
TV en Línea homHome
BUENOS AIRES.- Ante 
      una convocatoria multitudinaria como hacía años no se veía, 
      con casi mil personas provenientes del Gran Buenos Aires y el interior del 
      país, la Presidenta Cristina Fernández dirigió sus 
      palabras en la Plaza de Mayo. En plena tensión con los terratenientes, 
      el acto multi sectorial fue convocado en defensa de las instituciones democráticas. 
      Horas antes se conocieron duras informaciones de piquetes de chacareros 
      que cortan rutas hasta las 24 para impedir la llegada al acto de los ciudadanos 
      que se manifestaron contra el golpe.
      En un primer momento comenzó agradeciendo con la voz emocionada la 
      presencia en la Plaza de todos los argentinos. Muchos de Ustedes me 
      conocieron desde que era Senadora, cuando defendía la soberanía 
      nacional. Me conocieron los ex combatientes cuando defendía sus derechos. 
      Me vieron compartir bancada con el Senador Alfredo Bravo defendiendo la 
      soberanía. ;e vieron los trabajadores negarme a votar la ley de flexibilización 
      laboral y la ley vergonzosa de la Banelco. Me vieron en muchas batallas 
      con la pasión de mis ideas que se que comparten millones de argentinos. 
      Sabía qye como presidenta de la República, iba a tener muchas 
      batallas, pero nunca pensé que íbamos a tener que defender 
      la democracia. Sabía que la profundización de este proceso 
      tenía la redistribución del ingreso. Porque si millones de 
      argentinos pudieron recuperar sus trabajos, los comerciantes volvieron a 
      abrir sus negocios y los profesionales volver a sus espacios, sabemos que 
      falta mucho por hacer. 
      Cuando timé decisiones para redistribuir el ingreso no fue 
      contra nadie sino a favor de todos los argentinos. Para que los alimentos 
      que cuando mencioné en mi discurso de ascensión era uno de 
      los problemas fundamentales que íbamos a tener junto con el tema 
      de la energía, acá está. El problema de los alimentos 
      y la energía cada vez más caro, ví que ese era el tema 
      la momento de tomar mis decisiones. Quiero un Bicentenario distinto. Cien 
      años atrás, este país exportaba todo, aunque se apaleaba 
      a los obreros. 
      Sueño con un campo que cada vez produzca más materia prima, 
      pero que también dé más valor agregado con trabajadores 
      argentinos. Esos son mis sueños, pero los sueños también 
      necesitan decisiones. Cuando el 1 de abril vine a hablar con todos Ud., 
      creí que estaba ante la batalla de la redistribución del ingreso 
      porque quienes tenían que ceder una pequeña parte de su renta 
      extraordinaria, creí que estaba ante esa batalla. Pero luego, cuando 
      comenzaron a pasar los días y yo veía que desde una corporación, 
      cuatro personas a las que nadie votó (apoyo de los presentes), a 
      las que nadie eligió se reunían, deliberaban, decidían 
      y comunicaban al resto de los argentinos quién podía y quien 
      no transitar por el país, me di cuenta que estaba ante una situación 
      muy diferente.
      Sin agravios, me di cuenta entonces que estaba ante otro escenario, 
      que no era el de las retenciones. Ya no eran intereses que estaba socavando, 
      que estaban interfiriendo en la construcción de la democracia. En 
      la Argentina de la Constitución se delibera a través de los 
      representantes, con poderes legalmente constituidos. Empecé a ver 
      a algunos que empezaban a colarse entre esos reclamos y ya no les preocupaban 
      las retenciones y que por el contrario nos insultaban por nuestra defensa 
      de los derechos humanos. El escenario era totalmente otro.
      No se dan cuenta que es la historia y el pueblo. Esas cuatro personas, 
      llevadas por las propias dinámicas de las corporaciones que no pueden 
      sus propios intereses sectoriales no se dieron cuenta de lo que estaban 
      haciendo. Por ello, en noimbnre de la vigencia democrática, la constitución 
      y la repúiblica, quieron que adviertan que si la historia fue tragedia 
      que hoy se repita como comedia. Los argentinos no queremos más tragedia. 
      Queremos la vigencia de la Constitución.
      Cuando vemos el mundo que hoy tenemos, advertimos cuanta razón 
      teníamos en retomar argumentos básicos como son los derechos 
      de exportación e importación para poder instalar un gobierno 
      popular. Permítanme decirles que estos instrumentos también 
      formaron parte de la política de los 90, cuando se bajaron a cero 
      todas estas barreras y se nos cayó todo: el campo, la industria. 
      Los argentinos debemos advertir que estos instrumentos que los países 
      desarrollados usaron para hundirnos a los países emergentes es necesario 
      para construir un país más justo.
      Por primera vez estamos en una oportunidad histórica. Por primera 
      vez ellos necesitan más de nosotros que nosotros de ellos. Seamos 
      inteligentes. Dejemos de mirarnos el ombligo, de ser esa Argentina que se 
      encierra en sí misma. Necesitamos todos los sectores de la construcción, 
      del comercio, de la industria, juntarnos para construir el país que 
      soñamos. 
      Yo empecé muy chica con esto y también pasaron muchas 
      cosas. Nos dividieron. Civiles contra militares. Después fueron los 
      trabajadores, después vinieron por la clase media. Esa clase media 
      que por prejuicios culturales actúan contra sí mismos. Son 
      los que tienen su casa, su familia, aquí. No pueden girar sus dólares 
      al exterior. Tenemos que empezar a mirar nuestros propios intereses para 
      abandonar los cantos de sirena. Por ello, yo quiero desde aquí, 
      desde esta Plaza de Mayo que empezó siendo de los peronistas y que 
      luego fue de las Madres. Desde esta plaza quiero convocar a todos a que 
      mejoremos nuestras políticas agropecuarias para que produzcamos más 
      pero que al mismo tiempo los argentinos comamos más. Debemos saber 
      decidir cómo queremos vivir y convivir. Tenemos que aprender que 
      muchas veces puede haber diálogo, discusión y debate, pero 
      debemos saber que no estar de acuerdo puede ser no estar de acuerdo. Hay 
      que aprender a dirimir nuestras diferencias. Después de tantos golpes 
      de estado, creemos que las diferencias se solucionan con cacerolas u otras 
      cosas. Por el contrario, debemos unir para construir más democracia. 
      
      Algunos quisieron decirnos a todos los argentinos por dónde 
      podíamos pasar o no, por donde podía pasar el pan o la leche. 
      Por la Constitución, liberen las rutas y dejen que los argentinos 
      volvamos a trabajar. No tengan miedo a ejercer su representación 
      sectorial, porque si realmente son representativos, serán escuchados.
      Les tiendo la mano y los llamo a la reflexión, no en nombre 
      del gobierno sino de los argentinos a los que todavía sufren, los 
      convocamos a este acuerdo del Bicentenario. Quiero decirles a todos los 
      que nos escuchan que vinimos a contar la idea del país que soñamos 
      y si pueden hacerlo mejor que nosotros, los invitamos que se constituyan 
      democráticamente y pidan el voto del pueblo en las próximas 
      elecciones. Así se construye democracia. Así se defiende la 
      constitución y así se hace honor a la bandera y a la Patria. 
      Gracias por esta plaza, por la democracia, hacia el Bicentenario.
      Ante una ovación de los miles de presentes, que ocuparon casi cien 
      calles, la Presidenta Cristina Fernández se despidió en lo 
      que puede ser considerado su discurso más profundo desde la asunción, 
      y uno de los más determinantes desde el retorno a la democracia. 
      
Libre reproducción 
      con mención de la fuente.
      NOVO MundusNET TELEVISION
      Junio 18-06-08