DAMASCO.- 
      Los líderes occidentales ven con estupor que a pesar de la ocupación 
      de Afganistán e Irak, el terrorismo está muy lejos de estar 
      derrotado. Por el contrario, desde la ocupación de Bagdad, la organización 
      de Al Qaeda que conduce Osama Bin Laden se ha visto potenciada por la resistencia 
      iraquí, que desde la clandestinidad conduce Saddam Hussein. 
      En la última semana, fue atacado en Irak un cuartel de soldados italianos 
      que colaboran con la invasión, muriendo casi una veintena de ellos. 
      Pocos días después, dos sinagogas, la sede del HSBC y el Consulado 
      de Gran Bretaña, todos en Turquía, están sembrando 
      de horror el extremo europeo. Los habitantes del Viejo Continente están 
      empezando a sentir el mismo temor cotidiano en el que se mueven los afganos 
      e iraquíes desde que apoyaron las invasiones norteamericanas. Sorprende 
      que España, uno de los principales arietes de Wsashington en su política 
      agresiva aún permanezca indemne a los atentados.
Noviembre 2003-11-22 ©