MOSCU.- 
      En uno de los peores atentados de los últimos tiempos, una bomba 
      explotó en el clásico y concurrido Metro de Moscú. 
      El subterráneo iba lleno, con casi 1.500 personas, que a las 8.30 
      hs se dirigían a sus trabajos en el principal medio de transporte 
      público de la capital rusa. En principio, habría 40 muertos 
      y cerca de 200 heridos, de los cuales casi 30 están en estado gravísimo. 
      El explosivo, fue alojado en un vagón de la Línea 2, que pasa 
      por el Kremlin, aunque estaba a menos de diez minutos de la sede del gobierno.
      Rusia, sostiene una guerra civil con sectores separatistas de Chechenia, 
      que desde la caída de la Unión Soviética pretenden 
      la independencia. Aunque nadie se adjudicó aún el atentado, 
      el Presidente ruso Vladimir Putin cargó contra los rebeldes chechenos, 
      en tanto que estos, a través de su líder Aslan Masjadov se 
      mostraron solidarios con las víctimas y rechazaron el atentado. Por 
      otro lado, los sectores opositores sospechan que todo podría haber 
      sido una movida de los servicios secretos gubernamentales, ya que de esa 
      forma se reafirmaría el apoyo hacia Putín, a solo dos meses 
      de las próximas elecciones presidenciales.
      La explosión, que se supone fue provocada por un explosivo dejado 
      en un maletín o bolso "olvidado" en el piso del vagón 
      provocó que el mismo se abriera como si fuera de papel, generando 
      la muerte instantánea y mutilación de quienes estaban cerca. 
      El hecho de que por la hora los pasajeros fueran muy apretados, imposibilitó 
      que la onda expansiva llegue a afectar a mas sectores del convoy.
      
      Febrero 2004-02-08 ©