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ZARATE 
      y LA PLATA.- Con apenas unos días de diferencia, fueron secuestrados 
      y amenazados importantes dirigentes de los Derechos Humanos en Argentina, 
      en un momento en el que los asesinos comienzan a desfilar nuevamente por 
      los tribunales del país. Juan Puthod en Zárate y Hebe de Bonafini 
      en La Plata fueron las víctimas de una peligrosa tendencia intimidatoria.
      El 30 de abril, el Presidente de la Casa de la Memoria de Zárate 
      Juan Puthod fue secuestrado por un grupo de al menos tres personas a la 
      salida de su programa de radio en la localidad de Zárate. Como no 
      tiene visión en uno de sus ojos (consecuencia de las torturas recibidas 
      durante su desaparición durante la dictadura militar el 27 de marzo 
      de 1976) fue sorprendido en plena vía pública e introducido 
      en un vehículo. En el auto comenzó a ser golpeado y fue encapuchado. 
      Aunque dió muchas vueltas, la víctima cree no haber salido 
      de la ciudad en la que reside y donde se encontraba organizando un homenaje 
      a militantes montoneros asesinados durante la dictadura del ex general Jorge 
      Rafael Videla. Estuvo secuestrado durante veintisiete horas y luego fue 
      abandonado en la calle. Desconfía de la investigación y el 
      caso ha pasado al fuero federal porque su pasada militancia lo saca de lo 
      que hubiera sido un delito común. Mostró emoción por 
      la llamada telefónica recibida por el hijo de Jorge Julio López 
      desaparecido hace casi dos años.
      Al mismo tiempo, durante la madrugada del viernes 2, Alejandra, hija de 
      la Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini 
      recibió amenazas a través del portero eléctrico de 
      una vivienda a la que acaba de mudarse. Desde hacía algunos días 
      notó la presencia intimidatoria de dos hombres de aspecto marcial 
      (uno de ellos pelado) que se movilizaban en un auto con vidrios polarizados. 
      El mensaje fué que estaban hartos y que iban a matar a su madre. 
      En Mayo de 2002 también había sido agredida por sicarios que 
      le enviaron mensajes amedrentantes a su madre. Al respecto, Bonafini dice 
      que no puede dudar de un solo sospechoso ya que llevan adelante muchas causas 
      y apoyan muchas causas reivindicatorias. La última es una situación 
      harto probada de esclavitud infantil en productores agrícolas de 
      la zona de Pilar, que no ha tenido la respuesta de las autoridades que se 
      hubiera esperado ante semejante aberración.
      Si a esto le agregamos la desaparición de Jorge López y el 
      secuestro de Luis Geréz, estamos ante un peligroso recrudecimiento 
      de movidas de la derecha que quiere volver al poder o por lo menos cortar 
      todo atisbo de tranquilidad en testigos y promotores de justicia.
Mayo 2008-05-06
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