REGIÓN – Paraguay |
La masacre de campesinos
que sirvió para derrocar a Lugo fue falsa.
Federico
Franco, el vicrepresidente golpista con Jaime Durán Barba, el publicista
de Mauricio Macri.
ASUNCIÓN (TV Mundus) Por Raúl Asambloc.- Aunque esta
siempre fue la versión de TV Mundus, en las últimas semanas
se puso blanco sobre negro sobre un hecho histórico que enlodó
la historia de la República del Parguay. La masacre de Caraguaty fue
armada para inculpar al Presidente Fernando Lugo que como parte de la conspiración
fue derrocado en forma expeditiva para poner al país en manos del Vicepresidente
Federico Franco del Partido Radical Liberal Auténtico, de extracción
derechista. Las confesiones fueron hechas por el usurpador a una agencia de
noticias europea.
En los hechos ocurrido el 15 de junio de 2012, la policía ingresó
a desalojar a una treintena de campesinos que utilizaban tierras fiscales
que habían pertenecido a la Marina. Los uniformados respondían
a una orden judicial en la que presuntamente aducían que las 2.000
hectáreas pertenecían al dirigente colorado Blas Riquelme (cercano
al fallecido dictador Alfredo Stroessner). Cuando los integrantes de la fuerza
pública se acercaban a los habitantes del lugar, un par de francotiradores
mataron a los estatales y estos en la confusión comenzaron su matanza
sobre los pobres que allí se encontraban.
La difusión pública de la masacre, alentada morbosamente por
los medios de comunicación de ultraderecha desató una reunión
urgente del Senado que destituyó al “Obispo de los Pobres”
Fernando Lugo, quien llevaba adelante la primera experiencia popular en Paraguay
en el último siglo. En pocas horas, a pesar de las manifestaciones
de apoyo de los ciudadanos y de la movilización de los gobiernos del
continente la oligarquía sumió a Paraguay al aislamiento internacional
durante un año y medio con un gobierno irregular. Solo Estados Unidos
apoyó a los golpistas.
Dos años después solo se investiga la muerte de los seis policías,
por lo que en un juicio plagado de irregularidades atendiendo que el fiscal
es Jalil Rachid, hijo de Bader Rachid, amigo personal de Blas Riquelme, dirigente
colorado ligado a la dictadura de Stroessner y dueño de la empresa
Campos Morombí que reclamaba los terrenos que fueron la excusa para
la masacre. Los únicos inculpados son diez campesinos por la muerte
de los seis policías, pero no hay nadie investigado por el asesinato
de los once campesinos que se defendieron con palos y honderas contra las
duras armas policiales.
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Federico
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