Continúa el debate por la Ley de Medios de la democracia.

Por Daniel do Campo Spada.

Defendiendo los intereses de los grandes oligopolios que manipulan la información a nivel nacional, la oposición y algunos integrantes de la Iglesia Católica se han manifestado en contra del proyecto de la Ley de Medios de la Democracia. Los empresarios multimillonarios Mauricio Macri y Francisco De Narváez (dueño de medios) prometieron revisar todas las leyes del Congreso sancionadas hasta el 10 de diciembre en una clara actitud anticonstitucional.
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel dijo que si se concreta el Proyecto, el país estará caminando por primera vez en una auténtica libertad, superando el control despiadado de la información que los grupos poderosos de la sociedad imponen a las grandes mayorías.
Los diputados de Encuentro Popular, Vilma Ibarra, Ariel Basteiro y Victoria Donda, que apoyan en general el proyecto presentado por el Poder Ejecutivo, le pidieron al Presidente de la bancada oficialista del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, que hagan algunas modificaciones en los artículos que describen las autoridades de aplicación. En lo que respecta al espíritu democratizador de la Ley están de acuerdo.
Los opositores, entre los que se cuenta el Vicepresidente Julio Cleto Cobos, se reunió con los multimillonarios Mauricio Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Francisco De Narváez, quien no solo no puede justificar el incremento de su fortuna sino que además tiene medios propios (El Cronista, América TV, Apertura, Information Technology y otros). El mensaje fue que lo primero que harán los diputados que asuman el 10 de diciembre será revisar todas las leyes sancionadas desde el 28 de junio hasta ese momento. Son las maniobras que recomienda la organización golpista UNO América, que entre otras acciones apoyó fervientemente el golpe de estado en Honduras.
Jorge Oesterheld, integrante de la jerarquía católica apoya una estrategia dilatoria pidiendo que la Ley tenga más consenso, desconociendo las audiencia que se llevaron a cabo en distintos lugares del país durante los últimos años. En principio, a pesar de que los católicos son los que mas licencias tienen, no cumplen con el requisito de explotarlas, ya que la alquilan a organizaciones privadas. En el Gran Buenos Aires esto es manifiesto, donde la licenciataria autorizada es el Obispado local pero luego lo cede a un emisor privado con fin de lucro.
Las organizaciones empresarias ARPA (radios) y ADEPA (diarios) dicen que la ley no se puede debatir sin la presencia del “periodismo”, aún a sabiendas que en su directorio hay escasos periodistas, quienes se encuentran en los gremios de la profesión, como FATPREN, UTPBA y otros, o en organizaciones como FARCO (radios comunitarias), ACAPI (Asociación de Comunicadores Argentinos por Internet), entre otros.
El Grupo Clarín, principal oligopolio del país, apoya y fomenta las posiciones contrarias de la radical Silvana Giúdici (“se perjudican todos, coartando la libertad de expresión” o la sentencia “esta ley pone en peligro a todos los privados”), quien incluso contradice un proyecto suyo de hace dos años atrás que era más amplio en su espíritu que el que se discute en este momento. A pesar de ello giró totalmente en sus posiciones y se convirtió en la cara mimada de los medios electrónicos de la mega empresa (Canal 13, TN, Radio Mitre, etc). Precisamente en el programa vocero de la compañía, “A dos voces”, se la ve casi tanto como el cada vez mas desconcertante Fernando Solanas (“lo malo no es la ley en sí sino quien la va a manejar, porque que eso lo haga este gobierno a mí preocupa”). El cineasta disfruta de su momento de gloria al ser el progresista promocionado por los medios conservadores ya que al oponerse permanentemente a las políticas de Cristina Fernández es funcional a sectores que tienen ideas destituyentes.
La diputada de Elisa Carrió (“que esta ley no se sancione, que después nos sentaremos con el Grupo Clarín y buscaremos algo interesante”), Patricia Bullrich sale a defender a las telefónicas cuando dice que le abren el espacio para que intervengan como prestadoras, “permitiendo el ingreso de cooperativas del interior que no conoce nadie, perjudicando a Telecom, que encima la quieren convertir en nacional”. Qué lejos quedó aquella joven de ajustados pantalones de jean que en la Plaza Miserere arengaba a la Juventud Peronista “combatiendo al capital”.
A pedido del oficialismo se está haciendo una vuelta más de audiencias en el Congreso, en donde se reafirma el espíritu de la original “Coalición de los 21 puntos” que comenzara hace cinco años a debatir un proyecto que la democracia se debe desde 1983.
En Noviembre, en el último mes de esta legislatura elegida por la gente al igual que la que asume el 10 de diciembre, se dará en Buenos Aires una gran batalla de todos aquellos que están ligados a la comunicación. Por un lado, se llevará adelante la Cumbre de la Comunicación Democrática y por el otro la Sociedad Interamericana de Prensa, estrechamente ligada a los golpes de estado (incluyendo el de Honduras) y acompañada por el Grupo golpista UNO América, una versión remixada de USAID, reconocido instrumento desestabilizador del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Será muy claro saber quien apoya uno u otro evento. En el primero estarán los periodistas libres e independientes y en el segundo empresarios y sus empleados con miedo a quedar sin trabajo.
Quienes defendemos la democracia sabemos que en estos días se está dando una de esas grandes batallas que los ciudadanos debemos llevar adelante con compromiso para evitar que los enemigos del pueblo sigan controlando no solo los cuerpos y su explotación sino también las mentes y su consolidación.

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AGOSTO 2009-09-12
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