MUNDUS
Consultores
Informativos
(C) 2000-2011

El nuevo continente.

Es inevitable pasar de año sin tentarse con un balance. ¿Quién al cumplir años no se pone a reflexionar sobre el pasado, presente y futuro de su vida? El calendario es arbitrario como pocas cosas en nuestro mundo simbólico, pero para los parámetros científicos (en los cuales hay que dividir el objeto de estudio) es de lo mas útil. Por ello, resignados al uso de la balanza, vemos que nuestro subcontinente se encuentra hoy, mejor que un año atrás.

Seguramente muchos de nuestros lectores ya habrán saltado en sus sillas, blandiendo estadísticas del aumento de la pobreza y las injusticias. Y eso es real. Las insobornables estadísticas muestran saldos negativos en lo social y en lo económico. ¿Qué duda cabe que algunas cifras de un año atrás hoy nos parecerían un bálsamo? Pero en la región comenzó a haber un cambio, que como la costumbre histórica ha demostrado, se extiende a todos nuestros países como si se tratase de un juego de dominó.

Hace apenas unos días asumió la Presidencia de Brasil, Luiz Ignacio Lula Da Silva. Hijo de un hogar sumergido paulista, la actividad sindical le permitió comenzar una carrera que concluye (o comienza) con los pomposos actos de asunción en Brasilia ante un número importante de mandatarios extranjeros y muchedumbres en las calles comprando el kit de gorro, bandera y vincha del PT (Partido de los Trabajadores). En Venezuela, el bolivariano Hugo Chávez resiste mas de un mes de huelga salvaje encabezado por los empresarios, vieja dirigencia sindical y militantes de la antigua y desprestigiada clase política. Es el mismo grupo de golpistas que asaltaron el poder durante el 2002. Los medios de prensa privados, en lo que ya se puede considerar un escándalo de parcialidad, empujan a los ciudadanos a quebrar el orden constitucional de un Presidente que ganó abrumadoramente cuanta elección se le puso delante.

Ecuador, verá en poco tiempo la asunción de un outsider de la política, donde Lucio Gutiérrez debe superar la crisis institucional de la cual no se ha podido salir desde su levantamiento indígena.

En Bolivia, aunque perdió en la extraña segunda vuelta parlamentaria, el dirigente campesino Evo Morales le complicó el camino en forma inesperada al Presidente Sánchez de Losada.

Lo mismo ocurre en Paraguay, donde es improbable que Luis González Macchi llegue al 10 % de popularidad a solo meses de concluir su gestión, en la cual se anotan varios dirigentes populares.

En la Argentina, y ante la ausencia de candidatos potables, la figura de Eduardo Duhalde comienza a sonar como un alternativa. Aunque él desmienta a todas voces su intención de candidatearse (conforme a retirarse el 25 de mayo del presente, según ha prometido), un nutrido grupo de dirigentes pretende convencerlo, ahora que la economía comenzó a repuntar, de presentarse. Tampoco se debe olvidar que aunque el mandatario sea un Senador Nacional electo por la Asamblea, en las últimas presidenciales obtuvo (a pesar de perder ante De la Rúa) mas votos de los que tuvo Raúl Alfonsín en 1983.

¿Que tiene de particular lo enunciado? El fin de las corrientes liberales, que durante diez años tiñieron la región de una política económica que no ha dado los resultados profetizados. Volviendo a los números, estamos peor, pero el cambio es el principio de la solución. Aún no sabemos si esta camada de presidentes serán lo que América Latina necesita, pero queda claro la voluntad del cambio.

Lic do Campo Spada (C)
Enero 06-01-03

 


 

a