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SAN 
      MIGUEL (TUCUMAN).- Los ex dictadores Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín 
      Menéndez fueron condenados a prisión perpetua por el delito 
      de lesa humanidad durante los hechos represivos en la Provincia de Tucumán 
      durante los años 70, en el marco de una estructura genocida que abarcó 
      a todo el país, con un saldo provisorio de 30 mil víctimas 
      fatales. La causa del asesinato del Senador Aignasee fue la herramienta 
      judicial, pero las propias declaraciones de los imputados abren las puertas 
      a futuros juicios. De todas formas, el que no se haya indicado el lugar 
      de reclusión en una cárcel común despertó la 
      protesta de las fuerzas vivas. 
      Bussi se ha caracterizado por ser un manipulador de los mensajes, como cuando 
      al descubrírsele cuentas secretas en Suiza que habría llenado 
      con dinero público enfrentó a los medios con la célebre 
      frase no niego ni afirmo, que se unió a la de mentí 
      como político pero jamás mentí como militar. 
      Sin embargo, en este juicio, sus declaraciones fueron mucho más inculpatorias 
      que las propias pruebas de la fiscalía. Tras simular un estado de 
      salud delicado, que no sería tan grave, recuperó su postura 
      soberbia para decir que él era dueño de la vida y la 
      muerte de todos en Tucumán. Agregó que como estaba en 
      una guerra no necesitaba la presencia de ningún juez, ya que todos 
      eran blancos móviles y las detenciones no eran detenciones sino capturas. 
      No pudo responder el por qué si se trataba de una guerra al menos 
      no utilizó el Pacto de Basilea, que garantiza los derechos de los 
      detenidos.
      El otro inculpado, el ex militar Luciano Benjamín Menéndez, 
      quien venía de ser condenado a cadena perpetua en otra causa, quedó 
      incluído por ser el responsable de Bussi dentro de la jerarquía 
      militar-operacional de ese momento. Su defensa se mantuvo en sus frase de 
      que la Argentina era el único país que juzgaba a sus 
      militares después de haber ganado una guerra.
      Los organismos de Derechos Humanos mostraron su satisfacción por 
      el avance de los juicios contra los responsables del mayor genocidio de 
      la historia argentina y cierra una herida que sigue abierta después 
      de 25 años de democracia.
AGOSTO 2008-08-29
      Libre reproducción con mención de la fuente y el autor.
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