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LA
PAZ.- Tras el respaldo clarísimo de los Jefes de Estado sudamericanos
al Presidente Evo Morales, los prefectos secesionistas de Bolivia aceptaron
devolver las instituciones del Estado (aunque con muchas demoras y en estado
de saqueo) y sentarse a negociar una tregua tras los diez días de
violencia y agitación a los que sometieron al país. Expulsado
el Embajador norteamericano Philip Goldberg, detenido el Prefecto de Pando
Leonel Fernández por la masacre de casi 70 campesinos y ante el repudio
de la ciudadanía, bajan momentáneamente sus armas. La opinión
pública reclama el desarme del grupo filonazi Unión Juvenil
Cruceñista y la detención de los sicarios extranjeros participantes
de la masacre en Pando.
Con extrema lentitud comienzan a devolver aeropuertos, oficinas públicas
y aeropuertos, de acuerdo a las “autorizaciones” dadas por el
empresario sojero Marko Marinkovich, quien tiene el teléfono de la
Casa Blanca en ausencia del representante diplomático. En reuniones
sostenidas en Agosto, en las que planeaban estas revueltas de agitación
en caso de que (como finalmente ocurrió) Morales ganara el referendum
revocatorio, se acordó este “pasamanos” para seguir coordinando
las tareas. Philip Goldberg se encuentra refugiado en Lima, desde donde
habrían partido varios de los asesinos a sueldo responsable de la
matanza de Pando. La recuperación del aeropuerto de Tarija, por ejemplo,
tuvo tres muertos, dos de ellos soldados nacionales.
SEPTIEMBRE
2008-09-17
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