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TECUM
    NOVO MundusNET
    2000-2008 
BUENOS 
      AIRES.- Con un cuarto intermedio hasta el siguiente lunes terminó 
      la reunión del último viernes entre el gobierno de los argentinos 
      y los terratenientes que desde hace veinte días procuran desabastecer 
      las ciudades para imponer su interés por la fuerza. La política 
      de retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias procura 
      contener los precios internos para que los ciudadanos puedan comprar en 
      pesos la mercadería que necesitan para sobrevivir, en un contexto 
      de históricas ganancias de los productores camperos. En el congreso 
      de la derecha internacional que paralelamente se realizaba en Rosario sonreían 
      ante lo que creen puede terminar en una crisis institucional que haga tropezar 
      a la democracia.
      En la propia Casa de Gobierno se reunieron los dirigentes ruralistas con 
      el Jefe de Ministros Alberto Fernández, el Ministro de Economía 
      Martín Lousteau, el Secretario de Agricultura Javier de Urquiza y 
      el Secretario de Comercio Guillermo Moreno. La Presidenta Cristina Fernández 
      saludó simbólicamente a los presentes, agradeciéndoles 
      que aceptaran la invitación a dialogar, tras lo cual se retiró 
      hacia la Quinta de Olivos.
      Los ruralistas, con claros intereses de megaproductores se mostraron disconformes 
      y mantienen su medida de fuerza ya que no les sirvió lo que consideran 
      una pobre propuesta gubernamental, que mostró su carpeta con planes 
      de ayuda a los pequeños agricultores (con un corte en las 250 hectáreas) 
      subsidiando fletes y agroquímicos. Eduardo Buzzi, Presidente de la 
      otrora popular Federación Agraria Argentina se mostró disconforme 
      y más duro incluso que los representantes de la Sociedad Rural (ligados 
      al golpismo oligárquico del siglo pasado). Pedro Paolaza, Presidente 
      de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y la 
      Pampa (CARBAP) mostró su disgusto y ratificó las medidas de 
      fuerza por tiempo indeterminado.
      Entre los empresarios se notó fuertes quiebres entre los que son 
      sojeros por un lado, lecheros o ganaderos por el otro. Hasta los productores 
      de miel tenían posiciones propias. Así va a ser difícil 
      llegar a un acuerdo macro, dijo un funcionario de segunda línea 
      del Ministerio de Economía que no quiso dar su nombre ya que tienen 
      orden de mostrarse conciliadores.
      El campo quiere ganarle la pulseada a las autoridades argentinas y no piensa 
      dar el brazo a torcer hasta que se perciba la derrota del poder 
      ejecutivo. Saben que si ganan esta tendrán el control político 
      a la brevedad. Ellos pueden resistir hasta dos meses en las rutas, aunque 
      pierdan una cosecha (que los grandes exportadores que siguen sacando su 
      mercadería al exterior pueden sostener), pero los tiempos políticos 
      no son los mismos, ya que la ciudadanía necesita alimentarse. Como 
      si fuera una postal mafiosa, mientras las carnicerías urbanas empiezan 
      a tener poca carne a la venta (o a precios exhorbitantes) faenan vacas que 
      comen al pie de los tractores viejos que luego incendian para causar temores.
      A las 24 del día viernes, el Jefe de Gabinete, visiblemente exhausto 
      dio una conferencia de prensa en la que escondió el pesimista panorama 
      existente bajo la figura de un cuarto intermedio hasta la semana 
      siguiente.
Marzo 2008-03-29
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