Programas de TV Mundus a la carta
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Director: Lic. Daniel do Campo Spada (2000-2010)
Por Amy Goodman

Cuando se miente, se debe mentir a lo grande y ser fiel a esa mentira, 
      escribió Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del Reich alemán 
      en 1941. El ex Vicepresidente Dick Cheney parece haber tomado el famoso 
      consejo nazi en su nuevo libro: En mi tiempo. Cheney continúa 
      siendo fiel a sus convicciones en temas que van desde la invasión 
      a Irak hasta el uso de la tortura. Durante una entrevista en el programa 
      Dateline de NBC News, dijo en referencia a las revelaciones del libro: Harán 
      rodar muchas cabezas en Washington. Las memorias de Cheney siguen 
      a las de su colega y amigo Donald Rumsfeld. Mientras ambos promueven su 
      propia versión de la historia, hay gente que los desafía y 
      enfrenta.
      El título del libro de Rumsfeld, Conocido y desconocido, 
      proviene de una tristemente célebre respuesta que dio durante una 
      conferencia de prensa en el Pentágono cuando era ministro de Defensa. 
      El 12 de febrero de 2002, cuando intentaba explicar la falta de evidencias 
      que vincularan a Irak con armas de destrucción masiva, Rumsfeld dijo: 
      Hay conocidos que conocemos, hay cosas que sabemos que sabemos. También 
      sabemos que hay conocidos a los que desconocemos, lo que quiere decir que 
      sabemos que hay algunas cosas que no sabemos. Pero también hay cosas 
      desconocidas que desconocemos, aquello que no sabemos que no sabemos.
      La enigmática declaración de Rumsfeld se hizo famosa y emblemática 
      de su desdén por los periodistas. Es considerada como un símbolo 
      de las mentiras y manipulaciones que llevaron a Estados Unidos a la desastrosa 
      invasión y ocupación de Irak.
      Una persona que se convenció gracias a la retórica de Rumsfeld 
      fue Jared August Hagemann.
      Hagemann se enlistó en el ejército para servir a su país, 
      para hacer frente a las amenazas que repetidamente mencionaba el Ministro 
      de Defensa Rumsfeld. Cuando el soldado de comando del ejército de 
      Estados Unidos recibió la citación para su más reciente 
      despliegue (su esposa no recuerda si era el séptimo o el octavo), 
      la presión fue demasiada. El 28 de junio de 2011, Jared Hagemann, 
      de veinticinco años de edad, se disparó a sí mismo 
      en la Base Conjunta Lewis-McChord, cerca de Seattle. El Pentágono 
      indica que Hagemann murió a causa de una herida de bala auto 
      infligida, pero aún así no lo llamó suicidio.
      Jared había amenazado con suicidarse varias veces antes. No era el 
      único. Según se informó, cinco soldados cometieron 
      suicidio en Fort Lewis en julio. Se estima que más de trescientos 
      mil soldados que volvieron de la guerra padecen trastornos de estrés 
      post traumático o depresión.
      La viuda de Hagemann, Ashley Joppa-Hagemann, se enteró de que Rumsfeld 
      firmaría ejemplares de su libro en la base. El viernes 26 de agosto, 
      Ashley entregó a Rumsfeld una copia del programa de los servicios 
      fúnebres en memoria de su fallecido esposo. Ella me contó: 
      Le dije que quería que viera a mi esposo, y así conocería, 
      así podría poner rostro a al menos uno de los soldados que 
      han perdido sus vidas debido a sus mentiras en relación al 11/S.
      Le pregunté acerca de la respuesta de Rumsfeld: Todo lo que 
      recuerdo es a él diciendo Ah sí, oí algo de eso. 
      Y luego, todo lo que recuerdo es haber sido acosada por personal de seguridad, 
      empujada hacia afuera y advertida de no regresar. Desafortunadamente 
      es el Sargento del Estado Mayor Hagemann el que nunca va a regresar a su 
      esposa y a sus dos pequeños hijos.
      En su entrevista para la NBC, Cheney afirmó haber desempeñado 
      un rol en la renuncia del entonces Secretario de Estado Colin Powell. Consulté 
      al respecto al ex jefe de despacho de Powell, el Coronel Lawrence Wilkerson, 
      quien respondió: Por los extractos que leí, vale decir 
      que no he leído el libro completo, lo más penetrante que dice 
      el vicepresidente en su libro es que tuvo algo que ver con el alejamiento 
      de Colin Powell de su cargo en enero de 2005. Eso es un disparate total. 
      Más importante, sin embargo, resulta el decidido llamado de Wilkerson 
      exhortando a que los involucrados en llevar al país a la guerra en 
      Irak sean responsabilizados por sus actos, lo que implicaría castigo 
      para él mismo. Un pilar central de la invasión a Irak fue 
      el discurso de Powell del 5 de febrero de 2003 ante Naciones Unidas, en 
      el que se expuso el caso de las armas de destrucción masiva. Wilkerson 
      asume plena responsabilidad por la coordinación del discurso de Powell: 
      Desafortunadamente, y lo he reconocido muchas veces públicamente 
      y en privado, fui la persona que preparó la presentación de 
      Colin Powell ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el 5 de febrero 
      de 2003. Probablemente fue el mayor error de mi vida. Lo lamento hasta el 
      día de hoy. Lamento no haber renunciado en ese momento.
      Pregunté al Coronel Wilkerson qué piensa de grupos como el 
      Centro por los Derechos Constitucionales y el abogado y bloguero Glenn Greenwald 
      que han pedido el juicio penal de Cheney, Rumsfeld y otros funcionarios 
      del gobierno de Bush. Me respondió: Estaría dispuesto 
      a testificar, y estaría dispuesto a enfrentar cualquier castigo que 
      merezca.
      El Coronel Wilkerson dijo sobre el libro de Cheney: Es un libro escrito 
      sin miedo. Sin miedo de que un día alguien haga de Dick Cheney un 
      Pinochet. El Coronel Wilkerson se refiere al caso del 
      dictador chileno Augusto Pinochet, que fue arrestado en Inglaterra y detenido 
      durante un año antes de ser liberado. Un juez español quería 
      que lo extraditaran para juzgarlo por crímenes contra la humanidad.
      A pocos días del décimo aniversario del 11 de Septiembre y 
      mientras aumentan las víctimas en todos los bandos, los libros de 
      Rumsfeld y Cheney nos recuerdan una vez más cuál es la primera 
      víctima de la guerra: la verdad.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español. Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 250 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.