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DAMASCO.- 
      A solo veinte días de un simulacro de elecciones para inventar una 
      normalización institucional bajo el manto de ejércitos invasores, 
      Irak está sumida en una de las peores situaciones que haya conocido. 
      En la última semana se han producido casi 230 muertos en una veintena 
      de atentados de los distintos grupos fundamentalistas de la resistencia.
      Mostrando como fortaleza lo que en realidad es una debilidad, el general 
      norteamericano Peter Chiarelli admitió que el día de los comicios 
      habrá 35 mil soldados solamente en Bagdad, reforzando cada esquina 
      de la ciudad ante la escalada de la heterogénea resistencia. Respecto 
      a esto, el panorama podría empezar a cambiar cuando se incorporen 
      a la guerra civil las fuerzas dispersas del Baath, ex partido del gobierno. 
      Con Saddam Hussein detenido y procesado, desde la invasión se mantuvieron 
      ocultos por temor a represalias y venganzas de la población que los 
      sufrió cuando estaban en el poder. Pero ahora, el sentimiento anti 
      occidental es mas fuerte y ha permitido la acción conjunta incluso 
      de etnias religiosas antagónicas como los sunnitas y los chiitas.
      En los últimos ataques se está destacando el grupo islámico 
      fundamentalista Ansar Al Sunna, liderado por el jordano Abu Al Zarqawi, 
      que está mostrando un importante despliegue territorial aún 
      en sectores presuntamente controlados por Washington.
Enero 2005-01-07 ©