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Por Raúl Asambloc.
SANTA 
      CRUZ DE LA SIERRA.- En un claro intento secesionista, la derecha de Santa 
      Cruz, la provincia más rica de Bolivia (35 % del PBI) obtuvo un claro 
      triunfo para la aprobación de su Carta Magna separatista en un contexto 
      de violencia y de probable fraude, con un claro intento de mantener los 
      privilegios de las clases altas que explotan el petróleo, el gas 
      y la soja. Sorprende a los observadores internacionales el despreciable 
      grado de racismo esgrimido por los dirigentes cruceños.
      Encabezados por el Prefecto Rubén Costas (ganadero) y el empresario 
      Branko Marinkovic (sojero) del Comité Cívico, la derecha ha 
      usado en los últimos dos años como fuerza de choque a la nazi-fascista 
      Unión Juvenil Cruceña, compuesta por alumnos de universidades 
      y liceos privados, que en la calle golpea en grupo a los ciudadanos pobres 
      o de aspecto indio. Reciben apoyo económico de la organización 
      golpista norteamericana USAID que financia a todos los dirigentes dispuestos 
      a defender los valores de la libre empresa y el libre mercado. 
      En sus discursos prometieron la muerte física y política del 
      Presidente de la República, Evo Morales.
      También sorprende el alto grado de desconocimiento que los votantes 
      de la Autonomía tienen de su propia carta orgánica, que está 
      en clara oposición con la flamante Carta Política del Estado 
      (Constitución Nacional) recientemente sancionada por la Asamblea 
      Constituyente. La riqueza natural, la salud y la educación, que en 
      la nacional se garantiza para todos los ciudadanos, en la cruceña 
      se deja librado a la suerte de cada uno, en concordancia de los valores 
      liberales que durante décadas impusieron las clases altas 
      al resto del país. Desde la llegada al poder del Movimiento al Socialismo 
      (MAS) las cosas empiezan a recuperar un clima de justicia social que nunca 
      existió, sometiendo a un país rico a tener una población 
      pobre por la concentración de la riqueza en unos pocos acomodados. 
      Estos últimos, concentrados en Santa Cruz (que vive el boom sojero) 
      manejaron con desprecio durante décadas lo público y ahora 
      hacen planteos racistas en alusión al origen aymara del Primer Mandatario.
      El Presidente Morales llamó a la calma al país y prometió 
      seguir los caminos institucionales para anular un intento autónomica 
      opuesto a la voluntad nacional, ya que aunque la libertad de maniobra regional 
      está amparada en el CPE, no es en los términos que los blancos 
      cruceños quieren imponer en elecciones a todas luces fraudulentas.
Mayo 2008-05-06
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