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El manejo del Poder.

En solo una semana, el Presidente Adolfo Rodríguez Saa parece estar en el centro del huracán. La "luna de miel" que los ciudadanos dan a todo mandatario parece haber durado apenas unos días. De un fin de semana al otro pasamos del asombro de una hiperactividad notoria a la sonrisa ausente y reuniones "cumbre" en las que renunció todo el gabinete.

En un clima de neta anarquía social y rebelión civil, los cacerolazos volvieron a tronar en la madrugada del sábado 29 reclamando la salida del Gobierno del Jefe de Asesores, el Lic. Carlos Grosso, quien se había retirado de la exposición pública tras la lluvia de denuncias que lo sacaron de la todavía intendencia de la Ciudad de Buenos Aires. La Corte Suprema, que en una semana liberó al ex Ministro Erman González, el General Martín Balza y ordenó a los jueces suspender fallos que permitan el retiro del total de los depósitos bancarios fue el otro blanco elegido por los manifestantes.

Con rapidez de reflejos le pidió a la primera línea de funcionarios que renuncie en pleno, para tener las manos libres para negociar con sus gobernadores en la quinta de Chapadmalal. Los mismos jefes provinciales que le "recordaron" que debe entregar el poder en 90 días a quien resulte electo. Si Saá sufría de la fragilidad de lo provisorio, la actitud de De la Sota, Kirchner y Ruckauf terminó por agravar el tema.

El Poder se ejerce. No se administra. El que hace esto último solo es representante de "alguien" que realmente lo tiene. Y hoy la Argentina atraviesa la peor crisis de gobernabilidad, porque el descreimiento ciudadano ha generado el vacío de autoridad que provoca lo que podría terminar siendo el principio de la disolución social.

Si quisiéramos trazar hipótesis nos encontramos con lo siguiente.
1) Saá se encuentra solo. A solo una semana de asumir y con ¿90 días? por delante ha perdido el apoyo de mandatarios que le vieron "mucho apego" al Poder Ejecutivo. Los que tienen aspiraciones presidenciales desahuciaron al Presidente para demostrar que sin ellos, no es nada.
2) Si Saá pretendiera perpetuarse con algún ardid, estaría bloqueado por la desobediencia civil que se encuentra muy susceptible, irritativa y poco analítica. Si pudo caer De la Rúa, electo por el pueblo, mucho mas ruido podría hacer el puntano.
3) Los planes reactivantes como la tercera moneda y el millón de puestos de trabajo, ya están en discusión y en este clima poco probablemente se realicen.

Esto nos da otros escenarios.
1) Muy poco probablemente se llegue con paz social hasta las elecciones del 3 de marzo, donde como todo gobierno electo pedirán los 90 días de "reconocimiento" del terreno. De acá hasta Julio es un tiempo demasiado largo.
2) Saá puede caer en días y de hecho ya ha quedado herido de gravedad ante la sociedad para poder implementar las esperanzadoras promesas de los primeros días. Quienes apuestan a un Presidente provisional debilitado para llegar al poder, juegan con fuego. Es como decir que un poquito de cáncer es bueno porque licua la sangre. Una vez que se instaló hay problemas.
3) En esta incertidumbre política, económica y financiera (el mercado sigue con los mismos problemas de circulante que había en las últimas semanas de De la Rúa) la situación solo puede empeorar. El Estado nacional decretó el default de la deuda y en el orden interno todo se ha paralizado en una medida que pocas veces vimos.

¿Tenemos salida? Hoy se cura hasta el cáncer y lo único irremediable es la muerte. Estamos muy graves, pero recordemos que los pueblos se lastiman pero no se suicidan... por ahora.

Lic. Daniel do Campo Spada © Diciembre 2001-12-30 Mundus Consultores Informativos ®
La Columna de Daniel do Campo Spada


 

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