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Lavagna se reincorpora
al Justicialismo
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Por Daniel do Campo Spada

.- El primer golpe de efecto que ha tenido la maniobra del ex Presidente Néstor Kirchner de restaurar al Partido Justicialista ha sido el retorno del ex Ministro de Economía (entre otros cargos importantes en el Estado) Roberto Lavagna. Nada debiera sorprendernos si no fuera porque apenas unos meses atrás fue el candidato extra partidario de la Unión Cívica Radical, ubicándose en el tercer lugar. En cada discurso de la campaña marcó su distancia del matrimonio presidencial en cuanto a política económica, relación con Estados Unidos, amistad con Chávez, relación con los sindicatos, etc. La intermediación del ex duhaldista y ex Ministro José Pampurro hizo posible un encuentro destinado a la reconstrucción de la principal organización política del país. ¿Después de casi cinco años en el poder usando el etéreo y volátil sello del Frente para la Victoria (FPV), sirve al gobierno rearmar una estructura que contiene tantos muertos políticos?
Desde el momento en que Kirchner retornó de la entrega de prisioneros de las FARC colombianas en plena selva caribeña, comenzó a tirar las líneas que durante su gestión no pudo ejecutar. A pesar de que durante su presidencia se movió en una recién inaugurada “transversalidad”, que le daba el apoyo de sectores no peronistas, siempre quedó la inquietud de lo que pudieran hacer los ortodoxos del justicialismo menemista. De Narváez, los hermanos Saá, el propio Menem y hasta un desorientado Duhalde sueltos por allí, podrían convertirse en un problema. El asalto al Palacio de Invierno, que representa “el Partido” dejaría sin base de apoyo ritual a esos anquilosados dirigentes que no se resignan al cambio de los tiempos. Un viejo adagio dice que cuando un enemigo no se derrota definitivamente, se puede recuperar y terminar siendo tu exterminador. Este puede ser quizás el objetivo primordial para recuperar una estructura que hace rato no funciona, y que a la luz de los acontecimientos demostró que no es imprescindible. Sin embargo, recuperando “la chapa”, nadie podría correr a los Kirchner – Fernández con la mística.
Al aliarse con Lavagna, en un acuerdo con términos que no conocemos, le quita a la derecha la posibilidad de tener un dirigente presentable. Del otro lado no queda nada con perspectiva seria de poder discutirle el liderazgo del oficialismo. El único que dijo que quiere presentarse como candidato a presidente partidario en una interna es el colombiano macrista Federico De Narváez, que fue el candidato de Propuesta Republicana (partido de derecha) a gobernador de la Provincia de Buenos Aires en las últimas elecciones. Seguramente harán alianza con Carlos Menem y los hermanos puntanos Rodríguez Saá. Algún caudillo del interior puede sumarse a último momento, como es el caso de Ramón Puerta, pero ello no genera inquietud a nivel de Congreso partidario. El peso está en los intendentes de la Provincia de Buenos Aires, y ellos están en bloque con Néstor Kirchner.
En las próximas semanas retorna de Washington Octavio Bordón, quien luego de cuatro años le dejó el lugar a Timerman. El ex gobernador de Mendoza goza de una buena imagen e innegable historia partidaria para comenzar a recorrer el interior. Balestrini, Pampurro y Scioli, aseguran el territorio bonaerense y José Manuel De la Sota, ex gobernador de Córdoba, junto a los gobernadores kirchneristas (que hoy abundan) cierran los números en una forma determinante y decisiva. Aun quedan expectativas de un merecido lugar a reconocidos justicialistas que pululan en armados temporales totalmente desaprovechados, como Fernando “Pino” Solanas (cuarto en las últimas elecciones presidenciales con un tercio de millón de votos) o Miguel Bonasso (de destacada acción parlamentaria).
Las organizaciones sociales que desde la tragedia de los 90 se han convertido en la red social de contención de amplias capas que han sido marginalizadas por necesidad del mercado, los piqueteros, también han manifestado su apoyo. Luis D´Elía, ex funcionario y líder de la Federación Tierra y Vivienda, el también ex funcionario y dirigente del Movimiento Evita, Humberto Tumini de Libres del Sur y Edgardo Depetri por el Frente Transversal, mostraron una beta de posibilidad de apoyar a Kirchner en este emprendimiento. Aseguran la presencia en la calle, pero no están seguros que la orgánica de sus bases quiera marchar en procesión hacia el Partido. El riesgo de perder identidad es alto y nadie garantiza que en poco tiempo sus reclamos legítimos terminen absorbidos dentro de la dinámica partidaria.
Los riesgos de rearmar al Partido Justicialista también son muchos. ¿No se convertirá el peronismo en una cárcel para Cristina Fernández o el mismo Kirchner si desea volver a la Casa Rosada? En la actualidad tampoco hay partidos como antaño. Radicales hay por todos lados (inclusive en el gobierno actual), pero la Unión Cívica Radical es apenas un armado que el ex Presidente Raúl Alfonsín se empeña en mantener. La Coalición Cívica, por otra parte, es apenas una especie de club de amigos de Elisa Carrió, que promete durar hasta el próximo cambio de ánimo de la dirigente con espíritu de opositora vitalicia. El anacronismo de la izquierda conjuga con la nueva derecha que empieza a entender cómo se toma el poder sin necesidad de un golpe de estado.

Enero 2008-02-09
TECUM – NOVO MundusNET


 

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