a pesar de los augurios de algunos, no caigamos en una crisis energética, enfrentando situaciones como las que se vivieron en alguna época en nuestro país, cuando al transitar por las calles de esta ciudad había que esquivar grupos electrógenos.

En síntesis, es la filosofía que recupera la dignidad nacional, y justamente YPF es parte de ella.

De esta manera se entiende que tras esta decisión del gobierno nacional se exprese también un amplio consenso, por lo menos en el aspecto general, aunque existan algunas diferencias de instrumentación, como por ejemplo respecto del porcentaje accionario a expropiar.

En este consenso se expresa la unidad de todos los argentinos. Es el consenso que construye, no el que destruye, como fue el de Washington.

Provengo de una provincia petrolera, la cuarta en producción de este caro recurso para los argentinos, pero también tercera en reservas comprobadas. Allí se encuentra parte de esta reserva que hoy se menciona, como es Vaca Muerta, de la cual muchos argentinos no habían escuchado hablar, y que compartimos con otra provincia.

La mía es una provincia donde el recurso petrolero aporta a la mayor parte de las arcas provinciales, y estamos hablando de un recurso no renovable.

¿Cómo no estar contentos con esta decisión? Si se trata de un recurso no renovable, justamente tenemos que pensar cómo se aplicará para que el día que no lo tengamos podamos sustituirlo. ¿Íbamos a hacer eso con Repsol? Impensable. ¿Por qué podemos afirmarlo? La respuesta es simple. En la provincia de Mendoza YPF posee una de sus destilerías más importantes, y a pesar de ello mientras estuvo Repsol fue muy grande el desabastecimiento de la provincia.

A quienes necesitan de este vital elemento en volumen, como las empresas de producción, y también el Estado, a través de los municipios y de los organismos de Vialidad, el litro de gasoil les llegó a costar un peso más mientras Repsol condujo la empresa. Y esto lo pagan los vecinos, lo paga el ciudadano y cada uno de quienes lo consumen.

Cuando se trata de empresas privadas, el costo se traslada a los precios, lo que genera una situación que realmente perjudica a todos. ¿Por qué iba a cambiar esto con Repsol?

He escuchado decir que no se trata de soberanía porque es un recurso de las provincias. Sí, las provincias tienen la potestad, pero es necesario el control del instrumento, la herramienta, y que ésta se utilice en consonancia con el modelo económico y los intereses de la provincia.

Claramente no es Repsol quien operando laherramienta puede estar en sintonía ni con el modelo ni con las provincias productoras. Ni siquiera lo está con su país de origen. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sra. Schmidt Liermann.- Señora presidenta: antes que nada quisiera recordar que hoy, 3 de mayo, se cumple un nuevo aniversario de la libertad internacional de prensa, y quisiera honrar al periodista Guillermo Cano, un periodista colombiano que falleció al ser asesinado por tratar de averiguar e investigar el tráfico de drogas, el narcotráfico.

También quiero manifestar el compromiso de nuestro bloque con los periodistas para que puedan trabajar en libertad, en un clima de tolerancia, sin que pierdan canales de trabajo. En especial queremos que puedan seguir difundiendo información diversa, porque la necesitamos para cumplir con nuestra función democrática.

Ayer y hoy escuchamos en diferentes discursos que estamos pasando por un momento histórico. He escuchado decir que la patria es libre cuando no depende del extranjero. Estas son palabras de nuestro fundador de la patria y de la Constitución, el señor Juan Bautista Alberdi, pero atención, porque el ciudadano no es libre cuando depende de un Estado omnipotente e intervencionista, que decide regular cualquier ámbito en el que se mueve. Con esta forma no se está respetando la división de poderes.

El punto que hoy estamos discutiendo es cómo se van a administrar los recursos no renovables, y dentro de la misma oposición hemos visto que hay grandes dudas, que no se le quiere dar un cheque en blanco al Estado. Por eso venimos a reforzar la intención de que haya un control de la Auditoría o de la SIGEN en esta nueva YPF que se quiere construir.

Acá también es necesario hablar de los derechos del consumidor, del usuario, que por la nueva Constitución de 1994 tiene una representación constitucional, que en esta nueva YPF no se le está dando.

Me alegro mucho de que la señora diputada Gallardo haya hecho referencia con más detalle a las energías alternativas. También el diputado Ollarade lo ha hecho ayer, pero no entiendo por qué en este proyecto que se nos está presentando no hay un capítulo especial mostrando la importancia de las energías limpias y renovables para nuestro país.

Hay países en los cuales las energías limpias son las que brindan todo el suministro energético. Por ejemplo, en Noruega, que tanto se toma como ejemplo, hace cuarenta años se descubrió petróleo, y a partir de allí ese país ha implementado una política en pos de las generaciones futuras. Noruega hoy en día suministra a sus propios ciudadanos casi el ciento por ciento de la energía mediante la producción hidroeléctrica, y los recursos que obtiene del petróleo van a un fondo de reserva para pensiones de generaciones futuras. El gobierno sólo puede usar alrededor de un 4 por ciento de esas utilidades.

Me encantaría que pudiéramos tomar el compromiso del gobierno de utilizar los ingresos del petróleo para nuestras generaciones futuras y de buscar alternativas que propician una solución energética.

Para finalizar, porque quiero ser breve, considero que hoy es un acto patriótico votar en contra del proyecto del Ejecutivo, justamente porque lo que estamos temiendo son consecuencias nefastas, que tan bien han explicado mis colaboradores de bloque.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes.

Sr. Aspiazu.- Señora presidenta: el primer concepto que quiero transmitir es que parece que acá estamos discutiendo si el petróleo y el gas son argentinos, cuando lo que estamos discutiendo es la explotación, la industrialización, el transporte y la comercialización de hidrocarburos.

Lamentablemente, aplicando el sentido común, hemos perdido una oportunidad histórica, porque si decimos que los hidrocarburos son del Estado nacional -y el Estado nacional somos los 48 millones de argentinos que componemos esta bendita República-, no habremos tenido una actitud de grandeza y humildad todos los diputados. Si esta fuera una política de Estado tendríamos que haber emitido un dictamen estructural, y si aquí está representado el pueblo le habríamos dado la oportunidad a cada fuerza política para que pusiera a disposición sus mejores hombres a fin dede obtener el mejor dictamen y por unanimidad. Lamentablemente, desde mi óptica creo que nos equivocamos. De la otra manera le hubiésemos dado mayor sustento legal, constitucional, técnico, social, productivo y económico.

Le voy a dar crédito a la presidenta de la Nación porque no puede saber de todo, pero hace nueve años que está este gobierno y tendremos el mismo zorro cuidando el gallinero. Creo que con lo que pasó en el 2011 se prendió una luz roja, y en 2012 tenemos que importar por casi 20 mil millones de dólares. En estos nueve años muy comprometidos hemos perdido el autoabastecimiento.

La Argentina tiene cinco cuencas y hay pozos que tienen entre setenta y cien años. Necesitamos inversiones por 4 o 5 mil millones de dólares al año para hacer exploraciones y transformar en reservas esos recursos naturales.

Tampoco podemos desconocer que el gobierno aprobó los balances de Repsol, de la empresa del señor Eskenazi y de todos los que conforman YPF S.A. Asimismo, permitió el retiro del 90 por ciento de las utilidades. Por lo tanto, creo que tiene que haber responsables en este sentido.

Supuestamente, si pagamos lo que dice Repsol, me pregunto de dónde va a salir el dinero para la inversión que necesitamos para lograr nuevamente el autoabastecimiento. No nos dimos el tiempo suficiente para hacer lo que realmente necesitábamos. Se mató la confianza, y cuando se mata la confianza empieza a temblar el crédito.

Yo pregunto: ¿quién vendrá a invertir? Y si suponemos que vienen a invertir, ¿cuánto más nos va a costar?

Estoy de acuerdo con que el Estado tiene que involucrarse más de lo que lo hizo con Repsol, pero tenemos que cuidar las formas. Debemos respetar la legalidad que nos brinda la ley para poder sostener la soberanía que tanto queremos.

Quiero tener la conciencia tranquila y no hipotecar el futuro de nuestros hijos. Por eso, mi voto será negativo. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Mattarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes.

Sr. Aspiazu.- Señora presidenta: deseo reiterar una expresión que han emitido muchos compañeros y colegas legisladores en este recinto, pero es bueno trasmitírselo al resto de los argentinos. Estamos viviendo un momento histórico. Estamos tomando una decisión soberana, legislando para preservar el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos.

Preservar nuestros bienes naturales se convierte en una garantía para que los hombres y mujeres que habitan este suelo puedan desarrollar sus sueños, generar fuentes genuinas de trabajo, conformar sus familias y mejorar su calidad de vida.

YPF fue, es y será argentina. Ninguna Nación del mundo podrá cambiar este hecho por más poder económico que ostente, por más complicidad que logre y por más falacias que manifieste.

Esta empresa fue creada por argentinos para el bienestar de los argentinos, y durante muchos años de nuestra historia reciente generó trabajo, desarrollo e integración regional.

Traigo a la reflexión de todos nosotros el pensamiento del general Perón, quien en 1972 ya se anticipaba a los acontecimientos en su mensaje ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo. Decía: “Cada Nación tiene derecho al uso soberano de sus recursos naturales, pero al mismo tiempo cada gobierno tiene la obligaciónde exigir a sus ciudadanos el cuidado y la utilización racional de los mismos. El derecho a la subsistencia individual impone el deber hacia la supervivencia colectiva, ya se trate de ciudades o pueblos.”

Estas palabras siguen teniendo vigencia y son necesarias para resaltar la responsabilidad que tienen las naciones frente a fenómenos como los cambios globales y climáticos, la producción sustentable y el consumo energético.

También quiero hacer referencia a la última frase del primer párrafo del artículo 41 de la Constitución Nacional, que dice: “El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.”

En el marco de este artículo, el Congreso sancionó la ley 25.675, que es la ley general del ambiente, y que en uno de sus capítulos dice: “…los hechos o actos jurídicos, lícitos o ilícitos que, por acción u omisión, causen daño ambiental de incidencia colectiva.”

El pasado debe ser minuciosamente revisado y determinado los pasivos ambientales que la empresa administrada por su accionista mayoritario, Repsol, ha provocado sobre el territorio que utilizó para el desarrollo de las actividades, tanto extractivas como productivas.

La responsabilidad es clara y precisa por los efectos ambientales negativos que se han generado, se debe recomponer el ambiente o, en caso de que no sea posible, la Justicia establecerá una indemnización sustitutiva.

Son numerosas las demandas judiciales iniciadas contra Repsol por daños al ambiente. Estos deben ser ponderados y los costos deben ser integrados a la ecuación económica que determine el valor de las acciones expropiadas.

Precisamente el artículo 10 de la ley 21.499 dice: “La indemnización sólo comprenderá el valor objetivo del bien…”, y en el valor que determine el Tribunal de Tasaciones de la Nación se deben contemplar los daños y efectos negativos provocados.

La política energética es un elemento fundamental de la política ambiental. No hay desarrollo sin energía. Tampoco hay soberanía política ni independencia económica ni justicia social si no procuramos el autoabastecimiento energético. Estamos dando un paso fundamental con la sanción de esta ley.

En este sentido, seguimos consolidando un modelo de trasformación… (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Gracias, señora diputada.

Tiene la palabra el señor diputado por Entre Ríos.

Sr. Chemes.- Señora presidenta: hasta hace pocos años la República Argentina exportaba petróleo y también era el granero del mundo. Lamentablemente, el modelo desanda sus propios pasos.

La falacia de este debate es que no apunta a generar políticas perdurables, sino a tapar la ineficiencia. Sumamos al empobrecimiento de nuestros recursos la incompetencia de los funcionarios, amparada por la complicidad del gobierno. Por eso debatimos hoy qué hacer con YPF, el petróleo y la energía.

El problema del gobierno es que piensa para la tribuna y en lugar de debatir, dispone. Por supuesto que estamos a favor de que el Estado intervenga en el sector energético. Coincidimos con Rajoy en que no podemos ser un país de quinta categoría y en que nuestro petróleo debe estar en manos del Estado, pero para eso necesitamos algo más que un proyecto serio y bien pensado.

Se requiere una política que sea seria, que proteja los recursos naturales y la inversión, y que no se olvide de la soberanía sobre los recursos que son de los argentinos. Digo esto porque el proyecto que hoy vamos a aprobar no alcanza para asegurar alguna política energética seria y responsable. Es más, esta iniciativa cierra las puertas a una auditoría, después de que el viceministro de Economía dijo que se había vaciado a YPF. Este es un mal signo.

El presupuesto para este año, que tan rápidamente aprobó el oficialismo sin aceptar cambiar una sola coma, no incluyó ni un solo peso para la promoción de energías alternativas, a pesar de que una ley del año 2006 –la 26.190- brinda pautas para alcanzar el 8 por ciento de la generación de energía eléctrica de fuentes renovables. Este año el Estado no pone un peso para incentivar a los privados a hacerlo. Eso implica tener un doble discurso.

En el día de ayer presenté un proyecto para cambiar esta situación por el que solicito 300 millones de pesos para un cupo fiscal con destino a las leyes que el Congreso aprobó en los últimos años.

Queremos ser independientes en serio, no quedarnos solamente en los discursos. Por eso, deseamos que el petróleo sea nuestro así como también la tecnología limpia, con investigadores y fondos argentinos. No queremos palabras sino hechos. Como dijo el general Mosconi, la historia es el resultado de los hechos de los hombres y no el de sus intenciones.

Quiero aclarar que voy a acompañar el dictamen de mi partido y también las disidencias. Solicito a mis pares que apoyen la generación de energía limpia con acciones concretas, sólo así estableceremos reales políticas de Estado. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Cigogna.- Señora presidenta: venimos con humildad, pero con firme convicción, a defender este proyecto de ley. Lo hacemos –como decía Néstor Kirchner- con nuestras verdades relativas. No pretendemos ser los dueños de la verdad.

Somos respetuosos de la opinión discrepante, aun de aquella que está en las antípodas de nuestro pensamiento. Esto es una cosa, y otra, la conducta de algunos plumíferos que han ensuciado páginas en los diarios con tinta envenenada, falseando la verdad, mintiendo y diciendo que aquí hay una confiscación, cuando en realidad se trata de un proyecto de ley de expropiación.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, don Julián Andrés Domínguez.

Sr. Cigogna.- Algunos de estos sujetos –repito- son “tinterillos” y otros han vertido el veneno por su boca dentro y fuera del recinto. Tendrán que responder ante sus hijos y la historia, y sobre ellos pesará el estigma de los que traicionan a la Nación.

Mis compañeros han explicado claramente las razones de orden económico, social y político que justifican el proyecto de ley que estamos considerando.

En la conducta de quienes han hablado de confiscación existe la clara intención de preconstituir prueba en contra del interés de la Nación ante eventuales juicios que pudieran desarrollarse el día de mañana.

Aclaremos las cosas: este proyecto es absolutamente conforme a la Constitución Nacional, que prevé la expropiación por causas de utilidad pública. También es absolutamente conforme a la ley de expropiaciones vigente.

La oposición ha objetado el mecanismo del decreto de necesidad y urgencia para intervenir la sociedad. La ley de expropiaciones contempla en su título IX, llamado “De la ocupación temporaria”, lo siguiente: “Cuando por razones de utilidad pública fuese necesario el uso transitorio de un bien o cosa determinados, mueble o inmueble, o de una universalidad determinada de ellos, podrá recurrirse a la ocupación temporánea”.

El artículo 59, dice: “La ocupación temporánea anormal puede ser dispuesta directamente por la autoridad administrativa y no dará lugar a indemnización alguna…”. Esto lo dice la ley de expropiaciones vigente, pero ningún integrante de la oposición había reparado en ello salvo el señor diputado Ferrari, quien la malinterpretó.

¿Cómo hago yo para ocupar una empresa? ¿Toco el timbre, entro, digo “buenas tardes”? ¿Esa es una ocupación? La letra de la ley está pensada en términos de bienes materiales, particularmente inmuebles, pero debe ser interpretada con inteligencia. El único modo de ocupar temporalmente una empresa que debe seguir funcionando -hay que defender sus propios intereses, y además, los de los usuarios- es a través de la intervención. Para ello, se ha utilizado el mecanismo del decreto de necesidad y urgencia.

Algunos que hacen gala de su coherencia en la historia olvidan, por ejemplo, lo que hizo el ex presidente Illia cuando quiso anular los contratos petroleros en 1963. Muchachos radicales, dictó tres decretos. Escuchen lo que dice el texto de uno de ellos, el decreto 744 del 15 de noviembre de ese año: “Declárase nulo de nulidad absoluta por vicios de legitimidad y ser dañosos a los intereses de la Nación, los contratos relativos a la explotación y exploración de petróleo suscriptos por YPF entre el 1° de mayo de 1958 y el 12 de octubre de 1963, con las siguientes compañías...” Luego, las enumera.

A continuación –prestemos atención al tema de la legalidad-, señala: “Facúltase a YPF a adoptar las medidas que estime pertinentes a los efectos del normal abastecimiento de combustibles, conforme con las consideraciones de este decreto, y en caso de ser necesario, a la toma de posesión de las áreas, con facultad de requerir en forma directa el auxilio de la fuerza pública o cualquier otra medida que asegure el cumplimiento del presente decreto. En el acto de toma de posesión, en su caso YPF, se hará cargo de todos los bienes afectados a los trabajos mencionados.” Coherencia, absoluta constitucionalidad y legalidad del decreto y de la normativa que dispuso la intervención. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba.

Sr. Aguad.- Señor presidente: así como no me es ajeno lo que suscita YPF entre los argentinos, sostengo que el verdadero debate debe realizarse sobre el autoabastecimiento energético, que esta ley no soluciona, y además, puede agravar.

Con el mismo énfasis no me rindo ante este reiterado chantaje emocional montado sobre el significado de esta sigla emblemática, con el que se intenta ocultar el fracaso de la política energética del gobierno.

Durante seis años he planteado en este recinto la caída sistemática de la producción de gas y de petróleo, y la pérdida de reservas. Tal declaración siempre fue negada por quienes de pronto la descubrieron. Lo hacen ahora porque la importación de petróleo por 12.000 millones de dólares resulta lesiva para el modelo y no cuentan con divisas suficientes. Se quedaron sin caja. La fuga de 64.000 millones de dólares y el déficit de la cuenta corriente, de la balanza de pagos, constituyen datos de la realidad visibles desde hace mucho tiempo. Sin embargo, se descalificaban nuestras advertencias.

Si les interesara la exploración y la explotación de hidrocarburos no habrían fomentado el vaciamiento de YPF con la pérdida de 200.000 millones de dólares de reserva ni la inacción de ENARSA en la búsqueda de petróleo en la plataforma marítima no concesionada. De otra manera, no se explica la razón por la que se paga al importador seis veces más de lo que se abona a los operadores locales.

Durante las tres gestiones kirchneristas la importación de gas y de petróleo creció en un 2.000 por ciento y no se amplió la capacidad de refinado. La mayoría de las empresas operadoras, no sólo Repsol, ha disminuido su producción. El fracaso de la política oficial es contundente.

Presten atención: aumentaban las reservas y producíamos más petróleo y gas cuando el barril estaba a 18 dólares, que hoy que cotiza a 102 dólares.

Por ello creo que el debate necesario es sobre una política energética que resulta ser la causante del grave cuadro que afecta al desarrollo del país. Sin energía abundante no hay industrias, ni agregado de valor, ni creación de empleo genuino, ni combustible en los surtidores, ni gasoil para la cosecha, ni electricidad en verano, ni gas en invierno, y las garrafas serán más caras para los que menos tienen.

Para quienes consideran que no creo en el Estado, yo creo en un Estado eficiente que impulse un programa con prioridades, que estimule la iniciativa innovadora para asumir riesgos y ganar competitividad.

En este sentido, creo necesario contar con una empresa testigo que opere en el mercado y que pague a los contratistas por el fruto del crudo que producen.

Este es el modelo que defendieron Yrigoyen, Alvear, Mosconi, Juan Perón, Frondizi, Illia y Alfonsín. A toda empresa concesionaria que incumpla su contrato y planes de negocios se les deben revocar sus áreas.

Sepa el país que aquí no estamos tratando la necesaria ley de hidrocarburos. Se trata de la expropiación de una empresa que produce sólo el 30 por ciento de los hidrocarburos que hay en el país, a la que se le atribuyen todos los males que fueron consentidos por quienes ahora los objetan exculpándose.

La auditoría sobre la empresa es tan necesaria como la investigación sobre los funcionarios que no controlaron.

Para mí la seguridad jurídica no es horrible sino una pauta de convivencia civilizada. Las formas informan a propios y extraños sobre el funcionamiento del estado de derecho en el país.

Sr. Presidente (Domínguez).- Diputado Aguad: vaya cerrando su discurso.

Sr. Aguad.- Se llega a poner en el mismo lugar que se llegó con el neoliberalismo aperturista. Menen lo hizo aumentando el endeudamiento externo y entregando irresponsablemente YPF. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del Estero.

Sr. Oliva.- Señor presidente: en primer lugar, quiero solicitar autorización para insertar en el Diario de Sesiones algunos conceptos que seguramente no podré exponer en el recinto dada la limitación del tiempo.

Quiero adelantar que el voto del Frente Cívico por Santiago del Estero será afirmativo para este proyecto de ley de expropiación, por una serie de razones.

En primer lugar, se trata de una medida política absolutamente constitucional. Sobre esta cuestión ya se refirió la miembro informante, diputada Bertone, y lo acaba de hacer el diputado Cigogna con absoluta claridad conceptual, por lo cual me voy a abstener de volver a considerarlo.

En segundo lugar, esta decisión se enmarca en el pleno ejercicio de la soberanía nacional. Entendemos que los recursos estratégicos como el petróleo -componente necesario para la generación de energía- y como el gas, deben estar en manos del Estado para asegurar y garantizar de esta forma que estén al servicio del progreso del país.

Por eso nos llaman la atención algunas expresiones del gobierno español, que tiene posiciones diametralmente opuestas. Por un lado es estatista cuando se consideran sus propios recursos energéticos, pero tiene una posición opuesta cuando hay que merituar los recursos de otros países.

Por eso, no hay que detenerse en estas cuestiones que hasta me parecen lógicas, incluso en lo que respecta a la reacción de la propia empresa.

Por otro lado, acompañamos esta iniciativa porque es absolutamente necesaria ya que nuestro país se encuentra inmerso en una crisis profunda de desabastecimiento interno como consecuencia de los graves incumplimientos de la empresa Repsol, por falta de inversiones, por falta de exploraciones, por el vaciamiento que se ha concretado en esa empresa hasta llegar a producir casi exclusivamente aquellos combustibles refinados que son los que más rentabilidad generan a la empresa, es decir, pensando solamente en la utilidad interna en desmedro de los reales intereses del Estado nacional.

A esta altura del debate es difícil efectuar aportes que no se hayan ya realizado, pero por ahí se dijo que desde el gobierno nacional no ha habido una consideración especial respecto a la cuestión energética.

Vengo de una provincia del Norte del país, Santiago del Estero, y tenemos algunos ejemplos para citar que no son abstractos; son datos de la realidad que ocurrieron hace pocos años.

En la década del noventa hubo un funcionario llamado Domingo Felipe Cavallo que pensaba que había provincias que eran pobres y, por lo tanto, absolutamente inviables; hasta se pensaba en fusionarlas o ver cómo se iba a trabajar en el futuro. Ni siquiera se pensaba en inversiones porque representaban una carga para el país. Ese era el diagnóstico apocalíptico al que quienes proveníamos de las provincias del Norte y Noreste del país asistíamos con dolor.

Sin embargo, a partir de 2003 desde el gobierno se empezó a realizar con esas provincias un trabajo institucional articulado, pensando y realizando obras de infraestructura básicas que permitieron desarrollar el máximo de sus potencialidades.

Pero en la década del noventa era impensable que se pudiera inaugurar, tal como ocurrió el año pasado –y usted, señor presidente, cuando era ministro de la Producción visitó muchas veces nuestra provincia-, una obra como la línea de alta tensión NOA-NEA en la provincia del Chaco -acto al cual tuve oportunidad de concurrir acompañando al gobernador de mi provincia-, con una capacidad de 500 kilovatios de transporte de energía y un recorrido de 1.200 kilómetros.

En esa década era impensable que en mi provincia se pudiera radicar industria -como ocurre en la ciudad de Frías- para la producción de bioetanol, que produce más energía que la que consume la propia ciudad de Frías, que cuenta con veinticinco mil habitantes.

También era impensable que pudiéramos estar trabajando en un parque eólico, El Jume, localizado en el departamento de Ojo de Agua, en Santiago del Estero, que va a generar energía por 34 mil megavatios y que va a abastecer a todo el sector Sur de la provincia. Podría seguir citando ejemplos de otros emprendimientos que hasta hace pocos años eran impensables.

Por eso quienes provenimos de las provincias norteñas tenemos una consideración especial y un agradecimiento hacia la mirada que en materia energética se ha puesto desde el gobierno central.

Quiero decir muchas cosas, pero para finalizar...

Sr. Presidente (Domínguez).- Se ha terminado su tiempo, señor diputado.

Tiene la palabra el señor diputado por Misiones.

Sr. Puerta.- Señor presidente: es difícil agregar algo a lo ya expresado entre ayer y hoy, pero para hacer honor a un pueblo que, por la mala práctica de sus dirigentes, confunde posiciones, empiezo por decir que voy a votar en contra. Los argumentos son los que hizo conocer mi bloque y los que voy a agregar en estos minutos.

Aclarando el sentido de mi voto desde el comienzo pretendo no caer en una práctica que se ha hecho extensiva: argumentar en contra y luego votar por la afirmativa. Esto lleva a mucha confusión. Es conocido por todos que quienes estamos en lo más difícil y más importante de la vida organizada de una comunidad -la política-, sufrimos un gran desgaste, y actitudes de este tipo no ayudan a corregirlo.

Creo que esta es una ley absolutamente innecesaria. Nueve años de gestión kirchnerista en consonancia con Repsol en el manejo de la empresa que todos queremos –el que tenemos por YPF es un sentimiento muy fuerte- fueron nueve años de fracasos. Fueron más de cien meses y no hubo uno solo en la que la producción superara al del mes anterior, es decir que todos los meses fue cayendo la producción de petróleo y de gas. Hubo tiempo más que suficiente para rescindir el contrato. Claro, no se hizo porque debemos recordar que durante un quinquenio se vendieron nafta y gasoil baratos. Era habitual ver colas integradas por autos y camiones de países vecinos. Yo vivo a 20 kilómetros de la frontera con Brasil y a 80 del límite con Paraguay. Las estaciones de servicio llegaron a tener dos sectores diferenciados: uno para los argentinos y otro para los extranjeros.

Hoy eso ya no ocurre. Esa nafta y ese gasoil baratos que se vendieron son los que no tenemos y escasean. Ese fracaso no se enmienda mediante un proyecto de ley de expropiación que va a dejar a la empresa y a los funcionarios responsables de lo que hoy sucede en una posición ventajosa, porque el incumplimiento de los contratos hubiera significado la posibilidad de reclamar fondos a Repsol.

Por el contrario, hoy, con este proyecto de ley que está siendo tratado de apuro y que es cuestionado por importantes juristas, estamos dejando una puerta abierta para la formulación de reclamos futuros que se agregarán a los fondos que tendremos que poner los argentinos de todo el país. Yo, como misionero, hago mi aporte pero no voy a recibir ninguna ventaja. Esta última sólo la percibirán 10 provincias, que son las que producen petróleo. Me alegro por ellas, pero el modelo que se lleva adelante no es federal.

También quiero destacar que el gobierno puede salir de este brete gestionando desde el esquema de Estado “bolichero”. Ya vimos los resultados en ese sentido: las gestiones del Estado administrando empresas no han sido exitosas.

En cambio, el Estado puede ser muy exitoso regulando. Ese es el poder más fuerte que podemos acordar entre todos. Seguramente, todos –peronistas, radicales y representantes de otros sectores políticos- vamos a ponernos de acuerdo en que queremos sacar provecho del petróleo. Hoy no lo estamos haciendo. Ese es el principal hueco que registra la fuga de divisas en este momento: la obtención de energía. Hoy importamos en una proporción 10 veces superior a lo que exportábamos hace nueve años.

Por lo tanto, como diputado de la oposición solicito que en el futuro podamos tener el tiempo necesario y suficiente para acordar políticas regulatorias. Si van a gestionar desde el Estado es posible que ocurra lo mismo que está sucediendo con la política aérea: primero se venden los pasajes de LAN y luego los de Aerolíneas Argentinas; la primera cumple con los horarios, sus aviones salen y al contribuyente no le cuesta nada; la segunda cuesta mucho, los aviones no salen y su deuda aumenta.

Hay mucho para hablar en el futuro. Si estas acciones se vuelven a vender, veremos quién las compra. En ese caso nuevamente el poder regulatorio del Estado va a ser muy necesario. Para eso cuenten conmigo y también con un peronismo que mira hacia adelante sin olvidar la historia de una Argentina que primero tuvo superproducción energética, luego escasez, después volvió a tener superproducción y ahora se encuentra nuevamente en una situación de escasez. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Atento el compromiso asumido en la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria y la extensa lista de señores legisladores anotados para hacer uso de la palabra, la Presidencia solicita a los señores diputados que acoten sus exposiciones a un término de cuatro minutos, de acuerdo con las consultas que acabamos de realizar con los referentes parlamentarios de los distintos bloques.

Asimismo la Presidencia recuerda a los señores diputados que deseen insertar sus discursos en el Diario de Sesiones el compromiso del cuerpo en el sentido de efectuar una publicación que contenga la totalidad de las intervenciones y de las inserciones oportunamente solicitadas por los señores legisladores.

Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe.

Sra. Arena.- Señor presidente: solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones en virtud de que los fundamentos que a mi juicio otorgan absoluta legitimidad al proyecto de ley que estamos considerando han sido ya muy bien expresados por la señora miembro informante, por el señor diputado Cigogna y por el resto de mis compañeros de bloque que han hecho uso de la palabra.

No obstante, deseo utilizar algunos minutos para hacer hincapié en el hecho de que como militante política tengo un sentimiento encontrado, de emoción y de orgullo por tener la oportunidad de estar hoy aquí considerando un proyecto tan trascendente como es el que establece la recuperación del control de YPF para todos los argentinos. Y la verdad es que quiero humildemente hacer una reivindicación de la correctísima lectura que hizo el gobierno del marco interno y externo y del rol que debe tener el Estado en este contexto.

La decisión política tomada por la señora presidenta coloca al Estado en el lugar que debe tener, es decir un rol central en la implementación de políticas activas en beneficio de todos los argentinos.

Ver a un gobierno que frente a un marco de crisis internacional se para ante la realidad e interpela sus propias acciones para, con responsabilidad, modificarlas y producir los cambios necesarios, es decir los que son absolutamente necesarios para poder mantener y garantizar el rumbo de crecimiento con equidad social, me parece que constituyen el eje central de lo que hoy estamos votando.

Rescatando la cuestión que manifestaba recién de la centralidad de la política y de la decisión política en esta ley, quiero hacer referencia al debate que se dio, donde hubo argumentos a favor y otros en contra, argumentos muy sólidos en los dos sentidos, aunque en mi caso coincido con los que están a favor.

Me preocuparon algunas cuestiones que tienen que ver con lo que entiendo que es la degradación de la política. Por un lado escuchaba con un tono casi irónico o que pretendía serlo a alguien que se refirió al vicepresidente diciendo que no podía diferenciar una mancha de petróleo de La Mancha de Rolando. Aclaro que no estoy defendiendo a una persona sino a la política –eso debe quedar claro- y en realidad ese dirigente político fue por ejemplo un actor central en la recuperación de los fondos de la seguridad social, que recuperó no los ahorros, porque eso significan cuentas individuales, sino los aportes de todos los trabajadores para hacer un sistema de seguridad social solidario, que permitió la asignación universal por hijo y otras políticas de inclusión por todos conocidas.

También tomó la decisión, compartida por algunos y por otros no, de dar la pelea por la utilización de las reservas de libre disponibilidad del Banco Central para el desendeudamiento argentino.

Asimismo fue ministro de Economía en un momento en el que el PBI tuvo su mayor índice de crecimiento, que se plasmó y se plasma en esto que decía de la distribución equitativa de la riqueza.

Otro tema que me resulta preocupante es la estigmatización que veo en el discurso de muchos diputados y de muchos dirigentes políticos respecto de la juventud. Como militante política, que reconoce sus orígenes en la militancia juvenil en la Universidad, humildemente quiero felicitar a la señora presidenta porque se trata del primer gobierno que no le dice a los jóvenes: ustedes son el futuro, el futuro es de ustedes, sino que les dice que son parte del presente, que tienen responsabilidad y que tienen que hacerse cargo y gestionar.

Para mí, desde la política, se trata de una cuestión muy importante y me parece peligroso denigrarlo. Asimismo escuché a una señora diputada decir que había que meter presa a la política...

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señora diputada.

Tiene la palabra el señor diputado por Chaco.

Sr. Orsolini.- Señor presidente: la verdad es que hoy es un día importante y lo es por el tema que estamos debatiendo. También es muy importante porque yo fui parte de la resistencia de los 90, desde las organizaciones sociales en las que milité y sigo militando, incluso por las que llegué a la política.

Frente a aquella ola de privatizaciones, muchos de los diputados que están aquí sentados –reconozco que incluso del oficialismo- han resistido, pero muchos también se enrojecieron las manos aplaudiendo a Carlos Menem cuando privatizaba. Eso no lo tenemos que olvidar.

Vengo del sector agropecuario, todos saben de dónde vengo y vale recordar que el endeudamiento agrario sacó a más de cien mil productores de la cancha en la década de los 90, con el descomunal comienzo de la concentración en todo sentido, de la economía, de la tierra, de la riqueza, que no sólo ha marginado a productores agropecuarios sino que dejó afuera a miles y miles de empleados, como se dijo acá, de las distintas empresas públicas.

Yo vengo de una provincia que quizá sea hoy una de las más pobres de la Argentina, una provincia que apenas tiene ferrocarriles, que cuenta con uno solo que está transportando cargas y todavía no lo maneja el Estado sino empresas independientes.

Hoy es muy importante que a partir de la nacionalización de YPF, de recuperar parte de esta empresa, que nunca debió ser privatizada, el gobierno cumpla con lo que corresponde: no defraudar a los ciudadanos argentinos que tienen confianza en que esta empresa se maneje como se debe y acepte que se le hagan todos los controles. Porque como decía el general, todos somos buenos, pero si nos controlan, mejor. Si se instrumentan todos los controles y funcionan como corresponde, creo que estaremos en el buen camino.

En el breve tiempo que me resta repetiré algo que expresó mi compañero de militancia gremial y ahora de la política, Ulises Forte. Ya que estamos, vayamos por más; si bien no me gustó el proyecto, aprobamos la ley contra la extranjerización de las tierras; vayamos por el uso y la tenencia de la tierra; paremos a quienes hoy están desalojando a los campesinos en distintas provincias; vayamos por la comercialización. Porque el señor que dijo que iba a llover gasoil, hoy está manejando la comercialización en el país, y en ese sitial que usted está ocupando en este momento, señor presidente, el 1º de marzo pasado la presidenta habló de las siete u ocho multinacionales que manejan la comercialización. Vayamos por todo eso, pero con un control social, no dejándolo en manos de dos o tres funcionarios.

Para finalizar -aunque tengo mucho por decir, pero se acaba mi término-, en los últimos días hubo versiones periodísticas que indicaban que yo me retiraría del recinto a la hora de votar. Quiero ser claro: soy orgánico, voté, voto y votaré siempre lo que defina la mayoría del bloque al que pertenezco, pero además, votaré en general por la afirmativa porque tengo convicciones políticas e ideológicas muy fuertes. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Calcagno y Maillmann.- Señor presidente: como en materia de archivos se ha hablado mucho de un lado y de otro, y nadie está mejor servido que por sí mismo, me permitiré sacar a relucir un añejo y ajado ejemplar del diario Le Monde diplomatique, de julio de 2001, donde aparece publicado un artículo de mi autoría, y también de mi padre –somos como los Lennon y Mac Cartney del movimiento nacional-, en el que precisamente hablamos de la privatización de YPF.

En estos escasos minutos me permitiré leer algunas reflexiones que tuvimos por julio de 2001, cuando por cierto no gobernaba el justicialismo: “La pérdida de YPF tiene un claro significado económico. Desde que ocurrió, Argentina carece de un instrumento fundamental para administrar un recurso natural no renovable y pierde los importantes ingresos derivados de su explotación. Pero también son graves las consecuencias políticas.” Es decir que hay un hecho económico y una consecuencia política.

Y sigue: “Debe recordarse que la fundación de YPF, influida por la negativa de una empresa petrolera trasnacional a vender combustible a aviones militares nacionales, fue un signo de soberanía”. Eso recuerda a Mosconi.

El artículo continúa: “Un recurso fundamental para el funcionamiento del país en todos sus órdenes, no podía ni puede quedar librado al afán de lucro de una empresa ni a las restricciones que imponga. Tanto es así que es probable que Argentina se quede sin petróleo en pocos años, no solo como consecuencia de una política absurda del gobierno, sino peor aún, para que Repsol tenga más ganancias. Después de agotar las reservas de menores costos de extracción, se irán. Hoy aumentan la extracción, pero no exploran.”

¿Cuál era la tesis en julio de 2001? Extraían mucho, exploraban poco y exportaban todo lo posible. De esas causas también vienen estas consecuencias; de allí que las consecuencias hayan sido muy dolorosas: desocupación masiva, surgimiento de pueblos fantasmas, protestas generalizadas. Era la época en que se producían hechos luctuosos en Mosconi, Plaza Huincul, etcétera.

El artículo concluía pensando hipotéticamente, porque en julio de 2001 –si me puedo permitir usar la frase de Keynes- me iba mejor en la adivinación que en la persuasión: “Cuando en la Argentina exista un gobierno que defienda el interés nacional, encontrará estos fundamentos para nacionalizar la explotación del petróleo.” De julio de 2001 a este mayo de 2012 no estuve tan mal.

A pesar de todo lo realizado, la construcción de la democracia industrial, las razones económicas y políticas, la recuperación de la soberanía nacional y opular, de la monetaria y ahora de la hidrocarburífera -considerando que esta ley es más que nada un punto de partida, no de llegada-, queda un montón de cosas por hacer y muchas generaciones de militantes de diferentes partidos que quizás podrán seguir una frase de Balbín que decía “no importa quien lleve el asta, lo importante es la bandera, amigos radicales”. Quizás nosotros nos podamos pasar ganando elecciones, perdiéndolas y volviéndolas a ganar, pero lo importante es que a uno le toquen vivir tiempos interesantes, como decían los chinos para desear buena suerte, según se sostenía. No son tiempos interesantes los que se viven cuando no se da combustible a la democracia industrial. (Aplausos.)

Voy a insertar el resto de mi discurso.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Raimundi.- Señor presidente: solicito permiso para insertar parte de mi discurso.

Quiero referirme a la recuperación de YPF a partir de la recuperación del Estado y de la política, porque esto es lo que va a marcar el camino frente a las dudas que puedan existir, el camino que va a seguir este acto reparador.

No quiero referirme desde la perspectiva de un sello partidario, porque en ese plano hablamos de medidas de otro gobierno. Quiero referirme al tema en el plano de la etapa histórica que está viviendo el movimiento nacional y popular. Porque desde esa perspectiva ya no estamos hablando de una medida de gobierno, sino que estamos hablando del derecho, de la conciencia de un pueblo, de la necesidad del derecho al crecimiento, del derecho al trabajo, y por lo tanto del derecho a tener soberanía energética para no perder esos derechos nunca más, gobierne quien gobierne.

Yo era diputado nacional en 1992, cuando se sancionó la privatización. Se esperó a que se reuniera el quórum y en el acto se levantó la mano por temor a que algún avergonzado se arrepintiera de lo que estaba haciendo en ese momento, se levantara y se fuera. Quórum vergonzante y estricto.

¿Pero qué era lo que pasaba? Que nos estaban ganando la batalla cultural, que detrás de eso había un periodista que cuando empezaba el programa tenía un relojito de taxi con un número y cuando terminaba el programa decía: “Esto es lo que perdió YPF en el transcurso del programa periodístico”.

Otros y yo estábamos, entre comillas, escondidos detrás de las cortinas, pero no porque no queríamos trabajar sino porque lo que no queríamos, y estábamos orgullosos, era dar quórum en esa sesión ominosa, es decir, demonizar al Estado y desacreditar a la política. En ese marco se hizo esa privatización. Antes de eso, para poder hacerlo, había que derribar los símbolos de la memoria histórica del movimiento nacional.

En el plano de esa batalla cultural no es comparable esta etapa con aquella. Porque no puede ser jamás comparable una etapa que se dedicó a privatizar los recursos previsionales con una que los recupera para el Estado y para la sociedad. No se puede comparar una etapa donde el universo simbólico eran las relaciones carnales con los Estados Unidos a una que funda el Unasur y dice que no al ALCA.

No se puede comparar una etapa en la que se indultaban a los genocidas con una etapa donde la conducción política indica que hay que juzgar y condenar a los genocidas; o una etapa que destruyó la escuela pública con otra que la está reconstruyendo.

Es por esa batalla cultural que apoyamos y defendemos este proyecto, porque en la mesa de poder hay una silla para cada uno de los factores de poder y la política tiene una sola silla. Tiene una opción, si ese asiento lo ocupa el partido del orden, le pregunta al poder dónde tiene que firmar; si lo ocupa el movimiento nacional, le dice al poder “a mí, en nombre de este pueblo que tengo detrás y que me da legitimidad, no me van a llevar por delante”.

Entonces, en lugar de ver qué hacía cada uno, porque todos nos podemos endilgar mutuamente eso, a las 10 de la noche del 24 de septiembre del año 92, veamos dónde nos ponemos hoy, a futuro, para que el movimiento nacional y la política puedan retomar las riendas de la economía y disciplinar los mercados. No nos han vencido, y no solo que no nos han vencido sino que estamos recuperando, nos estamos levantando y les vamos a ganar en nombre del movimiento nacional y popular y no de un sello partidario. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Segarra.- Señor presidente: voy a insertar mi discurso, pero brevemente quiero decir que desde mi punto de vista la política siempre fue la posibilidad de transformar la realidad, y a partir de 2003 recuperamos la política para transformar nuestra realidad.

Recuperar también es transformar y a lo largo de estos años fuimos recuperando la soberanía, y hoy estamos recuperando YPF. Esto nos llena de orgullo porque hoy está dada la posibilidad histórica. No se puede decidir caprichosamente cuándo uno quiere hacer las cosas porque se hacen cuando se puede.

La recuperación de YPF se puede hacer porque hay un pueblo que resistió y luchó, y hoy tenemos una presidenta como Cristina Fernández de Kirchner que tomó la decisión de recuperarla. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Chubut.

Sr. Currilen.- Señor presidente: provengo de una provincia petrolera, Chubut, y quiero acompañar con el voto este proyecto de ley.

El gobernador Martín Buzzi fue uno de los hombres que encabezó fuertemente este reclamo, que contó con el acompañamiento unánime de los habitantes de la provincia del Chubut.

Los legisladores de mi provincia ya anunciaron el voto afirmativo porque trabajamos desde la Patagonia hacia el resto del país. Para mí es un orgullo estar aquí expresando estas pocas palabras, pero quiero señalar que en 1990 familiares muy directos y amigos sufrieron enormemente porque se quedaron sin trabajo. Algunos de ellos recibieron una indemnización con la que se suponía que tenían que vivir el resto de sus días. Hoy en día se sienten muy orgullosos de que el país pueda recuperar YPF y están mirando este debate a través de la televisión.

Por lo tanto, aporto mi granito de arena acompañando firmemente este proyecto. Dejo constancia de que voy a insertar el resto de mi discurso.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Recalde.- Señor presidente: adhiero a muchos de los discursos de los diputados y diputadas preopinantes, pero quiero hacer algunas menciones, más allá de que voy a insertar el resto de mi discurso.

El primer vaciamiento que ocurrió fue el humano. El proceso de privatizaciones que comenzó a principios de los noventa dejó a miles de trabajadores sin empleo, suspendió derechos, forjó convicciones falsas y se propuso cooptar a los trabajadores con lo que se llamó el Programa de Propiedad Participada, que era un incentivo para que no hubiera resistencia a las privatizaciones, pero esa resistencia igual ocurrió.

Además, suspendieron los convenios colectivos de trabajo. A mí me tocó defender a algunos de ellos en la Justicia pero, por supuesto, teníamos una Corte que no se caracterizaba por la independencia del Poder Ejecutivo nacional.

Hoy es un día de gloria. Aquí se ha dicho que hoy es un día histórico, pero para mí es un día de gloria y de privilegio porque después de tantos años de pelear contra las privatizaciones el hecho de que hoy estemos sentados aquí y planteemos esto como una cuestión de Estado, con una mayoría que va a ser verdaderamente abrumadora, realmente nos congratula con la historia que viene; no con la que pasó.

Fíjense la ingenuidad con la que venía peleando: después de las privatizaciones yo seguía cargando nafta en YPF y volando por Aerolíneas Argentinas. Eso tuvo sus frutos ahora. Aerolíneas Argentinas es nuestra e YPF será nuestra mayoritariamente.

Tengo mucha confianza en el futuro pero, al mismo tiempo, quiero reflejar la militancia del pasado. Así, recordaba a José Ingenieros, quien decía: “Jóvenes son los que no tienen complicidad con el pasado”, y esto me parecía grandilocuente. Por eso, quiero recordar a la juventud de todos los partidos. Ojalá todos los jóvenes militen con el fervor con que lo están haciendo ahora. En la Cámara tenemos algunos ejemplos: “Wado” de Pedro, el “Cuervo” Larroque, Facundo Moyano y –no lo puedo dejar de mencionar, aunque está afuera- a Mariano Recalde, quien está en una empresa que está siendo recuperada, más allá de las diferencias que se puedan haber planteado.

Cuando defendemos este proyecto que envió Cristina Fernández de Kirchner, nuestra presidenta, podría parafrasear a nuestros contracorreligionarios, representados por Juan Carlos Pugliese, cuando dijo: “Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo.” Nosotros podemos hablar sobre el proyecto de ley con el corazón y con el bolsillo, porque estamos defendiendo la plata de los argentinos.

Yo me equivoqué cuando se discutió el precio y dije que había que pagar un peso. Paguemos un peso, pero con reserva de derechos, ya que los daños que deberemos deducir del precio que se asigne son muchísimos. No se trata sólo de los pasivos financieros, de los ambientales y de los daños y perjuicios generados por el incumplimiento de los contratos de concesión rescindidos con los gobiernos provinciales, sino también de las defraudaciones de Repsol a los ex trabajadores de YPF.

Yo, que me había negado a estudiar el programa de propiedad participada, lo tuve que hacer para defenderlos. No hice juicios y perdí los honorarios, por convicción, pero tuve que estudiarlo para poder defender a los extrabajadores de YPF.

Se podría sostener jurídicamente que habría que tener cuidado con aquellos que se conviertan en abogados patrocinadores del Reino de España. También hay que tener cuidado con las amenazas, que pueden ser coacción agravada y delito penal, y con la aplicación del artículo 29 de la Constitución Nacional.

Con esta ley no vamos a tener propiedad participada, sino un director obrero, que significa cumplir con el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.

A fin de que no me corten el uso de la palabra, termino diciendo, en términos peronistas –permítanme la parcialidad-, que esto significa enarbolar las tres banderas: soberanía política, independencia económica y justicia social. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Dominguez).- Tiene la palabra la señora diputada por San Juan.

Sra. Caselles.- Señor presidente: se han dicho tantas cosas que me resulta muy difícil expresar lo que siento. Estoy emocionada y orgullosa.

Esta iniciativa es el producto de todos y habla de nuestra soberanía, de nuestra identidad, del crecimiento, de poner en valor nuestros recursos y de optimizar todos aquellos bienes que desde nuestra sagrada tierra Dios nos ofrece.

Creo que este es el proyecto del coraje, de la valentía y de nuestra soberanía. Este es un día patriótico y yo lo siento así. Esto forma parte de la gran historia argentina.

Siento un agradecimiento enorme al Congreso y al pueblo que me dio la posibilidad de representarlo. Me siento orgullosa de ser sanjuanina, de mirar para atrás y de sentirme tan emocionada.

Al mirar hacia atrás me doy cuenta de que gracias a este crecimiento que vive la Argentina hay millones de abuelos que hoy tienen una jubilación digna y hay millones de niños que gozan de una asignación universal.

Hoy es tanta la protección de la mujer embarazada que quizás algunos de nuestros chicos, que estaban condenados a no nacer, hoy pueden hacerlo. Son muchos los derechos que día a día uno ve que se van concretando en esta querida Argentina. Se observa una mirada especial sobre nuestros chicos y las personas especiales, que son tenidos en cuenta de otra manera.

Yo observo un país y una provincia que día a día luchan por hacer realidad los derechos de la gente y, sobretodo, los más desprotegidos. Presido un partido provincial, el Bloquista de San Juan, que justamente nació para luchar por la reivindicación de los derechos sociales de la gente. Es un partido que viene acompañando con mucho orgullo al Frente para la Victoria, que le hace bien a todos ¿Sabe qué siento, señor presidente? Esta es la medida quizás más importante que asegura de aquí para adelante –soy de aquellas que piensa que hay que mirar hacia adelante y hablar a favor- el fortalecimiento de todas las acciones y estrategias referidas a la integración y la justicia para todos.

En nombre de San Juan, del partido que hoy represento, vengo a decir “sí” a este proyecto de ley que solamente busca, desde mi humilde opinión, hacer realidad la felicidad de nuestra gente. Por Argentina, por nuestros jóvenes, por nuestros mayores y por la familia toda, gracias por permitirme estar en este momento tan importante y trascendente para el bienestar de la Nación. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.

Sr. Casañas.- Señor presidente: solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones.

Brevemente fundamentaré mi voto. Quiero señalar que acompañaré a mi bloque en la votación; lo haré por mandato partidario y también por sentido de pertenencia. Acepto la decisión de mi partido, pero no la comparto. No es que esté en contra de la estatización sino de la “cristinización”.

En el día de ayer un señor diputado de la oposición hablaba de las políticas de Estado. Creo que las políticas de Estado deben respetar la Constitución y planificarse entre todos los bloques, con debate, participación e injerencia. Ese legislador que hablaba loas de las políticas de Estado no pudo cambiar ni una coma. Este es un dictamen a libro cerrado.

La Unión Cívica Radical considera y siente este tema como una política de Estado. Porque es coherente crea YPF en 1922 con Hipólito Yrigoyen y Mosconi. En la década del 90, cuando ustedes votaron la privatización, el radicalismo votó en contra. Debemos entender que no es lo mismo la YPF de Mosconi, donde había gestión, honestidad y capacidad, que la de De Vido, a quien todos conocemos.

Hace rato, el señor diputado Recalde hablaba muy bien de Marianito en Aerolíneas Argentinas. En realidad, no hay que restarle mérito, pero debemos señalar que esa empresa pierde 2 millones de pesos por día. Esa es plata nuestra, de nuestros bolsillos. ¡Vaya a saber Dios cuánto va a perder YPF!

Esta medida no solucionará la crisis energética, fruto de la incapacidad del oficialismo y, sobre todo, de la incapacidad de diálogo. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Jujuy.

Sra. Ortiz.- Señor presidente: somos protagonistas de un hecho histórico y trascendental para el presente pero, sobre todo, para el futuro de nuestro país. Conviene fijar cada detalle de este momento, porque seguramente nuestros nietos preguntarán por él.

Hoy quiero reivindicar con absoluta convicción la decisión que con fuerza y coraje lleva adelante nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En esta oportunidad, no puedo dejar de lado la inmensa emoción que me embarga, siendo protagonista desde esta banca, desde la militancia en este proyecto nacional y popular, con mi corazón justicialista, como jujeña, al estar acompañando este proyecto de ley. Lo hago como mujer palpaleña, nacida en lo que fue aquella ciudad madre de las industrias: mi querida ciudad de Palpalá.

Fui protagonista de una generación que creció viendo a nuestros abuelos y padres trabajar y crecer junto al establecimiento siderúrgico más grande e importante del país, que dio trabajo a miles de familias argentinas. Crecimos orgullosos de nuestra identidad minera; forjamos ese temple de acero que nos caracteriza. Fuimos parte de esta gran familia de Altos Hornos Zapla. También me tocó convivir con la generación del después de la privatización; la generación de jóvenes sin identidad, atormentados por la falta de trabajo en sus hogares, sufriendo la migración de sus padres, a muchos de los cuales no volvieron a ver, con los fantasmas de la desocupación, el alcoholismo, la drogadicción y hasta el suicidio acechando incesantemente. Jóvenes sin futuro cierto, sin esperanzas.

- Ocupa la Presidencia la señora vicepresidenta 1ª de la Honorable Cámara, doña Norma Amanda Abdala de Matarazzo.

Sra. Ortiz.- Por todo ello, por lo que vivo, por lo que viví día a día, por el esfuerzo y el sacrificio de mi gente, repudio a aquellos que hoy han hablado de chantaje emocional, y no puedo entender a quienes escondidos detrás de excusas, motivos, razones y denuncias priorizan intereses extranjeros, negando a los argentinos posibilidades y oportunidades que tanto necesitan.

Recuperar YPF, ante todo, significa recuperar el futuro y las esperanzas. Podremos discutir durante mucho tiempo en cuanto a si nos alejamos o no de las leyes o de la Constitución, pero es indiscutible que este gobierno nunca, jamás, se alejó del pueblo, de la gente, porque esto sí sería irreparable.

Hoy doy gracias a Dios por este momento, por darnos también la posibilidad de soñar que en algún momento podremos discutir en este recinto en torno de la recuperación de Altos Hornos Zapla.

Señor presidente: desde 2003 venimos trabajando para revertir el desmantelamiento del país, montar una economía de producción, recuperar la política para nuestros jóvenes, construir un Estado que ya no sea rehén de las corporaciones.

Hoy, se nos presenta un paso central. Se recupera una empresa, motora energética y tecnológica en otras épocas. La soberanía energética es condición indispensable para pensar en una Argentina con soberanía política e independencia económica.

Nos enfrentamos al gran desafío de llevar adelante dicha soberanía, de manera eficiente, por el sueño de los que creyeron, de los que exploraron, de los que invirtieron, pero sobre todo, por el de un futuro mejor para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Rivara.- Señor presidente: ante todo, quiero adelantar mi voto afirmativo al proyecto en tratamiento, al igual que el de mis compañeros de bancada.

En estas jornadas de ayer y hoy se ha dicho prácticamente todo respecto de la iniciativa en debate, pero quisiera rescatar dos cuestiones.

Una de ellas, planteada desde el oficialismo, alude a los inconvenientes que estamos viviendo a raíz de esta crisis energética que obedece al crecimiento que ha tenido la Argentina, a esos hermosos dolores que provoca el desarrollo. En realidad, es así, señor presidente.

Hemos estado creciendo no sólo a tasas altísimas, sino también en forma continua durante una década. Esto no registra antecedentes en la historia nacional.

Por el lado de la oposición se ha dejado en claro que la crisis energética también reconoce origen en la baja producción de los derivados del petróleo. Recordemos que nuestra matriz energética, como bien señaló el señor diputado Pérez, prácticamente en un 90 por ciento depende de combustibles hidrocarburíferos.

Creo que desde hace una década no hay política energética en el país. Digo esto en defensa del secretario de Energía Cameron, porque no se me ocurre que un secretario de Estado, durante diez años, pueda tener como política la disminución de nuestra producción de petróleo. En ese término, de forma continua y persistente, hemos ido disminuyendo nuestra capacidad de extracción de petróleo pasando de 43 millones de metros cúbicos a sólo 34 millones, el año pasado. Esto habla a las claras de la situación. No es posible que un funcionario planee, por ejemplo, que para la próxima década disminuirá la producción petrolífera a fin de llevarla al 25 por ciento de lo que se produce en la actualidad. No me entra en la cabeza que pueda haber política energética bajo estos parámetros. Lo que ha habido entonces en la Argentina en estos últimos diez años ha sido ausencia de política energética y ausencia de exploración de energías alternativas, ya que el 90 por ciento de nuestra matriz depende de los combustibles fósiles.

Creo que este es un excelente punto de partida para tener una política energética de Estado que apunte fundamentalmente a nuestra soberanía energética. ¿Cómo se manifiesta esa soberanía? Fundamentalmente con el autoabastecimiento y con programas y planes ejecutados y dirigidos desde el Estado para todas aquellas compañías que quieran hacer exploración y producción de petróleo en la Argentina.

Voy a votar afirmativamente este proyecto aunque tengo muchas dudas de lo que pueda suceder en el futuro. Pero como tengo más esperanzas que dudas, voy a votar por la afirmativa. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Catamarca.

Sr. Yazbek.- Señora presidenta: en primer lugar quiero dar gracias a Dios por habernos traído un gran presidente como Néstor Kirchner, que ha revertido toda la situación en que estábamos viviendo y ha transformado y recuperado el país sin haber hecho daño a ninguna persona ni a ningún sector y con el mismo sistema tributario que heredó.

En octubre del año pasado nuestra querida presidenta ganó las elecciones y debo resaltar su capacidad, coraje y valentía en las decisiones que ha tomado, que son importantísimas para el país y nos llenan de orgullo.

Pido disculpas, me siento muy emocionado para continuar, por lo que solicito autorización para insertar el resto de mi exposición en el Diario de Sesiones. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por San Juan.

Sra. Ferrá de Bartol.- Señora presidenta: en primer lugar, solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones en mérito a la gran cantidad de oradores que quieren explicitar su pensamiento.

En segundo lugar, adelanto mi voto afirmativo al proyecto.

En tercer término, quiero manifestar que estamos en medio de una celebración, así que aplaudo este nuevo desafío para la historia de los argentinos y hago votos a Dios y a todos nosotros para que podamos ver un mañana de esperanza. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Díaz Bancalari.- Señora presidenta: voy a insertar en el Diario de Sesiones mi exposición, ya que quienes me precedieron en el uso de la palabra han abundado en fundamentos, por lo que quiero abreviar el tiempo para que en conjunto podamos después festejar el resultado de esta sesión. Adelanto desde ya mi voto afirmativo al proyecto.

Como esta iniciativa se ha explicado en forma exhaustiva en los fundamentos del proyecto y en el mensaje, quiero entrar en otro tema. Ya sabemos que este proyecto lleva a la recuperación de la soberanía en materia hidrocarburífera. Nosotros queremos empezar a ver qué les pasó a los argentinos para que se fueran encaminando en un sentido que era imposible no darse cuenta que llevaba a una situación negativa.

Empezaron con aquello de que hay que achicar el Estado para agrandar la Nación, después con el mensaje que las recetas que debíamos aceptar eran las de la desregulación, de las privatizaciones, todo lo que implicara aborrecer al Estado a descalificar sistemáticamente a la política. Incluso hasta estos últimos tiempos, por suerte minoritariamente, hay quienes se dedican en forma sistemática a descalificar a la política.

Por suerte también hoy en día hay una juventud que unida, organizada, concientizada y movilizada ha tomado a la política como instrumento pacífico de transformación social, y levanta las banderas que tenemos que levantar, como lo hicimos siempre.

Hubo un tiempo en que se dudó. Hubo un período realmente tremendo que tuvimos que vivir los argentinos. Alguien dijo por aquí que parece ser que veinte años es poco. Para otros parece ser que diez años es poco. Sin embargo lo que ocurrió diez años atrás llevó a la Argentina a una situación tremenda.

Gracias a Dios llegó alguien que dijo que no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno y enfrentó a los poderosos intereses multinacionales. No aceptó las imposiciones que le planteaban todos los días. Algunos se acuerdan de cuando venía Anoop Singh a imponernos las cosas que teníamos que hacer. Algunos nos resistíamos y éramos denostados permanentemente, catalogados de anacrónicos y nostálgicos.

No quiero seguir recordando esas épocas. Me parece que estamos ante una bisagra de la historia. Realmente recuperamos nuestro poder de decisión; encontramos la construcción colectiva. Me gustaría que lo que alguien dijo anteriormente lo hiciera efectivo, que hoy comience como un trabajo conjunto con sectores de la oposición donde nadie mire quién lleva el palo sino que entre todos llevemos la bandera, donde cada uno marche con su doctrina o su ideología, todos luchando por el bien común, para que podamos realizar alguna de esas expresiones que figuran en nuestra canción patria y que alguna vez se nos olvidó: “Nace una nueva y gloriosa Nación”.

Estamos decididos a avanzar en conjunto. Estamos decididos a brindar lo que quede de nuestras fuerzas. Con este instrumento que hoy vamos a aprobar estamos decididos a encontrar la soberanía hidrocarburífera, que es un inicio. Vamos por más. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. González (G.E.).- Señora presidenta: mucho se ha dicho ya sobre el pasado, sobre lo que se hizo mal, sobre lo que podría haberse hecho mejor. Quiero hablar del presente y del futuro. El populismo que hoy nos gobierna es cómplice...

- Manifestaciones en las bancas.

Sra. González (G.E.).- ...y ha actuado con desidia...

- Manifestaciones en las bancas.

Sra. González (G.E.).- ..., provocando la peor crisis energética de las últimas décadas, que hoy padecemos todos los argentinos.

Muchos han caído en la trampa de discutir este tema, aceptando que se está hablando de nacionalismo, cuando a todas luces el nacionalismo que se invoca es por lo menos hipócrita.

A los dirigentes que valoramos y queremos a YPF como una empresa estratégica para nuestro país, nos parece casi delirante utilizarla para tratar de salvar a un vicepresidente seriamente sospechado de haber cometidos actos delictivos.

- Manifestaciones en las bancas.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Solicito a los señores diputados que guarden silencio.

Sra. González (G.E.).- Para que no queden dudas, queremos tanto a YPF que nos paraliza la sola posibilidad de que se transforme en el nuevo chiche de La Cámpora.

- Manifestaciones en las bancas.

Sra. González (G.E.).- A los que plantean el falso dilema entre Repsol o el Estado para manejar los destinos de YPF, les digo que por favor, no me den a elegir entre una empresa que hizo todo mal y un gobierno que se disfraza de Estado, de Nación, de Patria, y ha sido cómplice de su vaciamiento.

Ayer escuché decir a un dirigente de la oposición que la responsabilidad la tiene el partido que gobierna. Yo le digo que si la oposición avala esta medida es tan responsable como el gobierno.

Desde la oposición tenemos la responsabilidad de proponer alternativas superadoras, tal como lo hemos hecho desde el PRO. Se debe abordar la problemática de la crisis energética ratificando el dominio originario y la administración sobre los hidrocarburos por parte de las provincias, desmintiendo que haya un problema de soberanía y poniendo en evidencia que YPF seguirá siendo una sociedad anónima, por lo que a sus funcionarios públicos no los controlará nadie.

Asimismo se debe promover el desarrollo de mecanismos que garanticen las inversiones públicas y privadas necesarias para lograr el autoabastecimiento nacional, a fin de que los argentinos tengamos energía accesible para trabajar y producir.

No me deja de sorprender la contradicción en el discurso del radicalismo, que ha abundado en argumentos contrarios al proyecto del kirchnerismo pero que luego vota favorablemente aduciendo historia y coherencia, como si nos estuviéramos dando el lujo de discutir solamente sobre principios y pudiésemos escindir la concepción de lo que debe hacer el Estado del resto de las implicancias que tiene esta medida del gobierno nacional.

Estamos entrando en una zona a la que considero de alto riesgo y donde lo más preocupante es la volatilidad en la toma de decisiones, lo que evidencia la falta de una política de Estado a largo plazo, como bien dijo el líder de lo que será la alternativa de poder en 2015.

En la Argentina, que no escapa a esa anestesia latinoamericana, las mismas personas deciden cosas distintas con absoluta impunidad y sin condena social o política.

Hoy, desde el macrismo y casi en soledad, nos toca ser minoría. Lo hacemos con coraje y firmeza porque estamos convencidos de que sólo desde este lugar en el que hoy estamos ubicados podemos...

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Muchas gracias, señora diputada.

Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. García (A.F.).- Señora presidenta: la historia es maravillosa cuando la escribimos todos. Acá están los que crearon YPF y no la entregaron, los que no la privatizaron ni la vaciaron, los preocupados por Repsol y sus deudas y también los que hacen bicisendas porque no se pueden hacer cargo del tren en la ciudad de Buenos Aires. (Aplausos.)

Están todos y estamos nosotros, que somos los que otra vez venimos a hacernos cargo. Vamos a hacerlo con De Vido, con Cameron, con Kiciloff y con cada uno de los que acompañaron a Néstor Kirchner el día en que tuvo que hacerse cargo de la Argentina cuando se desangraban los trabajadores.

La presidenta dijo que dos grandes problemas atraviesan este siglo: el de la energía y el de los alimentos. En ese sentido nos convocó para dejar de ser el granero del mundo y atrevernos a ser los proveedores de alimentos para el mundo, garantizándolos también para el consumo interno.

También nos dijo que debemos limitar la venta de tierras a los extranjeros.

Finalmente, hoy nos permite recuperar la dirección soberana de nuestras reservas de petróleo y de gas.

Queda claro que tanto el valor proteico de los alimentos como el agua, la tierra y la energía constituyen elementos estratégicos y fundamentales para la vida de un pueblo, por lo que deben ser objeto de políticas de Estado. En consecuencia, el trigo, la carne y el petróleo no pueden dejar de tener una intervención del gobierno nacional y popular.(Aplausos.)

Pero además, mal que les pese a aquellos que siguen tributando a un modelo de transferencia, pareciendo que sus intereses son absolutamente extraños a los del pueblo argentino, les decimos que estamos convocados por la presidenta para crear una nueva matriz productiva y para tener una nueva participación en la matriz de la energía.

Se terminó el tiempo del diagnóstico. Es tiempo de hacerse cargo y por eso venimos acá. El desarrollo de un país necesita que nos hagamos cargo de lo más estratégico, que también es lo más primario en la vida de un sujeto, que es nacer, sobrevivir, crecer, estudiar, trabajar y ser feliz.

Es el momento de decidir si el futuro va a estar en penumbras o vamos a tener un futuro venturoso. Es el momento de elegir si el límite del crecimiento lo ponen los de afuera o solamente depende de la capacidad, del trabajo, del esfuerzo y del coraje de cada uno de los argentinos.

Es momento de decidir si enlazamos a la Argentina con la Europa prepotente, desafiante y colonizante o si la enlazamos con nuestra Latinoamérica, que tiene el mismo color de piel que nosotros..., (Aplausos.) que tiene las mismas ilusiones, que tiene la misma esperanza.

Quiero decir que acompañamos este proyecto porque estamos convencidos de que esta herramienta de planificación, que queremos que la haga la Nación, es algo así como cerrar una de las venas abiertas de la América grande, y por eso apoyamos este proyecto.

Para finalizar, quiero que el 16 de abril se transforme en el día nacional de la recuperación de la soberanía energética. Esto ha hecho nuestra presidenta, como decía Martín...

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Gracias, señora diputada. (Aplausos prolongados. Varios señores diputados rodean y felicitan a la oradora.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Carlotto.- Señora presidenta: solicito autorización para insertar el discurso que pensaba pronunciar, pero hago mías las palabras de los señores diputados Rosana Bertone, Araceli Ferreyra, Julio Solanas, Héctor Recalde, Luis Cigogna, y la inmensa mayoría de los compañeros que se expresaron por nuestro bloque.

Quiero expresar hoy la alegría de participar en una jornada histórica como otras trascendentes de este proyecto nacional y popular que empezó en el año 2003. Porque este proyecto es la recuperación solidaria del sistema jubilatorio y no las AFJP.

Somos la asignación universal por hijo y no el asistencialismo clientelar. Somos memoria, verdad y justicia y no impunidad e indulto. Somos la pluralidad de voces frente a la concentración monopólica de los medios. Somos los sueños de nuestros compañeros frente a los que fueron fiscales durante la dictadura.

Como dicen los carteles que hay aquí, somos Mosconi e Irigoyen y no Uriburu. Somos Perón y Evita, y los descamisados, no somos Aramburu, Rojas y la fusiladora. (Aplausos.) Somos Jauretche, Scalabrini Ortiz y Puiggrós y no el cipayismo decadente. Somos Mercante, Framini y Bidegain. No somos Camps. Somos la lucha de las Madres y de las Abuelas, no el olvido y la complicidad civil con la dictadura cívico-militar.

Somos la resistencia activa de nuestro pueblo, no somos el silencio cómplice. Somos Saúl Ubaldini y Germán Abdala. (Aplausos.) Somos educación para todos, pública y gratuita, no somos ajuste educativo. Somos soberanía con dignidad, no entrega y relaciones carnales. Somos UNASUR y CELAC, no somos el ALCA.

Somos el Banco Central para la Producción, no somos especulación financiera. Somos ciencia y tecnología, no somos la diáspora científica. Somos la dignidad de los ypefianos. Somos Nélida Navajas, abuela de Plaza de Mayo fallecida ayer, luchadora incansable por la identidad. (Aplausos.)

Nos sentimos orgullosos cuando el genocida Videla dice que somos lo peor que le pudo pasar.

Somos Teresa Rodríguez, somos YPF para los argentinos, soberanos y dignos en el autoabastecimiento para el desarrollo con inclusión. No somos la entrega. Somos quienes construimos un proyecto colectivo de Nación. Somos Néstor, somos Cristina… (Aplausos.) Somos la joven generación del Bicentenario. Somos el presente, somos el futuro. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Córdoba.

Sra. Espíndola.- Señora presidenta: en principio, y como lo expresaron la mayoría de los señores diputados de mi bloque, debo dejar sentado claramente que ratifico que por principios y por convicción votaré a favor de este proyecto que nos convoca en esta coyuntura.

Adoptaré esta postura con el convencimiento de que la grave crisis que estamos atravesando en materia energética es responsabilidad de la enajenación de YPF en los años 90 y de los errores cometidos desde 2003.

Entiendo que es tiempo de que la Argentina se ponga a trabajar en serio en lo energético y empiece a dominar sus hidrocarburos. A partir de esta circunstancia puede nacer el consenso para una política de Estado, por lo cual sería muy bueno para todos los habitantes de este país que más allá de la sanción de este proyecto de ley se conozca cuál será la política del gobierno nacional en ese sentido.

El tema que hoy nos ocupa es ni más ni menos que una bandera histórica de la Unión Cívica Radical, y la pertenencia a un partido político exige a quienes lo integran el respeto por sus principios fundamentales. Esta es la razón por la cual hoy acompaño esta iniciativa, aunque esta aprobación no es sin disidencia, porque no debemos olvidar que este gobierno fue cómplice del vaciamiento de YPF. Por eso me parece bien que YPF sea estatal.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, don Julián Andrés Domínguez.

Sra. Espíndola.- Debemos trabajar intensamente en una nueva ley de hidrocarburos y definir cuanto antes un plan exploratorio para todo el territorio nacional, a fin de aumentar el nivel de reservas de hidrocarburos para garantizar el autoabastecimiento a largo plazo. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Misiones.

Sr. Ziegler.- Señor presidente: continuando con lo que expresaba el diputado Carlotto, no somos virreyes, somos Andrés Guacurarí y venimos de Misiones a defender este proyecto que resalta nuestra soberanía energética.

Seguramente los argentinos que se interesan por este tema no querrán escuchar revisionismos históricos respecto de qué posición ocupaba cada uno en determinado tiempo, sin que esto signifique olvidar la historia. Solo creo que debemos mirar este proyecto de nacionalización de YPF desde un punto de vista objetivo, que en amplitud y en una visión grande y patriota nos haga entender la herramienta estratégica que los argentinos volvemos a recuperar para continuar por la senda del desarrollo que comenzó en esta Nación en 2003.

Tenemos absolutamente claro que estamos hablando de la función estratégica de un recurso natural no renovable, y sabemos que hoy estamos legislando para un futuro de treinta o cuarenta años, en el cual el petróleo se habrá acabado. Por eso esta decisión se enmarca en una política pública que ha generado una matriz energética en la que las energías alternativas juegan un rol preponderante.

Deben reconocer que, como nunca, desde 2003 este gobierno nacional y también desde los gobiernos provinciales –y hago honor a mi gobierno provincial en la provincia de Misiones- se ha puesto en discusión la generación de energías alternativas. Una es el biodiesel; ya no somos más, como decían algunos, un exportador de granos. Hoy nosotros exportamos biodiesel, carnes y expeller de soja, procesamos nuestros productos agrícolas y generamos energía.

Tenemos, como nunca, parques eólicos en la Patagonia, parques fotovoltaicos en San Juan y en otras regiones donde la energía solar es abundante. Estamos construyendo y consolidando un desarrollo de las energías hidráulicas. Nosotros, los misioneros, venimos a dar testimonio de ello.

Durante muchos años nos dijeron que era necesario hacerlo y solamente cerraron el Río Paraná y pusieron la presa, siendo que los misioneros tenían que aguantar los daños ambientales. Hoy reivindicamos esa represa por todo lo que significaron las obras complementarias y el reconocimiento al pueblo misionero. Así es como se pueden generar energías limpias y alternativas, pero es en ese marco que nosotros venimos a dar nuestro voto afirmativo desde el gobierno de la provincia de Misiones, desde este movimiento misionerista que es la Renovación.

Sabemos que a veces es más fácil ponerse en el sentido que indica la mayoría de los medios, pero seguramente eso es defender intereses sectoriales. A veces es más complejo, porque esos medios y sus intereses no lo quieren, defender la voluntad y el interés de todos los argentinos. Nosotros vamos a seguir trabajando por los cuarenta millones de argentinos, por satisfacer todas y cada una de las necesidades. Y cuando hablamos de seguridad jurídica no solo pensamos en la seguridad jurídica del capital, sino sobre todo en la seguridad jurídica de esos ciudadanos que están excluidos. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Formosa.

Sr. Basterra.- Señor presidente: con profunda satisfacción y esperanza estamos debatiendo el rol del Estado en la definición de estrategias para lo que va a ser el futuro de nuestra Nación.

Cuando analizamos lo que ha sido el accionar de YPF en los últimos años percibimos claramente que el objetivo rentista de esta empresa no permitió que se aplicara el concepto de equidad territorial para con las distintas provincias de la Argentina. Su política de provisión de combustibles de alta calidad para los centros urbanos dejó privadas a las provincias del Norte y del Sur de un elemento tan estratégico para el desarrollo de los territorios, que han sido postergadas históricamente.

Este concepto de equidad territorial en la provincia de Formosa se vio claramente definido al no realizar ni una sola inversión y disminuir en un 50 por ciento su producción en la extracción de petróleo. En nuestra provincia es difícil la actividad petrolera. Sin embargo, el rol del Estado fue vital cuando el gobernador Infrán propuso la constitución de la empresa energética de Formosa, que asociada con capitales de Canadá logró desarrollar nuevos pozos petroleros que hoy están siendo altamente rentables. Esto demostró que con una política de Estado se puede lograr incrementar la producción aun en condiciones difíciles como las de mi provincia.

Esto demuestra que cuando el Estado nacional no tiene las herramientas, el federalismo emerge en cada una de las provincias, que constituyeron este tipo de empresas. Hoy, a partir de la decisión de la señora presidenta, nos encontramos debatiendo sobre el rol de la Nación en este nuevo camino de recuperar para la visión estratégica del Estado la posibilidad de tener acceso a las decisiones de una empresa tan importante como YPF.

En este sentido, para nosotros la posibilidad de que YPF esté nuevamente en manos argentinas nos va a permitir ser cautelosos con las inversiones, promover las posibilidades de desarrollo de todas las cuencas petrolíferas y a la vez generar el abastecimiento de los insumos que son estratégicos para el desarrollo de la Nación. No es menor el aspecto vinculado a los pasivos ambientales, que seguramente será un rol de los órganos que tengan a cargo la conducción de YPF para evaluarlo en su total magnitud.

Sólo bastar recordar el accidente de British Petroleum, que hizo caer el valor de la empresa de 190 mil millones de dólares a 130 mil millones.

Por lo tanto, es de sumo valor que se contemple absolutamente la política ambiental que ha tenido YPF en estos años.

Por último, quiero expresar la profunda satisfacción de que este Congreso mayoritariamente respalde una propuesta que hizo nuestra presidenta. Sin dudas va a haber diferencias de matices en cuanto a cómo llevarlas adelante, pero la ciudadanía argentina tiene la herramienta para hacerlo ya que vota cada dos años, y ahora ha votado por la señora presidenta, que es la que propone cómo conducir este organismos. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Oporto.- Señor presidente: la cuestión petrolífera nunca fue un hecho solamente ingenieril o tecnológico en la Argentina ni en ningún otro lugar del mundo, sino que siempre estuvo involucrada con la política. Hubo guerras, imperios invasores, colonialismo y golpes de Estado. La política petrolera siempre fue la relación entre el subsuelo natural y la economía.

Hoy, en este recinto, es el día del subsuelo de la patria. Podríamos decir que es el día del subsuelo de la patria sublevada. Pero pensemos en otro día: el sábado se van a cumplir nueve años del 5 de mayo de 2003.

Ese día un empleado histórico y jerárquico de un diario centenario le presentó cinco puntos al presidente electo de los argentinos. En realidad, eran cinco exigencias, cinco condiciones.

Uno de ellos se refería a la necesidad de alinearse incondicionalmente a los Estados Unidos. No le hicimos caso.

Le exigió no más revisionismos en la lucha contra la subversión y la reivindicación de las fuerzas armadas. No le hicimos caso.

Le pidió que recibiera en forma inmediata a los empresarios del establishment. No priorizamos a los empresarios del establishment ni a las corporaciones.

Le pidió una posición de condena contra Cuba. Tampoco le hicimos caso y nos integramos con América Latina.

Le pidió medidas excepcionales para garantizar la seguridad y el orden, pero nunca apelamos a la represión para resolver los problemas sociales o de inseguridad.

Ese presidente que iba a asumir en veinte días era Néstor Kirchner, quien dijo a su interlocutor, que había cambiado su posición de periodista por el de operador político, que a él sólo le interesaba la opinión de los argentinos y el acompañamiento de sus conciudadanos.

Hoy el 80 por ciento de los argentinos acompaña esta medida de reestatizar YPF y devolverla al pueblo de nuestra patria. Hoy nos vuelven a acompañar los argentinos que quieren a YPF en el Estado, pero no en cualquier Estado sino en el que desendeudó el país, recuperó la autonomía de la decisión nacional, recuperó el presidencialismo y la dignidad de los argentinos.

Por lo tanto, voto afirmativamente con orgullo por este proyecto de ley, particularmente por el artículo 1º. Voto por el nuevo Estado que estamos construyendo desde el 2003. Este es un paso más en la construcción de un Estado autónomo nacional.

Y voto por la memoria no sólo de esos hombres de nuestra patria que han sido honrados y defendieron YPF sino por aquellos que en este recinto defendieron un Estado fuerte y democrático para defender la soberanía. En memoria de John William Cook y Germán Abdala voto a favor de la ley de estatización de YPF. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sra. Bianchi (M.C.)- Señor presidente: pido permiso para insertar y seré breve.

Esta es una jornada histórica, como se ha dicho aquí, porque nos convoca la soberanía hidrocarburífera, que es una parte vital del desarrollo con equidad.

Adhiero a la valoración que ha hecho el Poder Ejecutivo al analizar el desempeño de Repsol, como modelo de gestión de negocios absolutamente contrario al interés nacional y como una gestión empresaria sólo interesada en maximizar el beneficio inmediato, que monetizó reservas sin hacer inversiones para reponerlas y utilizó un recurso estratégico no renovable como un commodity de libre disponibilidad, con nula preocupación por los costos económicos, sociales y ambientales de su acción.

Repsol no solamente definió su política respecto de nuestro petróleo y de nuestro gas, sino que, negándose a la inversión y exploración, colaboró de manera activa en generar un déficit en la balanza de pagos, perjudicando la inversión pública en infraestructura, el desarrollo de mercados para nuestra producción, la mejora de la industrialización y el desempeño general de la economía.

Fue un tipo de gestión predatoria, de vaciamiento y de lógica colonial y rapiñera. Para sostenerla trataron de estirar los plazos con tratativas engañosas. Apostaron así al fin del ciclo iniciado en 2003. Apostaron a la presión internacional del establishment económico y financiero y al lobby corporativo y mediático de adentro y de afuera. Apostaron a que la Argentina no se iba a animar. Apostaron a que el gobierno nacional no se iba a animar. Apostaron a que nuestra presidenta no se iba a animar, y se equivocaron mucho.

No contaron con el espíritu y la vocación nacional de la presidenta, con la abrumadora mayoría de las fuerzas políticas con representación parlamentaria y con la opinión pública argentina. En este sentido, me siento agradecida como militante de estar ocupando esta banca y participando de este día en primera persona, acompañando en el sentimiento a los miles de peronistas que resistieron la oleada neoliberal.

Muchos de ellos han sentido, al igual que yo, el compromiso de sostener con la conducta personal y política la lucha, la alegría y la ética de miles de compañeros que fueron arrasados por el terror dictatorial y por una experiencia política frustrada.

Este es uno más de los hitos que gestaron Néstor y Cristina Kirchner desde 2003 hasta aquí para sacudirnos la rémora conservadora. Además, esta iniciativa le devuelve al peronismo su sentido y razón de ser, ya que es motor de las principales luchas populares en las trasformaciones del siglo XX.

Este proyecto de ley no es un simulacro de progresismo. No es una confiscación, sino una muestra de la autonomía de la política frente a la tutela corporativa, sea empresaria o mediática. Es el ejercicio de la defensa del interés nacional. Además, sincera posiciones y establece las direcciones. No nos acompañan los que acompañan las amenazas contra el país y enarbolan la defensa de la seguridad jurídica, que es la que gozaron para expoliar. Ellos son los que hablan de seguridad jurídica y fueron beneficiarios de la ley de emergencia económica, rompiendo todas las ecuaciones contractuales de la Argentina.

También son los que creen que la representación política es pavonearse con las derechas europeas y preguntarle al consultor de turno dónde le conviene ponerse. ¡Qué mayor seguridad jurídica que la que da la Constitución y el ejercicio pleno de la Honorable Cámara!

Voy a acompañar este proyecto…

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señora diputada.

Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Al no encontrarse la diputada Argumedo, tiene la palabra la señora diputada por Catamarca.

Sra. Ortiz Correa.- Señor presidente: en primer lugar, quiero expresar mi satisfacción por formar parte de este Parlamento y del bloque del Frente para la Victoria. También siento el orgullo de ser representante de todo el pueblo de la Nación Argentina y del de la provincia de Catamarca.

En segundo lugar, quiero manifestar mi apoyo al proyecto de ley que hoy estamos tratando y que hace al modelo de país con crecimiento e inclusión social.

Es de destacar lo acertado del título “De la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina”, porque cuando hablamos de hidrocarburos también aludimos a la soberanía.

Es muy importante echar luz sobre el concepto de soberanía. Ese término no sólo refiere a dirimir conflictos, determinando la pertenencia o no de recursos o territorios de un Estado a otro; es más amplio. Hace referencia a la facultad de decidir sobre aspectos esenciales de la vida y de la continuidad de la unidad política, que es el Estado. Estamos hablando de las facultades de decidir sobre la conducta e intereses de todos los sujetos dentro del territorio de un Estado.

A ello hace referencia la presidenta Cristina Fernández de Kirchner cuando habla de recuperar la soberanía de los recursos. Ella dice que se trata de un modelo de recuperación y no de estatización. La decisión de controlar nuestros recursos es de interés de todos los argentinos, en pos del bien de la comunidad.

Sabemos que Repsol YPF explotó demasiado sus yacimientos, y no lo hizo precisamente bien; tampoco descubrió nuevos, produciendo con ello políticas de vaciamiento de nuestras reservas, de no producción y no exploración.

Todo eso no significa discriminar ni mucho menos crear una tensión con los hermanos extranjeros. Entendemos, desde ya, que aquellos que son accionistas en nuestro país deben saber que uno de los principios básicos es el de la solidaridad, que atañe a todos. Quienes obtienen ganancias, va de suyo, deben reinvertir para promover nuestro crecimiento.

Todos los jóvenes que formamos parte de este proyecto, y no de una disciplina partidaria, tenemos la plena convicción de que este es el modelo de crecimiento y de protección de nuestra industria nacional. Tenemos desplegadas las banderas y también la emoción en nuestros corazones. Fue Néstor Kirchner y ahora la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quienes nos hicieron protagonistas de la historia, de punta a punta, de Norte a Sur, de Este a Oeste.

Los jóvenes argentinos estamos de pie en defensa de todo aquello que tanto nos costó. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por La Rioja.

Sr. Yoma.- Señor presidente: ayer escuché a algún compañero peronista, que no pertenece a nuestra bancada, rendir homenaje a quienes se opusieron en 1992 a la privatización de YPF. Tengo la sensación de que quienes estábamos a cargo del país –el peronismo en los años 90- éramos sólo un puñado de militantes, y el resto combatía al neoliberalismo en Sierra Maestra o en el monte tucumano, como si el sistema político argentino no hubiese tenido nada que ver con aquel momento histórico.

Contrariamente a lo que dijo ese legislador, quiero rendir homenaje a ese puñado de peronistas que debimos hacernos cargo de la Argentina hace veinte años, brindando las respuestas que el momento histórico requería.

Vengo a rendir homenaje a Oscar Parrilli, José Luis Gioja, Eduardo Fellner, el entrañable Gringo Soria y a todos aquellos que debimos hacernos cargo, desde el peronismo, para dar las respuestas que la Argentina reclamaba.

Estos sí son momentos históricos distintos. Acaso no es el mismo radicalismo el de Frondizi que escribió Petróleo y política y que luego fue en contra de los contratos petroleros al ser presidente; el mismo radicalismo que anuló los contratos de Frondizi en la época de Illia y luego hizo el plan Houston en la época de Alfonsín; o el mismo peronismo, que en la Constitución de 1949 estableció la nacionalización de los depósitos, de la banca y del comercio exterior, que una década después sancionó la ley de inversiones extranjeras equiparándolas al capital nacional; o el mismo Perón, quien desde el exilio, dijo: Creo que YPF no tiene capacidad organizativa ni técnica ni financiera para un esfuerzo de esta naturaleza. Los sistemas empleados en la Argentina distan mucho de los nuevos métodos de exploración, prospección, cateo y explotación racional de los yacimientos modernos. Los costos de producción de YPF son absolutamente antieconómicos. Hacer de esto una cuestión de amor propio es peligroso y estúpido. Estos nacionalistas de opereta han hecho tanto mal al país con sus estupideces, como los colonialistas con su viveza; unos, negativos, y otros, excesivamente positivistas, representan dos flagelos para la economía del país.

Voy a votar a favor de este proyecto porque vamos a recuperar el control del Estado para YPF, porque fue decisión de Cristina Kirchner, porque el actual Estado no es el mismo que recibimos en los años 90, devastado y con empresas públicas quebradas, sino que ha sido reconstruido.

El modelo conforme al cual vamos a votar tiene que ver con aquel que apoyamos en 1992, con control del Estado, con éste como accionista mayoritario -más allá de que en vez del 51 por ciento tenía el 20 por ciento, mientras el resto se colocaba en la bolsa-, y conducido por “Pepe” Estenssoro.

Nada tenemos que ver con el mamarracho de Repsol.

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señor diputado.

Sr. Yoma.- Permítame, señor presidente.

Si tuviese que volver en una especie de déja vu, votaría nuevamente de la misma manera. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Garrido.- Señor presidente: en estos dos días mucho se ha hablado acerca de indicadores económicos, de una bomba de tiempo en la economía, del desbalance comercial...

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia ruega a los legisladores que guarden silencio.

Continúe, señor diputado.

Sr. Garrido.- Todos los indicadores que se han mencionado aconsejan la necesidad de que el Estado retome la conducción de la política energética. Nosotros entendemos que la gestión de YPF hace a la política energética del Estado independientemente de quién ocupe ocasionalmente el gobierno. Por eso apoyamos el sentido de la iniciativa en discusión.

Sin embargo, ello no implica que ignoremos la responsabilidad de la gestión de política energética que se ha desarrollado en los últimos años. Se ha hablado de vaciamiento tanto en los fundamentos del proyecto como en la presentación de varios funcionarios.

A nuestro juicio, ese vaciamiento importa responsabilidades, por lo que hemos hecho presentaciones ante la Justicia, dado que entendemos que ésta debe investigar dicho vaciamiento. De todas formas, la responsabilidad del Parlamento no se agota en hacer denuncias sino que consiste en discutir políticas de Estado.

Nosotros vamos a votar favorablemente este proyecto en el entendimiento de que nada encubrimos ni sancionamos. Estamos asumiendo la responsabilidad de delinear la política pública en materia energética, independientemente de que se hayan cometido delitos y de las responsabilidades que determinará la Justicia.

En el marco de esa discusión de política energética, el debate que plantea el gobierno es insuficiente. No estamos considerando la ley de hidrocarburos, que está desfasada y es anticuada, ni se han mostrado planes de acción, que también es necesario que el Congreso discuta.

Se ha dicho que hay una confiscación. No hay confiscación alguna. No estamos violando la Constitución, ya que ella prevé la expropiación, y además ésta es admitida por las convenciones de derechos humanos, de las que el Estado argentino es parte. Estamos haciendo efectivo algo que prevé la Constitución. En todo caso, los tribunales del Estado de Derecho determinarán si existe algún interés afectado.

Entendemos que este es un punto de partida para revertir un camino de corrupción concretado a través de sendas adjudicaciones, primero a Repsol y luego al grupo Esquenazi.

Nos preocupa que no se garantice la transparencia del proyecto, que expresamente excluye el control de la Auditoría General de la Nación sobre la gestión de la nueva YPF. Se ha dicho que es una aberración jurídica. Una “aberración jurídica” que está en la propia Ley de Administración Financiera, que se aplica a Aerolíneas Argentinas, Banco Hipotecario, Arsat, Correo Argentino, AySA, Nucleoeléctrica, Tandanor, BICE y Dioxitec. Esa es la “aberración jurídica”.

Peor todavía: no admitir el control de la Auditoría General de la Nación implica que este Congreso se va a autolimitar en el control de YPF y dejará que la nueva empresa sea auditada tanto por la SEC como por la ley SOX norteamericana. Es una incongruencia si estamos revirtiendo los pasos del neoliberalismo.

Creo que esta decisión sólo tiene sentido si la toma del control de YPF por parte del Estado es para fortalecerla, capitalizarla, darle recursos y desarrollar todo el potencial exploratorio del país.

Hoy es un día histórico. Estamos recuperando una empresa que nunca debió cederse a manos privadas. Espero que este proyecto no se frustre. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Habida cuenta de la cantidad de oradores inscriptos y a fin de cumplir la pauta horaria, la Presidencia solicita a los señores diputados que hagan uso de la palabra si pueden reducir el tiempo a tres minutos.

Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sra. Brawer.- Señor presidente: voy a solicitar la inserción de mi discurso en el Diario de Sesiones, pero quiero compartir con ustedes una reflexión.

En estos días leí en los diarios y también escuché de parte de algunos diputados de la oposición -pocos, porque por suerte últimamente son menos los colegas que dicen en el recinto lo que a la mañana leen en los diarios- algunas cifras: que bajan las acciones de YPF, que la Argentina bajó al puesto 48 en la confianza de los hombres de negocios -según informa una consultora que no sabemos a qué intereses responde- y que baja la credibilidad de Argentina en el mundo. Estas bajas se replicaron ad eternum por los medios que llaman “confiscación” a una expropiación constitucional.

¿Quiénes son estos hombres de negocios que no confían en que YPF pueda ser una empresa pujante administrada en manos del Estado? ¿Quiénes son aquellos que especulan con la baja de las acciones? Son los mismos que adhieren a las políticas económicas que recomiendan el achicamiento del Estado y que ajustan a los que menos tienen, con tal de conseguir un punto más en la Bolsa.

También hubo esta semana una noticia que tiene que ver con la baja, que apareció en todos los diarios pero no tuvo la misma repercusión. Es la noticia de que la pobreza en nuestro país bajó al 6,5 por ciento –recuerden que veníamos del 53 por ciento- y que la indigencia bajó al 1,7 por ciento. Estos son los números que le interesan al proyecto encabezado por Néstor y Cristina Kirchner. Estos son los números que nos importan.

Lo que debe garantizar la confianza hacia un pueblo y hacia una Nación es su igualdad, su justicia, y no la mera especulación financiera.

Por eso la soberanía energética que hoy votamos es un hito en la profundización de este modelo, porque la seguridad energética nos garantiza seguir generando puestos de trabajo, seguir apostando a la industria, a la ciencia, a la tecnología en igualdad social.

Comparto con ustedes que hoy es un día histórico, pero lo es dentro de un proceso histórico que se inicia en 2003 y se enmarca en un proyecto de igualdad, justicia social y soberanía; un proyecto que busca y simplemente trabaja para la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por La Rioja.

Sra. Brizuela y Doria de Cara.- Señora presidenta: como ya se ha dicho, el bloque de la Unión Cívica Radical acompaña en general el proyecto, lo que equivale a decir que apoyamos el qué, pero no acompañamos el cómo, la manera en que esto se quiere llevar adelante. Y me tomo unos segundos para decir que entendemos que en un Estado de Derecho las formas son muy importantes para el sostenimiento y el normal funcionamiento de las instituciones. De ahí nuestras disidencias en particular en cuanto a este proyecto.

No voy a ahondar en la posición de mi bloque; simplemente voy a hacer hincapié en dos cuestiones. La primera es sumarme al pedido que hizo el señor diputado Julio Martínez con respecto a que todas las provincias deben participar de la titularidad de las acciones de YPF, no sólo las provincias integrantes de la OFEPHI. ¿Por qué digo esto? Porque somos un país federal, porque todas las provincias vamos a pagar la expropiación y porque, además, todos los argentinos desde Ushuaia hasta La Quiaca estamos pagando las consecuencias de la nefasta privatización del vaciamiento de YPF y del desabastecimiento que estamos sufriendo.

En segundo lugar, quiero resaltar que celebramos el cambio en materia de política hidrocarburífera que ha decidido dar el gobierno nacional. Esperamos que este cambio sea real y que exista verdadera voluntad política de sostenerlo en el tiempo.

Aquí se ha hablado mucho del coraje de la señora presidenta de la Nación. Celebro su coraje para cambiar el rumbo de la historia en esta cuestión, pero también le pido que se anime a cambiar el rumbo de la historia en materia de política minera. Le pido a la señora presidenta de la Nación que termine con esta enorme contradicción que presenta el relato oficial.

Recién escuchaba a varios diputados del Frente para la Victoria hablar de recursos estratégicos como la tierra, el agua o el petróleo. Se olvidaron de mencionar los minerales: el oro, la plata, el zinc, el uranio. Esta sigue siendo la gran contradicción del relato oficial.

Por eso, como representante del pueblo de la provincia de La Rioja, del interior profundo de la República, le pido a la señora presidenta de todos los argentinos que escuche la voz del pueblo, ese grito que se está levantando a lo largo de la cordillera de Los Andes, de esta gente humilde y sencilla que se ha convertido justamente en la custodia del agua y de la vida de nuestro pueblo.

Además...

Sr. Presidente (Domínguez).- Se ha acabado su tiempo, señora diputada.

Tiene la palabra el señor diputado por San Luis.

Sr. Pansa.- Señor presidente: quiero expresar mi firme oposición a este proyecto, que constituye un engaño al pueblo argentino. En un país serio, las cosas se hacen de otra manera, con datos previsibles, con trabajo en equipo, con la opinión de los científicos, con los distintos estamentos de la democracia que participan en las decisiones.

No puede ser que hagamos las cosas de esta forma. Esto tiene un real objetivo, que es mezclar los negocios privados con el Estado en la República Argentina. Y qué mejor que el matrimonio que ostenta hace diez años el poder en la República Argentina, para ejemplificar estos negocios entre lo privado y lo público. Allá por los años noventa ellos fueron los paladines de la privatización.

- Manifestaciones en las bancas.

Sr. Pansa.- En un acto espurio y entre gallos y medianoche recibieron mil millones de dólares para su provincia, con los que nada hicieron en ella.

Y ahí tienen los ejemplos –los que están arriba y me insultan-, ahí tienen los modelos. Ahí tienen la foto de Santa Cruz, una provincia desfinanciada y con crisis económica.

Nosotros en San Luis, en esa misma década del noventa, con ahorros propios creamos el Plan Mil y generamos mil millones de pesos con obras públicas que hoy son el eje del crecimiento y la felicidad de un pueblo por cincuenta años.

Luego tuvieron la oportunidad de la gestión, y no hicieron nada; generaron conflictos, crearon ENARSA, pagaron sobreprecios.

Hicieron muchísimas cosas: mantuvieron a De Vido, a Cameron y al “Quini 6” de Baratta en Repsol. Eso es lo que lograron.

Por eso quiero decir a todos los señores diputados y gobernadores que van a votar y que van a claudicar respecto de los derechos sobre los recursos naturales de sus provincias, que se están equivocando. Como decía don Atahualpa, las penas son de nosotros, Vaca Muerta es ajena. Ahí radica el quid de la cuestión. Allí está el negocio entre lo privado y lo público. Eso es lo que tienen que ver.

En el país debemos avanzar y trabajar mucho más. Me refiero tanto a los dirigentes como a los jóvenes que están en las galerías y están siendo engañados y a aquellos que están en la calle, estudiando en la universidad y diariamente se levantan temprano para ir a trabajar.

Sr. Presidente (Domínguez).- Muchas gracias, señor diputado.

-Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia solicita al público asistente en las galerías que haga silencio. La Honorable Cámara debe trabajar sobre la base del cronograma acordado en la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria. En consecuencia, a fin de que todos los señores diputados puedan hacer uso de la palabra, de que el proyecto de ley pueda ser votado en general a la hora acordada y posteriormente ser considerado en particular, es necesario que la presente sesión se desarrolle en forma ordenada.

Por lo expuesto, la Presidencia solicita a las personas que se encuentran presentes y no son legisladores que mantengan el máximo respeto posible hacia los señores diputados que hacen uso de la palabra. (Aplausos.)

Tiene la palabra la señora diputada por Chubut.

Sra. Ziebart.- Señor presidente: creo que la mejor forma en que puedo sintetizar mi exposición es desde el corazón y la experiencia personal. Lo hago en mi condición de habitante de Chubut –más precisamente de la ciudad de Comodoro Rivadavia- y de ex empleada de YPF. Todo esto me lleva a sentir un enorme orgullo por la posibilidad de participar en este momento, aceptando con toda firmeza esta valiente decisión de la señora presidenta de la Nación, que constituye una reivindicación histórica no sólo –y aquí voy a referirme a lo que he dicho al respecto de la palabra “corazón”- porque el tema de la soberanía es fundamental para nuestro crecimiento, sino también porque ella se encuentra directamente relacionada con la definición de todo lo que se haga en lo relativo a la cuestión de los hidrocarburos.

También hay una reivindicación histórica del ex empleado de YPF. Me refiero a ese trabajador que no solamente sufrió el despido, sino también la humillación de la ineficiencia, entre comillas, hasta llegar a ser declarado culpable –sobre todo mediáticamente- de que la empresa fuera privatizada por su ineficiencia. Esto fue muy grave, y quizás desde el punto de vista personal, social y familiar lo fue mucho más que el propio despido, ya que condujo a ese trabajador a una depresión muy difícil de sobrellevar.

Prosiguiendo con mi intento de síntesis quiero señalar que cuando Repsol se hizo cargo plenamente de la empresa YPF no solamente no se conformó con el avance sobre sus empleados, que ya no existían, sino que también lo hizo sobre las pymes locales que daban trabajo a mucha gente.

Aquí sí surgieron voces, incluso desde el propio peronismo. Por ejemplo, recuerdo al actual intendente de Comodoro Rivadavia, señor Néstor Di Pierro, quien se enfrentó a Repsol defendiendo a las pymes y también pidiendo por las áreas no explotadas. Esto le costó bastante caro porque tuvo que retirarse del lugar que ocupaba en Petrominera, que es la empresa provincial del petróleo del Chubut.

Por otra parte, el actual gobernador de mi provincia, doctor Martín Buzzi, tuvo una actitud muy fuerte: fue punta de lanza reclamando lo que ya era plenamente visto y retirando las áreas que no estaban explotadas.

Estas dos actitudes fueron muy valientes y surgieron dentro del peronismo. Fueron realmente admirables desde la valentía.

Para cerrar, quiero señalar que hoy escuché a alguien que realmente me llamó la atención y no quiero dejar de contestarle. Hay diputados que en determinado momento me han dado la impresión de que están más preocupados por el bienestar financiero de Repsol que por... (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Giannettasio.- Señor presidente: utilizaré mi exposición, este espacio muy corto, para hacer una réplica a lo planteado por el bloque que votará por la negativa, no por su decisión de no acompañar sino porque la fundamentación -sospechosa- está puesta en dos instituciones jurídicas que son el rescate y la discriminación en los términos del Tratado de Protección de Inversiones.

Previo a eso quiero decirles que con el mejor de los espíritus y desde la investigación busqué el debate parlamentario de la ley 23.696, de reforma del Estado. Lo hice porque entendí y entiendo desde mi propia formación que la ley de reforma del Estado es la que dispara -es más, en dicha ley hay un primer anexo que ya incluye a YPF- el proceso privatizador, declarándola ya en ese acto servicio sujeto a privatización.

Me sorprendí no por los que estaban en la Cámara en aquel momento –cada uno está en el tiempo en el que le toca y ejerce su responsabilidad como entiende que debe hacerlo-, pero sí me dolió profundamente el recuerdo de la Argentina de ese día. Ese día era el 18 de agosto de 1989. Hacía muy poco que el primer presidente de la democracia había acortado su mandato y que otro presidente elegido democráticamente se hacía cargo del gobierno.

En ese momento la mayoría, que no era el oficialismo, le daba el quórum al peronismo para votar la ley que disparó el proceso privatizador más salvaje. Estoy segura que sin duda quienes daban el quórum, así como quienes informaron y quienes asintieron cuál era la situación en la Nación no quisieron hacer lo que resultó.

Pero los chicos que están en las galerías –estoy segura de que no es que no van a la universidad y que no trabajan porque vinieron a la Cámara, o porque militan en La Cámpora o porque le creen a Cristina, sino que estoy segura de que vienen como veníamos nosotros, como creíamos nosotros- no deben olvidarse de ese tiempo y de una persona que fue señera, que estuvo en los dos partidos mayoritarios nacionales y populares: se llamaba Domingo Felipe Cavallo. Fue el asesino de los 90, él entregó todos los servicios públicos, él entregó la Argentina también en el default y todavía camina con libertad. No se olviden de ese nombre.

Otros pueden haber sido engañados. Los mercenarios y los esbirros cobran por serlo. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Santiago del Estero.

Sra. Navarro.- Señor presidente: dispongo de tres minutos para el debut en este recinto en el Parlamento más emblemático y democrático.

Advierto la existencia de un proyecto nacional que lleva adelante nuestra presidenta. Santiago del Estero no es una provincia petrolera y no tiene otros recursos no renovables, pero tiene otros.

De todas maneras tenemos una gran virtud: somos un pueblo que durante muchísimos años estuvo postergado y hoy estamos agradecidos porque la mirada federal le ha tocado a Santiago del Estero.

No debemos olvidar que dentro de unos meses vamos a cumplir 459 años y esperábamos que en esta democracia algún presidente llegase a la provincia. Recién con este gobierno hemos tenido en vivo y en directo la presencia del presidente, o de la presidenta.

Por eso no nos referiremos a la parte técnica del tema petrolero, lo desconocemos, pero apoyaremos este proyecto levantando nuestras dos manos porque Santiago del Estero ha tenido un vuelco total en materia de crecimiento, vivienda, trabajo y obras públicas.

La gestión del gobernador Zamora ha volcado tanto en esta actividad que hoy existe trabajo. Seguramente les sacaré una sonrisa recordando una broma que ya se nos había hecho carne. Se decía que cuando san Cayetano quería salir de vacaciones, elegía Santiago del Estero, porque allí nunca había trabajo. (Risas.) Hoy podemos decir que el trabajo ha aumentado mucho en Santiago del Estero.

Creemos que este proyecto permitirá llevar adelante políticas sociales que acabarán de modo progresivo con la pobreza. Por eso, queremos que por medio de esta iniciativa en todo el Norte, que tantas veces fue postergado, podamos continuar con esta mirada federal.

En poco tiempo la presidenta irá nuevamente a Santiago del Estero, donde tanta gente la recibe. En las últimas elecciones fuimos el techo electoral, porque ella tuvo la posibilidad de trabajar y hacer la gestión que merece Santiago del Estero. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Sigue en la lista de oradores el señor diputado Costa, pero no se encuentra presente.

Sr. Buryaile.- Señor presidente: solicito que se altere el orden de la lista y que haga uso de la palabra el siguiente orador.

Sr. Presidente (Domínguez).- En razón de que acaba de ingresar al recinto, tiene la palabra el señor diputado por Santa Cruz.

Sr. Costa.- ¿Dispongo de tres minutos, señor presidente?

Sr. Presidente (Domínguez).- Ahora de dos, señor diputado.

Sr. Costa.- ¿Dos minutos? Estamos acostumbrados a que nos vayan cambiando las reglas…

Sr. Presidente (Domínguez).- Permítame una aclaración, señor diputado. En la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria que se celebró la semana pasada se acordó que a las 18 los presidentes de los bloques empezaran a cerrar el debate, por lo que le notifico que no hemos cambiado regla alguna. El trámite de esta sesión se acordó con los presidentes de bloque. (Aplausos.)

Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Santa Cruz.

Sr. Costa.- Señor presidente: me permitiré comentar una anécdota que me sucedió la semana pasada.

Soy diputado por Santa Cruz, una provincia netamente hidrocarburífera. La mitad de sus pueblos fueron creados alrededor del petróleo y del gas. La mayor parte de la gente de esos pueblos vive del petróleo, y en caso de que no sea así, ha sido hija o nieta de petroleros. Casi todo el mundo conoce qué es un recorredor, un “boca de pozo”, el tubing, porque ese lenguaje forma parte de la cultura de Santa Cruz. Un tercio de los ingresos proviene de las regalías y en general hay un gran conocimiento de la actividad hidrocarburífera.

Recorriendo mi provincia para saber qué pensaban sus ciudadanos, me encontré con un comprovinciano que me dijo que estaba eufórico porque habíamos recuperado YPF y el petróleo. Yo le dije que el petróleo siempre fue nuestro, de los argentinos y específicamente de los santacruceños. Entonces, este hombre me respondió: “Si tenemos petróleo, ¿por qué no cobro mi sueldo en tiempo y forma? ¿Por qué cuando voy al hospital no tengo médicos o insumos? ¿Por qué me falta agua potable? ¿Por qué las escuelas están cerradas y con falta de mantenimiento?”

Entonces, le contesté que el problema no fue que carecíamos del recurso sino que hubo una ausencia del Estado en el control. No se controlan las regalías hidrocarburíferas, no se cumple con el control de los pozos ni de las inversiones. Se han renegociado los contratos petroleros sin haber cumplido con las inversiones. De hecho, hace tres meses se estaba por firmar la renegociación con YPF Repsol. ¿Por qué no la firmaron? Porque no se ponían de acuerdo con el canon de prórroga, pero no por la falta de inversiones.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Pido a los asistentes a las galerías que guarden silencio.

Tiene la palabra la señora diputada por Santa Cruz.

Sra. Blanco de Peralta.- Señor presidente: voy a insertar mi discurso debido a que mis pares de mi provincia, por supuesto de la oposición, han estado mencionando hoy una serie de cosas que no tienen mucho que ver con la realidad que realmente pasa en la provincia.

Es lamentable que hoy, que es un día de fiesta para todos nosotros, tenga que ponerme a explicar a mis compañeros que no es verdad que no controlemos el petróleo en la provincia de Santa Cruz. Las regalías se controlan en forma exhaustiva.

El señor diputado Costa sabe muy bien que con Repsol no se renegoció porque no se daban las condiciones, no por el canon, sino porque en la propia ley que hicimos en la provincia de Santa Cruz se ponía una serie de prerrogativas que conoce muy bien porque quiso participar del negocio del petróleo, y no fueron satisfechas por Repsol. ¿Dónde está la amistad con Repsol? Hace un año y medio que estamos buscando extender las áreas, sí es verdad, pero bajo la ley que nosotros tenemos sancionada desde 2010.

Es la más complicada de todas las provincias. De hecho, Mendoza y Neuquén pudieron hacerlo, y nosotros no. No lo hicimos porque no querían ajustarse a las cláusulas que se pusieron en la provincia de Santa Cruz, en la Cámara de Diputados provincial, como corresponde, porque la soberanía de los recursos provinciales es nuestra.

Por otra parte, voy a recordar a la señora diputada Álvarez –y me encanta que tenga tanta memoria para recordar- que en el año 90 la entonces diputada provincial Cristina Fernández de Kirchner hizo una declaración cuando teníamos una provincia de unos 130 mil habitantes. Esta declaración fue recordada acá por la diputada, pero qué pena que no dijo que en esos mismos años Néstor Kirchner se tuvo que hacer cargo de la gran cantidad, miles, de trabajadores que quedaron sin empleo cuando cerró YPF.

¿Cómo lo hizo? Con recursos propios, con trabajo, y quiero recordar otra cosa al señor diputado Costa. Nosotros estamos pasando uno de los peores momentos en la provincia de Santa Cruz por dinero, es verdad, pero también es verdad que hace dos años hubo un paro preparado por la oposición, alentado por la oposición, a raíz del cual el país perdió 3 mil millones de dólares, no solamente la provincia de Santa Cruz. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señora diputada.

Tiene la palabra la señora diputada por Santa Cruz.

Sra. Alvarez.- Señor presidente: simplemente hago uso de la palabra porque he sido aludida por la señora diputada por la provincia de Santa Cruz. Quiero decirle concretamente que sí tengo buena memoria y que por el escaso tiempo de que disponía no he podido finalizar con mi discurso. Yo hablaba de cuando se hacía referencia en esta misma Cámara a los errores del gobierno del doctor Alfonsín, o a los desaciertos, y a los errores del gobierno de la Alianza. También dije que nos hacemos cargo de muchas de esas cosas, porque nosotros no las negamos.

Lo que sí quisiéramos es que el oficialismo también se hiciera cargo de todos los errores que han cometido hasta ahora. Es verdad que no hay control en cuanto a los recursos petrolíferos y a los recursos no renovables de la provincia.

Si realmente las áreas hubiesen sido controladas como corresponde nuestra querida provincia de Santa Cruz no estaría en la situación que hoy se encuentra. En estos momentos no cuenta con un sistema de salud apropiado, no puede afrontar el pago a los proveedores y no puede pagar el sueldo a los activos y pasivos debido a una terrible crisis que se desencadenó el 29 de diciembre del año pasado.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Misiones.

Sra. Leverberg.- Señor presidente: hoy es un día donde la dirigencia política argentina se anima a mejorar corrigiendo los errores del pasado. Ya no hacen falta las chicanas ni recordar qué carteras usa Cristina Fernández de Kirchner.

Estamos resolviendo el futuro de la Patria. Estamos pensando en el pueblo. Desde las políticas energéticas estamos buscando resolver este proceso de desarrollo para favorecer a los que todavía falta incluir.

Obviamente, señor presidente, voy a insertar mi discurso, pero quiero reivindicar este momento ya que se trata de un día en el que quedará cristalizado que las políticas que hacen grande a un país se llevan a cabo de este modo: debatiendo, argumentando, reflexionando y tomando decisiones, sobre todo con este proyecto que constituye una reparación histórica con el pueblo argentino.

Por eso, recuerdo las palabras de Néstor Kirchner cuando el 25 de mayo de 2003 decía que nos habían dejado la Argentina prendida fuego, y hubo que sacar pecho para reconstruir la Patria. Y así fue: enfrentó al neoliberalismo, retomó el proyecto de país productivo inclusivo, posicionó al Estado como promotor y coordinador del desarrollo económico y promovió la economía como agente contra la pobreza.

Ese crecimiento que se profundiza hoy con Cristina Fernández de Kirchner es la recuperación...

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señora diputada. Terminó su tiempo.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Grosso.- Señor presidente: una vez más el gobierno nacional nos propone un nuevo paso en el camino hacia la independencia económica.

Una vez más el proyecto nacional que encabeza nuestra presidenta Cristina nos pone ante la posibilidad de pensar en el futuro que tantos compañeros soñaron y por el que tantos dieron la vida.

Si algo ha caracterizado a este gobierno es la reparación histórica como base de esta nueva Argentina. Si se me permite una digresión, quizás esto haga que gran cantidad de jóvenes y trabajadores seamos parte hoy de este proyecto.

Desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 25 de mayo de 2003 el modelo económico que imperó fue la desindustrialización y la exclusión de las mayorías populares. En ese contexto, YPF era un estorbo. Debía desaparecer o venderse, y esto último fue lo que pasó.

¿Sabe una cosa, señor presidente? En la historia no hay ejemplos de países que, sin haber perdido una guerra, entreguen el control total de sus recursos estratégicos, tal como pasó en la Argentina en plena democracia.

Hoy YPF vuelve a tener sentido porque desde 2003, con Néstor y Cristina, el modelo argentino es de desarrollo industrial con inclusión social. Por eso, ahora necesitamos el petróleo y la energía para abastecer al mercado interno que no para de crecer.

Pero YPF no es sólo una cuestión económica sino un emblema de nuestra nacionalidad ya que, después de los ferrocarriles, fue la empresa que más pueblos fundó en nuestro país.

Traigo estos datos porque quiero hablar del costo social del que nadie se hace cargo, y donde tanto los cómplices de la dictadura, los menemistas como los radicales de la Alianza tienen, a mi entender, las mismas responsabilidades, porque administraron el mismo modelo de exclusión y ajuste. ¿Eso quieren defender los que hoy no apoyan este modelo? (Aplausos.)

Por suerte, el pueblo argentino siempre da muestras de lucha y se caracterizó por eso. Tenemos ejemplos emblemáticos: Tartagal, Cutral Có, General Mosconi y Plaza Huincul. Allí nacieron los piquetes como método de lucha.

Provengo de la organización piquetera. Vengo de un MTD, de un movimiento de trabajadores desocupados llamado “Evita”. Resistí los años noventa en la calle mientras que muchos que hoy se rasgan las vestiduras hablando de honestidad intelectual pactaban la entrega de la Patria en Olivos. (Aplausos.)

Señor presidente: yo quiero hablar de esto, porque lo que no se defendió en este recinto, se defendió en la calle. Voy a dar un ejemplo. El 10 de noviembre de 2000, en Tartagal, hubo una pueblada o piquete. Después de la represión policial, el resultado fue un muerto con un tiro en la cara: Aníbal Verón. Estos son los costos sociales que este gobierno está dispuesto a reparar. (Aplausos.)

Para cerrar, quiero traer aquí a alguien que hoy estuvo más presente que nunca. Alguien que permitió que toda nuestra lucha y nuestra resistencia confluyan en un nuevo proyecto político que asoma en la Argentina… (Aplausos prolongados.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señor diputado.

Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia solicita silencio en las galerías para poder seguir con la sesión.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Bazze.- Señor presidente: el sentido del voto de la Unión Cívica Radical ya ha sido explicado por los correligionarios que me han antecedido en el uso de la palabra.

Fueron suficientemente críticos con el gobierno actual y marcaron diferencias que, por supuesto, hago mías. Ya se han referido a cómo el gobierno ha administrado el proceso de la energía en el país, pero hoy los radicales no venimos a hablar del pasado.

Si bien nos enorgullecemos de nuestra historia, venimos a hacer una apuesta al futuro. Estamos absolutamente convencidos de que para que el país crezca y se desarrolle, necesitamos una empresa petrolera que sea propiedad del Estado nacional.

Siempre lo hemos planteado en estos términos y nadie se debe extrañar, porque la Unión Cívica Radical, desde los primeros días de su historia y hasta ahora, sostuvo la importancia de la participación del Estado en la economía nacional.

Siempre sostuvimos, sostenemos y sostendremos que el Estado debe tener una participación activa en la economía nacional. Por eso, hoy venimos aquí convencidos y comprometidos, sin miedo.

Algunos, desde otros partidos políticos o medios de difusión, pretenden hacernos reflexionar sobre la conveniencia de que el radicalismo vote de otra manera. En verdad, los radicales no venimos a hacer lo que nos conviene, sino lo que corresponde, porque así nos hemos formado. Pertenecemos a la escuela de ese luchador inclaudicable por los derechos humanos y la soberanía nacional, que fue Raúl Alfonsín.

A pesar de las barbaridades que se acaban de decir en el recinto, a Raúl Alfonsín nunca le tembló la mano ni tuvo miedo para acompañar alguna decisión política, por más que le causara algún costo electoral.

Llegamos al recinto a votar de esta manera, pero le pedimos al gobierno y al oficialismo que sean respetuosos. Esperamos que se lleven el voto del Congreso de esta tarde, que lo respeten y que lo utilicen para bien, sin intentar avivadas como las de recién. ¡Traten de ser menos pícaros y más inteligentes, por el bien de los argentinos y de las futuras generaciones…

Sr. Presidente (Dominguez).- Gracias, señor diputado.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Landau.- Señor presidente: quiero recordar que la seguridad jurídica es la certeza que da el Estado respecto de la condición jurídica de una persona, que no será modificada sino por procedimientos regulares, establecidos con anterioridad y debidamente publicados.

Tanto la ley de expropiación que tiene treinta y cinco años de vigencia como el acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones firmado entre el gobierno argentino y el Reino Unido de España –esto ocurrió hace diez años- permitieron la expropiación por causa de utilidad pública, observando el texto del artículo 17 de nuestra Constitución Nacional, regla en torno de la cual hemos desarrollado este proceso que hoy estamos plasmando en ley. Esta norma tiene ciento sesenta años de vigencia y es análoga al artículo 33 de la Constitución española.

De acuerdo con el acuerdo bilateral, cualquier empresa española debe someterse a la competencia de los tribunales argentinos para sustanciar cualquier cuestión litigiosa que se presente entre una empresa y el Estado nacional. El tratado determina que, en lo relativo a las inversiones, la competencia judicial corresponde al Estado donde está localizada territorialmente la inversión. De modo que obligatoriamente la competencia es de los tribunales argentinos, que tendrán el término máximo de dieciocho meses para expedirse. Recién entonces se habilita la vía externa.

Advierto que la estrategia jurídica de la empresa Repsol, y de los que se hacen eco de ella, apunta a instalar la idea de la arbitrariedad y la confiscación para demostrar que el gobierno la ha discriminado y así soslayar a los tribunales argentinos a fin de no esperar los dieciocho meses que marca el tratado y llegar al arbitraje internacional.

Entonces, si la confiscación es el desapoderamiento de un bien sin indemnización, es mentira que no se vaya a indemnizar, porque está plasmado en los artículos 11 y 12 de la norma. Es mentira que no se respete la Constitución, porque el procedimiento está previsto en el artículo 17, y eso es lo que estamos observando. Es mentira que no se respete la ley; que se haya intervenido ilegalmente la empresa; que haya inseguridad jurídica; que no haya utilidad pública. Mienten los que dicen que se confisca; mienten los que dicen que Repsol... (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias señor diputado.

Tiene la palabra el señor diputado por Río Negro.

Sr. Albrieu.- Señor presidente: como tantos otros señores diputados, solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones.

Voy a ser muy breve en mi exposición, entre otras cosas, porque no me queda más remedio. (Risas.)

He escuchado con atención las fundamentaciones jurídicas como las que dio el señor diputado Landeau y las razones vinculadas con la soberanía energética de hidrocarburos.

Quiero recalcar el valor simbólico que tuvo YPF en nuestro país y por ende, el que representa recuperar la empresa. Todos recordamos un país vertebrado y que vivía alrededor de las empresas del Estado, que significaban la decisión de un pueblo soberano de dirigir sus destinos, disponer de sus energías, ser dueños de sus comunicaciones y transportes. Un país que podía mirar con la frente en alto hacia el exterior y su propio destino.

En muchos lugares pasó lo que ocurrió en mi provincia. La comunidad de Catriel se vertebró alrededor de YPF; el Alto Valle, con sus regadíos, alrededor de Agua y Energía. También se vertebró alrededor de los ferrocarriles argentinos y de tantas empresas del Estado que tuvimos el mal destino de destruir en la década del 90 por cumplir con los dictados del neoliberalismo y el consenso de Washington.

Hoy, vivimos en un país distinto que viene a recuperar el rol de propietario de su destino, y también quiere mirar de frente hacia el futuro manejando sus propios recursos, sus comunicaciones, su transporte. Saludo que sigamos por este camino.

Para finalizar, traeré a colación algo que quizá sea una coincidencia, aunque a veces éstas encuentran en algún punto su razón de ser. Detrás del cartel de YPF veo no sólo ese acrónimo sino también los nombres de Yrigoyen, Perón y Fernández de Kirchner. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza.

Sr. Vaquié.- Señor presidente: toda esta pasión los mendocinos la sentimos de una manera particular, porque para nosotros el tema petrolero se remonta a la creación de la Compañía Mendocina de Petróleo, ciento veintiséis años atrás. Por eso, estamos contentos de estar acá, pero también tenemos algunas preocupaciones a raíz de cosas que han ocurrido en estos quince días.

En Mendoza siempre hemos estado muy preocupados por el ambiente y el agua. Hace ciento veintiocho años se aprobó la Ley General de Aguas, de 1884 -en ese entonces las leyes no llevaban número sino que eran identificadas con nombre y año. De ahí en más, repito, siempre hemos estado preocupados por el ambiente.

En los pocos minutos de los que dispongo quiero referirme a esa cuestión. En estos quince días concurrieron al Congreso funcionarios nacionales que dijeron que recién ahora que tomaban el control de la empresa podían determinar el grado de contaminación y el desastre ecológico generado por YPF. Estas palabras fueron pronunciadas por el ministro De Vido, quien textualmente aludió a “desastre”.

De allí, surgen muchas preguntas. Las empresas petrolíferas de las que no tenemos control, ¿también contaminan? Las más de treinta refinerías que hay en el país, ¿contaminan o sólo lo hacen las tres pertenecientes a YPF? Cuando se calcule el daño producido en el medioambiente, respecto del cual se establecerá un valor justo, me pregunto si el producido se invertirá o no en las provincias. En este punto, también tengo dudas, señor presidente.

En mi provincia, en Sierra Pintada, en 1997 dejamos de producir uranio, y todavía hoy –a quince años- no ha habido reparación alguna a raíz de esa contaminación. Lo mismo puedo decir respecto de Malargüe.

Entonces, siguen surgiendo dudas. Se trata de los mismos funcionarios que tienen el control del ambiente en todo el país, tanto de las provincias como del gobierno nacional; son los mismos funcionarios que se sorprenden cuando pueblos como los de Famatina, o del Valle de Uco o de Sierra Pintada, en Mendoza, se levantan porque quieren prohibir ciertas actividades ya que saben que los funcionarios no controlan. Hace quince días, repito, esos mismos funcionarios así lo confirmaron en el Congreso.

Me iré de aquí con una satisfacción –una YPF nacional-, pero también con una preocupación muy fuerte: ¿qué estamos haciendo por el medioambiente? En mi provincia, además de tener una pasión muy grande por el petróleo, tenemos mayor pasión por el agua, que nos dio la vida y otras tantas cosas buenas como el vino que todos tomamos.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Cortina.- Señor presidente: fundamentamos nuestro voto favorable en general a este proyecto en la idea de la centralidad y el predominio que debe tener el Estado en el control y manejo de un recurso estratégico como el petróleo. Se trata de defender una idea estructural fundante, madre.

Nosotros no defendemos los pasados de nadie, sobre todo de aquellos que no se lo merecen. No defendemos los planes para implementar esa idea. No defendemos a los funcionarios que probablemente tengan que implementarla. Nuestro voto no es el respaldo a un gobierno sino a una argumentación que hemos sostenido durante más de veinte años: el fracaso de un modelo desregulado y privatista de explotación de nuestro petróleo. Eso es lo que ha fracasado en la Argentina y en otros países parecidos al nuestro.

Nuestro camino no es zigzagueante de idas y vueltas. No es un camino trazado sobre la base de supeditar una idea a propinarle una derrota al gobierno de turno sino que es un camino trazado sobre la base de las convicciones. En ellas fundamentamos el voto favorable en general a esta iniciativa de expropiación de YPF.

En estos últimos días algunos dirigentes nos han calificado a los sectores de la oposición que aprobamos en general esta iniciativa como amantes de segunda; ni siquiera de primera. La verdad es que cualquiera puede tener una frase desafortunada y no hay problema porque no hay amoríos que puedan sustituir la coherencia. Pero puede ser que tengan razón, que algún tipo de romance con la historia profunda de la Argentina tengamos los diputados del Frente Amplio Progresista.

Tenemos un romance con lo mejor del yrigoyenismo, con Mosconi, con la resistencia de FORJA en la década del 30. Tenemos un romance también con las ideas de soberanía económica y justicia social que impulsó el presidente Perón a partir de 1945. Tenemos un romance con Illia, con Palacios, con Alfredo Bravo, con Estévez Boero. A ese romance no vamos a renunciar porque es el que ha justificado el sentido del voto del día de hoy y desde hace veinte años. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Gdansky.- Señor presidente: con mis 65 años de edad soy un debutante en este recinto, aunque no en el sindicalismo y la política, porque hace más de 28 años que dedico mi vida fundamentalmente a los metalúrgicos de La Matanza.

Estoy absolutamente emocionado, aunque escuché a una diputada que quería dar un nuevo servicio a este Congreso y poner un consultorio psicológico para los que todavía nos emocionamos en este lugar.

Para no extenderme demasiado, principalmente quiero agradecer a la vida que me da esta posibilidad de hablar aquí. Y voy a repetir algo que dije en otros lugares. Hay partidos que han tenido mucha responsabilidad en la Argentina y la siguen teniendo; han tenido aciertos y equivocaciones. Pero debemos tener cuidado con la agresividad y la discriminación.

En el día de ayer un diputado habló de Discépolo. No soy amante del tango “Cambalache”. Discépolo era un gran compositor, pero la letra de ese tango nos hizo quedar muy mal a los argentinos alrededor del mundo, porque reza que es lo mismo el que labura que el que roba.

Todos nosotros tenemos hoy la oportunidad, a partir de que Cristina Fernández de Kirchner ha llamado a la unidad nacional, de crear otra letra, otra sinfonía, repartirnos un instrumento cada uno y salir a tocar la misma música, que es la voz del pueblo argentino. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Corrientes.

Sr. Ríos.- Señor presidente: después del último altercado que se produjo, si bien el debate del tema tiene que ser fuerte, también pido desde el otro lado un poco de consideración y respeto, porque nosotros nos pasamos escuchando durante un día y medio que se digan muchas barbaridades en nombre del voto positivo y parece que tenemos que quedarnos callados y aguantarnos las ganas de empezar a manifestar cuáles son las cosas que han pasado en este país en los últimos años y también en los anteriores. Así, parece que nosotros somos los delincuentes, los que entregamos, los chorros, y desde esa posición tenemos que aceptar el voto positivo sin decir absolutamente nada. (Aplausos.) Esto tiene que ser un equilibrio, un ida y vuelta donde todos nos respetemos. De lo contrario, va a ser muy difícil porque, en realidad, venimos de un modelo distinto y todos van a tener que entender que cambió.

Repsol no lo entendió. Repsol creía que en la Argentina podía extraer todo el combustible, llevarlo al exterior, venderlo a precio dólar y transferir las grandes rentas a su empresa matriz. Pero resulta que, por decisión popular, los argentinos tomaron un rumbo distinto y, en definitiva, dijeron: “Nosotros queremos producir para nosotros y los combustibles son nuestros”. Esa empresa no lo entendió y entonces se tiene que ir.

Pero hay cuestionamientos de algunos aspectos de este proyecto que realmente no los entiendo. Las que tienen que ser partícipes son las provincias petroleras. Mi provincia aún no es petrolera, y no quiero para ella las utilidades. Lo que quiero es tener una empresa de energía donde el Estado tenga un rol fundamental en materia de hidrocarburos para que vaya a explorar a mi provincia y así pueda crecer y tener algo que hoy no posee.

- Ocupa la Presidencia la señora vicepresidenta 1ª de la Honorable Cámara, doña Norma Amanda Abdala de Matarazzo.

Sr. Ríos.- No se pierde el federalismo por el hecho de sindicar las acciones. ¿Por qué si tres empresas periodísticas, desde la muerte, la desaparición, desde negocios realmente oscuros, pudieron sindicar sus acciones y administrar Papel Prensa en este país, y el Estado, las provincias, quienes son elegidos por el voto popular, no pueden sindicar sus acciones y generar una empresa que intervenga fuertemente en el mercado? ¿Aquellos corruptos, de la época de la dictadura, lo pueden hacer con tres empresas, y el Estado no lo puede hacer?

La sindicación de acciones va a permitir que el Estado maneje armoniosamente esta empresa, y las provincias que no estemos adentro nos vamos a sentir parte porque vamos a compartir la política de una empresa que vuelve al Estado.

Esta no es la panacea, porque uno puede tener muy pocas reservas y puede decir que éstas le alcanzan...

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Ha finalizado su tiempo, señor diputado.

Tiene la palabra el señor diputado por Entre Ríos.

Sr. Barrandeguy.- Señora presidenta: ceñido por el tiempo voy a tratar de poner en conocimiento de este Honorable Congreso algunos puntos de vista que entendía centrales y que pensaba que podían aportar al debate, porque no habían sido desarrollados todavía.

Simplemente, voy a manifestar la enorme satisfacción que siento, a pesar de ser legislador de una provincia no petrolera. En mi condición de entrerriano responsable, y de militante comprometido desde siempre con la causa nacional y popular, en lugar de señalar lo que tenía pensado, voy a recordar que desde el palco bandeja asistí al debate en el que se aprobó la ley de reforma del Estado –que a mi modo de ver fue el instrumento letal que permitió entregar el país a la voracidad de los mercados-, y hoy la vida me pone en esta instancia fantástica, realmente maravillosa, de poder sumar con mi voto a este camino de recuperación de la patria, para los mejores intereses populares que lleva adelante la compañera presidenta.

También quiero comentar en el minuto y medio que me queda que en 2001, cuando del país quedaban ruinas y solamente los patriotas trataban de recomponerlo para fundarlo nuevamente desde un nuevo proyecto de país y recuperando las esperanzas de la grandeza nacional, tuve el privilegio de entrevistarme con el compañero Néstor Kirchner. Este último nos invitó a un conjunto de compañeros entrerrianos a sumarnos a su propuesta. En ese sentido nos dijo: “Tengan fe que conmigo vamos a recuperar al país, vamos a sacarlo de la noche negra de la libertad de los mercados donde lo dejaron en los 90 y lo vamos a poner al servicio de nuestro pueblo”.

Quiero decir que hoy siento que el ex presidente de todos los argentinos, compañero Néstor Kirchner, ha cumplido con su palabra. Hoy siento que a través de la señora presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, ha hecho realidad sus palabras. Por eso deseo expresar a ambos mi más sincero agradecimiento. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por San Juan.

Sr. Ibarra.- Señora presidenta: tengo el honor de participar de este importante debate que hoy se está desarrollando respecto del tema de los hidrocarburos en la Argentina. Digo que tengo ese honor porque más allá del contenido específico de la iniciativa en consideración, lo que hoy debemos hacer es reafirmar la convicción de que no se puede pensar y planificar el desarrollo del país sin ejercer el control de la producción de los hidrocarburos en la República Argentina.

No es posible soñar con un mayor desarrollo y crecimiento, con más fuentes de trabajo y con una mayor distribución sin manejar cuidadosa y patrióticamente los recursos necesarios para ello. No se puede construir un país con identidad sin poner todos los recursos de los argentinos al servicio de los argentinos.

Quiero detenerme en el análisis de lo que considero el aspecto central del debate que se está llevando a cabo. Después de muchas horas de imputaciones cruzadas entre los promotores de una YPF privada vergonzante y los de una YPF estatal vergonzante en la década del 90, creo que somos nosotros y no lo privado y lo estatal el motivo de nuestras frustraciones. Somos nosotros los que nunca estamos dispuestos a oír, estudiar, proyectar y planificar.

Por otra parte, son las encuestas las que nos terminan gobernando. Para ello basta con leer un libro de Mora y Araujo titulado Por Ensayo y Error. ¿Saben qué decían las encuestas de opinión pública efectuadas en la Argentina en la década del 90? Que el 85 por ciento de la sociedad argentina apoyaba las privatizaciones. ¡Qué casualidad! Las encuestas que se realizan en la actualidad arrojan los mismos guarismos apoyando la estatización de YPF.

Por lo expuesto, pretendo formar parte de la generación de la responsabilidad, que es la que dentro de 20 años no tenga que desdecirse de lo que hoy votamos en este parlamento. Lo que se ha hecho durante la década del 90 es imperdonable, pero también lo es el desmanejo y la falta de celo en la política actual de hidrocarburos en la República Argentina. Durante estos años nadie ha visto la caída de la producción del crudo y tampoco cómo retrocedíamos en el posicionamiento que teníamos respecto de la producción de hidrocarburos.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Muchas gracias, señor diputado.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Pietragalla.- Señora presidenta: en primer término, solicito autorización para insertar mi discurso en el Diario de Sesiones.

En segundo lugar, deseo expresar que me siento profundamente orgulloso de estar en este recinto, donde se va a votar una ley que es histórica tanto desde mi punto de vista y como del de todos los que integramos del Frente para la Victoria. Lo sabemos quienes formamos parte de una historia con desaparecidos, por lo que fue la última dictadura militar. Sabemos que no sólo desaparecieron personas sino que también instalaron un modelo que en los 90 se profundizó. Y una de las víctimas de ese modelo fue YPF.

Quiero transmitir también que YPF genera un sentimiento especial en la población, así como para muchos de nosotros que estamos vinculados con organismos de derechos humanos. Dichos organismos recibieron durante años a los trabajadores de YPF, que fueron perseguidos, asesinados, como decían nuestros compañeros. Sabemos el profundo dolor que generó en las familias argentinas.

YPF es identidad argentina y recuperarla es volver a recuperar parte de nuestra identidad argentina. Vengo de un organismo en el cual sabemos qué significa hablar de identidad, y sabemos qué significa poder recuperar nuestra propia identidad.

Con la fortaleza que tiene nuestra querida presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, estamos recuperando parte de la identidad de todos los argentinos.

También quiero comentar que mi felicidad se acota porque lamentablemente en el día de ayer tuvimos la pérdida de una abuela fundadora, Nélida Navajas, y en ese sentido en el minuto que me queda quería solicitar a todos los señores diputados si podemos guardar un minuto de aplausos en nombre de una de las abuelas que ayudó a 105 nietos a recuperar su identidad, y falleció sin conocer el paradero y la identidad de su propio nieto.

- Puestos de pie los señores diputados y el público asistente a las galerías, dan cumplimiento al minuto de silencio en homenaje a la memoria de la señora Nélida Navajas.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Muchas gracias, señores diputados.

Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe.

Sra. Giaccone.- Señora presidenta: hoy es un día de esos que nunca soñamos que podíamos llegar a vivir. Es un día histórico para la Argentina y un día de extrema felicidad para este Congreso de la Nación, aunque algunos nos pidan que no mezclemos las emociones.

Es un día en el que tenemos que agradecer ser militantes políticos y tener el honor de haber sido elegidos por la voluntad popular para integrar este Congreso.

Hoy vamos a sancionar la recuperación de la soberanía nacional sobre los hidrocarburos, insumos estratégicos para mantener la matriz de crecimiento con inclusión social que este gobierno nacional viene manteniendo desde 2003. Un crecimiento incontrastable, que se observa en lo industrial y en lo comercial, en el comercio exterior, en el mercado interno, en la producción agropecuaria, se han triplicado áreas industriales en todo el país. Se han lanzado un plan estratégico agroindustrial 2020 y el plan estratégico agroalimentario y agroindustrial, sobre todo haciendo crecer los puestos de trabajo.

Eso no hubiera sido posible si este gobierno nacional no hubiera invertido acompañando a este crecimiento en obras de energía, que pudieran hacer que las industrias y que este crecimiento sean posibles.

Este crecimiento ha sido puesto en riesgo este último tiempo. No provengo de una provincia productora de petróleo, pero sufrimos esta política de desinversión de YPF. Sufrimos la política selectiva de priorizar productos de mayor calidad y de mayor precio que afectaban nuestra producción.

Había nafta premium pero no había gasoil para nuestros tractores, maquinaria agrícola y camiones. Recuerdo las ingentes gestiones con los estacioneros para tener más cupo y poder proveer a todos nuestros productores.

Hoy tenemos la oportunidad de rever la situación desde este Congreso de la Nación, desde la política y discutiendo de soberanía nacional, como lo vinimos haciendo –en mi caso, desde el corto tiempo que integro este cuerpo- con la ley de tierras, Malvinas, Papel Prensa, etcétera.

Una diputada que por lo general descalifica las mayorías y el voto popular expresó que un error, aunque sea apoyado por muchos, no deja de ser un error. Quiero decirle que quienes venimos de partidos mayoritarios como el peronismo, vivimos el tremendo orgullo de acompañar a la presidenta en una elección en la que recibió el 54 por ciento de adhesión popular y nos emocionamos en el estadio de Vélez Sarsfield con cientos de miles de argentinos que acompañaron la nacionalización de YPF, estamos muy felices de integrar este Congreso, que por absoluta voluntad popular hoy fortalecerá nuestra soberanía política y energética, y más que nunca tendrá en claro que el pueblo no se equivoca. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Corrientes.

Sra. Perroni.- Señora presidenta: solicito autorización para insertar el texto de mi discurso en el Diario de Sesiones, pero quiero dejar constancia de la emoción, la alegría y el orgullo que me embargan por participar hoy en el Congreso de este hecho histórico.

Asimismo, agradezco a la señora presidenta de la Nación porque en todas las medidas que adopta incluye a todo el pueblo argentino. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Tucumán.

Sra. Córdoba.- Señora presidenta: es un orgullo asistir hoy a esta votación histórica.

Desde la teoría política y el derecho internacional se sostiene que, más allá del poderío bélico, una de las limitaciones para que los países puedan ejercer su soberanía en plenitud es el acceso privilegiado de algunas potencias a los recursos naturales. Por eso, no tengo duda alguna de que hoy asistimos a una medida de recuperación de nuestra soberanía energética.

Esto no es casual, porque a partir de 2003, con el liderazgo iniciado por Néstor Kirchner, en la Argentina transitamos un proceso político inverso al de los 90, incorporando la soberanía económica y la recuperación de nuestro patrimonio nacional.

Hoy es un día de alegría porque compartimos este voto no solamente con el Frente para la Victoria sino también con los representantes de todas las fuerzas políticas con representación mayoritaria en este Parlamento. Es un hecho que debemos festejar, por lo que me quiero abrazar con todos los colegas y las colegas que hoy nos acompañan, más allá de que no pertenecen al oficialismo, porque es un acto de grandeza y madurez política que los argentinos merecían.

No es casual que quienes no nos acompañan y votarán por la negativa, aunque hoy sean una escasa minoría, son los mismos que defienden los intereses de las empresas extranjeras con el falso argumento de la seguridad jurídica. Recordaba que del mismo modo que Repsol fue cerrando estaciones de servicio para quitar la provisión a los argentinos, cuando el grupo Macri regenteaba el Correo Argentino fue cerrando estafetas en los distintos rincones del país, incomunicando a los argentinos. (Aplausos en las bancas y en las galerías.) Por eso, defienden esos intereses, que son diferentes de los que defendemos nosotros.

Tampoco nos sumaremos a la falsa antinomia entre las provincias petroleras y no petroleras, porque estamos construyendo un proyecto de país solidario con crecimiento económico e inclusión social, de una manera federal que no dividirá a los argentinos.

Quiero reivindicar a Néstor Kirchner, que fue el fundador de este proyecto político. Por eso puse en mi banca una foto suya con mi hija que entonces tenía apenas unos meses. Hoy ella tiene nueve años y su vida está ligada a este proyecto político; pertenece a la generación que recibirá el legado y que tendrá que llevar adelante la custodia de este proceso de transformación.

También quiero reivindicar a nuestra presidenta, que ha sabido transformar el dolor en una enorme fuerza arrolladora para cambiar el país junto a todos los militantes.

Nuestro proyecto tiene razón y planificación, pero también sentimiento, porque no somos un partido sino un movimiento nacional, y ese sentimiento lo encarnan... (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Chaco.

Sr. Mongeló.- Señora presidenta: quiero expresar, junto a mis compañeros, el profundo orgullo por lo que estamos viviendo hoy como militantes del campo nacional y popular. También lo están viviendo los cientos de miles de militantes políticos a lo largo y a lo ancho de la República Argentina.

Hoy tenemos que decir claramente que es la victoria de los que lucharon, defendieron e hicieron posible ir construyendo, a partir de ese 22 por ciento que sacó Néstor Kirchner, la nueva Argentina. YPF no es un dato más, es un dato fundamental para el proceso de transformación y fundamentalmente para la consolidación de este modelo de inclusión social y de distribución de la riqueza.

Bienvenidos sean todos aquellos que aportan su voto positivo hoy. También es bueno que los argentinos recuerden a quienes votan en contra hoy, porque como bien decían antes algunos diputados, no solamente en esta oportunidad sino en cada una de las oportunidades en que se puso en juego los destinos de la Nación, estuvieron en contra de los grandes intereses.

No solamente es importante reivindicar a aquellos que han luchado y entregado su vida defendiendo el patrimonio nacional sino también a aquellos diputados que en la década del 90, en la década nefasta del 90 cuando se entregaba el patrimonio de los argentinos, aquí en el recinto se oponían.

Había un diputado nacional que hoy ya no está con nosotros, que se llamó Claudio Romero Mendoza, un diputado nacional de la provincia del Chaco que se opuso porque sentía con un profundo convencimiento que se estaba haciendo nada más y nada menos que una traición a la patria. Ese voto contrario le significó la expulsión del bloque de diputados nacionales del Partido Justicialista. Por eso lo quiero reivindicar como hombre de bien, como hombre nacional, como patriota, y junto con Néstor Kirchner a cada uno de los militantes populares y a la presidenta, que ha podido conseguir con este apoyo fenomenal de la ciudadanía, la transformación más importante.

Todavía nos falta mucho pero tenemos toda la fortaleza del mundo para seguir avanzando. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Martínez (O.A.).- Señora presidenta: cuando pasen los años y nuestros hijos sean padres, y los que hoy somos padres seamos abuelos, cuando quienes hoy nos aconsejan solo puedan hacerlo desde el cielo, recordaremos este día, esta Cámara, esta ley, este proyecto.

Es el proyecto nacional y popular que nos legaran, como decía la compañera de Corrientes, José Gervasio Artigas, López, Ramírez y el “Loco” Dorrego. Es el proyecto de los radicales, de Yrigoyen, es el proyecto de Perón y de Eva Perón, y el que hoy encarna la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en cada pedacito de este suelo.

Que nadie se ponga nervioso. Nosotros no venimos a agredir a nadie, no venimos a incautar a nadie, venimos a defender lo nuestro porque nuestra es la Argentina, porque nuestros son los recursos naturales, porque nuestro es este movimiento que efectivamente abraza un proyecto de inclusión, de igualdad y de justicia. Es el proyecto de una Argentina socialmente justa, económicamente independiente y políticamente soberana. Este proyecto no es patrimonio del Frente para la Victoria; no es patrimonio del justicialismo. Es patrimonio de la Nación y del pueblo argentino. Lo empezó a escribir Yrigoyen, lo continuó el general Perón y hoy lo sigue escribiendo nuestra presidenta.

Quiero leer una frase del general Mosconi. Él dijo que entregar el petróleo era como entregar la bandera. Que sepan todos y cada uno de los argentinos que recuperar el petróleo e YPF implica la recuperación de la bandera, que es el mejor homenaje que le podemos hacer a nuestra insignia y a Belgrano cuando se cumplen doscientos años de su primer izamiento. (Aplausos.)

Quiero terminar citando a Albert Einstein. Él decía que efectivamente había una energía más poderosa...

Sra. Presidenta (Abdala de Mattarazzo).- Gracias, señor diputado. Terminó su tiempo.

Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Perotti.- Señora presidenta: la soberanía sobre los hidrocarburos y el control de la empresa YPF nos van a posibilitar herramientas claves para incrementar la producción, para disminuir el déficit comercial de hidrocarburos y para retomar la exploración de nuevas cuencas.

Desde una provincia como Santa Fe, esto nos entusiasma profundamente porque hay una cuenca –la chaco paranaense- que requiere exploración y tiene una extensión de más de 950 mil kilómetros cuadrados. En ella está incluida nuestra provincia y las de Corrientes, Entre Ríos, Chaco, parte de Córdoba y Buenos Aires.

En 1935 se llevó a cabo nuestra primera exploración en San Cristóbal, y la última fue realizada en la cuenca del Saladillo en 1996. Existen convenios vencidos recientemente de Repsol con la provincia de Santa Fe para la exploración. Por lo tanto, va a ser importante que retomemos esas iniciativas, y junto al Consejo Federal de Hidrocarburos acompañemos esa política.

Pero además de todo lo dicho, con YPF tenemos una gran oportunidad porque se puede convertir en un actor clave del desarrollo tecnológico argentino. ¿Por qué digo esto? La presidenta de la Nación ha definido claramente los conceptos de ciencia y tecnología, y ha señalado que podemos ser un país con acceso a las tecnologías pero con capacidad para producirla de acuerdo a nuestros intereses estratégicos. Esto es lo que YPF puede hacer, como lo hizo en su momento Gas del Estado y como hoy lo hace el INVAP.

¿Por qué digo esto? Porque Repsol destinó 8 millones a la investigación contando con más de 13 mil millones de facturación. Claramente podemos revertir esta situación decepcionante y hacer que YPF vuelva a generar un espacio de ingenieros y de tecnólogos que investiguen las energías alternativas relativas a nuevos materiales a los efectos de conseguir nuevos proveedores y clientes. Podemos alcanzar esa meta. Este es otro lineamiento claro del movimiento nacional y popular que acompañamos. Esta es una línea nacional, y cada vez que la hemos seguido, no nos hemos equivocado.

Por eso adelanto mi voto afirmativo y acompaño el proyecto enviado por la presidenta de la Nación. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Mattarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.

Sr. Salim.- Señora presidenta: muy pocas veces hice uso de la palabra en este recinto, pero hoy tengo la necesidad de expresarme porque se está tratando un proyecto lleno de argentinidad. Por eso, me quiero sentir orgulloso de ser parte y hago mías las palabras de todos los compañeros que ya se expresaron.

Quisiera que aprendiéramos a mirar la mitad del vaso lleno, porque eso nos va a fortalecer. Dicen por ahí que de los cobardes nunca se escribió nada. Creo que de nuestra presidenta se van a escribir muchísimas páginas, porque tuvo el coraje de proponer este proyecto para que hoy sea tratado en el recinto. Seguramente será aprobado por una gran mayoría de los diputados, que han tomado conciencia de que es por el bien de la patria. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por el Chaco.

Sra. Mendoza (S.M.).- Señora presidenta: solicito que nos escuchemos, como he escuchado atentamente a mis pares.

Quiero la lógica y la verdad de la política. En esta misma Cámara, los días 23 y 24 de septiembre de 1992, se sentaba Claudio Ramiro Mendoza, mi hermano, quien votó en contra de las privatizaciones.

Voy a ser honesta. Los que no están de acuerdo, ¿todavía tienen dudas de que YPF estuvo ligada al Proceso de Reorganización Nacional, con las deudas que tenía en ese momento?

En el diario Clarín se publicaba que YPF compraba 8 millones de metros cúbicos a 105 dólares el metro cúbico. YPF fue privada de sus recursos por impuestos excesivos. Eran deudas del Proceso, que en los gobiernos del presidente Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, con orgullo nacional, hemos sabido pagar, como buenos argentinos.

YPF no estuvo exenta de ese plan sistemático del Proceso de Reorganización Nacional. Hoy se cumple un hito más de la soberanía nacional al volver a tener capitales nacionales en YPF.

Termino y soy breve. Primero, agradezco a la oposición, a los del campo nacional y popular y a la Unión Cívica Radical y a otros bloques, que nos acompañan siempre que estamos ligados a hechos históricos... (Aplausos.).

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Zamarreño.- Señora presidenta: estamos viviendo una jornada histórica. Se trata de un día patriótico y de enorme felicidad para quienes militamos en el campo nacional y popular.

Esta iniciativa, que hoy será sancionada, no sólo representa la recuperación del control de una empresa emblemática para nuestra Nación, sino que es una afirmación de que queremos un Estado activo y no ausente.

El proyecto político que encabeza Cristina Fernández de Kirchner no devuelve el trasporte que beneficia a nuestros ciudadanos. Tampoco cierra escuelas ni grados. Se trata de un Estado que quiere estar presente y al servicio de sus ciudadanos.

También es la afirmación de un Estado soberano, porque el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo representa un paso más en la soberanía de la Argentina. Es la afirmación de que no somos una presa más en el gran damero mundial diseñado por las superpotencias. No somos una colonia ni el patio trasero de nadie; somos un Estado soberano ejerciendo sus facultades.

Este proyecto es también la afirmación de un Estado que está por sobre los mercados y las políticas empresariales. En este caso, es el Estado quien determina qué es el interés público nacional y cuáles son las políticas que deben aplicarse.

Quiero citar palabras pronunciadas por Cristina Fernández de Kirchner en el año 2005 ante un grupo de empresarios en la provincia de Buenos Aires. Decía: “Es hora de que quienes tienen la inmensa responsabilidad de generar riqueza, porque han sido beneficiados en la distribución de la misma, asuman esa responsabilidad social...” A ello, agregó: “Si no se acuerdan o no se hacen cargo de esa responsabilidad social, hay un Estado y hay un gobierno que sí se va a hacer cargo de esa representación”. Esto es lo que YPF significa hoy.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, don Julián Andrés Domínguez.

Sra. Zamarreño.- Tengo el inmenso orgullo de pertenecer a una generación que en los años 90 vio con tristeza cómo se desmantelaba el Estado y cómo millones de ciudadanos se hundían en la pobreza; que en 2001 estaba “piqueteando” por los distintos rincones del país, y en 2003 se enamoró apasionadamente de un proyecto político encabezado por Néstor Kirchner, quien propuso a los jóvenes ser partícipes y tomar la política como herramienta de transformación social.

Esta ley constituye un paso más dentro del modelo de desarrollo económico con equidad social que nos propone Cristina Fernández de Kirchner.

Por las razones expuestas, votaré afirmativamente la iniciativa en consideración. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Santa Cruz.

Sra. Ianni.- Señor presidente: dice nuestra historia que un 26 de junio de 1944, cuando el trépano alcanzó los 1.613 metros de profundidad, se encontró petróleo en lo que más tarde sería Cañadón Seco, y así nuestra provincia de Santa Cruz inició, junto con YPF, el proceso de consolidación definitiva como territorio de la Nación Argentina.

Fue YPF quien desplegó todo su empuje empresarial para desarrollar, en el flanco norte santacruceño, el crecimiento de los hasta ese momento pequeños poblamientos rurales, que devinieron en verdaderas ciudades, producto de la llegada de miles de argentinos que en su gran m ayoría provenían del norte del país, y que encontraron en la petrolera estatal la oportunidad de un trabajo digno y un futuro para sus hijos.

En ese contexto el petróleo pasó a ser importante en la vida de comunidades como Caleta Olivia, Cañadón Seco, Pico Truncado y Las Heras. Se trata d lugares en los que desde la mitad del siglo XX hasta principio de los 90, como en tantos otros de la Argentina, la explotación de petróleo y de gas fue acompañada de una indiscutible inversión social.

YPF era la empresa que motorizaba esas inversiones, que daba trabajo con total cobertura social, pero también la que construía el hospital, la escuela, la proveeduría, el cine, el campo deportivo, los barrios para sus trabajadores y, fundamentalmente, esa perspectiva de futuro que todo pueblo necesita para consolidarse como tal.

Esos hombres y mujeres aún siguen de pie y esperan expectantes que demos este paso que estamos por concretar para recuperar el manejo estratégico de YPF por parte del Estado nacional. Así como fueron testigos privilegiados de todo lo que significó la empresa para estas comunidades, también lo fueron respecto de lo negativo que representó la decisión de enajenar a YPF del patrimonio nacional; de cómo, de golpe y porrazo, los vientos del liberalismo económico comenzaron a hacerse sentir dejando a la intemperie a miles de argentinos, y de cómo todo ese abrigo y protección que significaban pertenecer a una petrolera estatal les era arrancado de las manos.

Recuperar el manejo de los hidrocarburos tiene, como ya lo han dicho los señores diputados, un valor estratégico para la Nación argentina, en la que los recursos naturales se ponen al servicio del desarrollo social a fin de promover la industrialización y la diversificación de nuestras actividades económicas, garantizando el trabajo y la producción.

Estos mismos recursos nos permitirán autoabastecernos y ser parte de la política energética que nos incluye y conecta con el resto del país, y así sentirnos verdaderamente soberanos. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Catamarca.

Sr. Molina.- Señor presidente: sin perjuicio de solicitar la inserción de mi discurso en el Diario de Sesiones, quiero expresar mi agradecimiento dada esta oportunidad histórica que tenemos para sancionar un proyecto de ley que, como ha planteado el compañero hijo de desaparecidos, nos permite recuperar la identidad que como pueblo perdimos durante veinte años de crisis, dolor y olvido. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Antes de ceder el uso de la palabra a los dos oradores que cerrarán el término de exposiciones individuales, de acuerdo con la programación fijada para esta jornada aproximadamente en diez minutos estaríamos llevando a cabo el cierre por parte de los bloques.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. (Aplausos.)

Sr. Depetri.- Señor presidente: realmente quiero reivindicar hoy a toda una generación que combatió contra el neoliberalismo, y lo hago con la seguridad de que no se trató de que con los votos nos convencieran de ese proyecto, pues tan solo se impuso a sangre y fuego en aquel golpe cívico militar que después terminó de completar el menemismo llevando el país a la injusticia social, la desocupación, la pobreza, la miseria, la desigualdad social.

Destruyeron aquella Argentina del peronismo, industrial, de pleno empleo, de fuertes salarios; un país garante del Estado de derecho, de la salud, la educación y la previsión.

Por ello, quiero reivindicar a esa generación y la valiente decisión de la compañera presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que empezó a desarmar aquel modelo de desocupación, pobreza y miseria. (Aplausos.)

Señor presidente: no es nueva nuestra opción por un Estado garante del derecho del pueblo argentino y no de los negocios del sector privado. Por eso, Repsol tiene que irse del país y el Estado debe asumir el control de un recurso estratégico y fundamental para los destinos de la Nación.

Somos una Nación garante de los derechos principales: al trabajo, a la salud, a la educación. En este camino, quiero reivindicar esta decisión que se enmarca en el proyecto fundante de nuestro compañero Néstor Kirchner, que dijo que no venía a representar los intereses de ninguna corporación sino los del pueblo argentino. (Aplausos.)

Rindo homenaje a Atilio López, al “Gringo” Tosco, a Germán Abdala, a Teresa Rodríguez, a Víctor Choque, a nuestro querido compañero Néstor Kirchner y a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. (Aplausos prolongados. Varios señores diputados rodean y felicitan al orador.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Larroque.- Señor presidente: parece mentira que alguien pueda estar en contra de una decisión histórica como la que vamos a tomar, pero algunos lo están.

La diputada González, del PRO, tuvo la deferencia de aludir a La Cámpora diciendo que YPF habría de ser un chiche de ésta. El único chiche que conocemos es la Ciudad de Buenos Aires en manos de Mauricio Macri. (Aplausos.) Además, como tiene muchos juguetes, los descuida. Avísenle que no es un juguete, que allí viven millones de personas y trabajan otras tantas. ¡Que se haga cargo Mauricio Macri! (Aplausos en las bancas y en las galerías.) También quiero hacer referencia a una diputada que nos nombró en el día de ayer y que hoy no vino. Les doy una pista: sacó el 1,82 por ciento de los votos; es decir, 11.500.000 votos menos que Cristina Fernández de Kirchner. Dijo ayer que esta nueva generación militante era conducida al matadero por los mayores.

La única que fue conducida al matadero es ella, y fue conducida por el señor Magnetto. ¡Por eso perdió la representación popular que tenía! (Aplausos en las bancas y en las galerías.) Hoy es un día histórico porque recuperamos YPF. Pero hay algo aún más importante y es que hoy la política le ganó a las presiones de las corporaciones mediáticas y económicas. El consenso que vamos a lograr pareciera que responde al llamamiento que hiciera Cristina Fernández de Kirchner en este recinto el 1° de marzo: que se rompa con la agenda de aquellos grupos de poder que condenaron a la Argentina a sus momentos más difíciles.

Por eso, si bien reivindicamos esta votación y este consenso, tenemos que decir que nos causaron una profunda preocupación las exposiciones de ayer y hoy de algunos diputados que van a acompañar este proyecto, porque entendemos que han agraviado la memoria del compañero Néstor Kirchner. Primero, es de mal gusto agraviarlo, pero en segundo lugar, es imposible hacerlo ¡porque vive en el corazón del pueblo argentino! (Aplausos en las bancas y en las galerías.) ¿Saben por qué? ¡Vive en el corazón del pueblo argentino porque no se arrodilló frente a las corporaciones ante las que ustedes sí se arrodillaron! (Aplausos en las bancas y en las galerías.) Por eso esperemos que no haya más grupos A de la vergüenza en este recinto.

- En algún momento –porque esto lo han sufrido todos- se recordó la época del diario de Yrigoyen, porque los liberales instalaron eso. Nosotros proponemos que en todo caso se empiece a denominar la época del diario de Botana, como hoy es la época del diario de Magnetto. Y que en todo caso recordemos aquel 1922 como el año en que Yrigoyen sembró lo que después sería el movimiento histórico que condujo Juan Perón y hoy conduce Cristina Fernández de Kirchner. (Aplausos en las bancas y en las galerías.) Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Pedimos a la barra que permita el uso de la palabra a los señores diputados.

Quiero agradecer a todos los legisladores que han sacrificado parte de su tiempo en el uso de la palabra, a quienes expresamos nuestro más sincero reconocimiento. Hasta el momento han hecho uso de la palabra 184 legisladores. (Aplausos.)

Quiero recordar el acuerdo arribado en la Comisión de Labor Parlamentaria, en virtud del cual en esta tercera y última etapa de la sesión harán uso de la palabra los bloques. En la utilización del tiempo vamos a tener un margen de tolerancia de dos o tres minutos si alguno de los legisladores se excede, para que el conjunto de la sociedad argentina pueda conocer el pensamiento de cada bloque.

Deseo aclarar que la exigencia en el cumplimiento de los horarios obedeció a que cada autoridad política de los bloques pudiera exponer sus ideas, tal cual se acordó en la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Solanas (F.E.).- Señor presidente: celebro que estemos llegando a ese punto; así lo he manifestado ayer. Es un paso importante para la recuperación de nuestra soberanía energética y de la renta.

Hoy nos hemos expresado todos, y eso es muy bueno, pero un tema de esta jerarquía y de tanta trascendencia política e histórica merecía un buen debate en las comisiones involucradas en el tema. En la reunión conjunta de comisiones celebrada el jueves pasado, diez o doce horas después de haberse votado el proyecto en el Senado, no se abrió ningún debate; cada uno planteó sus posiciones y no tuvimos la posibilidad de enriquecernos con un debate sobre esas disidencias. No las ha planteado sólo Proyecto Sur sino varias fuerzas que apoyan este paso con coraje.

No puedo dejar de señalar que ese gesto de apoyo tiene luces y sombras. Las luces son el paso de avance, que es lo que nos importa, que es futuro. Las sombras están implicadas en que esto viene protagonizado por quienes fueron responsables de este fracaso hasta hoy.

Cuando se modifican los errores los dirigentes no se empequeñecen sino todo lo contrario. Tomamos este paso como una importante rectificación autocrítica, y en ese sentido la apoyamos.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Solicito a los asistentes que guarden silencio.

Sr. Solanas (F.E.).- Es difícil aceptar que quien va a reestructurar o llevar a buen puerto esto sea el ministro responsable de planificación, que piloteó ocho años de desastre y vaciamiento en la Argentina.

Creo y lamento también que no se vayan a aceptar modificaciones al articulado. Se toma esto como es o no se toma.

En esta balanza de los pro y de los contra creemos que lo importante es el paso histórico de la expropiación a Repsol para comenzar a recuperar el instrumento. Pero aquí hay un límite, que es que todavía no conocemos cuál es la política energética que va a desarrollar el gobierno nacional, porque todavía el neoliberalismo campea libremente en la concepción de muchos funcionarios.

Esto no se soluciona tomando un tercio de la producción petrolera. Queremos saber cuál es la exigencia que va a haber con el resto de las petroleras que están extrayendo el 70 por ciento del crudo.

Queremos saber si realmente se va a respetar y aplicar la ley de hidrocarburos 17.319, que ha sido severamente violada durante los últimos veinte años. Los artículos 25 y 34 de la citada norma prohíben tener más de cinco concesiones, y todas las corporaciones tienen más de cinco concesiones.

Queremos saber si el drama nacional económico de tener que gastar doce, trece o catorce mil millones de dólares en importación de crudo y de gas va a tener como contrapartida la prohibición inmediata de las exportaciones de crudo o de combustible.

Queremos saber si se va a poner en ejecución una auditoría de todos los yacimientos y se van a instalar medidores en todos los pozos de la República Argentina. El petróleo, que es propiedad de las provincias y riqueza nacional, no se puede regalar. Hemos tenido veinte años de libre disponibilidad del petróleo y del gas sin saber lo que se estaban llevando. Cuando digo “libre disponibilidad” estoy expresando que se llevan fuera de la Argentina lo que se les da la gana.

Entonces no puede haber una reconstrucción del sector energético sin un cumplimiento de lo establecido en la ley 17.319, sin una auditoría de las reservas y sin una prohibición de las exportaciones. Cuando hablo de la auditoría de las reservas debo decir que lamento que no se haya querido tratar un proyecto que hemos presentado hace dos años y que hubiera permitido, con el financiamiento de la Secretaría de Energía, que las provincias auditaran el estado de las reservas y el pasivo ambiental de cada pozo.

En relación con este último aspecto deseo señalar que prácticamente la totalidad de las napas de agua aledañas a los yacimientos están seriamente contaminadas. Para comprobarlo basta con ir a Tartagal, a General Mosconi o a Cutral-Có. Las napas están contaminadas de manera muy peligrosa. Repsol ya ha perdido juicios que le había iniciado la Confederación General Mapuche y hasta ha sido obligada a entregar agua potable para los animales.

Sin esa auditoría del pasivo y del daño ambiental no se puede discutir adecuadamente cuánto debería pagar Repsol a las provincias argentinas en concepto de indemnización por ese tema. El daño ambiental debe ser reparado, y eso cuesta una millonada.

También queremos saber cuál va a ser, en esta política energética, el desarrollo de las energías que deben sustituir a esta bomba de contaminación que son los hidrocarburos. Los que provenimos de la tradición nacional popular, del peronismo, hemos hecho un dogma del llamamiento ambiental formulado por Juan Domingo Perón en 1972. Ese dogma está por encima de los proyectos económicos y coloca el valor de la defensa del agua, del aire y de la tierra por encima de todo lo demás, porque obviamente sin vida y sin naturaleza no hay disidencia posible.

Por eso nos llama la atención que en este proyecto de ley se fije el objetivo sólo en el desarrollo de los hidrocarburos como paradigma sin que haya una sola mención a la reinversión de la renta petrolera en el desarrollo de las energías limpias, no contaminantes y renovables, respecto de las cuales la Argentina tiene extraordinarias posibilidades.

Las otras objeciones que deseamos formular al proyecto se refieren a la necesidad de que tengamos una YPF que sea ciento por ciento pública y esté constituida como una sociedad. Si esa sociedad es de acciones debe tener una mayoría estatal para que la empresa tenga las mejores condiciones para ser controlada. Estamos hablando de una institución que puede facturar y dar dividendos de más de 2.000 millones de dólares anuales.

La actual YPF opera sin control público alguno y seguramente la defraudación fiscal ha sido enorme. Semejante bomba de extracción de oro necesita controles públicos. Sólo las sociedades con mayoría estatal lo tienen y por eso reclamamos que la Auditoría General de la Nación, la SIGEN, el Congreso Nacional y las asociaciones que representan a los trabajadores y a los consumidores tengan también la posibilidad de auditar y observar la marcha de la compañía. Eso es lo que llamamos el control social.

Vuelvo sobre el tema de lo discriminatorio que es dejar fuera de la propiedad accionaria de la compañía al resto de las catorce provincias que no tienen petróleo. No tiene ningún justificativo. Mi sorpresa es cómo los legisladores de esas catorce provincias hoy como en todos estos años se tragaron el robo que fue sacarles la coparticipación en la renta petrolera. Hablo de estas catorce provincias habitadas por el 85 por ciento de los argentinos, quienes financiaron durante setenta y pico de años la exploración, el descubrimiento de los pozos, el financiamiento de carreteras, ciudades, hospitales y después quedaron al margen.

Tengo todo el respeto por las provincias petroleras, que son dueñas del recurso, tienen su dominio, cobran regalías y negocian de manera directa con las petroleras. Canadá y la Argentina son los dos únicos países en el mundo donde el recurso estratégico del petróleo lo manejan los Estados provinciales. No digo que no puedan hacerlo, sino que en realidad se los comen y devoran como aceitunas y les escupen el carozo.

De las diez provincias petroleras, ocho están hiperendeudadas, lo cual demuestra que el sistema no funcionó.

Aquí no se ha hablado de las infinitas posibilidades de la renta petrolera. Abramos la cabeza, miremos largo, miremos todo el territorio nacional que no acaba en el territorio continental, observemos también al Atlántico Sur. La renta petrolera hoy en la Argentina oscila entre los 18.000 y 24.000 millones de dólares.

Las empresas se quedan por lo menos con más de la mitad de esta renta. ¿El objetivo de la Argentina es desarrollarse con el 30, 35 ó 40 por ciento que pueda capturar YPF? ¿O es nuestro objetivo recuperar los yacimientos, donde tampoco hicieron las inversiones prometidas, donde han contaminado seriamente los pozos y las napas de agua para obtener una renta mayor y avanzar sobre el Atlántico Sur, que es la tercera reserva petrolera del mundo?

Termino diciendo que se equivocan quienes creen que la solución es la del gas o el petróleo no convencional. Ese es el negocio de la Exxon, los chinos o quien sea que venga a poner el capital para llevárselo afuera…

Sr. Presidente (Domínguez).- Muchas gracias, señor diputado.

La Presidencia recuerda a quienes reclaman por el tiempo, que en la reunión de Comisión de Labor Parlamentaria se acordó permitir que quienes hacen uso de la palabra en nombre de los bloques que presiden se puedan exceder unos minutos.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Solá.- Señor presidente: voy a ser lo más breve posible para que este día, junto con el de ayer, resulten un poco más livianos para todos.

No puedo dejar de decir que este es un día histórico, que del mismo modo que en el Senado, se expresa en esta Cámara por la gran cantidad de votos afirmativos que reunirá la votación en general de este proyecto de ley de expropiación de Repsol YPF. Eso solo lo convierte en un día histórico y nos da derecho a tener expectativas importantes sobre una Argentina diferente en materia energética.

Este solo hecho y el aunar hoy voluntades políticas en este recinto nos da derecho a la esperanza, que no surge cuando a uno le va muy bien sino cuando tiene problemas. La esperanza adquiere valor en las malas, no en las buenas, y desde el punto de vista energético estamos en las malas.

Es verdad que buena parte de eso se debe a que el país ha crecido mucho y tiene una demanda energética muy superior. Ayer sostuve que solo en materia de naftas, desde 2003 hasta el presente el volumen de la demanda creció un 87 por ciento. Pero también es cierto que no tuvimos una matriz energética ni un programa consistente con ese crecimiento, por lo que terminamos importando cada vez más.

Todo esto ya se ha dicho y no es nuevo. Lo que sí es nuevo es que todos nos juntemos pensando en recuperar lo mejor de las tradiciones argentinas, e YPF es una de las mejores tradiciones argentinas en el recuerdo de todos. Como ya se ha dicho –yo lo reitero porque estamos hablando de las cosas que sentimos-, cuando éramos chicos daba confianza encontrar una estación de servicio de YPF en cualquier lugar del país. Era una confianza especial y un orgullo muy fuerte que está dentro nuestro y se ha transmitido también a los más jóvenes.

Ayer y hoy fueron días de debate, con las limitaciones que éste tiene en esta Cámara y en el Senado, porque todos escuchamos lo que dice el otro, pero en realidad no debatimos entre nosotros. De alguna manera, ayer yo invité a debatir algunas cosas, no técnicas sino históricas, pero no me contestaron, lo que no me ofende en absoluto. Solo señalo que llamamos debate a una sucesión de discursos en la que cada uno se oye a sí mismo y alguna vez oímos a quienes respetamos.

En ese sentido, por la vieja amistad que nos une, pero sobre todo, por una gran admiración en este tema de los recursos naturales argentinos, en particular el petróleo, quiero reivindicar lo que dijo un diputado. Si hay alguien que luchó durante muchísimos años y merece ser aplaudido, nunca silbado por este tema, es el compañero Fernando Ezequiel “Pino” Solanas. (Aplausos.)

Si no somos justos con la historia reciente, solo podremos encontrarnos en Baldrich, Mosconi, Savio, Yrigoyen y Perón. Es necesario que nos encontremos un poco más cerca, porque si no vamos a tardar mucho en encontrarnos. Las esquinas que pongamos deben ser más cercanas, y hay que reconocerlas hoy, no vale reconocerlas cien años después. Hace cien años que Mosconi sabía que había petróleo en la Argentina y justo noventa de la creación de YPF, por lo cual ahora le rendimos homenaje. Yo prefiero rendir homenaje a los que luchan hoy; hay mucha gente que lucha hoy, que está acá y en las galerías, con sus más y sus menos, sus peleas y desencuentros. Es gente que lucha por un proyecto nacional y popular, y hoy es un día feliz para un proyecto nacional y popular.

Hemos aprendido del dolor, algunos más, porque somos más viejos, otros menos, pero algunos nada aprendieron, y cuando hablan parecen paracaidistas polacos caídos ayer. Porque da la impresión de que cayeron de golpe y tienen la función de ser jueces de todos, nunca compañeros de nadie y nunca apoyar ninguna estructura, ningún proyecto. Ni yo ni ninguno vino acá a ser juzgado sino a opinar sobre lo que tenemos que votar.

Con respecto al futuro, no voy a entrar en la discusión en particular porque viene después y sería cansador. Sí coincido en que además nosotros tenemos una gran necesidad de información sobre lo que ha pasado en YPF en estos últimos años, sobre cuál es la herencia, la real deuda de la empresa, cuál es el real precio, no el justiprecio como dice el ministro de Relaciones Exteriores de España, el real precio que deben pagar los argentinos por estos años de Repsol, de 1998 hasta ahora, por el desaguisado que se armó entre las provincias, concediendo en muchos casos zonas de posible introspección futura; se han concedido alrededor de 160 y alrededor de 80 están en manos de gente que no tiene nada que ver con el petróleo sino que están ahí para ser intermediarios con otros y quedarse con la diferencia sin explorar nada.

La gran contradicción que hay entre las provincias y lo que quiso hacer Repsol debe ser superada por el Consejo de YPF. Allí tiene que discutirse no solamente lo que pasa en YPF sino toda la política petrolífera argentina, ya que YPF es un porcentaje solamente, un tercio aproximadamente de lo que se produce.

También quiero hacer mención a la necesidad de tener una matriz de largo plazo. Hoy no la tenemos pero el gobierno la puede elaborar y la puede someter al tratamiento como una ley, lo que va a fortalecer aun más la YPF estatizada y nueva.

Necesitamos además una política que tenga continuidad durante varias décadas, y eso se puede conseguir de forma tal que nunca nadie olvide este día, este gobierno y esto que se está haciendo.

Queremos advertir, como lo hizo Solanas, sobre si hay gas y petróleo en las rocas del yacimiento de Vaca Muerta. La única manera de recuperar ese gas y ese petróleo es la más cara que puede encontrarse en el mundo de hoy y tan destructiva como la minería a cielo abierto. Ya hay informes hechos sobre la base de lo que podría ser la extracción de ese tipo de petróleo y gas, que sería letal para las comunidades mapuches y los pueblos cercanos, letales para la salud, para la fauna y para la vida silvestre. También son letales para las costumbres, las napas y el futuro de toda esa región. Por lo tanto, pensemos en la explotación tradicional de la manera más moderna pero en la explotación tradicional.

Quiero decir que estamos orgullosos de acompañar a la mayoría y al oficialismo en esta decisión del Ejecutivo. Hoy puede ser un gran día, decía ayer, no nos defrauden, hagamos de YPF un lugar transparente, nacional, absolutamente moderno, lleno de fervor patriótico pero también lleno de aquellos profesionales que tengan el mismo espíritu y la misma capacidad que tuvieron los que evocamos hoy 90 años después. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Salta.

Sr. Wayar.- Señor presidente: en nombre del Interbloque Unión Federal quiero agradecer la presencia de los muchos jóvenes aquí en el recinto, lo que demuestra compromiso con la patria, con su identidad y sus convicciones. También agradecer la presencia de los ex trabajadores de YPF, de los distintos ciudadanos que quieren saber qué sucede en su patria, y del intendente del pueblo de Tartagal, de la provincia de Salta, a la cual pertenezco.

Estamos tratando hoy una ley trascendente. Ya los diputados Brillo, Garramuño y Comelli plantearon

los puntos de vista, las ideas y las realidades que tiene este interbloque con respecto a este proyecto de ley. Esta iniciativa es trascendente pero, a su vez, es simple, clara y tiene una gran fuerza. Tan simple y clara es que la puede entender cualquiera de los ciudadanos, y desde el interbloque tenemos la seguridad de que justamente estas leyes son las más eficientes.

Se trata de una norma que declara de interés público a los hidrocarburos garantizando el autoabastecimiento y generando las reservas necesarias. Asimismo garantiza la exploración, la industrialización, el transporte y la comercialización de los productos derivados de los hidrocarburos. Todo esto tiene un fin: generar crecimiento, trabajo genuino y equidad.

Este proyecto de ley expropia el 51 por ciento de las acciones de Repsol, y luego dicho porcentaje se integra con un 51 por ciento para la Nación y un 49 por ciento para las provincias. La Nación y las provincias asumen la responsabilidad histórica que la hora demanda para lograr el merecido autoabastecimiento y las reservas propias, que nunca deberíamos haber perdido. Este es el mandato de la ley. Así de sencillo y simple.

Esta nueva sociedad anónima mixta con capitales estatales y privados puede asociarse con otras empresas y buscar financiamiento nacional e internacional para garantizar justamente el desarrollo de la misma.

Esta ley crea un consejo federal compuesto por todas las provincias argentinas y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dicho consejo va a participar de la discusión de las políticas de esta empresa pero también podrá aportar ideas para desarrollar la política energética de la Argentina.

Esta iniciativa determina claramente que el valor de las acciones expropiadas lo fijará el Tribunal de Tasación de la Nación, quien deberá evaluar todos los parámetros, sobre todo el daño ambiental. No pagaremos el precio que sugieren los capitales extranjeros sino el precio justo que este Tribunal de Tasación determine.

El control está garantizado por las leyes nacionales que abarcan a las sociedades anónimas, pero también será ejercido por el consejo federal y este Congreso. Por lo tanto, no es verdad que esta empresa no tenga controles.

La intervención está en el marco de la Constitución porque fue hecha a través de un decreto de necesidad y urgencia, que está enmarcado dentro de nuestra Carta Magna. Era necesario tomar esta medida porque no estábamos tratando con la Madre Teresa sino con los que estaban vaciando una empresa argentina y nos robaban los hidrocarburos. Esto tiene que quedar claro.

Se trata de un proyecto de ley que va a ser aprobado mayoritariamente. Luego de haber escuchado numerosos discursos, creo que a veces es contagioso trasmitir pensamientos negativos y llenos de maldad porque eso me puede llevar a creer que tal vez algunos diputados, cuando expresan su pensamiento, pretenden hacer lobby para beneficiar a algunos estudios jurídicos que luego van a estar defendiendo los intereses ultranacionales en los juicios que ellos mismos dicen que nos van a entablar, porque quieren trasmitir al pueblo argentino un espíritu de lacayos y que nos debemos rendir de pie al primer o al viejo mundo.

Nosotros somos pares de los otros países. No somos cipayos de ellos y asumimos nuestra responsabilidad soberana. La presidenta de la Argentina envió esta iniciativa, que es un punto de partida para reconstruir una política energética.

Ni la presidenta ni sus funcionarios ni los legisladores que vamos a votar somos ingenuos. Sabemos que el proyecto es sólo una herramienta, pero también conocemos que los argentinos tenemos capacidad para manejarlo y empezar a tallar fuertemente en la política energética.

No importa si la empresa no tiene el ciento por ciento de los hidrocarburos, pero tendrá la autoridad, la legitimidad, el poder el Estado y la conducción de un gobierno para ser pionera y ejemplo, haciendo que las otras empresas acompañen sus políticas. Si no, tampoco nos temblará el pulso cuando tengamos que tomar medidas, si las otras empresas no hicieran las inversiones necesarias para que el país no sólo tenga reservas, sino para que también las pueda exportar. Se trata de generar recursos que todos, con nuestras buenas intenciones, queremos que sean utilizados para preservar el medio ambiente y estudiar energías alternativas.

Soy parte de una provincia petrolera generosa y no egoísta. No venimos a discutir desde el egoísmo la participación en el paquete accionario como provincia petrolera, pero tampoco puedo dejar pasar que se diga que todas las provincias del país tienen que tener acciones.

Uno de los argumentos que escuché es que la provincia de Buenos Aires o la de Santa Fe –todas hermanas- tienen destilerías. Entonces, deben agradecerles a las provincias petroleras que esas destilerías generaron trabajo, riqueza e industria, mientras que en nuestras casas, donde están el petróleo y el gas, no tenemos nada de eso. Tampoco disponemos de provincias industrializadas. Las bocas de expendio más importantes no están en nuestras provincias y generan impuestos en otras jurisdicciones.

¡Claro que estamos aportando desde el interior profundo al crecimiento de la patria! ¡Claro que vamos a seguir quejándonos porque las regalías tienen que ser mayores!

Sabemos que, cuando se habla, hay que analizar en qué contexto se dicen las cosas. El gobierno de Néstor Kirchner en 2003 no era la panacea ni estaba en el país de las maravillas, sino que había habido caos y manifestaciones en las calles, la gente pedía que nos fuéramos todos y había habido un presidente que huía en un helicóptero.

¿Para qué recordamos sólo una parte de la historia, creyendo que con ello cada uno reivindica sus partidos? Debemos hacernos cargo de toda la historia y de las cosas buenas y malas, sobre todo los que hemos actuado en esa historia. No se lo voy a pedir a los más jóvenes, a quienes felicito por sus vehementes discursos, su valentía y sus compromisos militantes.

Cuando se privatizó YPF yo tenía 34 años y no poseía un cargo electivo, aunque sí disponía del cargo que más me honra y dignifica, el de militante peronista. Como peronista me tengo que responsabilizar de los puntos de vista erróneos, que dañaron al país.

Así estuve presente en el departamento de San Martín, en el momento de la mayor violencia. He conversado cara a cara con los piqueteros, que siempre me han recibido, porque cuando fui, lo hice de frente y en forma franca. Di la discusión en el terreno, mientras otros se escondían y no se animaban a ir.

Por eso, hablo desde la razón que me da la militancia y desde mi convicción de argentino, integrante de una provincia que siempre le ha dado a la Patria.

Sigamos pensando que la herramienta que conforma esta ley es para lograr el crecimiento y desarrollo de la Argentina en lugar de creer permanentemente que con ella pretendemos hacer daño. No quiero que se sientan ofendidos por mis palabras. (Aplausos.)

He escuchado los discursos pronunciados por los diputados de la oposición. A unos los noté convencidos, argumentando a favor o en contra sobre la base de sus propias convicciones; pero noté que otros eran traicionados por el ADN y los pelos de gorila les salían por los poros. Estos son los que siempre están atacando al partido más importante y trascendente de la historia argentina.

Por las razones expuestas, el interbloque de partidos provinciales apoyará con fe, convicción y esperanza esta nueva empresa para que se convierta en una herramienta de crecimiento, equidad y justicia. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia agradece la presencia de la señora Hebe de Bonafini en esta jornada histórica. (Aplausos.)

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Sabbatella.- Señor presidente: adelanto el voto afirmativo al dictamen de mayoría recaído en la proyecto de ley que estamos considerando, como ya lo señalaran distintos compañeros de la bancada de Nuevo Encuentro.

Lo hago con profunda alegría y mucho entusiasmo. Estamos plenamente contentos en esta jornada histórica que se está llevando a cabo en el Parlamento argentino. Es un día histórico como también lo fue la jornada en que se debatió en el Senado. Asimismo, es un homenaje profundo a los hombres y mujeres, a los jóvenes, que lucharon y resistieron el modelo neoliberal que tanto daño causó a nuestra patria. Este homenaje se simboliza, por supuesto, en la presencia de Hebe de Bonafini, nuestra querida madre de Plaza de Mayo, monumento a la dignidad y a la resistencia. (Aplausos.)

El 16 de abril, día en que la presidenta de la Nación con mucho coraje, decisión y compromiso anunció este proyecto, se convirtió en una jornada histórica, llena de simbología, de compromisos soberanos, de patriotismo, de mirada estratégica de lo que necesita nuestro país, y de una decisión profunda en función de los intereses de la Nación y de nuestro pueblo.

Por eso estamos aquí hoy, contentos de debatir este proyecto y a pocas horas de que se convierta en ley. La iniciativa constituye la ratificación del rumbo inaugurado en el año 2003 por Néstor Kirchner y de la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de profundizar este camino e ir con toda la fuerza por lo que falta.

Todo esto emociona, convoca, y hace que esta militancia nacional, popular y democrática esté festejando en las barras. Además, es un proyecto relacionado con rasgos de identidad constitutivos de lo que inició la Argentina en el año 2003, y con la recuperación del rol del Estado.

Se trata de volver volver a poner al Estado como garante de la construcción de una sociedad con derechos. Esto también tiene que ver con la recuperación del valor de lo público, sintiéndolo de todos y de todas, y no de nadie, como quiso hacernos creer ese modelo neoliberal, ese pensamiento único.

Por eso hay semejante entusiasmo. Todos sabemos que la Argentina creció a un promedio del 7,7 por ciento durante estos años, con inclusión, desarrollo, mayor equidad y justicia social. No me refiero a un crecimiento macro, de números generales, que no impacta en la vida cotidiana de nuestra gente; éste es un crecimiento que se vive, y vibra y late en cada una de las barriadas populares de nuestra Patria.

Ese crecimiento se ve en los cinco millones de compatriotas que hoy tienen trabajo; en la caída, en 15 puntos, del empleo no registrado; en la reducción drástica y profunda de la pobreza y la indigencia, más allá de los indicadores que cada uno quiera utilizar. Un crecimiento que vibra en la cobertura previsional de la casi totalidad de nuestros adultos mayores; en el aumento del haber jubilatorio en alrededor del 900 por ciento; en la asignación por hijo, que -todos sabemos- ha tenido un gran impacto en nuestras barriadas populares; en la ampliación de esa asignación para las mujeres embarazadas.

En definitiva, señor presidente, estoy refiriéndome al crecimiento que permitió el consumo popular en el mercado interno como motor de ese círculo virtuoso de consumo, producción y empleo.

Este es el modelo del desendeudamiento, que nos permitió descender a un tercio una deuda que representaba el 156 por ciento del producto, y además, posibilitó que nos sacáramos de encima esa presión permanente que existía sobre la Argentina de parte de organismos multilaterales que apuntaban a que la dirigencia política tomara las decisiones en otro lado y no acá.

Por eso, la decisión del desendeudamiento también se relaciona con el hecho de que desde el 25 de mayo de 2003 las decisiones se toman en la Casa de Gobierno y no en otro lugar. (Aplausos.)

Esto es lo que estamos debatiendo: este modelo que permitió construir una nueva matriz productiva y distributiva más justa y aumentar las exportaciones, cuyo 35 por ciento corresponde a productos manufacturados.

Nadie puede negar –todos lo sabemos- que la Argentina viene creciendo, pero para ello se necesita más energía. A eso apunta este proyecto, a recuperar el rol del Estado como garante de que esos recursos energéticos estén al servicio de la Patria y no en función de intereses de una empresa, sea cual fuere.

En estos dos días se han dado muchísimos datos. No voy a repetir la cantidad de cifras que se brindó aquí, que con mucha certeza demostraron el vaciamiento, la desinversión y la falta de producción de parte de Repsol, por lo que sólo citaré el siguiente dato.

En 2011, en momentos en que la Argentina registraba el pico de importaciones, la empresa tenía un pico de ventas. Así, se demuestra claramente cuál fue su objetivo. Exhibían un pico de ventas porque segmentaban al mercado priorizando los productos “premium”. Obviamente, ellos tenían el objetivo de maximizar sus ganancias y obtener utilidades y dividendos para ser girados al exterior. Por tal razón, necesitamos que el Estado intervenga, pues es el único garante de poner esos intereses al servicio del pueblo. Esto es lo que hoy debatimos.

Por otra parte, quiero aludir muy brevemente a algo que acá se ha dicho, que no es cierto. No es verdad que nada se haya hecho en política energética hasta el día de hoy. La realidad indica que en 2003 la demanda de energía eléctrica fue de 14.350 megavatios, y en 2011 ascendió a 21.000 megavatios. En ese sentido el crecimiento de la potencia instalada fue acompañando el crecimiento de esa demanda, y de 17.900 megavatios en 2003 pasamos a 26.000 en 2011. Nadie puede ocultar que este es el gobierno que inauguró Yacyretá, después de cuatro décadas de escándalos y frustraciones.

También se dijo acá “¿Por qué esto no se hizo antes?” Yo creo que los procesos políticos, sociales e históricos son eso: procesos políticos, sociales e históricos. Esos procesos avanzan sobre los pasos que se van dando. Y son esos pasos los que permiten dar los próximos. Eso es lo que vive la Argentina desde 2003 en adelante.

Todos sabemos que hasta hace siete meses en este Parlamento los distintos sectores que pertenecemos al mundo oficialista, al del gobierno nacional, al movimiento que lidera la actual presidenta de la Nación, no podíamos aprobar siquiera el presupuesto nacional. ¡Y preguntan por qué no se hizo antes! (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

La verdad es que recién ahora, a partir de la decisión soberana del pueblo el año pasado con el 54 por ciento de los votos, que ratificó el rumbo de la Argentina, este camino y el liderazgo de Cristina, que al mismo tiempo construyó nuevas mayorías parlamentarias para poner a este Congreso de la Nación en sintonía con el rumbo que vive el país, pudimos debatir una cantidad de leyes que son las que hemos venido tratando en este Parlamento.

Por eso se trata de un momento histórico que tiene que ver con el consenso que esta propuesta tiene en la población. Es una propuesta para una profunda transformación, para la recuperación de la soberanía energética y que tiene un profundo contenido nacional y popular. Es una medida ampliamente acompañada por la población y eso se refleja también en el Parlamento nacional. Así como en el Senado, también se refleja hoy en esta Cámara de Diputados.

El dato político importante que tiene este proyecto es que ha construido una inmensa mayoría, que rompió las fronteras de muchos sectores políticos; una inmensa mayoría que interpeló y convocó a muchísimos compañeros y compañeras de distintos sectores del campo nacional, popular y democrático de la Argentina.

Este es un dato importante. No sólo nosotros estamos acompañando este proyecto; no sólo desde el mundo oficialista estamos bancando este proyecto. También hay otros sectores que tienen miradas distintas a la nuestra respecto de la coyuntura, pero dialogando con su propia historia encuentran en sus rasgos de identidad fundante los motivos para acompañar esta propuesta porque tiene que ver con los intereses de la Nación. Es un dato sumamente importante que describe el momento de este país y la importancia de este proyecto.

Para finalizar, quiero ratificar que estamos en un momento histórico extraordinario, no sólo de la Argentina sino también de esa patria grande que soñaban nuestros próceres: San Martín, Bolívar, O’Higgins, Artigas y muchos otros y otras.

Estamos convencidos de que este proyecto tiene que ver con los intereses de todos los argentinos y argentinas, y lo acompañamos y lo apoyamos convencidos de su importancia. Estamos constituyendo una democracia del pueblo, y para el pueblo, y no de las corporaciones.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Voy a pedir un minuto de silencio al público presente, para poder desarrollar la sesión con la pluralidad que este Parlamento se merece. Pido el máximo respeto cuando portavoces de la oposición –y este ha sido el compromiso de esta Presidencia- expresen su voz en disidencia.

De la misma manera que durante muchos años en la Argentina no pudimos hablar, hoy tenemos la posibilidad de expresar nuestras ideas pero debemos dar una señal de tolerancia y de respeto. (Aplausos.)

Particularmente como presidente de este cuerpo voy a pedir al público presente respeto cada vez que hagan uso de la palabra los miembros de la oposición.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Prat-Gay.- Muy oportuna su intervención, señor presidente.

Creo que el debate está muy avanzado. Voy a hacer algunas reflexiones y explicar la postura de nuestro bloque, que también ha sido adelantada por los distintos diputados que lo componen. Pero antes me gustaría retomar algo que ha surgido casi de manera sistemática en las exposiciones de los miembros del oficialismo.

Me refiero al 54 por ciento de los votos, que en su momento aceptamos y respetamos. Sin ninguna duda fue un triunfo notable del oficialismo. Pero una cosa es el 54 por ciento de apoyo popular y otra son las propuestas esgrimidas en las plataformas a lo largo de la campaña que llevan al apoyo popular.

Hago este planteo porque se observa una paradoja. Si usted, señor presidente, se toma el trabajo de mirar la plataforma del Frente para la Victoria, podrá apreciar que en ningún lugar se hablaba de expropiación de YPF. En todo caso, las plataformas que proponían mucha mayor intervención del Estado en la producción, comercialización y distribución de un recurso estratégico como el petróleo era la de los partidos progresistas: el FAP, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica-ARI, que viene pidiendo esto desde 2003. Digo esto para que seamos absolutamente honestos en la discusión.

La miembro informante del dictamen de la mayoría invirtió más o menos la tercera parte del tiempo de su exposición en explicarnos conversaciones personales con Néstor Kirchner en las cuales el ex presidente le expresaba su sueño y vocación de que YPF fuese efectivamente estatal.

Tengo un gran respecto por la señora diputada Bertone; no tengo por qué dudar de su palabra. Simplemente lo que digo es que es una lástima que esto no se haya expresado públicamente en otro momento, porque seguramente se hubieran tenido las mayorías que se están alcanzando hoy.

Y si hiciera falta algo más, me tengo que remitir a la sesión del 1º de marzo, en la que se inauguró el período de sesiones ordinarias, en la que la señora presidenta hizo una única propuesta para el año legislativo, que fue la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. En esa alocución no hubo ninguna explicación o indicio de que efectivamente había voluntad de avanzar en los términos en que se está avanzando en este momento con respecto YPF. Lo digo porque esto es lo que plantea muchísimas dificultades para algunos partidos de la oposición.

Nosotros no somos la excepción. La Coalición Cívica-ARI hoy va a votar dividida, no porque no tengamos la misma visión. De hecho, ninguno de nosotros va a votar en contra de la voluntad de que YPF vuelva a ser y vuelva a tener control estatal, porque estamos de acuerdo con ello; simplemente que hay unos que votan a favor y otros que decidimos abstenernos porque no entendemos que esta norma planteada en estos términos vaya a ser la resolución para aquello que expresa en su enunciado.

De los siete legisladores nacionales de la Coalición Cívica, nuestra representante en el Senado se abstuvo, cuatro señores diputados harán lo propio y otros dos integrantes de esta Honorable Cámara han manifestado su apoyo al proyecto en consideración. Esto ha ocurrido luego de largas discusiones mantenidas en el seno de nuestro bloque.

¿Por qué creo que este proyecto de ley no va a resolver los grandes enunciados? Nos hablan de soberanía hidrocarburífera de la República Argentina. Me parece que aquí hay un error de interpretación porque hasta dónde puedo entender dicha soberanía ya ha sido decretada por la Constitución Nacional reformada en 1994. El petróleo y el subsuelo son recursos soberanos de las provincias. Consecuentemente, insistir en que esto es así constituye, como mínimo, una perogrullada.

Si la discusión estuviera referida a quiénes son los que extraen el petróleo, me permitiría efectuar la siguiente reflexión: más del 80 por ciento del petróleo que actualmente se extrae en la Argentina se obtiene a través de empresas con control extranjero, incluida, por supuesto, YPF en su forma actual. Más del 90 por ciento del gas que hoy se extrae en nuestro país se logra también a través de empresas controladas por capitales extranjeros. Esta es la foto de la producción y extracción de reservas hidrocarburíferas en la actualidad.

Cuando escucho las propuestas del oficialismo respecto de lo que va a pasar con YPF a partir de ahora, sólo escucho hablar de chinos, canadienses y americanos. Es decir que nuevamente se habla del capital extranjero.

Por lo tanto, si va a haber un cambio de soberanía, eso no era necesario porque ya estaba establecido en la Constitución Nacional. Lo que aparentemente nos está diciendo el oficialismo es que las empresas extranjeras son las que van a seguir extrayendo el petróleo. La duda que queda es quién las va a controlar.

Esto me lleva a plantear una segunda cuestión que propone este proyecto de ley y que es la del autoabastecimiento. En ninguno de los artículos de este proyecto de ley hay un indicio acerca de cómo va a cambiar a partir de ahora la política petrolera e hidrocarburífera del Estado nacional. Sí hay, tanto en los fundamentos del proyecto de ley como en los del decreto de necesidad y urgencia que establece la intervención, una serie de cuadros autoincriminatorios a lo largo de los cuales se muestra cómo explotaron las importaciones y cómo cayó abruptamente la producción de los sectores petrolero y gasífero –en particular de la empresa nacional YPF- durante la gestión de kirchnerismo.

A los efectos de suministrar simplemente una cifra –éste es un cuadro que hasta utilizó la señora presidenta de la Nación en su discurso transmitido a través de la cadena nacional- quiero señalar que en 2003 Repsol-YPF producía 16,7 millones de metros cúbicos de gas. En 2011 produjo 10,6 millones de metros cúbicos. En consecuencia se registró una caída de 6,1 millones de metros cúbicos anuales en la producción de gas.

De esa disminución de 6,1 millones de metros cúbicos anuales de la producción de gas registrada durante la gestión kirchnerista -independientemente del aumento o no de la demanda, cayó la oferta y la extracción de gas-, solamente un tercio tuvo lugar durante la gestión individual de Repsol. Los dos tercios restantes de esa disminución de la producción también tuvieron lugar durante la gestión de Repsol, pero con un directorio cuyo presidente era Sebastián Eskenazi.

Por eso digo que nada cambia. Todos sabemos la cercanía que hasta hace relativamente poco tiempo tenía el entonces presidente del Banco de Santa Cruz con el kirchnerismo. Asimismo, todos sabemos que Eskenazi es lo más parecido al kirchnerismo. Entonces, no entendemos por qué el hecho de sacar a Eskenazi y poner al kirchnerismo va a permitir lograr algún cambio concreto.

También se ha hablado de la poca relevancia que ha tenido y que actualmente tiene YPF. Solamente el 20 por ciento de las reservas totales comprobadas de la Argentina están bajo la égida de YPF. Hay otras empresas que han experimentado una disminución muy importante en sus producciones.

Lo que queda claro es que así como durante los últimos años hubo avances en materia económica -definitivamente no son los que dice el INDEC, pero no podemos soslayarlos-, me parece que debemos ser intelectualmente honestos y reconocer que en este punto el fracaso de la política desarrollada en estos últimos ocho años es manifiesto. Ello es así porque no hubo un plan energético más allá de usar las reservas a precios baratos mientras se pudiera. Manifesté el fracaso porque un productor extranjero recibe por el mismo gas que produce un productor en la Argentina hasta siete veces más el precio que su par nacional, siendo un modelo que efectivamente premia al productor extranjero en detrimento del nacional. Ha sido un fracaso político porque ENARSA, que tenía como objetivo primordial encontrar petróleo en ultramar, el único petróleo que encontró fue los ochenta barcos de gas caro de Bolivia y del resto de la región.

ENARSA ha gastado más de 20.000 millones de pesos en los últimos años y esto ha sido solamente una parte de los subsidios que integran la estructura. La política hidrocarburífera de este gobierno es muy poco transparente y representa más de 40.000 millones de pesos anuales.

También es parte del escenario de esta política una creciente participación de operadores amigos inexpertos en la materia. Todos sabemos que la familia Eskenazi nunca había estado demasiado cerca de un pozo petrolero. Sabemos que Cristóbal López es inexperto en la producción de petróleo. Y lo que está muy claro es que durante todo este período falta lo que reclamamos desde hace mucho tiempo desde la oposición. Aun antes del desembarco de Eskenazi Repsol YPF no cuenta con control estatal.

Ya me referí a ENARSA, y tendría otros ejemplos, pero me estoy quedando sin tiempo. Esta ley que estamos discutiendo hoy fue modificada en un solo artículo por el Senado, el referido a Repsol Gas, la segunda compañía productora de gas del país, que en confesión del oficialismo no estaban seguros al momento de presentar la iniciativa si era controlante de Repsol YPF.

Si el encargado de controlar no sabe de quién es la propiedad de la segunda empresa productora del sector, tenemos muchísimos problemas más.

Haré una breve reflexión respecto de la discusión de las provincias que ha cruzado a todos los bloques en estas últimas cuarenta y ocho horas. Las provincias no tienen ni voz ni voto, y esas acciones de 24 y pico por ciento están sindicadas por cincuenta años, y ni siquiera se sientan en el Directorio.

Las provincias también van a tener los recursos si la política es exitosa –lo cual sospecho-, y van a ganar dinero. Pero no entiendo por qué las provincias se preocupan por una ganancia que pronto va a desaparecer.

Esta ley es perjudicial, sobre todo para aquellas provincias que han necesitado financiación a través de deuda garantizada, por las garantías petroleras que ahora son de dudosa calidad.

Finalmente, no podemos olvidar –si bien el petróleo es de las provincias- que más de la mitad del precio se lo queda el gobierno nacional a través de retenciones que no coparticipa.

Por lo tanto, para ir cerrando, consciente de que tengo muchas cosas más para decir, pero que han sido planteadas por otros diputados preopinantes, vuelvo a expresar nuestra posición: no vamos a votar en contra de aquello que siempre sostuvimos, pero tampoco vamos a avalar mayoritariamente este proyecto de ley. No sabemos cuánto cuesta, y el señor diputado Landau reconoció que va a haber una sindicación.

Se nos pide recomprar YPF sin decirnos cuál es su precio. No se ajusta a la ley, no sigue los objetivos que dice perseguir, porque no hay cambio alguno en la política hidrocarburífera y se discrimina entre accionistas, Repsol versus Eskenazi.

Quienes no pudieron controlar ni a su íntimo amigo Eskenazi ni a Cirigliano –recordemos que hoy se cumplen sesenta días de la causa de TBA, que aún no ha sido resuelta-, difícilmente puedan volver a recuperar YPF. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del Estero.

Sr. Brue.- Señor presidente: para respetar el tiempo que nos corresponde, solicito autorización para insertar parte de lo que quería expresar en el Diario de Sesiones. Además, a esta altura del debate muchas de las ideas que quería exponer ya han sido manifestadas por quienes me precedieron en el uso de la palabra.

Cabe recordar que el 3 de junio de 1922, casi noventa años atrás, por decisión del primer presidente electo por el voto popular, don Hipólito Yrigoyen, se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales, más conocida como YPF.

En octubre del mismo año nombró al frente del organismo al general Enrique Mosconi, quien permaneció en la empresa por ocho años, dedicando grandes esfuerzos a incrementar la exploración y el desarrollo de la extracción de petróleo, y trazando el camino a seguir en la materia.

Con claro y marcado espíritu sanmartiniano respecto de la independencia de la Nación, el general Mosconi sostenía que la clave para conquistar la independencia económica del país radicaba en el autoabastecimiento petrolífero, ante las posiciones dominantes y extranjerizantes de las compañías petroleras de la época.

Para el organizador y nacionalista económico la autonomía energética era fundamental y formaba parte de un plan continental. Sostuvo también que así como la emancipación política del continente se selló con las corrientes libertadoras de Bolívar y San Martín, nosotros debemos realizar nuestra independencia económica; solo entonces habremos dado término integral al mandato de nuestros libertadores, asegurando la felicidad y el bienestar de nuestros pueblos.

En virtud de su prédica se formaron nuevos movimientos nacionales económicos energéticos; Brasil fundó Petrobras en la gestión de Getulio Vargas, Bolivia creó YPFB y México nacionalizó sus hidrocarburos durante el gobierno del general Cárdenas, naciendo así la actual PEMEX.

Al decir de Mosconi, no queda otro camino que el monopolio del Estado, pero en forma integral, es decir, en todas las actividades de esta industria: la producción, la elaboración, el transporte y el comercio. Sin monopolio del petróleo es difícil –diré más, imposible- para un organismo del Estado vencer en la lucha comercial a las organizaciones del capital privado.

También remarcó que para defender los yacimientos petrolíferos argentinos de las compañías extranjeras es necesaria una magnífica insensibilidad a todas las solicitaciones de los intereses privados concordantes o no con los intereses colectivos, pero sobre todo se requiere un poder político capaz de contener todas las fuerzas opuestas.

Transcurridas ya muchas décadas de lo narrado, hoy nos encontramos analizando el proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo nacional a este Congreso, por el que se declara de utilidad pública y sujeto a expropiación el 51 por ciento del patrimonio de YPF Sociedad Anónima. Esta decisión del actual gobierno ha sido aceptada con entusiasmo por la población y por casi todo el arco político, más allá de los matices que se han expresado en este recinto.

Además de histórica, esa decisión se encuentra imbuida de total legitimidad, ya que está fuera de discusión, en cuanto al derecho que tiene la Nación Argentina, amén que debemos remarcar que la compañía no ha cumplido con los compromisos de inversión, por lo que el Estado ha tenido que importar combustibles a niveles crecientes.

YPF no es una sigla vacía, no es un cartel en el frente de una estación de servicio, sino algo que nos identifica y nos une detrás de un mismo destino, de un mismo proyecto. YPF es, fue y será la empresa más importante de toda nuestra historia.

La realidad nos marca que desde 1998 Repsol YPF no ha invertido de acuerdo con su capacidad y a como se merece la política energética del sector, que es uno de los pilares fundamentales de la estrategia energética de un país. Ni siquiera ha acompañado el crecimiento sostenido de estos últimos nueve años.

Ante las circunstancias mencionadas, el gobierno nacional, en sus plenas facultades del derecho que emana del cuidado y la atención de estos temas tan trascendentes, tomó una decisión que seguramente no ha sido fácil pero que es totalmente legítima y defiende los intereses y el futuro de nuestro pueblo. No menos cierto es que estos procesos deben ser conducidos ya que de ser liberados a su propia dinámica podrían comprometer gravemente el desarrollo, la soberanía nacional y la titularidad del pueblo argentino sobre sus recursos estratégicos no renovables, experiencia por la que estamos transitando.

Debemos recordar que la producción se derrumbó desde 1998 al comenzar la administración absoluta de Repsol, debiendo por ello recurrirse en el año 2011 al aumento de la importación de los combustibles. Repsol puede mostrar, si desea, los niveles de inversión en este período. Pero lo cierto es que el consumo de nafta creció un 84 por ciento, acompañando el crecimiento del país.

Lo mismo respecto del gas, y esos niveles de inversión no han estado acordes con el crecimiento que se requiere en materia energética. Pero para llegar a la fecha y a este proyecto en cuestión debemos recordar las causas o parte de ellas, comenzando por el vaciamiento económico y productivo que nuestro país sufriera a partir de la década del 90, y tiene en el caso de YPF una actualidad más que relevante.

Eso se hace más evidente si se piensa en retrospectiva sobre las modificaciones que se han impuesto en materia energética. Las mismas posibilitaron la consolidación del programa extranjerizante en la última dictadura militar, y los ejes discursivos que justificaron y validaron masivamente estos cambios estuvieron intrínsecamente vinculados a tres argumentos. Primero, YPF da pérdida; segundo, la corrupción institucionalizada; y tercero, el Estado no está en condiciones de realizar inversiones de capital de riesgo en exploración hidrocarburífera.

Coronando estos tres ejes hay que mencionar en primer lugar la privatización hecha en 1992, y como broche de oro la venta de la acción de oro a la empresa Repsol, la que compró todas las acciones de YPF.

Repsol solo explotó los yacimientos heredados de YPF, vendiendo el petróleo extraído. Se exportaron grandes cantidades de crudo al mercado internacional, y al tener la libertad de las ganancias obtenidas, las mismas fueron usadas para comprar yacimientos en otros países, en otros lugares, como Bolivia, Trinidad y Tobago y Libia.

A esta altura de los acontecimientos, a sabiendas de lo que el neoliberalismo ha perpetrado en nuestro país en la última década del siglo XX, sabemos que el deber de ejercer los derechos de una nación sobre sus riquezas naturales es esencial, no solo para el ejercicio de la libertad sino para luchar constantemente contra los intereses particulares, económicos y mezquinos.

Por eso celebramos la medida del Poder Ejecutivo nacional de enviar a este Honorable Congreso el proyecto que declara la expropiación por parte del Estado nacional del 51 por ciento de las acciones de YPF, y la recuperación del control de los recursos hidrocarburíferos de la Nación con una fuerte participación de las provincias.

YPF es una cuestión de las llamadas políticas de Estado, como lo son Malvinas, la asignación universal la asignación universal, la educación gratuita, la salud pública, el cuidado del medioambiente y otras tantas en donde todos tendríamos que estar del mismo lado aprobando por unanimidad para que todos los pueblos del mundo vean que la República Argentina es coherente y está unida en sus causas más nobles.

Doy gracias a la historia por permitirme estar sentado aquí y ahora en este recinto representando a mi bloque de diputados, al pueblo de la Nación y a mi querida provincia. Este es un momento tan trascendental e histórico que quedará sellado en la memoria de todos nosotros, en la de nuestros padres y abuelos y fundamentalmente en la de nuestros hijos y nietos, porque ellos heredarán todos los beneficios de la repatriación de nuestra YPF y todo lo bueno que se viene para nuestra República Argentina.

Por todo lo expresado, acompañamos la decisión tomada por nuestra señora presidenta y adelantamos el voto afirmativo del presente proyecto de ley por parte del bloque del Frente Cívico por Santiago. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- A continuación, el PRO tiene quince minutos para hacer uso de la palabra. Por lo tanto, en primer lugar hará uso de la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien compartirá su tiempo con el diputado Triaca.

Sra. Alonso (L.).- Señor presidente: la última década de la historia energética de la Argentina muestra los errores, las decisiones, las omisiones y el desgobierno de las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner. Ese desgobierno llevó al país a perder su autoabastecimiento energético.

YPF es apenas un capítulo de esta novela desastrosa. Allá por 2005 y 2006 ya era posible vislumbrar que el país perdería su independencia energética.

¿Qué hacían entonces De Vido, Cameron, y Baratta? ¿Nunca le informaron a Néstor, y luego a Cristina Kirchner, que por sus errores estratégicos y tácticos la Argentina se encaminaba a perder su autoabastecimiento energético poniendo en peligro su soberanía? Por nueve años de desgobierno energético, votamos en contra de este proyecto.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Silencio. Esta Presidencia tiene la responsabilidad de permitir que todos los bloques se expresen en el marco del pluralismo. Por lo tanto, solicito al público presente el máximo de los respetos para que todos los bloques puedan expresar sus ideas en libertad y con tolerancia. (Aplausos.)

Sra. Alonso (L.).- Este gobierno fue y es parte del saqueo de nuestros recursos naturales. No vamos a convalidar con nuestro voto que lo siga siendo en el futuro. Lamento que colegas de la oposición, que sé que han defendido y defienden con convicción democrática las banderas de la Nación y de la propiedad estatal de YPF, convaliden con su voto favorable la impunidad de esta década y un futuro de corrupción y saqueo.

¿Pueden explicar si exportar fuel oil argentino de alta calidad ambiental e importar fuel oil contaminante es respetar y garantizar el derecho humano a un ambiente sano, querer a la Patria y defender la bandera? Eso fue lo que De Vido y Cameron hicieron durante años sin licitación y sin transparencia. Más que llover gas oil, como dice Moreno, va a caer lluvia ácida. Muy ácida, señor presidente.

¿Pueden explicar por qué desde 2003 los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner mantienen intervenidos los entes reguladores, es decir, el ENRE y el Enargas? ¿O es que a los que se dicen patriotas no les interesa el control del Estado? ¿Pueden explicar qué hicieron De Vido y Cameron con Repsol, Panamerican Energy, Oxy, Petrobras, Chevron, Tecpetrol, Pluspetrol y los amigos petroleros cuando vieron que las reservas comprobadas de petróleo y gas bajaban en caída libre?

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Por favor, la Presidencia solicita al público presente en la sala el máximo de los respetos para que el bloque de la oposición se pueda expresar con libertad.

Sra. Alonso (L.).- Me pregunto si los patriotas de hoy -esos que así se denominan- apercibieron a las empresas y las multaron en el momento en que correspondía. ¿Las sancionaron? ¿Las controlaron?

Ir en contra de la soberanía y los intereses de la Nación es haber tomado decisiones que llevaron a la Argentina a perder su autoabastecimiento energético. Por eso no les creo. Mintieron y son responsables de una política energética errada, corrupta y contaminante. Por eso votamos por la negativa.

Es llamativa la opacidad y ausencia total y absoluta de trasparencia en el manejo de los recursos naturales en la Argentina. ¡Cómo no va a haber sospechas de corrupción, si los ciudadanos no podemos acceder a información sobre pozos, exploración, producción, licencias, licenciatarios, prórrogas y regalías! ¡Cómo no va a haber sospechas si las concesiones ni siquiera se licitan y se prorrogan por décadas entre cuatro paredes a espaldas de las comunidades!

Hace falta echar mucha luz y transparencia sobre la exploración y explotación de nuestros recursos naturales. No alcanza con flamear la bandera y hablar de patriotismo, si los que gobiernan lo hicieron, lo hacen y lo harán tras bambalinas, cerrando acuerdos corruptos en contra de los derechos del pueblo y a sus espaldas.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Ruego que se respete a la oradora.

Sra. Alonso (L.).- Agradezco a la Presidencia, pero no va a poder contener tanta pasión. (Risas y aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia solicita silencio y que se contengan las pasiones. Las pasiones deben llegar cuando se vote por YPF.

Lo importante para el público es que el pueblo argentino reciba la noticia de lo que se vote aquí. Solicitamos al público presente su buen comportamiento. Los argentinos estamos en una hora histórica y nada la debe empañar.

Sra. Alonso (L.).- Muchas gracias, señor presidente.

La Auditoría General de la Nación alertó en dos informes a la Secretaría de Energía respecto de la falta de trasparencia e información. Los informes son de 2007 y de 2010 y llevan la firma del presidente de la Auditoría, Leandro Despouy, y de los integrantes del Colegio de Auditores.

Allí se dice que la Secretaría de Energía -prestemos todos atención, porque podríamos estar convalidando el saqueo del pasado y del futuro- no posee registros íntegros, completos y actualizados de todas las áreas de explotación, yacimientos y empresas declarantes. No tiene sistema de información ni gestión eficiente. No realiza inspecciones ni controles in situ. Tampoco tiene un sistema de registro completo y suficiente de las regalías que pagan las empresas. ¿A quién se le pagan las regalías? ¿A la Secretaría de Energía o a los bolsillos de los funcionarios? ¿Dónde van las regalías?

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Silencio en el recinto.

Sra. Alonso (L.).- ¿Alguien puede creer que a partir de mañana, YPF y la política energética serán manejadas y controladas con trasparencia por los mismos funcionarios que desde 2003 hasta hoy eligieron la opacidad, que no han cumplido con el deber de informar a los ciudadanos y controlar a los concesionarios? No lo creo.

Para ir finalizando, la Argentina necesita con urgencia replantear su matriz energética, basada en recursos no renovables y altamente contaminantes. Ese cambio debe ser discutido por el Congreso con el gobierno, con todas las fuerzas políticas y, fundamentalmente, con la sociedad. ¿Qué dirá la Argentina en la conferencia Río+20 dentro de un mes en Brasil respecto de nuestras políticas frente al cambio climático? ¿Diremos que seguiremos eligiendo profundizar una matriz energética basada en los combustibles fósiles y la energía nuclear, altamente peligrosa y contaminante, que vamos por la explotación de Shell Gas y Shell Oil mucho más contaminante, como se ha dicho aquí?

Este fin de semana revisé diversos trabajos de organizaciones no gubernamentales muy serias, a mi criterio, como Greenpeace, la Fundación Vida Silvestre, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales y el movimiento social y político Los Verdes. Todos ellos, y seguramente muchos más, trabajan desde hace años en la construcción de escenarios energéticos para la Argentina con vistas a 2030 y 2050. Sobre la base de esas proyecciones han diseñado propuestas de eficiencia energética y cambios hacia el uso de energías limpias y renovables. Humildemente y con todo respeto sugiero a todos mis colegas y a la presidenta de la Nación que lean estos trabajos.

No es de snob defender el ambiente y los recursos naturales; o demandar información al gobierno y la participación en audiencias públicas en las que se evalúe otorgar una concesión o prorrogar una licencia. Esto no es de snob, señora presidenta de la Nación; es de buen ciudadano defender los derechos que garantiza nuestra Constitución Nacional.

Venimos a oponernos a un proyecto disfrazado de nacionalismo que busca consolidar una matriz energética contaminante y extremadamente corrupta. Venimos a representar las voces de millones de argentinos y argentinas que creen que una Argentina distinta, transparente y energéticamente sustentable es posible.

Por todo lo expuesto, con convicciones democráticas y republicanas, y con la Constitución por la que juré en la mano, votaré en contra del proyecto de ley del Poder Ejecutivo.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia solicita al público asistente que guarde silencio.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Triaca.- Señor presidente: veo muchos militantes, compañeros y otras personas que se movilizan por diversos motivos.

Yo también provengo de una familia de militantes, en la que me enseñaron el valor de la política, y por haber aprendido eso puedo distinguir cuando, muchas veces, se montan mascaradas o escenarios para decir una cosa y hacer otra. Lamentablemente, esta es una de esas circunstancias.

- Ocupa la Presidencia la señora vicepresidenta 1ªde la Honorable Cámara, doña Norma Amanda Abdala de Matarazzo.

Sr. Triaca.- Siento que muchos de ustedes han venido impulsados por un acto de voluntad genuina, pero han sido arrastrados por una voluntad que no está representada por lo que se dijo en este recinto respecto de esta iniciativa.

Déjenme señalar algunas cuestiones que considero al respecto, y les pido que me escuchen, porque forma parte de la regla de consolidar la democracia escuchar a los que piensan distinto y a los que tienen otras voces, a los que se pueden considerar diferentes y tienen otra mirada. Eso nos va a hacer más grande, justo e inteligente como país, ganemos o perdamos; pero es lo que debemos hacer: saber escuchar a los otros.

Este proyecto está basado en tres falacias. La primera es la de la soberanía energética. Ya han hablado otros diputados al respecto, y por eso no voy a ahondar en mi argumentación. Sin embargo, es claro que el patrimonio de los recursos energéticos en la Argentina está en manos de las provincias. Ellas deberían velar por el mejor uso de dichos recursos. En los últimos años muchos gobernadores no lo hicieron.

Por ejemplo, no se quejaron cuando se extendían los contratos de exploración a Respol YPF hasta el año 2027; y muchos de ellos lo hacían quizá con la anuencia de algunos sectores opositores que hoy componen esta Cámara.

También existe una falacia cuando hablan de la soberanía y dicen que el problema es Repsol. ¿Acaso la solución es que vengan inversores americanos, ingleses, franceses o angoleños, como se planea? ¿Tenemos en claro qué vamos a hacer para que haya más exploración y mayor capacidad energética? Pareciera que no.

El segundo argumento falaz que es importante señalar es aquel que alude al federalismo. Como señalé anteriormente, el patrimonio es de las provincias, a las que han puesto un cepo; las sindicalizaron y ataron a las decisiones del gobierno nacional para que nada puedan decir durante los próximos cincuenta años. Entonces, poca soberanía tienen ellas respecto de sus recursos.

En el mismo sentido, dos tercios del valor producido en términos de combustibles son generados por provincias que no son productoras de hidrocarburos. Me refiero no sólo a Buenos Aires, que tiene alrededor de cuatro refinadoras, sino a un montón de otras provincias, como Santa Fe, donde la empresa Oil cuenta con una refinadora.

Señalo estas cuestiones para que podamos realizar un análisis un poco más detallado del proyecto. ¿Por qué los recursos y las acciones de YPF deben ir sólo a las provincias productoras? Esto es como si el producido de las retenciones aplicadas en relación con la soja se destinara sólo a las provincias que la producen.

La última falacia que me parece importante señalar se refiere a si esto soluciona o no el problema energético de la Argentina. Creo que claramente aquí reside la mayor de las trampas. Se ha asaltado una caja, se ha llevado adelante esta expropiación para obtener los recursos de Repsol, convalidado por el gobierno nacional, que hizo caso omiso de su responsabilidad de controlar, regular, penar, auditar y sancionar a Respol YPF durante los últimos nueve años.

Nosotros creemos que hay que construir alternativas, y para ellos debemos ser propositivos. Vemos ejemplos muy cercanos que pueden servirnos; entre ellos, el caso de Petrobras. Allí, tres gobiernos distintos aplicaron las mismas políticas, y hoy la empresa está entre las veinticinco más importantes del mundo.

- Manifestaciones en las galerías.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Silencio, por favor.

Sr. Triaca.- En cambio, en la Argentina, este mismo gobierno en tres oportunidades cambió de política energética. Un día inventaron ENARSA, donde pusieron 23.000 millones de pesos; sin embargo, ni un pozo petrolero tiene ENARSA. Otro día nos dijeron que la solución era la incorporación de Eskenazi en Respol YPF, y la presidenta lo señaló como el ejemplo del management argentino, pero esto tampoco resolvió el problema energético.

Ahora nos proponen la nacionalización, y los han traído a todos ustedes para aplaudirla. No podemos convalidar esto. Tenemos que escuchar las voces de otros, y entender que muchas veces, más allá de las diferencias, en las distintas visiones nos enriquecemos. (Aplausos.)

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Por el interbloque del FAP, tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires Gerardo Milman, quien compartirá su término con los diputados Ernesto Martínez y Juan Carlos Zabalza.

Sr. Zabalza.- Señora presidenta: en nombre del Frente Amplio Progresista venimos a votar afirmativamente esta propuesta, aunque con fuertes disensos en particular. Queremos una YPF nacional y popular, pero también

progresista.

- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, don Julián Andrés Domínguez.

Sr. Milman.- Quiero citar a Enrique, quien decía: “Podremos asegurar que el petróleo será para nuestro pueblo una fuente de progreso moral y material; tendremos la certidumbre de que nuestra política interna no sufrirá los contactos del oro infamante que conduce a la traición y que nuestras relaciones exteriores no serán nunca influenciadas por las representaciones amistosas de las cancillerías extranjeras que respalden exigencias inauditas llamadas derechos adquiridos de sus organizaciones petrolíferas, y nuestra Nación podrá gozar, de serena soberanía, del usufructo de la riqueza petrolífera. ¡Y el petróleo argentino del pueblo y para el pueblo argentino!” No era Enrique Eskenazi, era Enrique Mosconi.

¿Estamos hoy estatizando YPF? Esto es lo que se ha debatido aquí y la respuesta es no. No será una empresa estatal como quisiéramos nosotros sino que seguirá siendo una sociedad anónima sujeta al derecho privado y sin el control de este Congreso ni de la Auditoría General de la Nación.

¿Es cierto que al expropiar YPF el Estado recupera los derechos sobre sus recursos? Se ha dicho también aquí que los recursos son de las provincias, el petróleo y el gas. YPF tiene hoy 583 millones de barriles de petróleo de reservas, es decir, el 23,17 por ciento del total argentino; el 51 por ciento de eso es el 11,8 por ciento. De los recursos de gas YPF tiene el 17,6 por ciento de las reservas; el 51 por ciento es el 9 por ciento. En definitiva, el Estado expropia el derecho a explotar el 11,8 por ciento del petróleo y el 9 por ciento del gas.

¿Nos quedaremos con toda la renta petrolera, entendiendo por tal la diferencia entre el precio de los hidrocarburos y el costo de extracción de los recursos más un beneficio normal? Si uno hace bien la cuenta, hoy el Estado se queda con el 48 por ciento de la renta; los consumidores nos apropiamos del 37 por ciento vía la regulación, y el 15 por ciento la empresa. El 51 por ciento de eso es el 7,5 por ciento.

¿Repsol vació la empresa? Por supuesto que sí. En el 2007 el patrimonio neto era 2,16 veces respecto de su pasivo. Y en los últimos cinco años el patrimonio neto se redujo a la mitad en relación al pasivo. ¿Qué ocurrió? YPF tenía dos tercios de sus activos financiados por los accionistas, y hoy la ecuación es al revés: dos tercios los financian los prestamistas de YPF y un tercio sus accionistas.

YPF, conducida y manejada por Enrique, Sebastián y Matías –esta vez sí, la familia Eskenazi, que el proyecto oficial no se anima a ir por sus acciones pero el nuestro sí-, obtuvo utilidades por 18.676 millones y distribuyó entre sus accionistas 24.193 millones. ¿De dónde salió la diferencia? Justamente salió del endeudamiento. Tenía dos caminos: liquidar los activos o realizar esos endeudamientos.

El problema no es endeudarse cuando uno se endeuda para hacer inversiones que generen una renta superior a la tasa de endeudamiento. El problema es que se endeudaron sin contraparte en el activo.

La empresa dijo en una solicitada hace poco que invirtió 20 mil millones de dólares. El problema es que esas inversiones no se concentraron en la exploración y explotación. Según el Instituto Argentino del Petróleo, en la década del 80 se hicieron 1.026 pozos; en la década del 90, 989, y en la última década, 484.

¿Es YPF hoy una compañía petrolera? No, señor presidente. No es hoy absolutamente una compañía petrolera. Será parte de una política de Estado que ojalá empiece hoy. Sólo el 49 por ciento de las utilidades de YPF se explica hoy por la exploración y explotación. YPF tiene además estaciones de servicio, vende y destila petróleo, lo cual explica el 51 por ciento de sus ganancias.

¿Ha sido extraordinaria la tasa de su ganancia? Probablemente no haya sido una tasa extraordinaria si uno la reparte en todo el tiempo que ha transcurrido de la concesión.

Además, a pesar de que no la ha habido hasta ahora, desde distintos partidos de la oposición hoy venimos a tender una mano al oficialismo para que se construya una política de Estado respecto de los hidrocarburos.

Pero creemos, como aquí se ha dicho, que hay problemas de caja, porque el modelo de importación de hidrocarburos no funciona más y porque además, en noviembre del año pasado -como también se dijo- se anunció el descubrimiento del yacimiento petrolífero de Vaca Muerta. Por eso esta expropiación no tiene forma de elefante sino la de la ubre de la vaca, porque la “vaca muerta” puede ser una vaca lechera. Es una superficie de 50 mil metros cuadrados de combustibles no convencionales que aun estudiado en menos de un tercio tiene una proyección que indica que podríamos encontrar, en esos yacimientos del norte del Neuquén, de la provincia de Mendoza, del Sur de Río Negro, más del 50 por ciento de las actuales reservas que tiene la Argentina en gas y petróleo.

Señor presidente: no expropiamos una empresa sino un grupo que tiene diecisiete uniones transitorias de empresas. Y está claro que lamentablemente no hubo una política de Estado. Ojalá haya capacidad de parte de la política para diseñar y ejecutar un plan de gestión para la empresa en el futuro, en el marco de una política amplia, y que de señales de precios que canalicen los recursos que se obtengan de la inversión en la exploración de estos hidrocarburos.

Nosotros vamos a votar en general por la afirmativa, porque diferenciamos Estado de gobierno. Porque el Estado es el marco jurídico y el gobierno son ustedes, señores diputados del bloque oficialista. El gobierno se los concedió el 54 por ciento de la ciudadanía, y nosotros respetamos esa decisión. Pero como consideramos que esto debe ser una política de Estado, no somos parte de esta gestión.

Nosotros no somos De Vido y sus actos indebidos. Nosotros no somos Cameron y su emulación del director del Titanic. Nosotros no somos Baratta y su accionar que, a pesar de su apellido, le costó muy cara a la Nación Argentina. Nosotros somos el partido que salió segundo en las elecciones que tuvieron lugar hace pocos meses en el país. Nuestra obligación es construir una alternativa y también apoyar una política de Estado que trascienda a este gobierno hacia uno futuro, nuestro o de cualquier otro partido político.

Para conceder un tiempo a mis pares de bloque, finalizo mi exposición con una frase de Jorge Luis Borges: “La memoria no es el recuerdo del pasado, sino una imagen del futuro”. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba.

Sr. Martínez (E.F.).- Señor presidente: El Frente Cívico de Córdoba votará favorablemente en general el proyecto de ley en consideración, pero no a título de pusilánimes. No lo vamos a votar evocando el pasado, que es pasado, ni juzgando a distinguidos compañeros diputados, como en algún momento se insinuó, ni desde las estadísticas ni desde fundadas sospechas de corrupción, ni desde la posibilidad cierta del montaje de una nueva cortina de humo de flaco espesor, porque ésta se va a disipar más que rápido, ni desde el comprobado fracaso gubernamental en materia energética.

Sufragaremos positivamente convencidos, aunque críticos. Reivindicamos fervientemente la intervención del Estado en la economía, en especial en la administración de los recursos estratégicos. Y no creo que exista bloque parlamentario alguno que pueda excluirse, por su historia, de este concepto: ni los radicales de Yrigoyen y Alvear, ni los conservadores que con la ley 11.688 propiciada por Agustín P. Justo organizaron la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, ni el peronismo en su primer tiempo de estatismo absoluto y su etapa ulterior de concesiones de explotación de recursos petroleros. Tal vez me olvide de un librepensador sin historia militante a quien siempre será inútil intentar entender.

¡Cuántos de los aquí sentados, cuántos de los que nos están viendo somos hijos del ensayo de Estado de bienestar forjado al albergue de las empresas públicas, que nunca nadie se atrevió a tocar hasta la invasión fenicia de 1990 y sus continuaciones!

¿Podemos abrigarnos en purismos para negar el crecimiento del paquete accionario del Estado en YPF? Jamás. Así lo sentimos en el Frente Amplio Progresista y en el Frente Cívico de Córdoba.

Si el Estado hoy tiene como función el reequilibrio social perdido, contar con mayoría accionaria en la empresa que explota el 34 por ciento del mercado de hidrocarburos resulta imprescindible para recomponer el capital social acumulado durante generaciones de argentinos y rifado al calor de una defraudatoria política fiscal y de comercio, nunca de una política energética.

El oficialismo no resuelve con esta expresión de deseos redactada en forma de ley ningún problema del acuciante presente energético argentino, pero se acerca un paso a nuestro propio credo sobre el uso de los recursos estratégicos: el de aquellos que pretendemos gobernar la Argentina y no solamente hablar.

Este proyecto de ley, que será aprobado por una abrumadora mayoría, impone una inmensa obligación al gobierno. Debe materializar inmediatamente una política energética, haciendo crecer a YPF al nivel de empresa testigo del mercado de hidrocarburos. Si no es así, la parafernalia propagandística montada para endiosar esta norma se transformará en un bumerán que, como siempre, será pagado por el pueblo.

Este proyecto de ley es un pacto político tácito para mejorar a YPF. Si los pactos se hacen para cumplirse, el único acuerdo que hay que cumplir es con el pueblo argentino. Nosotros nos comprometemos a que así sea si es que somos gobierno, y si no, ejerciendo un firme control desde la oposición.

Finalmente, para cambiar el tono de una exposición que está en línea con todo lo que aquí se ha dicho y que quiere tener sustancia política, rescato la distinguida exposición que ha realizado el señor diputado Gdansky introduciendo el eco sonoro del tango en esta extensa sesión que ha sido calificada de histórica por todos los señores legisladores que han hecho uso de la palabra.

El señor diputado Gdansky se refería, por supuesto, al tango Cambalache y a lo mal que nos hacía quedar. ¡Pero qué bien nos haría quedar trabajar, no robar, no mentir y estar siempre dentro de la ley en cuestiones como ésta, permitiéndosenos ejercer un control!

En ese tiempo introducido por el señor diputado Gdansky, desde el Frente Cívico y el Frente Amplio rogamos al oficialismo estabilidad emocional, intelectual y moral para que los mismos cantores de los años 90 -ahora aplaudidores ortodoxos como buenos conversos- no nos pasen pronto a recordar que si hoy hay un juramento mañana habrá una traición.

Que el gobierno cumpla cabalmente con el sentido de esta norma, honrando el compromiso que supone la obtención de tamaña mayoría de votos por la afirmativa. La sociedad argentina no merece una nueva decepción. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Zabalza.- Señor presidente: en primer término, quiero expresar mi agradecimiento por la presencia de los distinguidos visitantes que nos acompañan –Madres, Abuelas, gobernadores, ministros-, los que acrecientan nuestra responsabilidad.

En segundo término, en nombre del bloque socialista y como integrante del Frente Amplio Progresista deseo ratificar los términos de cada uno de nuestros compañeros y compañeras, asegurando al mismo tiempo con mucha convicción que vamos a votar positivamente esta ley porque en nuestra idea, prédica y práctica primero se encuentra la Nación. Donde esté la Nación van a estar el socialismo y el Frente Amplio Progresista. La construcción de la Nación es un proceso complejo. Hacen falta entusiasmo, convicción y pasión, pero también ideas y objetivos claros.

La batalla en nuestro país para construir la Nación en el marco de nuestra historia reciente es larga. Se trata de una historia reciente con proyectos nacionales de base popular. La soberanía popular consagra a Hipólito Yrigoyen, y no por casualidad Mosconi existió en la época del primero por lo que significó como expresión auténtica de progreso en lo social y en lo político.

Posteriormente vino otro proceso de raíz profundamente popular, que fue el gobierno de Juan Domingo Perón.

Ambos gobiernos representaron proyectos nacionales de base popular. El gobierno de Perón posibilitó en forma creciente la participación de los trabajadores y, por primera vez en la historia, en la renta nacional de Argentina. Desarrolló una política que avanzó en las nacionalizaciones de resortes básicos de nuestra economía, y en general una política con una base social cuya máxima expresión fue la Constitución de 1949.

Con el tiempo podemos analizar que algo no funcionó. Alfredo Palacios habló de estatización burocrática, es decir, cuando determinadas corporaciones, grupos, personas o el Estado se tornan ineficaces e ineficientes. Y esto es lo que pasó en la Argentina, ayudado y potenciado por los golpes de Estado sucesivos que tuvimos en la realidad política nacional.

Y por esos golpes de Estado perdimos la batalla en la conciencia ciudadana, en el sentido de que lo correcto era defender la participación del Estado en la economía, no cualquier participación ni de cualquier Estado.

Y esa es la batalla que lamentablemente perdimos en época democrática, en época de Menem, donde nos ganaron con la bandera de la modernización detrás de la cual se plegaron muchos. Mucha gente creyó que ese era el camino.

Nunca lo compartimos. Modernizar nunca es perder la posibilidad de que la Nación mejore la calidad de vida de nuestro pueblo.

Además sacamos la conclusión de que esto no es simplemente el voluntarismo de querer transformar o hacer avanzar el Estado en las crisis fundamentales que hacen a la vida nacional. Sólo con el voluntarismo no alcanza. Creo que a la luz de la realidad la modificación esencial es caminar hacia la descentralización del Estado, no en lo normativo –que lo debe seguir conservándose- sino en la posibilidad de la ejecución y del acercamiento del Estado a la ciudadanía.

Necesitamos la descentralización para acrecentar la participación ciudadana. Juntas cumplen un rol fundamental, porque las transformaciones no las hacemos los gobiernos sino que las hacemos si ganamos la batalla en la conciencia de la mayoría de los ciudadanos acerca de qué camino hay que seguir para hacer un camino irreversible y afianzado hacia adelante, de construcción y de presencia efectiva de la Nación, garantizando los derechos a la mayoría de los hombres y mujeres en la Argentina, garantizando las posibilidades de desarrollo a través de un plan estratégico, como en este caso. Debe decidirse la matriz energética para la Argentina.

Existe también una metodología de planes estratégicos. Esto no se hace exclusivamente en despachos sino en el contacto cara a cara con los ciudadanos, pero se hace fundamentalmente logrando que la gente participe, porque el cambio está en la gente. Si logramos organizar y liberar la capacidad creadora y realizadora en la gente, avanzaremos en forma irreversible a un cambio en celeste y blanco, que es el cambio que queremos.

Creo que reconocer un error puede ser el comienzo de un camino de cambio. Esta es la razón por la cual vamos a votar a favor en general y nos vamos a oponer a una cantidad de artículos de la ley. Necesitamos escuchar y escucharnos todos. Necesitamos por sobre todas las cosas volver a la integridad nacional de Mosconi y Huergo, de las primeras petroleras del sur, de Comodoro Rivadavia, que en la peor de las condiciones, con su esfuerzo y dedicación, creyeron que era posible construir la Nación Argentina. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Roberti.- Señor presidente: desde la libertad de acción que tiene nuestro bloque expresaré una posición que engloba además a otros compañeros.

Este es un día fundamental para la vida de la República, en el que seguramente quedará sancionado el proyecto de ley de recuperación del patrimonio de la empresa más importante de la Argentina y de la posibilidad real de que recuperemos la energía, el vigor y el valor agregado para el país.

En mi condición de vicepresidente de la Comisión de Energía y Combustibles participé de la reunión conjunta en la que se produjo dictamen sobre el proyecto de ley que a mi juicio se resume perfectamente en su artículo 1º. Por medio de la declaración de la soberanía energética estamos recuperando el patrimonio para la Argentina, pero más allá del enunciado, estamos recuperando nuestra soberanía. Pasamos a defender la escarapela y “la azul y blanca” desde la lógica pura que representa el hecho de sentirnos argentinos y de reconocer en YPF lo que nunca debió dejar de ser: la empresa testigo y la más importante del país.

En consecuencia, adelanto que no tengo objeción alguna sobre el articulado del proyecto que contempla la recuperación del patrimonio y la constitución del Consejo Federal de Energía. Al respecto, me parece bien defender la posición de los gobernadores de nuestras provincias que integran la OFEPHI, protagonizando como dueños del suelo y del subsuelo nacionales un rol estelar. Me refiero en particular a las provincias que tienen la posibilidad de refinar y procesar hasta el 56 por ciento de la refinación de los productos líquidos y del gas licuado en garrafa. Es una excelente oportunidad para que, como corresponde, aquellos gobernadores de las provincias no petroleras puedan hablar de sus cosas dentro del Consejo Federal de Energía, y no como ahora, que solo los moviliza la posibilidad de una futura distribución de dividendos.

Aunque no haya margen, hay que sentarse a discutir la política petrolera, porque es una decisión que engloba a todos y es para el bien común de todos los argentinos, sin distinción.

Quiero referirme a la realidad manifiesta en los artículos subsiguientes de la expropiación. Los trabajadores petroleros veníamos diciendo que cuando nosotros realizábamos una manifestación no lo hacíamos desde la lógica de parar para mejorar alguna condición personal. Desde allá lejos y hace tiempo decíamos que estamos en presencia de una empresa que no invirtió jamás, que compró por 13.500 millones de dólares, que amortizó en siete años y que en los años siguientes se dedicó a expoliar las arcas nacionales exprimiendo a los argentinos hasta dejarnos sin energía y llevándose 8.500 millones de utilidades a su pueblo. Y eso se hizo sin diplomacia, sin pedir permiso y sin fijarse en las reglas que deben imperar en el conjunto de los tratados bilaterales. Si eso no es una actitud colonizadora de la época prehispánica, si eso no forma parte de un vaciamiento colonial, que me expliquen los argentinos bien nacidos que quieren a su patria si no se ha tratado efectivamente del robo más descarado e importante que hemos sufrido en el siglo XX los argentinos.

Además, creo sinceramente que cuando se litigue en los tribunales internacionales no es que les debamos pagar; yo no creo en eso. Yo creo que en los tribunales internacionales hay que poner en el debe y en el paga todo, y hay que poner las inversiones no realizadas, los compromisos sociales que estaban previstos y no se cumplieron, que eran el camino señero de la vieja YPF en todo nuestro pueblo como red de contención social.

Hay que tener en cuenta el pasivo social que nos deja en las refinerías, en los yacimientos y en los pueblos, que se han quedado hoy con el ambiente derruido producto de que nunca han cambiado una tuerca ni se comprometieron a tener cambios en la tecnología.

Quiero decirles que cuando pongamos todo eso sobre la mesa, seguramente no es que vayamos a tener que pagar como país, esto se los quiero decir a los que tienen tanta prevención. Creo que nos tienen que pagar a los argentinos, que hemos sido demasiado buenos, por no decir estúpidos, que hemos permitido que pasara todo este pasaje de colonialismo ya entrando el siglo XXI.

Me pone realmente contento que en el directorio del futuro no solamente exista una empresa profesionalizada que dé posibilidades, que pueda insertar los capitales privados con la misma, sino que exista un gerenciamiento realmente importante, que conozca el petróleo.

Además me pone contento que los trabajadores integren ese directorio. Ello va a permitir que exista la voz firme del pueblo representada por los hombres que más hicieron por la grandeza de YPF, que han sido nuestros trabajadores a lo largo y a lo ancho de toda la República Argentina y por el tiempo de todos los tiempos.

Para ir fijando la posición política, más allá de que efectivamente haya habido aquí una situación que algunos critican porque quizás se ha esperado mucho, como he escuchado, no hay ninguna duda de que se ha obrado bien, se está en el camino correcto de la producción, del empleo, del mantenimiento y del mejoramiento de las reservas para el bien común.

Por eso hay que darle una mirada que vaya más allá del costado ideológico. El petróleo no tiene ideología. Los que le dan un disfraz ideológico son los que se montan en él desde la partidocracia para dar desde allí un mensaje banal, porque intentan desde la frivolidad engañar con sus mensajes. El petróleo es de todos los argentinos, es un bien estratégico y como tal es responsabilidad de todos.

Bienvenido este proyecto, que nosotros apoyamos. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza.

Sr. Thomas.- Señor presidente: quiero hacer algunas breves consideraciones sobre la votación del bloque que represento. Como ya se sabe, sobre 21 diputados, 3 diputados decidieron acompañar el proyecto oficial y efectuar algunas consideraciones en particular. Asimismo 17 diputados han optado por la vía de presentar un proyecto alternativo y, a nuestro criterio, superador del proyecto oficial. Finalmente, una compañera se decidió por la abstención.

Luego de largos debates que nos hemos dado horizontalmente en nuestro bloque, todos sus integrantes coincidimos en que YPF tiene que tener una conducción estatal. Esta fue una coincidencia absoluta, y la quiero recalcar.

La segunda coincidencia absoluta de los veintiún integrantes de mi bloque es que lo que se hizo con el proceso de privatización fue la causa que nos llevó inexorablemente al desguace y al posterior vaciamiento de la empresa. Esta es la causa principal de su situación actual. Todos coincidimos en este sentido, y lo quiero dejar claro.

Los diputados que represento –que decidimos presentar un proyecto alternativo y no acompañar el oficial- creemos que nuevamente no tuvimos la oportunidad de aportar nuestras propias ideas a este debate que, al igual que el oficialismo, creemos que es muy importante.

Tal como en otras oportunidades en que se trataron proyectos importantes, esta iniciativa fue tratada en un trámite exprés y absolutamente blindado. En este sentido, me gustaría hacer una referencia al diputado Gdansky, a quien realmente respeto, que dijo: “Qué importante sería esto si sirviera para la unidad nacional”.

Nosotros nos quedamos con las ganas porque, en realidad, queríamos debatir y aportar algunas ideas que están plasmadas en el dictamen de minoría, pero creo que primó el miedo de que se nos ocurran algunas ideas superadoras de las propuestas del oficialismo. Eso ha pasado recurrentemente y lamentamos que vuelva a ocurrir en esta oportunidad.

La verdad es que nos consideramos con derecho a desconfiar porque no hemos podido discutir lo principal, es decir, lo que han señalado otros diputados que me precedieron en el uso de la palabra en relación con la política energética. Consideramos que YPF es una de las patas importantes, pero no la única.

A nuestro criterio, la política energética del país ha sido un verdadero desastre en estos últimos años. Esto quedó plasmado en el hecho de que en nueve años pasamos de ser un país exportador de energía a uno netamente importador. Todos sabemos que va a costar varios años revertir esta situación.

¿Por qué no podemos discutir la estrategia para que inclusive el oficialismo nos explique a través de los funcionarios que asistieron al Senado –pero no a esta Cámara- qué pasó en estos años no sólo con YPF sino con el resto de las empresas concesionadas?

Nos da la impresión de que muchas de esas empresas no tenían que ver con el negocio petrolero y simplemente eran representantes de ese capitalismo de amigos que fue convocado no sé con qué fines, pero sí conocemos los resultados porque fueron verdaderamente desastrosos.

Hay responsables directos que ya han sido mencionados, pero los voy a volver a mencionar: el ministro De Vido –el jefe- y Baratta, quien en noviembre de 2011 –y lo voy a leer textualmente- dijo que: “El Estado nacional está en un todo de acuerdo con las actividades que viene desarrollando la compañía Repsol YPF”. Noviembre de 2011.

Como si esto fuera poco, Cameron, en una nota firmada por él –y que ya ha sido explicitada- dijo que el autoabastecimiento no era un objetivo prioritario para la Argentina, y mencionó el ejemplo de Japón.

Creo que aquí radica la causa de que no se pueda cumplir con el artículo 1º del proyecto oficial, que dice que el verdadero objetivo de este proyecto de ley -que seguramente va a ser sancionado esta noche- es el autoabastecimiento energético. Esto es absolutamente contradictorio con la máxima autoridad del área.

Estamos preocupados porque, a nuestro criterio, las provincias aparecen como convidadas de piedra, y en realidad, de acuerdo a la Constitución de 1994, son las verdaderas propietarias de los recursos naturales del subsuelo. En ese sentido, no se nos asegura ni el porcentaje de participación ni una conducción en la futura empresa. Las provincias deben ser respetadas como tales, tanto las productoras como las que no lo son, y en nuestro dictamen tienen una participación diferencial.

Aprovecho que está presente el gobernador de mi provincia para dar un ejemplo de una provincia petrolera. Al gobernador lo veo preocupado por la participación del representante provincial en el directorio de la nueva YPF. Yo me preocuparía mucho más por conocer los números reales que nos deja esta gestión de YPF, en connivencia con el gobierno nacional a través de Baratta, quien firmó todos los balances y permitió, en connivencia con la empresa Repsol y el grupo amigo del gobierno, Eskenazi, hacer un vaciamiento y un desguace de la empresa, que era nuestro orgullo.

Al gobernador de mi provincia –y también a los otros- le sugiero que primero vea los números, porque más que obtener recursos de YPF para las provincias, primero habrá que ponerlos. De acuerdo con los datos que manejamos, que no están blanqueados, la empresa presentaría un pasivo –aparte del ambiental- de entre 6 y 8 mil millones de dólares, según información de las bolsas internacionales.

También existiría una cláusula en el sentido de que cuando se retire Repsol de la posición dominante se vencerían todos los plazos de esos créditos en forma inmediata y habría que pagarlos. Me preocuparía mucho más por esta situación, porque muchas provincias productoras podrían encontrarse con lo opuesto de lo que aparece como propuesta principal del gobierno.

Según nuestro criterio, estamos desperdiciando oportunidades brillantes para aclarar algunos puntos y convocar a todo el país y a las fuerzas políticas a una gesta importante, como el autoabastecimiento y la soberanía energética.

¿Por qué antes de hacer el casting –como dice un medio oficialista- de probables inversores, arrancando con Exxon y la Conoco, no analizamos si el empresariado nacional de menor envergadura podría encontrar formas asociativas con la nueva YPF? También podríamos dar prioridad a las empresas latinoamericanas, que hay muchas, a fin de conversar primero con ellas.

No empecemos a imaginar que la salida es el cambio. Sale Repsol y entran la Conoco o Exxon, porque seguramente a esos muchachos no les interesa el proyecto nacional y popular. Seguramente no concurrirán a invertir con las circunstancias actuales. Van a exigir otro tipo de condiciones, y debemos estar muy atentos a los requisitos de esos nuevos inversores para poner plata en el mercado hidrocarburífero nacional.

También estamos desperdiciando una oportunidad importante para conocer los números reales de Repsol. Se nos pide que acompañemos porque es una causa nacional, con lo que coincidimos, pero no disponemos de los números, que aparentemente son manejados por algunos funcionarios.

También quiero expresar mi asombro por las expresiones de la miembro informante, quien dijo que había mantenido charlas privadas con el ex presidente Néstor Kirchner, quien le habría dicho que era un estatista y que soñaba con una YPF estatal. Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Lo único que hemos visto nosotros es lo que se hizo, que fue un desastre, privatizando la empresa orgullo de los argentinos.

Otra diputada dijo –la menciono con todo respeto, porque lo hizo de corazón- que observa a la oposición revolcándose o buceando en el pasado. En realidad, me parece que es muy importante no quedarnos en el pasado, pero sí analizarlo para no cometer los mismos errores en el futuro. Aquí, incluso, están presentes las Madres y las Abuelas, que saben mucho de procesar el pasado, de pelearlo y de que no queden impunes muchas cosas.

En ese sentido, también pensamos lo mismo. Entonces, quien fue privatizador en aquella época y hoy tiene la obligación de conducir debe explicarnos qué fue lo que cambió, cuál fue el motivo de que saltemos de una posición a otra con la misma vehemencia, envolviéndonos en la bandera nacional.

A través de la Presidencia, me gustaría enviar respetuosamente un mensaje a la presidenta de la Nación. Desconfío de que solamente con el proyecto oficial sobre YPF se resuelva a corto, mediano o largo plazo el problema de autoabastecimiento y la soberanía energética en nuestro país. La política energética que debemos discutir hoy está ausente de este debate.

Desconfío de que se vaya a gestionar correctamente la empresa, ¿cómo no hacerlo? Entiendo que el oficialismo apoye vehementemente esta iniciativa; esas son las reglas de juego. En este sentido, discrepo con algunos dirigentes de la oposición que dijeron que todos los jóvenes que están hoy acá fueron arrastrados o traídos con engaños. No, están militando en una causa en la que creen y comprometidos con el proyecto del gobierno nacional.

Nosotros, en cambio, tenemos la función de controlar, entre otras. Entonces, brinden las herramientas necesarias para que podamos hacerlo y acompañarlos en la tarea. Si no existen sistemas de control y la auditoría sólo estará a cargo de la Comisión Nacional de Valores, éste nos parece un proyecto muy liberal, que no está en el campo nacional y popular. El Estado es quien debe controlar y regular, y las herramientas para hacerlo se contemplan en este proyecto.

Desconfío de que esta iniciativa favorezca a las provincias –a nuestro criterio no lo hace-, porque fundamentalmente existe el antecedente de ENARSA, objetivo ambicioso y nacional que se transformó solamente en una empresa importadora de combustible.

Finalmente, deseo aclarar la posición de los diecisiete diputados del bloque que represento. Asistiremos a la votación en general con los argumentos que ya he explicitado. Hemos presentado un dictamen de minoría, como propuesta alternativa, pero como el oficialismo ha comunicado que no aceptará ninguna modificación, una vez concluida la votación en general nos retiraremos del recinto.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Gil Lavedra.- Señor presidente: no es una sorpresa la posición que va a asumir nuestro bloque. Nuestras autoridades partidarias ya adelantaron cuál es, luego de un intenso proceso de discusión interna. La tarea no fue fácil, aunque pareciera que para algunos medios esto ha sido más importante que el propio proyecto de ley.

Voy a asumir la responsabilidad, como presidente del bloque de la Unión Cívica Radical, de defender una decisión que excede a los integrantes del bloque, y sostendré el punto de vista que adoptó orgánicamente nuestro partido.

Para ello, quisiera partir de cinco ejes sustanciales. El primero es que estamos frente a una grave situación energética cuya magnitud no solo compromete seriamente la economía actual sino que también pone en riesgo su desarrollo. Esto seguramente tendrá impacto en lo cotidiano. Estamos hablando de un impacto que se distribuye en dosis a lo largo del tiempo. Los condicionamientos de esta crisis estarán vigentes por años.

La Argentina ha perdido el autoabastecimiento alcanzado durante el gobierno de Raúl Alfonsín, pero ello no fue por casualidad u obra del azar sino como consecuencia de las políticas erráticas, zigzagueantes, coyunturales e irresponsables de los gobiernos justicialistas de los últimos veinte años.

Desde 1998 la producción de petróleo ha caído sustancialmente, y desde 2004, la de gas; pero más dramático aun es que han caído las reservas en la Argentina.

Para que la gente cobre conciencia de cuál es la dimensión del problema, debo decir que de acuerdo con los actuales niveles de consumo tenemos petróleo para once años y gas para ocho años. Estas son las reservas que quedan al país, pues durante todos estos años las hemos dilapidado. De ser autosuficientes, e incluso exportar excedentes, hemos pasado a ser deficitarios en la balanza energética por un monto de 3.000 millones de dólares el año pasado; ese déficit llegará a 10.000 millones de dólares el año que viene, y el subsiguiente a no menos de 15.000 millones de dólares.

Por supuesto, han caído las reservas porque ha disminuido la exploración en razón de que han decrecido las inversiones. Todos los especialistas pronostican que la salida de este ciclo vicioso demandará al país una inversión no menor a 40.000 o 50.000 millones de dólares.

Desde este bloque venimos alertando acerca de que el famoso modelo de la gestión del actual gobierno sustancialmente se basa en los superávit gemelos fiscal y comercial. Puede estimularse la demanda agregada a través del consumo o por medio de las tarifas congeladas y un régimen irracional de subsidios. Ahora existe déficit en ambos casos, ya no hay superávit. El déficit fiscal puede cubrirse con una estafa como la inflación –como se está haciendo-, pero no puede procederse de igual forma respecto del déficit energético, pues el gobierno no puede imprimir dólares. Allí aparece una enorme restricción que actuará como condicionamiento importante para el desarrollo económico del país.

En segundo lugar, debemos analizar por qué hemos llegado a esta situación. Oportunamente adelanté que ello obedecía a la acción de dos gobiernos justicialistas. Agradezco al señor diputado Yoma la manera como los integró en su relato histórico.

El gobierno de aires neoliberales de Carlos Menem privatizó YPF, y la Unión Cívica Radical enfáticamente expresó su negativa. Luego vinieron las políticas pseudoprogresistas del matrimonio Kirchner. Menem privatizó YPF vendiéndosela a Repsol, con el acompañamiento entusiasta –en ese momento- del matrimonio Kirchner.

No ignoro que en este recinto se ha aludido a manifestaciones privadas que habría formulado el ex presidente respecto de su verdadero deseo; pero las expresiones públicas, documentadas, fueron absolutamente distintas, ya que se mostraron a favor de la privatización y de la argentinización.

Queremos ser claros, señor presidente. Cuando en 2003 Néstor Kirchner asumió el gobierno la Argentina tenía autoabastecimiento energético, que hemos perdido luego de nueve años de una gestión desastrosa. Y no vengan ahora con el cuento de que esto se debe a que el país creció, y que en consecuencia es necesaria mayor energía. Esto lo desmiente toda la región, que a la vez que creció también incrementó el saldo de petróleo.

Por ejemplo, entre 2003 y 2010 la Argentina ha crecido un 64 por ciento del producto bruto interno en términos reales, pero respecto del mercado de petróleo cayó un 67 por ciento. Brasil creció el 35 por ciento y aumentó su saldo de petróleo en el 176 por ciento; Colombia, un 33 por ciento, e incrementó su saldo en el 78 por ciento. Perú aumentó su PBI en un 58 por ciento y disminuyó su saldo de petróleo un 51 por ciento. Entonces se puede crecer y a la vez aumentar la producción y el horizonte de reservas. Se puede crecer si al mismo tiempo se establecen políticas inteligentes, políticas concertadas, que puedan aumentar la inversión, la exploración y la producción.

Pero debo decir que durante estos nueve años, o no hubo políticas o hubo una política deliberada tendiente a la dependencia energética, una política deliberada hacia la importación.

Siempre aparece el que paga y en quien descargar las culpas. Ahora son los inescrupulosos de Repsol. No es porque Repsol no haya hecho lo que hizo, pero si lo hizo fue con el consentimiento, la aquiescencia y el acompañamiento del gobierno.

He visto con estupor que el viceministro de Economía, el señor Kicillof, afirmó ante los senadores que no se podía conocer la verdad hasta hacerse cargo de la empresa, porque no se sabía qué había adentro y había que conocer sus verdaderos registros. ¡Por favor, señor presidente, esto es un atentado al sentido común! Sólo hace falta saber leer. Habría que cambiarle los anteojos a De Vido y a Kicillof. ¿Qué hacían los directores de YPF que aprobaban los estados contables? ¿No leían los representantes del Estado, que aprobaban todo en las asambleas, que aprobaron el endeudamiento de la empresa?

Toda esta información no es secreta; está en la web, disponible para cualquier ciudadano, con los nombres de quienes aprobaron. Leo los nombres: Tempone, Dardid, Baratta, Carnero, nuevamente Baratta. En todos los casos aprobaron la distribución de dividendos y el estado de resultados. ¿Leían o no leían?

Por otra parte, ¿cómo es posible que se diga ahora que la empresa española no reinvertía y sacaba las utilidades, cuando la famosa argentinización es un fraude? Digo fraude porque el convenio de compraventa exigía la conformidad del gobierno y allí se establece cómo se paga. Aparte, aprobaron la distribución de dividendos. ¿Por qué no dejaron que el Estado comprara este 25 por ciento que se compró sin plata? ¿Por qué? ¿Qué explicación hay para que la compre un amigo del poder y no el Estado nacional?

Por supuesto, no hablemos del incumplimiento de las reglas de la propia ley de hidrocarburos, la número 17.319, que específicamente establece que el Estado nacional puede verificar la contabilidad del contratista. Lean el artículo 75 de esa ley.

Pero lo que me preocupa es que esta ausencia absoluta y renuncia al control por parte del Estado es una matriz que se repite en varios ámbitos. Es la misma matriz de los trenes, donde la falta de control nos costó cincuenta muertos.

Es la misma matriz de la falta de funcionamiento de la ley de medios para que el señor Cristóbal López pueda seguir comprando medios sin que el AFSCA pueda controlar.

Es la misma matriz de la energía, porque esta dependencia energética lleva a las compras poco transparentes de gas. ¿Cuál es el precio? ¿Los 11 dólares el millón de BTU que se paga a Bolivia? ¿Cuánto cuestan los barcos, que no se sabe cuántos llegan: 16, 17, 18, 19 dólares? ¿O los 22 dólares que se pagan a Qatar, con la intermediación de Cirigliano? Sí, el mismo de los trenes, que también participó en esto.

Es la misma matriz del caso Ciccone. ¿Qué hicieron la UIF, el Banco Central y la AFIP para verificar quiénes son los dueños, que todavía ignoramos?

Nosotros no queremos un Estado bobo, estúpido ni ladrón. Y el Estado que tiene el actual gobierno, o es una cosa o es la otra; o no se da cuenta lo que le pasa por las narices o es un manto de la palabra corrupción.

Y quizás merezca un párrafo aparte explicar lo que ha ocurrido estos años con la ley corta. Sinceramente creo que la ley corta ha sido un fracaso. Y muchas de las provincias –no quiero generalizar- no han estado a la altura de las circunstancias. La mitad de las concesiones que han otorgado lo han hecho a grupos sin ninguna experiencia: Vila, Manzano, Lalín, Monetta.

Santa Cruz es el ejemplo paradigmático: en catorce áreas no pudieron calificar ni YPF ni Petrobras; por supuesto sí pudieron hacerlo Cristóbal López y Lázaro Báez. ¿Cuánto invirtieron? ¡Ni un dólar! Esta es la política que nos ha llevado a esta situación.

La tercera cuestión es la hipocresía de un relato épico. El tema de la estatización de YPF se ha envuelto con una aurora absolutamente épica, una epopeya en la cual ahora estamos yendo contra los malos de España. Antes el cuco era Magnetto –no sé si ahora habrá zafado-, Marsans, los piquetes de la abundancia, las AFJP, los periodistas destituyentes, etcétera.

Sabemos muy bien que esto no resuelve el problema, por más que vaya en la dirección que apuntamos, por el tamaño de YPF y porque lo que necesitamos son inversiones que no las tiene el Estado ni YPF. Además, porque lo que va a hacer falta es una dirección –como dice la ley, y esto es preciso que se cumpla- verdaderamente profesional, eficiente y competitiva, para volver YPF a lo que fue. Por lo tanto, este es un capítulo de lo que tiene que ser una solución mucho más integral.

¿Qué pensamos nosotros? La Unión Cívica Radical se encuentra ligada a YPF en su propia historia. Nosotros la creamos, la defendimos en nuestros gobiernos; siempre pensamos que era una pieza estratégica en el desarrollo del país, y lo fue por muchos años. Hemos rendido homenaje a Yrigoyen, a Alvear, a Mosconi, a Perón, a Illia y a Raúl Alfonsín.

Y no fuimos incoherentes, porque Frondizi no discutía el carácter estatal de la empresa. Lo que se discutía en ese momento era la concesión o no a empresas privadas.

Hemos elaborado un programa de acción integral que tiene que ver con dar un marco institucional creíble. Hay que reformar la ley 17.319 de la dictadura, volver a modificar la pequeña ley corta preservando los derechos de las provincias; establecer una auditoría integral de las concesiones, retrocediendo aquellas que no hayan cumplido con sus compromisos. También debemos crear una agencia federal con participación de las provincias, copiando los mejores modelos de Latinoamérica.

Esta es una propuesta integral que se ve reflejada en algunas partes de nuestra disidencia, pero que integraremos próximamente cuando presentemos otro proyecto. Porque además, señor presidente, hay una tendencia en el mundo acerca de que en materia de recursos naturales renovables o no renovables aumentan los márgenes de acción soberana de los gobiernos, por la importancia que estos tienen para el desarrollo económico y social.

Por último, quiero referirme al aspecto central de nuestro voto. Adelanté que no fue una cuestión sencilla para nosotros. El proyecto del gobierno resultaba muy objetable desde muchísimos ángulos: el fracaso de la política, la falsedad del relato, la ausencia de una visión integral de la cuestión, la desconfianza, la ausencia de control, la violación al federalismo del artículo 8º. A ello se sumaba, aunque no es objeto de consideración en esta sesión –lo haremos cuando ustedes lo traigan- el atropello confiscatorio que significó el decreto de necesidad y urgencia a través del cual, sin ni siquiera publicarlo, el gobierno se apropió de la empresa.

Ahora bien, coincidíamos en un aspecto central del proyecto: la conveniencia de que el país tuviera una petrolera estatal o con mayoría estatal.

¿Qué debía prevalecer? ¿Las coincidencias o las disidencias en una votación que simplifica los matices que muchas veces existen entre las diferentes posiciones?

En el debate mantenido entre los cuerpos orgánicos del partido ha prevalecido la postura de acentuar el punto neurálgico del acuerdo por sobre las disidencias que hemos expresado en esta sesión y en el dictamen. Las razones que nos han llevado a esto reposan en dos circunstancias. En primer término, en nuestra propia concepción de la democracia. En segundo lugar, en la necesidad de hacer lo mejor para el país en un tema que requiere políticas de largo alcance.

Con todo respeto quiero decir que a mi juicio nosotros tenemos una concepción diferente de lo que es la democracia. Ustedes piensan en una democracia mayoritaria, de indudable legitimidad popular, pero que con un fuerte sesgo de populismo impone su mayoría. No creen en el consenso y en el debate, sino en una democracia vertical de un líder iluminado que sabe qué es lo mejor para todo el pueblo, imponiendo muchas veces su mayoría de modo prepotente y con alguna impronta autoritaria.

Esta manera de actuar –lo hemos dicho en otras oportunidades- no es buena, ya que divide y segmenta a la sociedad, la que termina estando a favor o en contra del gobierno en un juego de suma cero donde a la postre el que pierde es el país. Estos antagonismos y disidencias han marcado permanentemente a la historia argentina y son probablemente una de las causas de nuestra decadencia.

Por el contrario, la Unión Cívica Radical cree en el pluralismo. Nosotros consideramos que este último constituye un principio y que como método de una sociedad democrática se debe procesar el disenso. Creemos que las reglas de juego compartidas procesan los disensos y buscan los grandes acuerdos, como así también que no hay verdades absolutas. Confiamos en el debate racional para poder arribar a los consensos profundos que permiten crecer a los países.

Nosotros no vamos a entrar en el juego de las antinomias perversas. A la Argentina le han costado mucho los intentos de suprimir o derrotar al que piensa distinto. No vamos a actuar por el impulso de las encuestas de opinión ni por la presión de quienes se sientan enemigos del gobierno.

Queremos una Argentina distinta, construida entre todos y en la cual podamos defender nuestros principios, valores y convicciones, estando abiertos para la búsqueda de las mejores soluciones para el país.

La crisis energética que ha provocado el gobierno requiere políticas de largo plazo, probablemente de mucho más de una década. Asimismo exige acuerdos sustantivos, no coyunturales, que no permitan un desvío en estas políticas de largo alcance cuando se produce un cambio de gobierno.

La ley que hoy se va a sancionar excede en mucho el actual mandato del gobierno constitucional. Muchos de los gobiernos futuros se verán involucrados por esta ley y lo que se va a aprobar no es una solución, pero sí parte de ella.

La gravedad de la situación exige que nosotros optemos por el punto que hace a la coincidencia. Me refiero a una empresa petrolera con mayoría estatal, como una manera de iniciar un camino que permita establecer acuerdos sustentables en serio y de buena fe. Esa es la única manera en que pueden crecer los países.

Debe quedar claro que eso es lo que votamos. No convalidamos la ilegalidad, la negligencia y la corrupción. Lo hacemos con la madurez y responsabilidad que tiene nuestro partido.

La Unión Cívica Radical no es una marioneta de los encuestadores ni de los formadores de opinión. Tampoco actúa con oportunismo o cálculo electoral. Es un partido político nacional, orgánico, permanente, orgullo de su pasado y de sus convicciones que va a actuar siempre pensando qué es lo mejor para el país. No es una coyuntura histórica. Nosotros vamos a votar por lo que es lo mejor para la patria. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia agradece al público presente el respeto que ha expresado. A continuación hará uso de la palabra el presidente del bloque del Frente para la Victoria, diputado Agustín Rossi. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Sr. Rossi.- Muchísimas gracias, señor presidente. Vaya un agradecimiento especial por el aliento y por los aplausos, que siempre son bienvenidos. No siempre fue así en esta Cámara. Lo bueno es que con aplausos o con huevazos siempre defendimos las mismas ideas. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Les decía a mis compañeros de bloque cuando nos reunimos antes de comenzar esta sesión que participamos de sesiones con distinto espíritu, sesiones más complicadas, sesiones algunas con muchísimo dolor. Siempre vamos a recordar aquella en que nos tocó rendir justo homenaje a Néstor Kirchner. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Les decía a mis compañeros de bloque que el sentimiento que tenía se podía expresar con una sola palabra: gracias, una profunda gratitud por participar de esta sesión.

En realidad tengo un profundo agradecimiento a Néstor y a Cristina por haberme dado la posibilidad de ser protagonista de estos ocho años de historia. Pero esta era una sesión especial y ese sentimiento de gratitud podía tener distintos involucramientos.

Muchos compañeros le daban gracias a la historia por estar aquí y yo quiero decir, señor presidente, a la historia lo que es de la historia, y a la presidenta lo que es de la presidenta. (Aplausos en las bancas y en las galerías.) Hoy estamos aquí porque la presidenta de la Nación tomó la fuerte decisión política de nacionalizar la principal empresa petrolera que existe en la Argentina. Este es el motivo.

Muchos preguntarán por qué ahora y no antes, por qué en este momento. Algunos han querido buscar alguna causa coyuntural, mezquina. Y yo quiero decir que como todos sabemos las decisiones no se toman en un termo, las decisiones se toman con un contorno y en un entorno. A veces ese contorno y ese entorno viabilizan las decisiones, y en otras, ese contorno y ese retorno retardan las decisiones.

En más de una oportunidad, incluso el otro día, en nuestro acto partidario en Vélez, delante de cien mil compañeros, la presidenta agradeció ferviente y honestamente el apoyo político de la oposición y de los bloques de la oposición a esta iniciativa. Pero no olvidamos que dos años atrás este mismo bloque no pudo aprobar el proyecto de ley de presupuesto general de la Nación porque ningún bloque de la oposición permitió a la presidenta gobernar durante 2011 con presupuesto. (Aplausos y manifestaciones en las bancas y en las galerías.)

Dos años atrás podríamos haber pensado que esto era viable, pero en verdad me parece una discusión casi sin sentido.

Lázaro Cárdenas estatizó y expropió no una sino todas las empresas petroleras de México, que eran todas privadas, en 1938, después de haber estado cuatro años en el gobierno. ¿Alguien podría criticar a Lázaro Cárdenas haber estatizado en 1938 y no apenas asumió el gobierno? Primero hizo la reforma agraria e implementó una cantidad de medidas.

Yrigoyen creó YPF casi al final de su gobierno; de hecho, a Mosconi lo nombró Alvear. ¿Alguien podría criticar a Yrigoyen que recién creó YPF al final de su gobierno y no al inicio? Absolutamente nadie podría decir eso. (Aplausos y manifestaciones en las bancas y en las galerías.)

Algunos dicen que la cuestión es un problema de balanza comercial. Siempre la cuestión de la energía fue un problema de balanza comercial. Cuando Yrigoyen creó YPF, la Argentina importaba energía y pagábamos con carne y trigo. ¿A quién le importábamos la energía? A Inglaterra. ¿A quién le pagábamos con carne y trigo? A Inglaterra. ¿Qué pasó con YPF? Se empezó a balancear ese desbalance, por lo que empezamos a tener un diferencial a favor nuestro. Ya no necesitábamos entregar a Inglaterra tanta carne y tanto trigo por un combustible que no importábamos.

¿Quién vuelve a poner las cosas en su lugar para el imperio? Como todos lo deben saber, el Pacto Roca-Runciman, que vuelve a la situación en la que nosotros importábamos energía y pagábamos con carne y trigo, e YPF nuevamente empieza su descenso en cuanto a su producción petrolera.

Se dicen muchas cosas intentando descalificar una situación que fue tomada cuando correspondía y para rectificar situaciones que claramente perjudican la posibilidad de que la Argentina siga creciendo con el mismo ritmo de los últimos años.

Se ha dicho que en la historia argentina hubo golpes de Estado que tuvieron olor a petróleo. En el mundo hubo situaciones de guerra cuya causa fue el petróleo.

¿Cuál es hoy la situación internacional? El petróleo funciona en el mundo como un commodity. El precio del petróleo no es el de la oferta y la demanda. El 80 por ciento de las que manejan el mercado a futuro del petróleo son empresas financieras; el otro 20 por ciento son empresas petroleras. Una de las que maneja el mercado del petróleo a futuro es la JP Morgan y otra la Goldman Sachs. Claro, la JP Morgan también elabora el índice de riesgo país, y como dijo el diputado Solá, la JP Morgan tiene acciones de Repsol. ¿Cómo no va a aumentar el riesgo país que dictamina la JP Morgan, que tiene acciones de Repsol, cuando la presidenta anuncia que nacionaliza Repsol? (Aplausos.)

Hay que decirlo con muchísima claridad. Hace bastante tiempo que dejamos de comprar espejitos de colores. El último espejito de colores que anda dando vueltas por el mundo es ese riesgo país. ¿Cómo puede ser que España hoy tenga menos riesgo país que la Argentina? La única explicación es que España paga y tiene un plan económico para pagar sus compromisos financieros internacionales y poco le preocupa lo que pasa con el pueblo español. (Aplausos.)

Esto es lo que ha pasado, pero no pasa solamente en la Argentina, porque la especulación financiera –lo venimos diciendo y la presidenta lo ha dicho en cuanto foro internacional le tocó participar- está vinculada con la crisis que todavía tienen la Eurozona y los Estados Unidos. Es una crisis que empezó en el ámbito financiero y se trasladó al ámbito económico, y hasta que el mundo y la economía mundial no se posicionen más alrededor de la economía real y menos de la financiera, va a ser imposible que vuelva a crecer como lo venía haciendo. Porque la especulación financiera desbarata cualquier intento de crecimiento económico.

Si no, pregúntenle a Obama, que intenta recuperar a Estados Unidos de la recesión económica; pretende que crezca económicamente pero cuando se da vuelta le aumentan el combustible, y lo hacen por especulación financiera. Porque la verdad es que el consumo de gasolina en Estados Unidos bajó el 10 por ciento, en la Eurozona el 20 por ciento, y el precio del barril aumentó internacionalmente un 25 por ciento desde diciembre del año pasado.

Hay menos demanda, hay más oferta y hay un mayor precio. ¿Qué explicación tiene esto? La única explicación que tiene es la especulación financiera. Nosotros teníamos una empresa que controlaba YPF y era parte de ese juego. Tenía puesta la mirada en el petróleo no como la tenemos que tener nosotros los argentinos, como fuente e insumo indispensable para el crecimiento económico, sino desde el punto de vista del mercado financiero.

Y así funcionaba. Y esa situación que podía ser sostenible en algún momento era imposible que se siguiera sosteniendo cuando un país crecía arriba del 7,7 por ciento anual durante los últimos años. El mundo de los 90, independientemente de las calificaciones, es distinto al de los 2000.

Por suerte el mundo de los 2000 es más complicado y la Argentina está menos complicada, pero las reglas de juego cambiaron. El diseño de los 90 no incluía una Argentina industrial; el diseño de los 90 no incluía un mercado interno fuerte. Este diseño de los 2000 incluye una Argentina industrial y un mercado interno fuerte. (Aplausos.)

Cuando hay mayor consumo de combustibles en la Argentina, cuando hay mayor cantidad de autos en la Argentina, cuando el producto bruto ha crecido durante todo este tiempo, cuando el producto bruto industrial ha crecido por encima de la media del producto bruto, significa que la demanda energética ha crecido.

Hay que decir las cosas porque si no, funcionamos con clichés. ¿Cómo se puede sostener que no hemos invertido en energía si hemos crecido cerca del ocho por ciento promedio durante todos estos nueve años? ¿Con qué creció el país durante estos nueve años si no fue con energía? Invertimos en energía. Nos encontramos con una situación distinta a la de ahora. El problema en 2003 no era la generación sino el transporte, y ahí están los electroductos y los gasoductos, ahí está la línea Choele Choel-Puerto Madryn, y la línea NEA-NOA. Pudimos cerrar el anillo de distribución de energía en la Argentina.

Este Congreso sancionó leyes que no eran del oficialismo sino de la oposición -como la ley de biocombustibles- para empezar a cambiar la matriz energética de nuestro país.

Este gobierno terminó Yacyretá y la llevó a su cota definitiva. Duplicamos la capacidad de generación de Yacyretá.

Este gobierno terminó Atucha II y tiene centrales térmicas, y hacía años que no se hacía una central térmica en la Argentina. (Aplausos.)

Mientras esto ocurría, nuestra principal empresa petrolera jugaba en el mercado financiero e invertía poco en la Argentina porque buscaba otros lugares del mundo para hacerlo.

Hay que decir la verdad: YPF financió el crecimiento de Repsol en todo el mundo. Esta es la realidad. El petróleo argentino financió el crecimiento de Repsol en todo el mundo.

¿Por qué Repsol invertía en otros lugares del mundo? Porque allí podía vender a precio internacional. ¿Por qué no invertía en la Argentina? Porque el gobierno le decía que el precio del barril no debía superar los cincuenta o sesenta dólares. (Aplausos.) No debía valer 105 dólares.

Entonces, ¿qué nos decía Repsol? Que íbamos a tener desabastecimiento, y muchas veces nos desabastecía. ¿Qué más nos decía Repsol? Que solamente debíamos refinar combustibles premium. Estas son las cosas que nos decía Repsol. ¿Para qué? Para que llegara el momento en que, como dijo el viceministro de Economía ante los senadores, se dejara de importar a 105 dólares: dénnos a nosotros a 80 o 90 dólares el barril de petróleo, que es el precio al que nosotros lo sacábamos. Esa era la ecuación y esa era la extorsión.

Esto fue lo que nosotros vinimos a cortar. Por eso bajaron la exploración y la explotación. Por lo tanto, el único indicador económico que funciona en los balances de Repsol es el de utilidades. Tiene bajo patrimonio neto porque la vaciaron y tiene baja liquidez porque la endeudaron, pero tiene alta rentabilidad.

El plan de Repsol no era quedarse en la Argentina. Pretendían que en algún momento YPF fuese casi una empresa residual.

Este no fue un mal negocio para Repsol YPF. Invirtieron 13.500 millones de dólares y se llevaron más de 15 mil millones de utilidades. Le vendieron al grupo Eskenazi 3.500 millones de dólares y se llevaron 2.700 millones de dólares en acciones que cotizaron en bolsa. Tuvieron casi 8 mil millones de rentabilidad. La verdad es que el conjunto de los argentinos podría haber esperado una reacción absolutamente distinta.

Hoy venimos a este recinto con la convicción de que lo primero que estamos haciendo es cambiar un paradigma. A partir de hoy en la Argentina el petróleo deja de ser un commodity para YPF y pasa a ser el insumo básico para el crecimiento y el desarrollo económico de nuestro país. (Aplausos.)

Entonces, este es el primer efecto que genera este proyecto de ley: desacoplar de la timba financiera el petróleo argentino, que se había convertido en un commodity.

Nadie va a pensar que cuando Obama critica la cartelización de las empresas petroleras él se está “chavizando”, tal como algunos han manifestado.

Obama se defiende y ve la impotencia que existe cuando juegan y surge la cartelización que afecta directamente al crecimiento económico de un país. Los Estados Unidos hoy están previendo su crecimiento económico no mediante la performance de su sector exportador, sino fortaleciendo el mercado interno. Si aumenta la nafta, se le reduce su mercado interno; ésta es la realidad.

Entonces, tenemos la posibilidad de volver a andar un camino de soberanía. Lo han dicho algunos diputados y lo quiero reafirmar. El artículo 1° del proyecto es tan importante como el que declara de utilidad pública a YPF y sujeto a expropiación el 51 por ciento de sus acciones.

Declaramos de interés público la exploración, explotación y comercialización de hidrocarburos en la Argentina. También declaramos como de interés público el autoabastecimiento energético. Entonces, todas las empresas petroleras que funcionan en la Argentina, YPF y el resto, tendrán que cumplir con ese objetivo de interés público, que es garantizar el autoabastecimiento de la energía en el país. (Aplausos.)

Algunos nos preguntan cómo fue que no controlamos. Teníamos una empresa donde el director del Estado representaba una acción y no había ningún mecanismo regulatorio. Lo explicó también el viceministro de economía: para controlar una empresa de la magnitud de YPF había que tener casi otra YPF. Nosotros nos estamos metiendo dentro de la principal empresa petrolera argentina para empezar a cambiar el paradigma del crecimiento.

Los desafíos que se le presentan a la Argentina son enormes, pero maravillosos en cuanto a la posibilidad de que nuestro país siga creciendo en el marco de un continente que también lo está haciendo. Aspiramos a poseer un lugar relativo en el mundo más importante que el que hemos tenido en los últimos treinta o cuarenta años.

Para eso debemos cuidar cada una de las cosas que tiene la Argentina. No llegamos a esta decisión simplemente por una decisión que tomó la presidenta, sino porque hemos construido un país en ese sentido. En 2003 hemos tratado de que los argentinos sintieran que podían vivir de una manera distinta, después del sueño colectivo de los años 90, que se basaba en el individualismo. Nosotros hemos intentado construir el sueño colectivo de los años 2000, consistente en que todos juntos podamos organizar lo que el país necesita para seguir creciendo.

Uno de los grandes méritos de nuestro gobierno es haber reconstituido el Estado. Es cierto lo que muchos compañeros dijeron sobre lo que pasaba en la década de 1990. Hoy nadie piensa en el Estado opresor o deficitario.

A los que se asustan por los controles, les digo que no es la primera empresa que estatizamos. ¡Tráiganme una denuncia de corrupción en el Correo, en Aysa o en Aerolíneas! ¡No hay ninguna denuncia de corrupción sobre los funcionarios que estuvieron al frente de cada una de esas empresas! (Aplausos.)

Entonces, estamos considerando un proyecto de ley cuyo primer título habla de la declaración de interés público de los hidrocarburos, mientras que el segundo se refiere a la participación de las provincias en el Consejo Federal de Hidrocarburos.

No es una cuestión menor. Volvemos a hacer, con el Estado argentino y las provincias, un organismo que planifique los objetivos de la producción hidrocarburífera de la Argentina en los próximos años.

El tercer título habla específicamente sobre YPF y su nacionalización. Hemos decidido dejar a YPF dentro de la órbita de la ley de sociedades comerciales. No queremos una YPF pesada e incapaz de competir en un mercado tan competitivo como el petrolero. La queremos dejar en el lugar de sociedad anónima para que sea ágil, no dé pérdida y siga siendo una empresa privada con participación estatal, pero fundamentalmente para que persiga los objetivos que estaba señalando recién.

YPF es la principal empresa argentina. El otro día escuchaba al ministro de Ciencia y Tecnología, quien fue invitado por la señora diputada Giannettasio a exponer ante la comisión. En esa oportunidad, decía que las dos grandes empresas multinacionales Motorola e IBM tienen un presupuesto más elevado en ciencia y tecnología que todos los países de América Latina en conjunto.

No podemos desperdiciar la oportunidad de que YPF ponga su rentabilidad en dividendos no para los dueños de la compañía sino para generar más inversión, investigación, desarrollo, ciencia, tecnología, capacitación, exploración y explotación. Eso es lo que queremos hacer de YPF. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Para finalizar, voy a leer una frase de Raúl Scalabrini Ortiz, que nos identifica a todos. Decía: “Desalojemos de nuestra inteligencia la idea de la facilidad. No es tarea fácil la que hemos acometido. Pero es tarea ingrata. Luchar por un alto fin es el goce mayor que se ofrece a la perspectiva del hombre. Luchar es, en cierta manera, sinónimo de vivir. Se lucha con la gleba para extraer un puñado de trigo. Se lucha con el mar para transportar de un extremo a otro del planeta mercaderías y ansiedades. Se lucha con la pluma. Se lucha con la espada. El que no lucha, se estanca, como el agua. El que se estanca se pudre.”

El 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner asumió la Presidencia de todos los argentinos. (Aplausos.) En ese sillón dijo que venía a ofrecer un sueño para construir un país distinto, entre todos, y eso fue lo que hicimos siempre, yendo hacia adelante y superando cada una de las dificultades.

Los primeros meses de Néstor no fueron fáciles. Tuvo que vencer a la corporación militar que quería la consagración de las leyes de la impunidad. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Con el 22 por ciento de los votos tuvo que hacer uso de la cadena nacional para pedir a los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que formaban parte de la mayoría automática, que se fueran.

También tuvo que decir al Fondo Monetario Internacional que no seguiríamos más sus recetas económicas ni aumentaríamos las tarifas de las empresas privatizadas. Debimos renegociar con dignidad la deuda que no habíamos asumido nosotros, con el apoyo de algunos y el escepticismo de la mayoría.

Después vino Cristina. El otro día pensaba mientras la presidenta estaba en el acto de Vélez, qué distinto es este abril al de 2008. El 1° de abril de 2008, en la Plaza de Mayo, la presidenta celebraba un acto con todos nosotros. Ese día, Clarín nos recibía con un dibujo de la presidenta de la Nación con una marca en la boca para que no hablase. El dibujo era de Sabat. En ese lugar, la presidenta dijo que ese era un mensaje mafioso; no se trataba de un reclamo de un sector por una medida económica sino de la actitud de los generales mediáticos que se posicionaban y pretendían condicionar al gobierno recientemente asumido. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Siempre fuimos por más. Todos sabemos cómo terminó esa historia; pero al poco tiempo la presidenta dijo a los argentinos que quería que el ahorro previsional dejaran de manejarlo algunos para empezar a ser manejado por el Estado en beneficio de todos. Y nacionalizamos las AFJP, una de las herencias perversas que nos dejaron. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Gracias a la nacionalización de las AFJP pudimos generar la ley de movilidad jubilatoria que permite actualizar el ingreso de nuestros jubilados dos veces por año. Nos decían que el índice habría de ser de 1,5 o de 2,5 puntos, pero la verdad es que los ingresos de los jubilados han crecido enormemente durante todos estos años a partir de la sanción de esa ley.

Y fuimos a las elecciones de 2009, pero no nos fue como esperábamos. Ahí se encontraban los de siempre, los que creían que estábamos terminados, aquellos que pensaban que nuevamente el poder corporativo tenía que hacerse cargo del gobierno. Y la presidenta respondió con la ley de medios, que el Congreso debatió y sancionó. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Entonces, señor presidente, en cada una de las situaciones y circunstancias sabemos que tenemos que ir hacia adelante. No somos como agua de estanque; no nos quedamos quietos, no queremos pudrirnos. Nos subleva un pobre, un necesitado, un desocupado, pues están en cada una de las decisiones que tomamos. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

Estamos convencidos de que la Argentina tiene un futuro próspero que engloba a todos. Los partidos políticos opositores no son nuestros enemigos. En el año 2009 dije acá, en este recinto, que la contradicción de la política argentina era “política versus corporaciones” y no “oficialismo versus oposición”; que teníamos que construir una política capaz de disciplinar al poder corporativo; que la política, desde cualquier lugar, piensa por el interés general; que las corporaciones piensan en su propio interés; que para nosotros, la Argentina es la patria y no una factoría. (Aplausos prolongados en las bancas y en las galerías. Varios señores diputados rodean y felicitan al orador.)

- Se producen manifestaciones y se entonan cánticos partidarios en las bancas y en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Antes de proceder a la votación, conforme lo dispuesto por el artículo 197 del reglamento, esta Presidencia solicita el permiso de la Honorable Cámara para los diputados que manifestaron su abstención.

- Resulta afirmativa.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Al público presente: hemos tenido una jornada extraordinaria y ahora hay que proceder a la votación en general y en particular. Solicito que se siga manteniendo el mismo respeto por la libertad de expresión de cada uno de los legisladores.

Se va a votar en general el dictamen de mayoría de la Comisión de Energía y Combustibles y otras, recaído en el proyecto de ley venido en revisión del Honorable Senado, por el que se declara de utilidad pública y sujeto a expropiación el 51 por ciento del patrimonio de YPF S.A., Orden del Día N°288.

- Se practica la votación nominal.

- Conforme al tablero electrónico, sobre 246 señores diputados presentes, 208 han votado por la afirmativa y 32 por la negativa, registrándose además 5 abstenciones.

Sr. Secretario (Bozzano).- Se han registrado 208 votos afirmativos y 32 negativos.

aquí votación nominal

Sr. Presidente (Domínguez).- Resulta afirmativa de 207 votos afirmativos, 32 negativos y 6 abstenciones.

- Manifestaciones en las bancas y en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- Recuerdo a los señores legisladores que todavía faltan votar diecinueve artículos. Agradecemos el clima festivo pero tenemos que seguir trabajando.

- Manifestaciones en las bancas y en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia solicita a los señores legisladores que tomen asiento en sus bancas. Tenemos que seguir sesionando.

- Manifestaciones en las bancas y en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia solicita a los señores diputados y al público presente que nos ayuden para seguir con la tarea para la cual fue convocada esta sesión.

Antes de empezar con el tratamiento en particular tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Elisa Carrió.

- Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- ¡Por favor! ¡Por favor! Para que la sesión pueda seguir con su cometido, la Presidencia solicita al público presente el debido respeto.

Tenemos que seguir con la sesión. Solicito el máximo respeto a los procedimientos legislativos para que la norma en consideración sea sancionada de acuerdo con lo pautado en el reglamento.

Solicitamos respeto a los miembros de la oposición.

Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sra. Carrió.- Señor presidente: quisiera que conste en actas...-Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia expresa al público presente que el cuerpo quiere seguir sesionando. Tenemos que debatir cada uno de los artículos del proyecto y no queremos que la noticia no sea otra cosa que la votación de la iniciativa de la señora presidenta de la Nación.

Por lo tanto, la Presidencia solicita al público presente que sea respetuoso. Lo más importante es el proyecto que se está votando, más allá de cualquier otra connotación.

Continúa en el uso de la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sra. Carrió.- Señor presidente: en primer término solicito que se deje constancia de que mi abstención y las de las señoras diputadas Terada y Re están fundadas en razones de conciencia, en la prohibición de todo funcionario público de encubrir delitos y en razones de creencias profundas en el sentido de que nosotros no podemos ser cómplices de los delitos.

En segundo lugar, he escuchado con mucha atención el discurso del señor diputado Gil Lavedra y el recuento que hizo del vaciamiento de Repsol YPF.

Sr. Presidente (Domínguez).- La presidencia solicita a la señora diputada que sea precisa y haga su aclaración.

-Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- ¡Silencio, por favor!

La señora diputada se encuentra en uso de la palabra para efectuar una aclaración.

Sra. Carrió.- Quiero decir una cosa más: los hechos graves denunciados por el presidente del bloque de diputados nacionales.

En ese orden, habiendo relatado la comisión de hechos ilícitos pido que usted, como presidente de esta Honorable Cámara, corra vista al fiscal de turno contra todos los funcionarios argentinos y españoles que cometieron el vaciamiento. Nada más, señor presidente.

¡Felices fiestas, la casa está en orden!

Sr. Presidente (Domínguez).- Gracias, señora diputada.

-Manifestaciones en las galerías.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia pide por favor al público presente en las galerías que no incurra en juegos que son ajenos al proceso del propio cuerpo deliberativo, solicitándole que sea respetuoso.

En consideración en particular el artículo 1º.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Lozano.- Señor presidente: desde el interbloque del Frente Amplio Progresista hemos acompañado esta decisión, tanto por el paso que implica comenzar a desandar el proceso de saqueo vivido como por el hecho objetivo de que nos permite gobernar no menos de 3 mil millones de dólares que en concepto de renta petrolera hasta ahora Repsol mandaba afuera.

En ese sentido, en relación con el artículo 1° del proyecto de ley y habiendo escuchado lo planteado por el señor diputado Rossi, tenemos dos observaciones para formular. La primera se vincula con la referencia que dicho artículo hace al tema del autoabastecimiento. Desde nuestro punto de vista en el citado artículo debería decir “autoabastecimiento energético” en lugar de “autoabastecimiento de hidrocarburos”, ya que las fuentes que deben contribuir a ese objetivo no son solamente las procedentes de los hidrocarburos.

En segundo lugar –esto es todavía más importante- y en consonancia con la idea de garantizar que el petróleo sea un recurso estratégico, creemos que es imprescindible agregar, para que no sea un commodity, el replanteo del marco regulatorio sobre la base de la derogación de los decretos 1.055/89, 1.212/89 y 1.589/89. Todos estos son decretos de la época de Menem que transfieren la libre disponibilidad de los recursos a las empresas petroleras privadas y que casualmente darían una situación absurda donde el insumo estratégico lo sería para YPF pero no para el resto de las empresas que, entre otras cosas, representan más del 60 por ciento de la producción petrolera y más del 70 por ciento de la producción de gas.

En esa dirección, la propuesta dice así: “Deróganse los decretos 1055/89, 1212/89 y 1589/89. En un plazo de 180 días el Congreso de la Nación dictará un nuevo marco regulatorio nacional en materia de explotación, industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos y de presupuestos mínimos.”

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Solanas (F.E.).- Señor presidente: sumándonos al espíritu del artículo 1°, que declara de interés público nacional a la producción de hidrocarburos, creemos que esto es insuficiente y que el paradigma debe ser, como objetivo estratégico, lograr el abastecimiento, reemplazando los hidrocarburos con las energías limpias y renovables.

Por eso proponemos el siguiente texto: “Declárase de interés público nacional y como objetivo prioritario de la República lograr el autoabastecimiento energético en base a una matriz descentralizada mediante el uso de fuentes limpias y renovables para garantizar la calidad de vida y el ambiente para todos los habitantes del territorio, el desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo, el incremento de la competitividad de los sectores económicos y el crecimiento equitativo y sustentable de las distintas provincias y regiones.

“Como herramienta para este objetivo se considerará de interés público nacional el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos así como la exploración, explotación, comercialización, transporte de los mismos.”

Sr. Presidente (Domínguez).- ¿Qué dice la comisión?

Sra. Bertone.- No vamos a aceptar modificaciones al dictamen que vino del Senado, señor presidente.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se va a votar el artículo 1°.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 2°.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Cardelli.- Señor presidente: en este artículo 2° objetamos algunos aspectos muy particulares. Entendemos que debería estar redactado de la siguiente manera: “El Poder Ejecutivo nacional en su calidad de autoridad a cargo de la fijación de la política en la materia arbitrará las medidas conducentes al cumplimiento de los fines de la presente con el concurso de los Estados provinciales y de capital público y privado nacional, bajo el control de los otros poderes del Estado y de la sociedad civil organizada.”

En síntesis, nosotros establecemos una diferencia en el sentido de que planteamos la necesidad del control de los otros poderes del Estado y de la sociedad civil organizada y hacemos eje en el capital privado nacional.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Rodríguez.- Señor presidente: a los fines de cumplir el mismo objetivo que muchos de los integrantes del bloque oficialista han declamado, creo que directamente corresponde eliminar la posibilidad de llegar a utilizar capital privado. Si el objetivo a mediano y largo plazo es tener una empresa del Estado –por lo menos a mi juicio ese es el objetivo-, no abramos esta puerta acá; directamente enfoquemos a una empresa estatal sin abrir la puerta al capital privado internacional.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Comi.- Señor presidente: al fundamentar ayer nuestra posición junto con el diputado Piemonte, sostuvimos que la decisión tenía sentido en el marco de un programa nacional de autoabastecimiento hidrocarburífero que garantizara el cumplimiento de los objetivos de la ley.

En ese sentido, proponemos el siguiente agregado al final del artículo 2º: “en el marco de un programa nacional de abastecimiento hidrocarburífero 2012-2022 aprobado por ley del Congreso de la Nación con la mayoría absoluta de sus miembros.”

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Tierra del Fuego.

Sra. Bertone.- Señor presidente: no aceptaremos modificaciones, por lo que solicito que se pase a votar el artículo en consideración.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se va a votar el artículo 2º.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 3º.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Lozano.- Señor presidente: creemos que es indispensable evitar que se otorgue cualquier resquicio legal a quienes han venido saqueando a la Argentina para que puedan tener herramientas a su favor. En esa dirección, en tanto esta norma establece que el proceso de expropiación se lleva a cabo en el marco de la ley 21.499, la cual prevé en su artículo 35 la posibilidad de la retrocesión, es decir, que el bien retorne a quien fuera expropiado en caso de que no se cumpla el objeto, quisiera proponer un agregado.

El mencionado artículo 35 de la ley 21.499 establece: “Procede la acción de retrocesión cuando al bien expropiado se le diere un destino diferente al previsto en la ley expropiatoria, o cuando no se le diere destino alguno en un lapso de dos años computado desde que la expropiación quedó perfeccionada en la forma prevista…”.

Nos parece imprescindible precisar entonces el objeto de la expropiación, por lo que proponemos agregar un inciso i) que diga lo siguiente: “La existencia de YPF Sociedad Anónima como una herramienta fundamental para la ejecución de las políticas en la materia, cuyo capital deberá ser controlado al menos en un 51 por ciento por el Estado nacional y las provincias, no pudiendo estos, bajo ningún supuesto, renunciar, delegar o transferir a ninguna otra persona de derecho público o privado la administración de la empresa.”

De este modo se precisa el objetivo por el cual se expropia, de manera tal que no quede duda alguna de que se ha cumplido. No vaya a ser que dentro de dos años alguien diga que no se ha logrado el autoabastecimiento y por ende no hemos cumplido el objetivo por el cual expropiamos.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia entiende que en nombre del diputado Solanas hará uso de la palabra la señora diputada Argumedo.

Sra. Argumedo.- Señor presidente: propongo la reformulación del artículo 3º, teniendo en cuenta que la matriz energética de la Argentina es altamente contaminante, ya que más del 85 por ciento se basa en hidrocarburos y fósiles. La idea es que como principio de la política energética de la Argentina, se efectúe la investigación y promoción de fuentes de energía limpias y renovables, descentralizadas y desconcentradas para impulsar el desarrollo productivo, social y cultural locales, la ocupación plena y equilibrada del territorio nacional, la equidad social y la sustentabilidad ambiental.

Desarrollar participativamente un plan estratégico de transición de energías renovables con objetivos, metas y cronogramas de realización de la actual matriz energética, basada en hidrocarburos y otras fuentes contaminantes y/o de alto riesgo para la vida y la salud del ambiente.

A su vez, planteamos el artículo 2° bis: “Dentro del plazo de 90 días de promulgada la presente, la Secretaría de Energía de la Nación procederá a efectuar un relevamiento de todas las concesiones de explotación y los permisos de exploración, procediendo a instrumentar las medidas que resulten correspondientes de todas aquellas que se hayan otorgado excediendo el límite de cinco que fijan los artículos 25 y 34 de la ley 17.319.”

Esto va dirigido al riesgo que tenemos de que este proceso se vea distorsionado por la explotación o la prioridad de explotación del petróleo y el gas shale, que como todos sabemos es tanto o más contaminante que la minería a cielo abierto.

Y el 3° bis hace referencia a una auditoría que nos permita ver cuál es el estado en el cual se comportan las otras corporaciones petroleras, que controlan el 70 por ciento de los recursos.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Comi.- Señor presidente: en sentido complementario, proponemos en el final del artículo agregar un inciso j) que diga lo siguiente: “La adopción, en cada una de la fases de extracción, exploración y explotación, de las más altas tecnologías, que resguarden el medioambiente y el cuidado de los recursos naturales, en especial el agua y el paisaje, y la obligación a cargo de quien explote la actividad de restituir las variables medioambientales en la mayor medida posible a su estado anterior una vez finalizado el ciclo productivo.”

Cuando ayer planteamos nuestro apoyo dijimos que íbamos a fundar nuestra disidencia parcial, porque no hay una sola línea en todo el proyecto oficial que plantee el cuidado del medioambiente y todo el debate que se ha dado así en el recinto. Nos parece que con este artículo, al menos en estos principios generales, estamos incorporando pautas que no solo YPF sino el conjunto de las empresas deberán respetar.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Tierra del Fuego.

Sra. Bertone.- Señor presidente: no vamos a aceptar agregados ni modificaciones, por lo que pido que se someta a votación el artículo tal cual está redactado.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se va a votar el artículo 3°.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia desea hacer una aclaración. Se consultó por qué no se votaba por títulos. Previamente fue consultado y las autoridades de bloque resolvieron votar artículo por artículo.

En consideración el artículo 4°.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Milman.- Señor presidente: quiero proponer una modificación a este artículo, que al crearse el Consejo Federal de Hidrocarburos se incorpore un inciso c) con el siguiente texto: “Tres diputados y tres senadores en forma que los sectores políticos estén representados en la misma proporción que en el seno de cada Cámara. El Consejo será presidido por el secretario de Energía de la Nación”.

Consideramos que esta ley debe convertir esta política en una política de Estado, disponiendo que en el futuro el Congreso esté presente en la determinación y en el control de la política argentina.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Solanas (F.E.).- Señor presidente: quiero hacer un agregado al artículo 4º. En el inciso a) proponemos que se incorpore a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable junto a los ministerios que allí se mencionan.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Comi.- Señor presidente: teníamos previsto incorporar un artículo similar justamente al que propuso el GEN para garantizar la representación parlamentaria en el consejo y, en particular, de las fuerzas de la oposición.

Por lo tanto, lo vamos a retirar y vamos a apoyar la propuesta del diputado Milman.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora miembro informante.

Sra. Bertone.- Señor presidente: nuevamente señalo que no vamos a aceptar modificaciones, y pido que por favor se proceda a votar el artículo en consideración.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se va a votar el artículo 4º.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 5º.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Milman.- Señor presidente: este artículo versa sobre las atribuciones del Consejo Federal de Hidrocarburos. Proponemos una modificación en el inciso b), que quedaría redactado de la siguiente manera: “Expedirse sobre toda otra cuestión vinculada al cumplimiento de los objetivos de la presente ley y fijar la política hidrocarburífera de la República Argentina que el Poder Ejecutivo nacional ejecutará”.

Se fundamenta esta modificación en que nosotros queremos dar al Consejo Federal –donde están integradas las veinticuatro jurisdicciones del país- la posibilidad de ser no sólo un consejo consultivo sino de fijar la política en torno a esta cuestión, porque entendemos que esta es una materia exclusivamente federal y que la determinación de las políticas compete a todas las provincias junto con el Estado nacional.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Comi.- Señor presidente: la verdad es que tenemos una serie de propuestas para todos los ítems. Si quiere, se las acerco luego para que las inserten en el Diario de Sesiones dentro de las propuestas de modificación, porque supongo que la diputada Bertone no las va a aceptar.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se insertará su posición con respecto al artículo 5º.

Tengo entendido que no se aceptarán modificaciones para el artículo 5º.

Por lo tanto, se va a votar el artículo 5º.

- Resulta afirmativa.

- Sin observaciones, se vota y aprueba el artículo 6º.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 7º.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Tunessi.- Señor presidente: tal como habíamos acordado, la disidencia de la Unión Cívica Radical es a partir del Título III del dictamen, pero como se trata de una serie de modificaciones e incorporaciones de artículos, y a tenor de lo que venimos escuchando en el sentido de que no se van a aceptar modificaciones, quisiera brevemente dejar asentado el pensamiento del bloque de la Unión Cívica Radical para que quede constancia.

A partir del artículo 7º proponemos la creación de una Agencia Federal de Hidrocarburos que tendrá autarquía y plena capacidad jurídica para actuar en ámbitos del derecho público y privado. Esa agencia tiende a promover la regulación y el control de la actividad económica de la industria del petróleo y del gas natural, y establecemos cuáles serán sus atribuciones. Entre otras, puedo mencionar la realización de una auditoría integral en todas las concesiones de exploración y explotación hidrocarburíferas.

¿Cómo sería administrada e integrada dicha agencia? Habría un directorio de cinco miembros, constituido por un presidente, un vicepresidente y tres vocales. Luego se expresa cómo se elegirían los miembros del directorio, cuáles serían los requisitos y antecedentes técnicos profesionales que deberían cumplir y el tiempo y plazo de duración de sus mandatos.

Tendrían una dedicación exclusiva en sus funciones, serían propuestos por el Poder Ejecutivo nacional y su designación sería aprobada por el Congreso.

El interés de esta Agencia Federal de Hidrocarburos es que el país recupere una política nacional hidrocarburífera integral en la materia, de la que a nuestro juicio hoy carece el país.

Proponemos un título IV y en el capítulo de la nacionalización de YPF Sociedad Anónima, la propuesta de la Unión Cívica Radical es que se concrete mediante la recuperación accionaria del paquete del 51 por ciento, sin discriminar entre Repsol y el grupo Petersen-Eskenazi; o sea que se consideran ambos grupos.

El Poder Ejecutivo dispondría de un plazo para intentar la compra, detrayendo del precio justo las áreas que se remitan a favor del Estado -luego de practicada la auditoría, por no haber cumplido las actividades de inversión-, los pasivos ambientales y todas las deudas que tenga la empresa.

Si eso no se lograra, recién proponemos que en el plazo de 60 días se concrete la declaración de utilidad pública y la expropiación del 51 por ciento del paquete accionario de YPF Sociedad Anónima, representado por las acciones clase D pertenecientes a Repsol y Petersen Sociedad Anónima, cumpliendo con la ley 21.499.

Proponemos que para cumplir los objetivos de la iniciativa, el Poder Ejecutivo ejerza derechos políticos sobre la totalidad de las acciones, como la designación de los directores, cuyo mecanismo no explicaré en honor a la brevedad.

Se produciría la registración de todos los derechos correspondientes a las acciones que hubiesen sido expropiadas, el precio ofrecido para la compra consensuada del paquete accionario se sujetaría al segundo párrafo del artículo 17 del proyecto; se trata de la revocación de las áreas en las que la empresa no haya cumplido.

Proponemos que el Poder Ejecutivo instrumente todos los mecanismos que la iniciativa prevé a fin de discriminar los pasivos y el endeudamiento de YPF Sociedad Anónima que hubiesen sido generados por las operaciones normales de Repsol y Petersen Sociedad Anónima. Asimismo, proponemos que se presenten todas las causas penales existentes en las que se investiguen eventuales delitos de los actuales accionistas mayoritarios o que los administradores de dicha empresa hubiesen cometido en perjuicio del patrimonio de la sociedad o delitos de evasión fiscal originados en el artículo 37 de la ley 20.628.

Proponemos que en el marco de la nacionalización dispuesta por el artículo 15 de la iniciativa, se realice una auditoría integral, independiente de todos los permisos de exploración y explotación de YPF Sociedad Anónima y de sus reservas de hidrocarburos en todas sus categorías. La auditoría debería ser presentada ante el Congreso de la Nación.

Establecemos la continuidad operativa de la empresa, dándole facultades al gobierno para avanzar en la intervención de la compañía. Se facultaría al Poder Ejecutivo a la ocupación temporaria de la empresa.

Para el desarrollo de la actividad, YPF continuaría operando como sociedad anónima abierta en los términos del capítulo II, sección V, de la ley 19.550; o sea como una sociedad comercial.

Además, queremos el doble control de los organismos bursátiles y el control externo de la Auditoría General de la Nación, en los términos del inciso b) del artículo 8° de la ley 24.156.

Por último, coherente con esta situación, proponemos que el Poder Ejecutivo nacional establezca un sistema de participación de los trabajadores en las ganancias del 10 por ciento de las utilidades no reinvertidas.

Finalmente, esta disidencia plantea crear en el ámbito del Congreso una comisión bicameralbicameral investigadora para verificar el cumplimiento de la normativa vigente y la determinación del valor actual de YPF Sociedad Anónima. Las facultades de dicha comisión serán las de auditar e indagar el presunto vaciamiento de la citada compañía.

Estas son las disidencias planteadas en distintos artículos por la Unión Cívica Radical. Sin perjuicio de ello, algún diputado de mi bloque pedirá el uso de la palabra para efectuar una propuesta específica en el artículo 8°.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Milman.- Señor presidente: proponemos que el artículo 7° quede redactado de la siguiente manera: “A los efectos de garantizar el cumplimiento del artículo 3° de la presente, declárase de utilidad pública y sujeto a expropiación la totalidad de las acciones clase D de dicha empresa pertenecientes a Repsol YPF Sociedad Anónima y grupo Petersen Sociedad Anónima, sus controlantes o controladas en forma directa o indirecta. Ninguna ampliación de capital accionario de la firma podrá disminuir la participación del Estado nacional y las provincias a menos del 51 por ciento. Todas las utilidades que correspondan al paquete accionario declarado de utilidad pública y sujeto a expropiación deberán ser obligatoriamente destinadas a la explotación y exploración hidrocarburífera en el país.”

La modificación propuesta contempla tres cuestiones básicas. La primera, expropiar las acciones del Grupo Petersen Sociedad Anónima, que ni siquiera tiene domicilio en la Argentina sino en Australia. No es que sospechemos de la amistad entre las familias Kirchner y Eskenazi sino que no queremos estar en una posición de debilidad jurídica frente al tratado firmado por nuestro país y el gobierno de España, que permite la expropiación pero no la discriminación. Para evitar fragilizar en términos jurídicos la propuesta oficial, pretendemos expropiar el conjunto de las acciones de Petersen y el 6 por ciento restante que el proyecto del Poder Ejecutivo no contempla.

En segundo lugar, ante un eventual aumento del capital, si el Estado no acompañara en las mismas proporciones el 51 por ciento que la ley propone, podría encontrarse debilitado y estaría violentando el espíritu de la norma.

El tercer objeto de nuestra propuesta es que todas las utilidades, fruto de las acciones que se han expropiado, sean destinadas a la exploración y explotación y no a otros fines que no se especifican claramente en la iniciativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Solanas.- Señor presidente: ahorraré las argumentaciones, porque ya las hemos manifestado en varias oportunidades. Simplemente deseo proponer la siguiente redacción para el artículo 7°: “A los efectos de garantizar la soberanía energética nacional, declárase de utilidad pública y sujeto a expropiación el 82 por ciento del patrimonio de YPF Sociedad Anónima representado por el 57,1 por ciento de las acciones clase D pertenecientes a Repsol YPF, sus controlantes y controladas, y el 24,9 por ciento de las acciones clase D pertenecientes a Petersen Energía sus controlantes y controladas.

“El Estado nacional y los Estados provinciales nunca podrán mantener un porcentaje de acciones menor al 82 por ciento en dichas empresas.”

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Ledesma.- Señor presidente: hoy ha sido un día glorioso para todos los argentinos. Adelanto mi voto afirmativo al artículo 7°, que me tuviera en vilo en cuanto a la decisión a adoptar. De todas formas, solicito la inserción de mis objeciones al respecto.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Tierra del Fuego.

Sra. Bertone.- No aceptaremos modificaciones, señor presidente.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se va a votar el artículo 7°.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 8°.

Tiene la palabra el señor diputado por Formosa.

Sr. Buryaile.- Señor presidente: solicito que el artículo en consideración sea votado nominalmente.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia desea saber si el pedido de votación nominal está suficientemente apoyado.

- Resulta suficientemente apoyado.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se procederá en consecuencia.

Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Tunessi.- Señor presidente: en relación con el artículo en tratamiento, de parte de nuestro bloque harán uso de la palabra los señores diputados Julio Martínez y Mario Negri.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por La Rioja.

Sr. Martínez (J.C.).- Señor presidente: este artículo plantea la forma en que se distribuirán las acciones sujetas a expropiación, estableciéndose que el 51 por ciento pertenecerá al Estado nacional y el 49 por ciento restante a las provincias integrantes de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos.

Debo señalar un pequeño detalle. Soy diputado por la provincia de La Rioja, que no integra la OFEPHI. Nos parece que ésta es una discriminación en tanto y en cuanto la compra se hará con dinero de todos los argentinos, del Estado y las provincias.

Por lo tanto, solicitamos que se modifique el presente artículo a los fines de que ese 49 por ciento restante sea distribuido entre todas las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de acuerdo con los porcentajes fijados por la ley de coparticipación federal.

De esa manera llevaremos justicia, claridad y equidad en este punto, pues de lo contrario se está discriminando y produciendo una gran injusticia respecto de estas provincias.

También queremos dejar aclarado que esa situación se da no sólo en La Rioja sino también en Entre Ríos, el Chaco, Buenos Aires y muchas otras provincias. Por eso hemos acompañado el pedido formulado por el señor diputado Buryaile en cuanto a que se vote nominalmente, dado que la cuestión que planteo no responde a una posición de todo el bloque. Nosotros contamos con diputados provenientes de provincias que conforman la OFEPHI, por lo que pretendemos que ellos también puedan expresar su voto según sus convicciones.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba.

Sr. Negri.- Señor presidente: vamos a formular una propuesta que tiene como base una nota que enviáramos doce diputados nacionales de la provincia de Córdoba con motivo del inicio de la discusión de este tema en el Senado, que seguramente interpreta a legisladores de muchas otras provincias, independientemente de su color político.

Esa propuesta obedece a la necesidad de incorporar en el artículo 8° la creación de un Fondo Solidario de Hidrocarburos constituido sobre la base de los recursos que se dan como resultado la aplicación de las retenciones a la exportación de hidrocarburos.

Si bien es cierto que la balanza energética es deficitaria, también es verdad que se ha mantenido con algún grado de constancia, aunque hacia la baja, representando entre 6.000 y 7.000 millones de dólares en materia de exportación petrolera.

Este es un acto de justicia que tiende a corregirla pirámide invertida que está teniendo el federalismo y la situación acuciante de muchas provincias, independientemente de quien las gobierna. Toma como base y ejemplo la constitución del fondo sojero por decreto 206/09 del Poder Ejecutivo, que en el año 2010 ascendió a una suma de 7.500 millones de pesos.

Saben bien los señores diputados que no todas las provincias producen soja, sin embargo todas se benefician de ese fondo. Si la región pampeana -integrada por Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba-, que produce el 88,5 por ciento de la soja, tuviera una actitud reticente a compartir este ingreso a nivel nacional, no estaríamos hablando de un país federal.

Lo que pretendemos es que el mismo criterio de distribución se establezca en el artículo 8°, ahora que por ley vamos a tener una nueva empresa.

El año pasado la exportación de petróleo -aunque el balance energético haya sido deficitario- llegó a 7.000 millones.

Eso significa, señores diputados, nada más y nada menos que no paguen el precio los habitantes de una provincia empobrecida por los beneficios de otras que tienen una mejor situación por orden de la naturaleza.

La región patagónica, donde la soja no se conoce, recibió del fondo sojero el 9 por ciento y eso está bien. La región cuyana –integrada por Mendoza, San Juan y San Luis, donde esta última solamente produce soja- tiene el 0,89 por ciento del total de la producción del país y recibió el 9 por ciento de esos 7.500 millones.

Creemos que es un acto de justicia, aunque obviamente la posición del oficialismo es la negativa, pero vale la pena expresarlo públicamente. Esta propuesta no va en contra de nadie sino a favor de equilibrar un federalismo que está absolutamente desmadrado, hasta que de una vez por todas discutamos una ley de coparticipación que haga un país más federal e igualitario para todos.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Cuccovillo.- Señor presidente: va a exponer por nuestro bloque la diputada Ciciliani.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Santa Fe.

Sra. Ciciliani.- Señor presidente: proponemos para el artículo 8° la siguiente redacción: “Las acciones sujetas a expropiación de la empresa YPF S.A., en cumplimiento del artículo precedente, quedarán distribuidas del siguiente modo: el 51 por ciento pertenecerá al Estado nacional y el 49 por ciento restante se distribuirá en forma equitativa entre todas las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.”

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Cardelli.- Señor presidente: planteamos una disidencia en este artículo. Ya hemos fundamentado suficientemente que para el desarrollo de YPF todas las provincias del país pusieron el hombro y nos parece francamente injusto que a la hora de la recuperación, aunque sea parcial, la renta solamente se distribuya en el marco de las provincias petroleras.

Por ello planteamos la siguiente redacción: “Las acciones sujetas a expropiación de la empresa YPF S.A., en cumplimiento del artículo precedente, quedarán distribuidas del siguiente modo: el 51 por ciento pertenecerá al Estado nacional y el 49 por ciento restante se distribuirá en todas las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de acuerdo con los porcentajes fijados en la ley de coparticipación federal.”

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Bazze.- Señor presidente: adelanto el voto negativo al artículo 8º de los señores diputados radicales de la provincia de Buenos Aires. También quiero pedir a los señores diputados del Frente para la Victoria de la provincia de Buenos Aires que acompañen el artículo en el mismo sentido, dado que -como es de público conocimiento- la provincia de Buenos Aires está atravesando una situación de crisis financiera realmente importante a la que es necesario dar una respuesta.

Por eso queremos pedir a todos los señores diputados de los distintos partidos políticos, en particular a los de la mayoría, que acompañen el interés de nuestra provincia.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Jujuy.

Sr. Giubergia.- Señor presidente: como representante de una provincia integrante de la OFEPHI voy a reflejar –y creo no equivocarme- el sentimiento de todos y cada uno de los diputados de las provincias petroleras de la República Argentina. Vamos a votar favorablemente este artículo tal como fue aprobado en el Senado, y queremos ser claros en esto.

No se trata de que vaya a entrar en discusión el fondo sojero ni las situaciones por las que atraviesa nuestra economía. Creo que lo fundamental es tratar la situación energética de la República Argentina. Entendemos que se necesita una ley general que atienda la situación energética global de la Nación y las necesidades de cada una de las provincias. Por eso vamos a votar favorablemente este artículo.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Rodríguez.- Señor presidente: si bien no se van a aceptar modificaciones voy a solicitar una aclaración a la señora miembro informante, que es fundamental para poder votar este artículo.

El artículo establece que el 51 por ciento de las acciones pertenecerá al Estado nacional y que el 49 por ciento restante se cede a las provincias. Lo que el artículo no dice es si se ceden a título oneroso o a título gratuito. No es lo mismo regalar algo que cobrarlo. Esto es básico.

No propongo cambiar nada del artículo. Sólo quiero que me digan si esta distribución es a título oneroso o a título gratuito.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Formosa.

Sr. Buryaile.- Señor presidente: en el mismo sentido de lo expresado por el señor diputado Giubergia, provengo de una de las provincias integrante de la OFEPHI, que son diez: Salta, Jujuy, Formosa, Tierra del Fuego, Chubut, Santa Cruz, Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza. Son provincias que no son productoras de soja, pero las que más desigualdad mantenemos con la Argentina rica en recursos naturales.

Entonces, no es lo mismo hablar del fondo sojero, que se distribuye a partir de recursos naturales renovables, que cuando hablamos de petróleo, porque estamos refiriéndonos a recursos naturales no renovables.

Por eso voy a votar favorablemente el artículo 8º, al igual que los señores diputados representantes de estas provincias que integramos la Unión Cívica Radical.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por La Pampa.

Sr. Forte.- Señor presidente: voy a fundamentar mi voto por la afirmativa en este artículo. Como es sabido provengo de La Pampa, que es una provincia que en el Noreste tiene un poco de soja y en el Sudoeste un poco de petróleo. Pero resulta que es una provincia en la cual, a pesar de que tenemos un poco de todo, desde la soja hasta el petróleo, también tenemos un déficit muy importante.

El gobierno de la provincia de La Pampa mantiene un conflicto laboral con los empleados estatales. Este conflicto está perdurando desde hace demasiado tiempo y se ha dictado la conciliación obligatoria. Los trabajadores se encuentran en la calle.

Por lo tanto, esperamos que ahora que hay petróleo, y en consecuencia un poco más de dinero, el gobernador realmente pueda pagar a los trabajadores estatales el sueldo digno que se merecen.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

Sr. Comi.- Nosotros tenemos una propuesta similar a la formulada por el señor diputado Martínez y por la señora diputada Ciciliani. Junto con el señor diputado Piemonte ayer planteábamos que realmente YPF fue construida con el esfuerzo de todos los argentinos. Y va a ser reconstruida, a partir del presupuesto nacional, también con el esfuerzo de los argentinos.

Por eso, como sabemos que no vamos a encontrar eco respecto de nuestra propuesta en relación con el artículo en consideración, vamos a votar por la negativa.

De todos modos, quiero aclarar brevemente que más allá de que uno sabe que por el trámite parlamentario y demás no se van a aceptar estas modificaciones, esperamos que a partir de ahora este debate realmente se abra en la Argentina. El conjunto de fuerzas políticas que aquí han coincidido necesitan un debate referido a un programa nacional, a la participación de las provincias, al rol de los directores y al funcionamiento de esta nueva YPF. De lo contrario nos tratarán de tontos a aquellos que creímos que este era un tema de Estado y, por ende, lo apoyamos.

Ojalá que a partir de la semana próxima encontremos una apertura distinta a la que hoy, por las cuestiones fácticas que he mencionado, no se ha podido dar.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora miembro informante.

Sra. Bertone.- Señor presidente: en primer término quiero decir que no se van a aceptar modificaciones.

En segundo lugar, deseo aclarar el sentido del voto del bloque del Frente para la Victoria, que será por la afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se va a votar nominalmente el artículo 8º.

- Se practica la votación nominal.

- Conforme al tablero electrónico, sobre 192 señores diputados presentes, 150 han votado por la afirmativa y 40 por la negativa. No se ha computado el voto de un señor diputado.

Sr. Secretario (Bozzano).- Hay 150 votos por la afirmativa y 40 por la negativa.

AQUÍ VOTACION NOMINAL

Sra. García (A.F.).- Señor presidente: solicito que quede constancia de mi voto por la afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- Quedará constancia, señora diputada.

La votación resulta afirmativa. (Aplausos.)

En consideración el artículo 9°.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sra. Argumedo.- Señor presidente: yo voy a hacer uso de la palabra por el señor diputado Fernando Ezequiel Solanas.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia tiene registrado en la lista de oradores al señor diputado Fernando Ezequiel Solanas. En consecuencia, ruega a los señores diputados que en lo sucesivo indiquen quién hará uso de la palabra en nombre del bloque.

Tiene la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sra. Argumedo.- Señor presidente: queremos proponer una reformulación respecto de la composición del directorio de YPF. En ese sentido consideramos que debe darse la máxima amplitud, transparencia y participación a quienes integren la conducción de esta nueva empresa.

Por lo tanto, planteamos que además de los sectores que están contemplados en el artículo 9° se incorporen representantes de los profesionales y técnicos de la empresa, ya que serán los que estarán capacitados para otorgar el carácter y la direccionalidad referida al aspecto técnico, que pasará a ser muy importante.

Al mismo tiempo propiciamos la incorporación de otro factor que es clave en la empresa y que está dado por el tema de la distribución. Me refiero a los representantes de las estaciones de servicio de bandera de YPF, que históricamente fueron golpeados por los monopolios de las grandes corporaciones.

Al mismo tiempo consideramos que además de los representantes eventuales de los poderes Ejecutivo nacional y provincial se incorpore una representación legislativa de senadores y diputados.

Por otra parte, se agrega un artículo por el cual dentro de los seis meses de vigencia de la presente ley el directorio de YPF Sociedad Anónima procederá a realizar una auditoría integral de inversiones, reservas y posibles pasivos ambientales por parte de YPF Sociedad Anónima recientemente expropiada. Su resultado deberá presentarse ante el Tribunal de Tasaciones de la Nación a fin de ser tenida en cuenta para la tasación del precio de los bienes sujetos a expropiación y, en caso de observar posibles delitos, ante la Justicia federal.

Seguramente no se van a tener en cuenta estas indicaciones, pero nos parece fundamental que quede explícito por ley la necesidad de una auditoría real del Estado de la empresa que se acaba de expropiar.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Rodríguez.- Señor presidente: no pierdo la esperanza de que en algún momento contesten y aclaren algunas de las lagunas que hacen que sea imposible entender un artículo, que es como si estuviera escrito en sánscrito. El anterior que se votó estaba escrito en sánscrito, y éste también, porque no se sabe si lo que se está cediendo a las provincias es la titularidad, es decir la nuda propiedad, o si se está cediendo el usufructo.

Le pediría a la señora miembro informante del dictamen de mayoría una aclaración para que yo, como diputada de la Nación, sepa cómo orientar mi voto.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia informa que desde la Comisión han expresado que no van a aceptar modificaciones.

Tiene la palabra la señora diputada por la provincia de Buenos Aires.

Sra. Donda Pérez.- Señor presidente: simplemente se trata de una aclaración. No estamos pidiendo una modificación. Estamos solicitando que nos respondan la pregunta. Por ahí, lo votamos a favor, o por ahí, en contra. Pero no se trata de ninguna modificación sino de una pregunta.

Sr. Presidente (Domínguez).- Hay una propuesta sin aclaración sobre el particular, por lo que corresponde proceder a la votación del artículo 9°.

Se va a votar.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 10.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Lozano.- Señor presidente: la propuesta es la siguiente en este artículo 10: “A efectos de la documentación de la presente y de la registración de la titularidad de los derechos correspondientes a las acciones sujetas a expropiación deberá dejarse constancia de que la expropiación de tales acciones es por causa de utilidad pública y de que se encuentra prohibida la transferencia futura de ellas”.

Sr. Presidente (Domínguez).- La señora diputada Bertone está indicando que no acepta la modificación propuesta.

Se va a votar el artículo 10.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 11.

Si no se formulan observaciones, se va a votar.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 12.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Lozano.- Señor presidente: está claro que de cada 100 mangos de utilidades Repsol se llevó 92 en el período 2000-2011, y que de cada 100 se llevó 137 en el período 2008-2011.

Sería bueno recomendar al Tribunal de Tasaciones un conjunto de pasos que garanticen que no tengamos que pagar. En ese sentido, sugerimos que el artículo 12 diga lo siguiente: “El precio de los bienes sujetos a expropiación deberá determinarse conforme a lo previsto en el artículo 10 y concordantes de la ley 21.499 y con los siguientes criterios: a) real situación patrimonial previa auditoría de sus estados contables por parte de la Auditoría General de la Nación; b) la revisión de las concesiones otorgadas a la sociedad; c) la auditoría de las reservas y los yacimientos; d) los pasivos ambientales.

“La tasación la efectuará el Tribunal de Tasaciones de la Nación.”

Esa es la propuesta.

Sr. Presidente (Domínguez).- Como la miembro informante me indica que no se aceptan modificaciones, se va a votar el artículo 12.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 13.

Se va a votar.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 14.

Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Rodríguez.- Señor presidente: la facultad prevista en este artículo no tiene bases, no tiene un plazo razonable y, es más, si no lo quieren considerar como una delegación, también viola el principio de reserva administrativa.

En consecuencia, creo que este artículo tiene problemas, y por ello votaré por la negativa. Ciertamente, la expresión “adoptar todas las acciones” en castellano suena un poco vago.

Sr. Presidente (Domínguez).- Como la miembro informante me indica que no se aceptan modificaciones, se va a votar el artículo 14.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 15.

Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Donda Pérez.- Señor presidente: proponemos que se modifique la figura de la sociedad anónima, pues entendemos que mantenerla intenta evitar los controles que establece la ley 24.156, de administración financiera, y los sistemas de controles del sector público nacional.

Esto no es menos peligroso que mantener la figura de sociedad anónima, cuyo principal atributo es precisamente que las sociedades son transferibles.

Proponemos que se modifique el carácter de la firma por el de sociedad anónima con participación estatal mayoritaria y controlada por la Auditoría General de la Nación.

En consecuencia, sugerimos la siguiente redacción para el artículo en consideración: “Para el desarrollo de su actividad, YPF Sociedad Anónima se transformará en una sociedad anónima con participación estatal mayoritaria -SAPEM-, en los términos del Capítulo II, Sección VI, de la ley 19.550…” –que es de la República Argentina, con lo cual no es ningún engendro- “…y normas concordantes. Además de los controles establecidos en las leyes 19.550 y 24.156, la Auditoría General de la Nación la incluirá en su Plan de Gestión Anual.

“Restablézcase la vigencia de los artículos 313 y 314 de la ley 19.550.”

En virtud de las modificaciones que proponemos al artículo en consideración, también deberían modificarse los artículos 16 y 17, reemplazándose donde dice “YPF Sociedad Anónima” por “YPF SAPEM”.

Por si alguien tiene alguna duda de que la SAPEM es una figura jurídica que existe en nuestro ordenamiento -de hecho, es uno de los tipos de sociedades que describe la ley 19.550-, recuerdo a algunos diputados que se opusieron a esta propuesta que precisamente el 25 de abril pasado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró la empresa Agroandina SAPEM en la provincia de La Rioja. No creo que la presidenta haya participado de la inauguración de una empresa que es un engendro jurídico. No estamos proponiendo ningún engendro, sino una modificación.

Sr. Presidente (Domínguez).- Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Solanas (F.E.).- Señor presidente: proponemos la incorporación del control de la Auditoría General de la Nación y de la Sindicatura General de la Nación, por lo que el texto del artículo en consideración quedaría redactado del siguiente modo: “Para el desarrollo de su actividad, YPF continuará operando como una sociedad anónima, en los términos fijados por la ley 19.550 y sus concordantes, siéndole aplicable la legislación y las normativas que reglamentan la administración, gestión y control de las empresas o entidades en que el Estado nacional o los provinciales tengan participación. Conforme lo indicado precedentemente y lo establecido por el Título I de la ley 24.156, YPF estará sujeta a los controles de la Sindicatura General de la Nación y de la Auditoría General de la Nación. Además, deberá presentar al Congreso de la Nación su plan anual de actividades y la memoria de lo realizado.

“Sin perjuicio de los controles mencionados en el artículo precedente, se creará una comisión de control social integrada por asociaciones de trabajadores con representación gremial, organizaciones de usuarios y consumidores, los que serán designados de conformidad con la reglamentación que oportunamente se dicte, y el defensor del pueblo de la Nación”.

Solicito que se vote en forma nominal.

Sr. Presidente (Domínguez).- La Presidencia desea saber si el pedido de votación nominal está suficientemente apoyado.

- Resulta suficientemente apoyado.

Sr. Presidente (Domínguez).- Antes de que se efectúe la votación nominal, tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Rodríguez.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Rodríguez.- Señor presidente: para no duplicar las propuestas adhiero a la vertida por el señor diputado Solanas, diciendo que también debería incluirse la ley de contrataciones, el decreto 1023 de 2001, y no recuerdo si mencionó la ley 19.549.

La redacción del artículo 15, desde la coma -que dice “no siéndoles aplicables legislación o normativa administrativa alguna que reglamente la administración, gestión y control de las empresas o entidades en las que el Estado nacional o los Estados provinciales tengan participación”-, es exactamente idéntica a un artículo de la ley menemista de privatización de YPF. La pluma es la misma.

La verdad que esto es muy sospechoso y deberíamos sospechar de la pluma de las distintas privatizaciones de la época menemista esté también detrás de esto. Adhiero a la propuesta vertida por el señor diputado Solanas.

Sr. Presidente (Domínguez).- Sin aceptarse la modificación se va a votar nominalmente el artículo 15 del dictamen de mayoría de la comisión.

- Se practica la votación nominal.

- Conforme al tablero electrónico, sobre 167 señores diputados presentes, 138 han votado por la afirmativa y 28 por la negativa.

Sr. Secretario (Bozzano).- Se han registrado 138 votos por la afirmativa, y 28 por la negativa.

AQUÍ VOTACIÓN NOMINAL

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 16.

Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Rodríguez.- Señor presidente: quiero ir en el mismo sentido que el señor diputado Rossi, justamente en contra de las corporaciones. El inciso b) dice: “La administración de YPF Sociedad Anónima conforme a las mejores prácticas de la industria y del gobierno corporativo preservando los intereses de sus accionistas y generando valor para ellos”.

Yo eliminaría este inciso b) porque lo que se trata no es de generar valor para los accionistas. Justamente, si queremos una empresa estatal, es para que reinvierta en YPF y no para que se lleve las utilidades a quién sabe dónde, por ejemplo, Melbourne.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se va a votar el artículo 16.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- En consideración el artículo 17.

Tiene la palabra el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Sr. Cardelli.- Señor presidente: este artículo hace referencia al control; voy a proceder a leerlo: “En casos excepcionales debidamente justificados YPF Sociedad Anónima podrá acudir a fuentes de financiamiento externas, asociaciones estratégicas y uniones transitorias de empresas a efectos de realizar nuevas exploraciones que signifiquen incorporar reservas de hidrocarburos. Ante la creación de uniones transitorias de empresas en suelo nacional en las mismas YPF deberá contar con la mayoría accionaria”. Este último párrafo es lo que se diferencia del artículo propuesto por la mayoría.

Sr. Presidente (Domínguez).- No aceptándose la modificación propuesta, se va a votar el artículo 17.

- Resulta afirmativa.

- Sin observaciones se vota y aprueba el artículo 18.

- El artículo 19 es de forma.

Sr. Presidente (Domínguez).- Queda definitivamente sancionado el proyecto de ley.

Se comunicará al Poder Ejecutivo y se dará aviso al Honorable Senado.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se va a votar si se efectúan en el Diario de Sesiones las inserciones solicitadas por los señores diputados.

- Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Domínguez).- Se harán las inserciones solicitadas.

Habiéndose cumplido con el objeto de la convocatoria, queda levantada la sesión.

YPF es nacional.

- Es la hora 22 y 47.

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