EDITORIAL – Peronismo |
Tras el éxito de la jornada militante
en el Mercado Central, el Partido Justicialista eligió a su nueva conducción nacional.

Por Daniel do Campo Spada

Ottavis, flamante Secretario General del Justicialismo.
FOTO. TÉLAM

Ante la imposibilidad de la reelección de la Presidenta Cristina Fernández en el 2015, el Partido Justicialista está dando importantes pasos de institucionalidad. Hace un mes, un encuentro de militantes y dirigentes permitió que 20.000 personas automovilizadas debatieran en distintas áreas los siguientes pasos del proyecto nacional y popular que casi en soledad empezara Néstor Kirchner en 2003. En la primera semana de mayo del corriente año, el Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, el distrito más importante desde el punto de vista político eligió sus nuevas autoridades mostrando un espíritu de unión y construcción que pone muy nerviosos a los dirigentes de la oposición. El viernes 9, todos los dirigentes principales del país, mas allá de una decena de pre-candidaturas que se mueven en el kirchnerismo consolidaron la conducción nacional en la que no quedó afuera ningún sector. La ratificación de la conducción de Cristina y la convicción de mantener la unidad aún después de que se diriman los lugares en las Primarias Abiertas Obligatorias y Simultáneas (PASO) cambia radicalmente el panorama político. Sobre todo de aquellos que hablaban orondamente de fin de ciclo.
Las autoridades elegidas tanto a nivel nacional como provincial preanuncian una lucha por el rearmado pos 2015 ordenado, donde más allá de la competencia interna queda claro que con la fragmentación pierden todos. Esto es algo inesperado para los grandes grupos económicos y los partidos de derecha que apostaban a la atomización de lo que creían “el resto del peronismo kirchnerista”. El Presidente del partido en el ámbito nacional quedó en manos de Eduardo Fellner (Gobernador de Jujuy), una garantía de fidelidad al kirchnerismo ya que fue el principal colaborador de Néstor Kirchner en los primeros tiempos. Cuando tenía todo para volver a ganar la reelección de su provincia, el propio ex Presidente le pidió que dieran un gesto y que no se presentaran nuevamente a los mismos cargos, como lo hizo también el saliente gobernador de la Provincia de Buenos Aires Felipe Solá.
Los cuatro vicepresidentes le dan densidad a la conducción política ya que Jorge Capitanich (Jefe de Gabinete de la Nación que sorprendió diciendo a un par de micrófonos que no era precandidato), Beatriz Rojkés (Senadora Nacional, esposa del Gobernador de Tucumán José Alperovich, una de las provincias que el kirchnerismo logró sacarle a la derecha), Antonio Caló (Secretario General de la CGT, representando la famosa rama obrera, “columna vertebral” del peronismo) y Eduardo “Wado” De Pedro (Diputado Nacional e integrante de la pujante agrupación juvenil La Cámpora). Para que todos los sectores estén incluidos en el armado (ya que el miedo es los que se quedan afuera) se pusieron a seis dirigentes que suenan (junto a Capitanich) como precandidatos entre los que están Daniel Scioli (Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y mejor posicionado de cara a las PASO aunque con gran desconfianza de los kirchneristas puros), Juan Manuel Urtubey (Gobernador de Salta y el menos kirchnerista de todos), Julián Domínguez (Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, cristinista de medio camino) y los más fieles al proyecto nacional como Agustín Rossi (Ministro de Defensa y ex Jefe del bloque parlamentario en la Cámara Baja), Florencio Randazzo (Ministro de Interior y Transporte que logró sortear airoso el impacto político de la tragedia ferroviaria de Once), Sergio Urribari (Gobernador de la Provincia de Entre Ríos y el gran competidor de Scioli) y Aníbal Fernández (Senador Nacional y ex Jefe de Gabinete Nacional).
Rossi, en un reportaje cedido a la revista Veintitrés insistía en la modificación de la PASO para permitir que en las listas finales tengan alguna representación las minorías ya que de esa manera se permitía que muchos sectores jueguen adentro en lugar de tomar un camino por separado. Esto es esencial considerando que el sector sciolista incluso ocupó un espacio muy importante en los cargos. José Luis Gioja (Gobernador de La Rioja como Secretario de Organización), Lucía Corpacci (Gobernadora de Catamarca, Secretaria de Actas) y Luis Beder Herrera (Gobernador de La Rioja, Secretario de Desarrollo). Los cuatro se encontraron en Catamarca unos días antes para acordar el armado con la excusa de celebrar el Día de la Minería Argentina.
El poderoso Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires también dispuso dirigentes propios aunque con la salvedad que no son los sciolistas. Fernando Espinoza (Presidente del PJ provincial e Intendente de La Matanza) quedó como Secretario Político, Francisco “Barba” Gutiérrez (Intendente de Quilmes) como Secretario de Integración Regional y a Juan Patricio Mussi (Intendente de Berazategui) como Secretario de Medio Ambiente. A este sector se le debe agregar a los jóvenes José Ottavis y Mayra Mendoza como Secretario General y Secretaria de la Mujer respectivamente, perteneciendo ambos a La Cámpora.
La conducción de Cristina Fernández, ausente en el encuentro en Parque Norte fue ratificada por propios y extraños. Se convierte de esa manera en la gran electora de las políticas que quedan aunque las candidaturas se diriman en las PASO.

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do Campo Spada, 2014 (C)
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MAYO 2014-04-10
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