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      AIRES.- Un día después de la vergonzoza medida que había 
      tomado, la Sala II de la Cámara de Casación revirtió 
      su orden de liberación de represores ligados a la Causa de la Escuela 
      Mecánica de la Armada (ESMA) por haber expirado el tiempo de detención 
      preventiva mientras se instrumenta la causa por delitos de lesa humanidad. 
      La rápida reacción de la opinión pública en 
      general, pero de la Presidenta Cristina Fernández (quien dijo que 
      el fallo era una verguenza) y de las organizaciones de derechos 
      humanos en particular lograron frenar las resoluciones.
      Los jueces Guillermo Yacobucci y Luis García dijeron que estaban 
      vencidos los plazos legales para detener a una persona sin condena firme, 
      sin tomar en cuenta que se trata de asesinos de lesa humanidad, lo que implica 
      una gravedad superior a la de un delito común. El único que 
      votó en contra fué Gustavo Mitchell. Los beneficiados eran 
      Alfredo Astiz, Jorge Acosta, Antonio Pernías, Manuel García 
      Tallada de la Marina y los integrantes de Prefectura Juan Antonio Azic y 
      Raúl Scheller.
      La amenaza a testigos y desaparición de víctimas, pruebas 
      y otros elementos es el peligro de que individuos que demostraron ser tan 
      sanguinarios estén libres y a la luz de la falta de paradero de Julio 
      López tras la causa de Miguel Etchecolatz, caben aún más 
      los temores.
DICIEMBRE 
      2008-12-20
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