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ATENAS.- 
      El Ministro italiano de Reformas Institucionales, el ultraderechista Umberto 
      Bossi sugirió que el estado de ese país le debe quitar la 
      ayuda al Vaticano para que los sacerdotes anden "descalzos como los 
      franciscanos".
      En lo que es una posición casi permanente del gobierno de Silvio 
      Berlusconi, Italia choca con el estado católico ubicado en la ciudad 
      de Roma, de la que el Papa Juan Pablo II es Obispo, porque considera a la 
      religión como "izquierdista". Los reclamos sociales emitidos 
      por Su Santidad, no coinciden con la política de eficiencia y rentabilidad 
      de las autoridades itálicas, insensibles a los problemas sociales. 
      Muerto el "estado de bienestar" instaurado después de la 
      Segunda Guerra Mundial, los peninsulares ven que las leyes de mercado rigen 
      desde la salud a la educación y la vivienda.
      El Ministro, dijo que la Iglesia se mueve en el límite de la decencia 
      y para mofarse del italiano del Sumo Pontífice (de nacionalidad polaca), 
      que habla una veintena de idiomas, le regaló tres diccionarios italianos 
      traducidos al piamontés, al véneto y al milanés.
Marzo 2004-03-05 ©