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Hay varias Argentina

Desde hace tres meses, en la que los argentinos hemos entrado en este difícil trecho histórico que nos toca vivir, algunas imágenes se han estereotipado y desde una parte se justifica un todo, que es a todas luces falso. O por lo menos parcialmente falso...

Como periodista convivo diariamente con informaciones en las cuales siempre hay algún interés por detrás. Es hasta normal que ello ocurra. Basta con ver sin ir mas lejos lo difícil de la tarea de la mesa del Diálogo Argentino que encabeza la Iglesia Católica con el auspicio de las Naciones Unidas y el apoyo del gobierno. Nadie cede y todos pretenden llevar agua para su molino. Pero también es cierto que los medios tendemos a generalizar fragmentando la realidad, porque no todos tienen problema con el corralito, porque es una ínfima porción que no llega al 1 % de los argentinos quienes tienen mucho dinero atrapado. Pero la consumición de cualquier publicación nos transpola hacia la creencia de que ese es EL problema. Lo mismo ocurre con los deudores pesificados. Es algo que afecta a muchos, pero hay mas que ni siquiera tienen un techo, no propio sino ni siquiera alquilado o prestado. De la misma forma los medios de comunicación extranjeros hablan del hambre en la Argentina. Hay muchos compatriotas en una terminal situación y duele, pero no hemos llegado todavía a la miseria de Somalía o Afganistán con los norteamericanos adentro. Tenemos violencia pero aún no somos Colombia. Necesitamos exportar y crecer y tenemos todo para ello...

Otra vocación que me permite ver la realidad es la docencia que realizo en varias instituciones. Los sucesos que afectaron al país nos tomaron de sorpresa en el receso educacional, pero para mi sorpresa (y la de más de un colega), los jóvenes de Argentina, tanta veces ponderados en los discursos de campaña, han reaccionado distinto a lo esperado. También es válido aclarar que los jóvenes no solamente forman cola en una embajada para escaparse de este difícil momento, sino que muchos más (y más jóvenes aún) tienen una fé y unas ganas de hacer cosas que asombra. De nada sirvieron las prevenciones previas, porque ellos han demostrado que están mas enteros de lo supuesto. Al igual que aquellos paises que estuvieron en guerra, estamos ante una generación mas realista (y menos hedonista) que las anteriores. Y esto es bueno destacarlo.

La misma clase social que nutre los que se van, provee la mayoría de los que conforman los clubes del trueque o los de compras comunitarias. Hay varias argentinas y la mayoría de ellas invitan a la esperanza aunque no sean tapa de los diarios.

Lic Daniel do Campo Spada © Marzo 2002-03-16.


 

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